La fotografía como afición y otras artes visuales

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The Impossible Project - Cada vez menos "imposible", pero "imposiblemente" caro

Hace unos días comentaba el conjunto de experiencias con la cámara Polaroid Supercolor 635, cámara que "heredé" en su momento cuando en la empresa donde la tenían dejaron de usarla durante años con el advenimiento de la fotografía digital para documentar visualmente sus cosas y donde había dejado de tener valor.

Como se puede comprobar en este autorretrato, y en otro similar en color que muestro más adelante, la distancia mínima de enfoque de la Polaroid Supercolor 635 no la hace apta para este tipo de fotos, o de retrato con mucha aproximación. La distancia mínima de enfoque es 1,2 metros.

Entre las experiencias se encontraban las de haberla usado con película procente de The Impossible Project, una iniciativa para volver a rescatar la película instantánea para el uso con el parque de millones cámaras Polaroid dispersas por el mundo, e inútiles desde el momento en que esta empresa americana cesó la producción de la película adecuada a las mismas. Pero los cartuchos de película que compré en su momento, de las primeras generaciones lanzadas por The Impossible Project, tenían una serie de inconvenientes. Los cartuchos que compré eran de la versión en blanco y negro.

Me resultaba muy difícil conseguir exposiciones consistentes y el contraste y la gama de grises era muy pobre.

Había que dejar revelar durante bastante tiempo protegida de la luz.

Se informaba del riesgo de degradación con el tiempo si se exponía a la luz.

Eran muy caras, especialmente dada la calidad y los inconvenientes de uso.

No probé las versiones en color, pero esencialmente se anunciaban los mismos inconvenientes, con el añadido de la inconsistencia o pobreza en la restitución del color.

Pasados varios años, mantuve recientemente una conversación con un aficionado a los materiales instantáneos, tanto compatibles con las cámaras Polaroid como con el ecosistema Fuji Instax. Me comentó que las películas de The Impossible Project habían experimentado mejoras notables y que a lo mejor me merecía la pena probarlas. Dicho lo cual, compré un par de cartuchos en el único comercio que me consta que los venden en Zaragoza, Shuave. Uno de ellos en blanco y negro y otro en color. Como creo que ya comenté hace unos días, frente a las diez exposiciones que eran el estándar en los cartuchos de película Polaroid, en los cartuchos de The Impossible Project sólo salen ocho. Dado que el contador de la cámara es decreciente y empieza por diez, cuando llegas a tres, es el momento de disparar tú última bala del cartucho. Perdón, fotografía.

Mis impresiones, absolutamente subjetivas, tras pasar un rato en el Parque de la Memoria de Zaragoza un sábado por la mañana buscando motivos adecuados a cada uno de los modelos de película vienen a continuación. Recordemos que se trata de película de sensibilidad 600 ISO, con una superficie útil de 7,9 x 7,9 cm, para una tamaño total de 10,8 cm de alto por 8,9 cm de ancho.

En lo que se refiere a la película en blanco y negro, la gama de tonos está muy mejorada con respecto a la versión que probé hace unos años, y es mucho más predictible. Evaluando la escena, y aplicando el corrector de exposición de la cámara, conseguí que la exposición fuera razonablemente correcta en las fotografías resultantes.

El contraste de la película en blanco y negro también está mucho más mejorado. Aunque no se consiguen negros profundo, pueden ser razonables, y los blancos no se empastan con facilidad. Eso sí, en condiciones de iluminación natural suave, sin fuertes contrastes provocados por la luz del sol, aunque con luz abundante. Estamos hablando de una luz en la que aplicando la regla de "soleado f/16", para una película de 600 ISO, deberíamos obtener buenas exposiciones a f/11 y velocidades de obturación entre 1/250 y 1/500. Nublado ligero con algún rayo de sol asomando entre las nubes de vez en cuando. Si en el encuadre hay abundancia de vegetación oscura, corrigiendo con el compensador de exposición hacia la subexposición. Si en el encuadre hay abundancia de superficies de hormigón o tierra de color claro, corrigiendo con el compensador de exposición hacia la sobrexposición. En el resto de los casos, compensador de exposición en posición neutra.

La película en blanco y negro tiene un tono general cálido, que me parece agradable.

En lo que se refiere a la película en color, la fidelidad del color no es excesiva, pero los colores son agradables. No demasiado saturados, pero diferenciados. Mejorables, pero utilizables.

Tras hacer la foto, al bolsillo inmediatamente, protegida de la luz y recibiendo el calor del cuerpo, para un mejor revelado. En todos los casos, no los saqué al exterior hasta que pasó un tiempo de entre 30 - 45 minutos, para conseguir un buen revelado y evitar pérdidas de contraste por la exposición a la luz antes de que el revelado estuviese completo.

La definición de la imagen no es excesivamente fina o nítida, pero en la línea de lo que se puede ver con otros materiales sensibles instantáneos comercializados en estos momentos.

La conclusión de lo mencionado, que podéis contrastar hasta cierto punto con las copias digitalizadas que he ido poniendo en este artículo, es que esta película es utilizable. E incluso puede ser interesante desde un punto de vista creativo. Menos desde un punto de vista lúdico, porque la lentitud del revelado completo y la conveniencia de mantenerlo protegido de la luz hasta que este se conseguir, coarta la posibilidad de contemplar cómo surge la imagen en la fotografía desde su estado latente a su estado de plena visibilidad.

El principal problema sigue siendo su precio. Cada uno de los cartuchos cuesta 20 euros, para ocho exposiciones. Es decir, estamos hablando de 2,5 euros por fotografía. Lo cual sigue siendo una cantidad excesiva desde el punto de vista de lo que es la relación calidad/precio. Aunque entiendo que esta gente se está partiendo el cobre por conseguir un producto nuevo, ya que no ha contado con la colaboración de Polaroid, a pesar de que esta no estaba interesada en el producto. Bueno... vende alguna cámara que son Fujis "recauchutadas" y usando película Fujifilm Instax. Incluso tiene que sufrir la competencia de una empresa consolidad como Fujifilm, que ha visto sus ventas de película Instax impulsadas, debiéndose este impulso a motivo diversos pero también el interés por este tipo de fotografía que The Impossible Project ha ayudado a mantener. Hasta Leica se ha subido al carro. Evidentemente, Fujifilm tiene mucho más músculo y conocimiento sobre el tema, y aunque sus productos Instax dejan que desear en el lado de la calidad, son lúdicos y más baratos. Con precios de 11 o 12 euros por cartucho de 10 exposiciones, sus fotografías cuestan la mitad. Han empezado a comercializar película en blanco y negro, y han anunciado que van a comercializar un formato cuadrado, aunque más pequeño que el de las antiguas Polaroid. En superficie aprovechable, son las Instax Wide las que son equiparables, aunque con otro formato distinto del cuadrado.

En estos momentos, si uno se compra una cámara Fujifilm Instax Wide por unos 120 euros, que equivale a 6 cartuchos de The Impossible Project. Suponiendo, como en mi caso, que el coste de la cámara Polaroid es cero. Y que un amigo decidiera comprarse dicha Instax Wide por ese precio... En el momento en que hicieramos ochenta fotografías, 8 cartuchos él de película Instax Wide, 10 cartuchos yo de película Instax Wide, los costes de ambos se habrían equilibrado. A partir de ahí, a él le saldrían las fotografía a la mitad o menos de coste mientras se mantuviese el esquema de precios actual.

Si estás interesado en invertir en fotografía instantánea... hay muchas cosas en las que pensar.