El centro histórico de Génova
En este artículo no me extenderé mucho con las palabras, porque no hay mucho que decir. Lo que tradicionalmente se llama el casco antiguo o viejo de la ciudad, que ahora como todos sitios llaman de forma más noble centro histórico, es un laberinto de estrechos callejones, los caruggi, en ocasiones con pórticos o arcos que los cubren parcialmente, y que se extiende por una amplia zona de del centro de la ciudad. En las laderas de las colinas que bajan hacia el puerto de la ciudad.
Conformado en la actualidad por una comunidad de gentes procedentes de todo el mundo, con inmigrantes africanos, musulmanes, sudamericanos,... en muchas de sus estrechas calles bullen en las horas centrales del día comercios de todo tipo, en muchas ocasiones con ofertas de carácter étnico. En las zonas más arregladas y más coquetas pueden aparecer bares o trattorias, donde tomarse un vino, una cerveza, o comer un plato de pasta o una fritura de pescado.
Se encuentra salpicado aquí y allá por edificios más nobles, palazzi de los antiguos plutócratas de la república genovesa o emperifolladas iglesias barrocas, de los que hablaré en otra ocasión, es fácil desorientarse entre los vicoli, que no siguen una estructura reconocible y en ocasiones siguen trayectorias más o menos tortuosas. Se distribuyen en barrios denominados sestieri como en la capital de la rival república veneciana, lo cual nos habla de un número inicial de seis: Maddalena, Molo, Portoria, Prè, San Teodoro y San Vincenzo. Recordemos aquí que la etimología habitual de la palabra barrio en otros idiomas latinos (quartiere en italiano, quartier en francés) viene de las cuatro partes en que se dividía las ciudad prototípica colonia romana. Pues aquí como en Venecia son seis, al menos en origen, así que sestiere.
Quizá los más escrupulosos lo pueden encontrar menos pulcro de lo que desearía, pero yo no lo he encontrado tan degradado ni mucho menos como en algunos sitios se comenta. Es más, algunas zonas me han sorprendido por lo agradables. Eso sí, como muchos de los cascos antiguos de las grandes ciudades, cuando se asocia a niveles socioeconómicos bajos, se nota que algunas de sus casas y sus gentes pueden vivir en el umbral de la pobreza. Y en la zona de la Maddalena no es difícil encontrar prostitutas, generalmente extranjeras, haciendo la calle. Conviene ser respetuosos en estos lugares. Por nuestra parte, no nos encontramos en ningún momento en situaciones desagradables o de falta de respeto por parte de las gentes que por allí se encuentran. Así que todos contentos. Pero es sabio, no empuñar la cámara de fotos con osadía o agresividad en esas zonas.
Por lo demás, a disfrutar de la visita. Que para eso viaja uno.