The Pinhole Gang - Taller avanzado de fotografía estenopeica
Esta entrada es una copia casi idéntica pero con diferencias de la que preparé para el blog de Fotógraf@s en Zaragoza sobre el mismo tema.
Coincidiendo casi, semana arriba o abajo, con el primer aniversario del primer taller de fotografía estenopeica que pudimos hacer bajo la dirección de la ya amiga Beatriz Aísa, que se bajó una vez más de los Pirineos para compartir con nosotros su pasión y sus ideas sobre una de las formas más esenciales de practicar la fotografía. Una vez más, fuimos acogidos en las aulas del Centro Joaquín Roncal.
Si el año pasado fuimos Beatriz y "los ocho del estenopo", en esta ocasión en la que íbamos a profundizar un poco más en las artes y las técnicas de la fotografía "unicórnica" fuimos diez quienes nos juntamos alrededor de una gran mesa con nuestras cajas, botes, tijeras, agujas, pinturas, cintas adhesivas y aislantes, y demás aparataje. Estuvimos diez, una panda de gángsters, "The Pinhole Gang", con la pena de no poder contar entre nosotros algunos ausentes que nos acompañaron el año pasado, pero con la alegría de añadir a la banda caras nuevas. Algunas nuevas sólo en lo que se refiere a esta técnica... otras nuevas, nuevas, nuevas del todo. En todo caso, todos bienvenidos. Y a ver si pronto, en otras actividades se va sumando más gente al "gang".
Elemento importante en todo taller de Fotógraf@s en Zaragoza que se precie es la repostería de Carmina Andreu, Caramina; que en esta ocasión estuvo deliciosa como de costumbre. En cualquier caso, aquí tenemos a Carmina con una original lata en forma de zapato que creo que al final no usó, corrígeme si me equivoco Carmina, pero que desde luego sugiere mucho potencial y originalidad.
Y ya al trabajo. Algunos, como Miguel Ángel, nos turnábamos con el taladro para disponer el futuro espacio de los estenopos. Anu Medina mostraba hasta que punto había convertido sus mágicas manos, en el instrumento ideal para horadar con delicadez las láminas de aluminio por donde tan apenas íbamos a dejar pasar unos rayos de luz. Carmina, esprai en mano, se aseguraba que no hubiese reflejos de luz indeseables en el interior de las futuras cámaras. Y todo el mundo se afanaba transformando sus cajas, botes y latas en futuros instrumentos artísticos.
Finalmente, a la una de la tarde, ya estábamos en la calle todos, "cámaras" en mano, dispuestos a ir de caza de la escena y de la luz que se acomodase a la idea que nos habíamos hecho mientras construíamos las estenopeicas. Si el año pasado, con modestia, nos limitamos al concepto básico, una caja oscura, un estenopo, una hoja de papel sensible, en esta ocasión, teníamos cámaras con varios estenopos para una sola hoja, plana o envolventes, o dispositivos con varias hojas y distintas "focales" para tomar varias "instantáneas" de larga duración. La imaginación al poder.
Aunque salimos todos juntos del Centro Joaquín Roncal, finalmente nos fuimos dispersando, cada uno buscando su mejor opción para aprovechar el único, o los poquitos "disparos" disponibles. Yo tuve la ocasión de acompañar a Emilio Molins "Triboniano", y Marco Evangelisti que, entre otras cosas, intentaron una panorámica de 360º en el Puente de Piedra.
Tras el trabajo de campo, la hora de comer, alrededor de una mesa redonda, que se prestan mejor a la conversación y el intercambio, y que podemos ver a continuación en su integridad gracias al ojo de pez que me prestó José Miguel "Masjota".
Por la tarde, tocaba revelar y comprobar si nuestros esfuerzos habían tenido un desenlace feliz. En primer lugar, y con la única fotografía en color de este reportaje, el muestrario de cámaras antes de apagar la luz y extraer sus tesoros escondidos.
Y luego ya, líquidos dispuestos, por turno fuimos pasando a revelar nuestros negativos fotográficos. Unos con más fortuna, otros con menos, pero todos con la sensación de que habíamos avanzado y aprendido cosas nuevas.
Después, el laborioso proceso de lavado y secado de las hojas de papel sensible con los negativos de las fotografías. Una vez más, la tarde se nos hizo corta para lo que podría ser el último paso del proceso, el copiado y obtención del positivo por contacto. Pero las nociones estaban ahí, sembradas, para cualquiera que quiera seguirlas.
Y ya sólo me queda una cosa... quizá una de las más importantes... compartir con todos vosotros el positivo que surgió de mi propio trabajo y del que ya os hablé hace unos días.
Como el año pasado, una jornada fenomenal, que nos permitió aprender, comunicarnos, convivir, conocer más la afición común a la fotografía y conocernos más entre nosotros. Y ya, poniéndonos a pensar qué nuevas técnicas queremos probar. ¿Alguien escuchó mencionar la palabra "cianotipia"? ¿Se oyó decir que nos íbamos ir a Ejea con Laura, "Lura Photos", a hacer una jornada analógica? ¿Alguna idea más?