No ha sido un año fácil para viajar. De hecho, ha habido sobresaltos en alguno de mis viajes. Pero ha sido un buen año y productivo. Quizá con el hito más importante el del viaje a JAPÓN, un par de veces aplazado por distintos motivos, y que este año, aunque con miedo, nos decidimos a hacer y disfrutar.
Pero ha habido más cosas. Tanto en viajes al extranjero, como moviéndonos en cercanías. Os lo cuento como es tradicional con fotografías.
Situada a poco más de 40 kilómetros al sur de KIOTO, NARA es una pequeña y coqueta ciudad, muy tranquila y agradable, que fue capital de JAPÓN durante unas décadas en el siglo VIII de la era común.
Es un conjunto de sitios dispersos por una amplia zona, en su mayor parte convertida en parque o incluso en las estribaciones boscosas de los montes cercanos. Por todos los lados pululan los tranquilos ciervos sica, que aunque no domesticados, están acostumbrados a la presencia de los visitantes que los alimentas con las galletas de ciervo que se venden en puestos por toda la zona. De los lugares que configuran la lista los principales que visité yo fueron los templos budistas de TŌDAI-JI y KŌFUKU-JI, y el santuario sintoísta de KASUGA-TAISHA. Así como algunas de las zonas naturales que los envuelven, que también son objeto de protección.
Os dejo unas cuantas fotografías. En primer lugar KŌFUKU-JI y su gran buda dorado.
Un buen rato cuesta recorrer las dependencias de TŌDAI-JI que también alberga un enorme buda sedente, y es objeto de abundante peregrinación por parte de los nipones.
El lugar que más nos gustó fue KASUGA-TAISHA, probablemente por la mayor sencillez y elegancia de los lugares sintoistas, y porque estaba mucho más animado.
Espero que os haya gustado esta serie. Que quizá vaya aumentando con otros lugares, también patrimonio de la humanidad según la UNESCO, que he ido visitando a lo largo de mi vida viajera.