Fotografías en el infrarrojo, sin problemas esta vez - Fujifilm GS645S + Hoya IR72 + Rollei Superpan 200 Pro
La semana pasada os contaba los sinsabores de encontrarme un rollo de película con la emulsión dañada, después de haberle puesto cierto cuidado al momento de la toma de la fotografía. Resumiendo, había dos posibilidades. O la emulsión venía estropeada de fábrica o del almacenamiento, o yo había metido la pata en el procesado. Me quedé con la sensación de que en algún momento la temperatura del lavado pudo ser excesiva de forma inconsciente. Así que... el sábado pasado, en condiciones de clima y luz muy similares, repetí la jugada.
En lo que se refiere a la toma, la Fujifilm GS645S Wide60 con un filtro Hoya IR72 cargada con un rollo de Rollei Superpan 200 Pro, película que tiene una sensibilidad extendida al infrarrojo. Con el filtro, cortamos el paso a la luz en el espectro visible, y aprovechamos sólo la de los rojos muy profundos, muchas veces no perceptibles al ojo humano y el infrarrojo cercano. Con ese filtro, hay que recortar hasta cinco pasos de luz. Como ya pude comprobar con la Ilford SFX 200, es posible, en condiciones ideales, usar la cámara a mano alzada, sin trípode con una apertura f/4 y una velocidad de obturación 1/60. Hay que poner cuidado en qué enfocamos y encuadramos en la fotografía, porque la profundidad de campo es limitada, con esa apertura y un negativo de 56 x 42 mm.
El procesado es muy común. Igual que cualquier otra película en blanco y negro. Revelador Kodak HC-110, en dilución B (1+31), durante 5 minutos y 30 segundos a 21 ºC [normalmente 6 minutos a 20 ºC, pero hay poca diferencia en el resultado final]. Inversiones continuas durante los primeros 30 segundos, y luego cuatro inversiones tranquilas al final de cada minuto hasta llegar al tiempo final. Paro, fijado, lavado y humectante como habitualmente. Pero en esta ocasión, controlando cuidadosamente que las temperaturas no fueran extremas, ni tampoco las variaciones entre ellas. El revelador y el paro a 21 ºC. El fijador, previamente preparado hace unos días, estaba a una temperatura ambiente de 26 ºC, bajó a 23 ºC con una estancia previa durante unos minutos en el congelador. El agua de lavado, la del grifo, sale a 26 ºC inicialmente y se estabiliza entre 25 y 25,5 ºC tras dejarla correr un poquito. Desconecté el agua caliente en la caldera del gas, para evitar que un error de manipulación en el grifo hiciera que subiera la temperatura insospechadamente. Este es el erro que yo creía haber cometido.
Una vez revelados y secados lo negativos, los digitalicé fotografiando sobre mesa de luz con la Panasonic Lumix G9 y el objetivo de Olympus 12-40/2,8, utilizando el modo de alta resolución. El fichero de alta resolución da 80 megapíxeles, pero tras recortar los márgenes de seguridad, los archivos aprovechables son de aproximadamente 70 megapíxeles. No obstante, no los utilizo nunca a tal resolución en su forma final, quedando en realidad mi uso en condiciones adecuadas, como si fuese de unos 40 megapíxeles, que está muy bien. Da para ampliar bastante.
Teniendo en cuenta que el rollo lo compré al mismo tiempo que el estropeado, en la misma tienda, era del mismo lote y fueron conservados y usados de la misma forma, el hecho de que las fotografías de este segundo hayan quedado casi perfectas me hace sospechar que, frente a la opinión generalizada de muchos a quienes consulté de que la emulsión de Rollei estaría en mal estado, en realidad el problema se debió probablemente a una metedura de pata mía. Los errores hay que reconocerlo, porque si no no aprendemos e insistimos sobre ellos.