La fotografía como afición y otras artes visuales

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A orillas del Ebro y del Gállego con la Yashica Mat 124G

Hace años que no usaba la Yashica Mat 124G. La compré en Barcelona, en el mercadillo de la desaparecida librería Kowasa, y fue mi primera cámara de formato medio. Iba de maravilla. Fenomenal. Pero en el Primer Encuentro fotográfico de Aragón, al que me la llevé, sufrió un accidente. Cayó la suelo desde mi bolsa fotográfica y sufrió varios desperfectos. La llevé a arreglar, pero el técnico no fue capaz de dejar en buenas condiciones algo tan tonto como la lupa de enfoque. Sin la cual,... yo no me hallo. Para paisajes con condiciones de luz razonable, soy capaz de fotografiar con ella usando la escala de profundidad de campo y ajustando a la hiperfocal, con aperturas de f/8 o inferiores. Pero en distancias cortas o con aperturas más abiertas, necesito enfocar con precisión.

Así que durante estos casi cuatro años ha estado fundamentalmente cumpliendo funciones ornamentales en una vitrina. Más cuando ese mismo año, pocos días después, me hice en Nueva York con otra cámara de formato medio, la Fujifilm GS645S Wide 60, y al año siguiente con la Hasselblad 503CX.

Pero la Yashica tiene algunas ventajas. Sobre la Fujifilm, el formato cuadrado, más grande y más interesante de usar. Sobre la Hasselblad, el fotómetro incorporado y que es más ligera. Por eso, de vez en cuando he intentado buscar modos de hacerla operativa. Y en un momento dado, recientemente, conseguí que la lupa de enfoque fuese utilizable de nuevo.

En las últimas semanas he expuesto varios rollos con esta cámara. Un par de rollos en color, que he remitido al laboratorio junto con una de diapositivas Ektachrome, de Lomography RedScale. Dentro de unos días veremos que ha salido.

También un rollo de Rollei Superpan 200, que expuse colocando manualmente el filtro infrarrojo delante del objetivo de toma de este réflex binocular. Todavía no lo he revelado. Hoy o mañana.

Y dos rollos de Lomography 100 Earl Grey, que tenía en la nevera desde hace un tiempo. Recordaremos que la Lomography 100 Earl Grey es una película en blanco y negro de sensibilidad media, cuyas características y país de fabricación hacen suponer que es una Fomapan 100 Classic disfrazada. Una película cuyas principales virtudes son la de no tener graves defectos, tampoco grandes virtudes, y ser económica.

El primero de los rollos lo tomé hace un par de sábados, en una tarde nubes y claros, cerca del atardecer, con una luz muy agradable, suave pero no sosa y sin contraste. Las fotos que he mostrado hasta el momento en esta entrada corresponden a ese rollo.

El segundo de los rollos lo realicé este domingo pasado, en un paseo fotográfico por la desembocadura del río Gállego. Luz dura, con cielo sin nubes. "Abusé" de los contraluces con el fin de dar un poco de salero a algunas de las fotos.

La medición de la luz la realicé con fotómetro externo, el pequeño y muy fiable Gossen Digisix, usando la medición de luz incidente. El fotómetro de la cámara no iba bien por tener la pila gastada. Ya la he cambiado, pero me da mediciones poco convincentes. El revelado ha sido con Rodinal (Adox APH09 en realidad), a 1+50, 7' 15" a 21 ºC; 30 segundos de agitación inicial, y cuatro volteos cada minuto.

He de decir que, para mi sorpresa, los negativos han aparecido muy densos. Lo cual me sorprende por la precisión del fotómetro, y por haber seguido al pie de la letra las instrucciones de revelado, ajustando el tiempo de revelado a la temperatura. Un grado más de los 20 ºC que aparecía en las instrucciones.

¿Posibles explicaciones? Que la cámara obtura más lento de lo que anuncia y hay una sobreexposición. O que las instrucciones de Lomography no son adecuadas. Aunque son casi totalmente coincidentes con las propuestas para la Fomapan 100 Classic. Nunca he tenido problemas de revelado inadecuado con la Fomapan.

Pero a lo comentado sobre la elevada densidad de los negativos, he de añadir que en líneas generales el contraste de las imágenes es bajo. No os fijéis mucho en las copias que pongo en esta entrada, porque están tratadas digitalmente para mejorar la cosa. Pero lo cierto es que hay en general un contraste muy bajo, con mayor pérdidas además cuando la fotografía se ha realizado a contraluz. O con presencia de halos indeseados cuando hay zonas muy luminosas adyacentes a zonas de sombras profundas.

Supongo que tendré que revisar de alguna forma el objetivo de la cámara, puesto que da la sensación de que el problema puede estar ahí. ¿Está sucio aunque yo no lo haya percibido? ¿Se han generado hongos aunque no me haya dado cuenta? Nunca he tenido problemas de este tipo. Mi casa no tiene humedades, la temperatura es constante, las estanterías y cajones secos,... Tendré que ver también como salen los negativos realizados con la Rollei Superpan 200 y con las Lomography RedScale.

Por lo demás, hay una cosa que odio de algunas de estos fabricantes de película más económicos. Ahorran en la longitud del rollo de película, y en ocasiones, si te fías de las indicaciones del rollo a la hora de cargar la película en la cámara, acabas encontrándote que el último negativo aparece cortado, en el extremo del rollo de película. No dan longitud suficiente para las doce exposiciones que deberían dar con una cámara de 6x6.