La fotografía como afición y otras artes visuales

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Recomendaciones semanales - del 13 al 20 de mayo de 2018

Semana muy entretenida, en la que he tenido que atender a una multiplicidad de compromisos, y que me ha dejado con otros sin atender. Fotográficamente hablando, en estas páginas hubo un par de entradas, aparte de las recomendaciones del fin de semana, que van desde fotografiar con viejas cámaras de fuelle y objetivo retráctil, hasta "cazar" aves con un moderno teleobjetivo y un duplicador de focal.

Fotográficamente, aparte de pasear algún rato con alguna cámara, con resultados aún no revisados, estuve probando las capacidades del macro con mi nueva Panasonic Lumix G9, fotografías que podéis ver hoy ilustrando esta entrada, y fracasamos de nuevo por culpa de las condiciones meteorológicas en un cierto proyecto que debemos realizar en los alrededores de Fuendetodos. Alguna foto hice... nada que ver con los propósitos iniciales.

Las macrofotografías están realizadas con el Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH, y la escala de reproducción está en el 1:1 o sus cercanías.

Hoy empezaremos por lo castizo. Por lo hispano. Especialmente cuando llama la atención de los de fuera. Como es el caso de una de las fotógrafas de moda en España, de la que ya he hablado en varias ocasiones, Cristina de Middel. De Middel es en estos momentos candidata a ser miembro de pleno derecho de Magnum Photos. "Candidata", no "nominada"; "nominee" se traduce como "candidata"... aviso a todos esos periodistas listos que son incapaces de diferencia un "falso amigo" cuando traducen del inglés, y no digamos ya de otros idiomas. Y en Magnum Photos le han dedicado un artículo a "la de Middel", con algunos de sus trabajos más destacados.

No sabía si hablar de este vídeo que apareció en el canal de Eīhwaz hace unos días, dedicado a la fotografía callejera en Barcelona. El caso es que acreditan la música del vídeo, pero no el autor o los autores de las fotografías. Lo cual me parece un olvido lamentable. Bueno. Las fotografías están muy bien. Os dejo puesto el vídeo. He dejado un comentario, para ver si corrigen la omisión.

Finalmente, en Albedo Media nos hablan de un antiguo proyecto de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera, que pone de relieve la afición de Fontcuberta a poner en solfa el concepto de realidad a través de su obra fotográfica. No son pocas las series en las que ha dado una patina de realidad a eventos, personas u objetos que son invenciones. Y no son pocos los que se han tragado el engaño. Histórica la metedura de pata de cierto farsante de la radio y la televisión, "especializado" en fenómenos paranormales, ovnis y memeces por el estilo, que con toda seriedad habló del cosmonauta Ivan Istochnikov, una de las invenciones de Fontcuberta.

Una de las cosas que me gusta hacer cuando visito un museo es hacer fotos. Los museos son un lugar excelente para hacer fotografías, no de las obras de arte, sino de la interacción de los visitantes con las mismas. Se crea una atmósfera y una relación especial. Que no pocos fotógrafos han aprovechado. Uno de los que lo ha hecho con maestría es Elliott Erwitt, como nos muestran en el correspondiente artículo de Magnum Photos.

Corea del Norte es uno de los lugares del mundo más inaccesibles y, quizá por ello, uno de los más deseados por los fotógrafos. De vez en cuando encontramos el trabajo de uno de ellos que de una forma u otra, siguiendo canales más oficiales o más clandestinos, nos muestra imágenes de esta distopía hecha realidad. En Lens Culture nos muestran las fotografías que el fotógrafo Filippo Venturi (instagram) ha realizado, situando como protagonistas a los jóvenes del país.

En aCurator nos han mostrado el trabajo de la noruega Anette Asbjørnrød que nos muestra las imágenes ucrónicas de un lugar de vacaciones de verano en la costa durante los rigores meteorológicos del invierno, mostrando paisajes minimalistas y llenos de significado.

Un aspecto extraño tienen también las fotografías de un artículo que aparece en Creative Boom,  realizadas en las modernas ciudades chinas. Fotografías de Yan Wang Preston que nos presenta los árboles que son plantados o trasplantados a las modernas megalópolis de cemento que, por otro lado, tan graves desastres están causando a la ecología del país y del planeta. También esta transplante es una metáfora de la inmigración continua de personas desde sus regiones a estas megalópolis, transplante en el que también acaban fuera de lugar, con frecuencia.

En Lenscratch han estado de concursos. Y nos están mostrando algunos de los trabajos premiados.

Por ejemplo, la reflexión sobre las xenofobias y los rechazos culturales en Estados Unidos. Un país que lleva casi 250 años presumiendo de "democracia liberal", y que todavía no tiene resuelto el tratamiento igualitario ante la ley y equitativo en relación a la justicia social a las minorías étnicas. Jerry Takigawa, nortamericano que por apellido supondréis correctamente un origen nipón, trabaja sobre antiguas fotografías y documentos para poner en crítica el tratamiento de sus ancestros durante la guerra mundial y el racismo y xenofobia puesto de manifiesto, incluso por personalidades políticas de esa "democracia liberal".

Otro trabajo que también se basa en una denuncia. El tratamiento que se realizó a los nativos norteamericanos cuando se les recluyó en reservas, despojándoles de sus territorios y tradicionales medios de vida para repartirlos entre los inmigrantes de origen europeo. Jeffrey Heyne combina creativamente fotografías traídas de las expediciones a la luna con las fotografías que él realiza de los recorridos que los nativos realizaban para ir a sus cazaderos, en imágenes llenos de dobles significados.

En más de una ocasión he manifestado mi admiración por el collage, esa disciplina que tanto creció en el nacimiento del surrealismo, que me gustaría practicar, pero para la que no me siento dotado. Combinando antiguos retratos y postales, John Stezaker, artista apropiacionista, conseguir modificar por completo el significado de las imágenes de las que parte, en una acción destructiva que me parece que emparenta más con el dada que con lo surreal. Lo hemos visto en Hunter Art Magazine.

a través de The Online Photographer me entero de que en The Atlantic, prestigiosa revista cuya sección de fotografía sigo, dedican un artículo a una focal fotográfica, el 50 mm. Como dicen en T.O.P., el artículo tiene algún error conceptual. Se pueden hacer muchas disquisiciones, de hecho constantemente las podemos leer y escuchar, de porqué esta focal es la considerada "normal" o "estándar"... Siempre he tenido la sensación de que en su momento no fue más que una conjunción de conveniencias en las que la sencillez y los bajos costos derivados en su fabricación tuvieron mucho que ver. Durante mucho tiempo ha sido mi focal preferida, aunque ahora prefiero moverme en las focales entre los 28 y los 40 mm. Todas estas cifras relativas al formato de fotograma de 24 x 36 mm, porque en otro formatos, esas longitudes focales no valen... hay que hacer las traslaciones de escala correspondientes.

Recomendaciones semanales - especial visita PHotoEspaña 2017 (22 de julio de 2017)

Esta semana voy a dejar en reserva para el domingo que viene los enlaces que tengo guardados con recomendaciones fotográficas de todo tipo, y pasaré a contaros la visita que hicimos ayer 22 de julio de 2017 a algunas de las más destacadas exposiciones del festival PHotoEspaña 2017, que marca el 20º de este festival fotográfico en el calendario de actividades culturales principales en nuestro país.

Organizado el viaje desde la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ), el grupito que nos reunimos para hacer el viaje no fue numeroso, seis personas, pero sí interesante e interesados por la fotografía. Como no ando con mucho tiempo, iré rápido. Además, algunas de las cosas que vimos ya las he ido comentando en semanas anteriores. A al menos las he mencionado.

Tras un pequeño madrugón para coger el AVE de las siete de la mañana a Madrid, cercanías a la puerta del Sol, y poco después de las nueve de la mañana tomando el café/chocolate/té en la calle de San Bernardo mientras hacíamos tiempo a que abrieran las exposiciones a las diez.

Pinchazo en la Real Academia de San Fernando, en la calle de Alcalá, que ya había clausurado su exposición, pero de inmediato nos plantamos en el Espacio Fundación Telefónica, calle Fuencarral casi esquina con la Gran Vía, para ver la exposición que conmemora los 100 años de Leica. El aniversario ya pasó hace un tiempo, pero la exposición sigue recorriendo el mundo y ha llegado a nuestro país. Aunque esperaba ver un montaje a mayor grandeza de la legendaria marca, la verdad es que los responsables de la misma se han contenido a la hora del bombo y platillo, y nos ofrecen un recorrido por la historia de la fotografía en el siglo XX, con sus principales momentos y géneros, que tiene mucho de didáctico. Aparte de que está llena de obras maestras, algunas conocidas y otras no tanto. Fotógrafos con mucho nombre y otros con menos, pero que pocos desmerecen la excelencia colgada de las paredes de la sala de exposiciones. Nos gustó bastante.

Un poco más hacia abajo en dirección a Cibeles, paramos en la sala de exposiciones de Loewe, también en Gran Vía, donde empezamos a notar la mano de Alberto García-Alix, invitado por la organización a marcar las directrices principales del programa oficial de este año. Y así, en la pequeña pero apañada sala de exposiciones de la conocida marca de moda recorremos la obra del norteamericano Minor White, un fotógrafo muy elegante, cultivador de una estética muy cuidada, que es capaz de encontrar en los lugares u objetos más anodinos, a los que dota de significados diversos. Siempre digo que es un fotógrafo del que tengo que conocer más, porque cuando veo obra suya me gusta realmente, pero no he visto la suficiente.

Llegados ya al Círculo de Bellas Artes, en la calle Alcalá, una de las sedes principales del festival, encontramos abierta dos de las tres exposiciones programadas. La tercera está cerrada por un "problema técnico".

"Loaded Shine" de Paulo Nozolino es la primera que visitamos. El portugués presenta una serie de 20 fotografías en gran tamaño a partir de negativos de 35 mm, en la que un juego de luces sutiles, de origen artificial las más de las veces, del flash de su cámara, juega con sombras profundas para representar ideas o conceptos que surgen entre la fuerte estructura de los granos de plata que surgen de la fuerte ampliación de estos negativos. Para verla muy despacio, quizá.

Uno de los platos fuertes del festival es la segunda de las exposiciones que visitamos en el CBA, ese "Corpus" del francés Antoine d'Agata, que recorre tres décadas de su experiencia como persona y fotógrafo, a través del sexo y el consumo de sustancias psicoactivas. Una exposición explícita, dura, a veces repetitiva, que quizá se pueda atragantar a quien la intente digerir de una vez, aunque también valiente y osada. No apta en cualquier caso para personas de mente cerrada. Ya advierten en la entrada que la naturaleza explícita de las fotografías y los vídeos de la exposición pueden "herir la sensibilidad del espectador".

Momentánea visita a la terraza del CBA, donde no reinaba la paz que había experimentado en otras visitas. Unos chiringuitos veraniegos y una música con excesivos decibelios no ayuda a disfrutar del lugar, por lo menos para mí. Así que nos dirigimos a la Casa de América, en la esquina de Cibeles con Recoletos, donde nos llevamos la decepción de que han adelantado el cierre de las exposiciones allí programadas. No obstante, encontramos que su terraza-restaurante es un buen lugar para comer. En el interior se está fresquito y tranquilo. Y además llega el momento del día. Además de nosotros seis y el camarero sólo llegan otras dos personas, otras dos comensales, una de ellas una de las mejores actrices que han circulada por las pantallas grandes y pequeñas y por los escenarios de nuestro país. Se trata de Charo López, con quien sucede uno de los momentos simpáticos del día. Son muchos los papeles inolvidables que nos ofreció en su carrera, pero por algún motivo a mí siempre me viene a la memoria esa tía María de Secretos del corazón, llena de humanidad y de amor.

Se hace duro hacer la digestión con el calor del verano madrileño, menos riguroso de lo que esperábamos afortunadamente, pero nos dirigimos a continuación al Centro Cultural de la Villa, en la plaza de Colón. Tres exposiciones nos esperan.

La más amplia y conocida es el amplio trabajo de Cristina García Rodero sobre Lalibela, lugar donde se congregan comunidades cristianas etíopes desde la edad media, y que ha registrado con su cámara en distintos momentos desde el año 2000 hasta la fecha. García Rodero ha dedicado buena parte de su carrera a documentar las tradiciones vinculadas a las creencias, sean supersticiones, tradiciones populares o religiones diversas, y las relaciones de la gente con la muerte, por lo que este trabajo se enmarca perfectamente en el cuerpo principal del trabajo de la fotógrafa española de la agencia Magnum Photos. Grandes fotos de factura muy cuidada, de composiciones primorosas, con una blanco y negro lujoso, con cuidadas escalas de grises y fina atención a las texturas fuesen de las piedras, de las telas o de la piel de los fieles y monjes.

En una de las salas, el trabajo "Carbono" de Gil Antonio Munuera, abstracciones con técnicas fotográficas sobre material de carbono, que pretenden que reflexionemos sobre nuestras interacciones con la materia y la naturaleza, con la luz y con la oscuridad.

La otra amplia exposición es "Pensar en futuro, nuevos relatos fotográficos", selección de fotografías de diversos autores procedentes de visionados de porfolios relacionados con la capital de Senegal. Obras muy diversas, en general comprometidas socialmente, que a ratos nos atraen y nos gustan más, y otras menos, pero dentro de una buena calidad general.

Tras un paso por la Biblioteca Nacional de España, donde se ponen a disposición del público para su consulta una colección de los últimos trabajos editados en materia de libros de fotografía, nos trasladamos a Cibeles, a Centro Centro, donde encontramos dos exposiciones.

Una es uno de los platos fuertes del festival, el "Café Lehmitz" del sueco Anders Petersen. Una obra ya clásica de documentación de la "parroquia" que frecuentaba el café de este nombre a final de los años sesenta en el barrio de Sankt-Pauli de Hamburgo. Siempre asociado con el entorno de la prostitución y los estratos más marginales de la ciudad hanseática, genera una fauna humana a la que Petersen dota de rostros y de emociones. Realmente, un trabajo notable.

También encontramos el trabajo de la mejicana Teresa Margolles, "Pistas de baile". Es una crítica a la operación de arrasado por la piqueta del centro de Ciudad Juárez, operación por la cual se quiere adecentar la cara de la ciudad, pero sin resolver los problemas de sus gentes. Distintos miembros de la comunidad trans de la ciudad, posan sobre las baldosas que quedan en los solares donde se encontraban las cantinas y las salas de baile de la ciudad.

Finalmente, nos dirigimos a la última escala del día antes de dirigirnos a la estación a coger nuestro tren de regreso a Zaragoza. Es el Jardín Botánico, donde tradicionalmente se muestran un par de exposiciones del festival y se suele instalar la librería o la tienda de recuerdos del mismo.

Por un lado, visitamos la exposición dedicada a Elliott Erwitt y las fotografías de sus dos viajes a Cuba. Las del primero, con mucha más enjundia, en 1964, metiéndose y fotografiando en el entorno próximo de los líderes de la revolución, retratando en diversas ocasiones a Fidel Castro y Ernesto Guevara, en un momento en el que las relaciones entre el país caribeño y EE.UU. ya estaban seriamente deterioradas. Las del segundo, invitado en 2015 por una conocida marca de licores cubana, más anecdótica.

Por otro lado, Peter Fraser analiza la relación del mundo con las matemática, adhiriéndose a la tesis de la naturaleza intrínsecamente matemática del universo. A la que yo no me adhiero. Las matemáticas modelizan el universo desde mi punto de mi vista, pero no necesariamente lo rigen. En cualquier caso, vistosas fotografías en color de gran formato, en el que cabe pararse detenerse a reflexionar sobre los aspectos matemáticos, las más de las veces geométricos, que inspiran al autor.

Queda un tiempo para visitar la tienda y comprar un par de libros de los que hablaré otro día y salir paseando del jardín botánico con tiempo para llegar sin agobios a coger el tren en Puerta de Atocha.

Lo mejor de todo es que es la primera vez en que visito las exposiciones de PHotoEspaña con un grupo de aficionados a la fotografía como yo. Normalmente lo he hecho por mi cuenta o acompañado de alguna de mis amistades en la capital. Que también está muy bien. Pero esta ocasión creo que ha sido más enriquecedora por la capacidad de dialogar y comentar sobre la marcha, por la posibilidad de que la visión de los otros nos hiciera descubrir aspectos de las obras que a lo mejor se nos hubieran escapado. Espero que podamos repetir en años venideros.