La fotografía como afición y otras artes visuales

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Uno se tiene que premiar a sí mismo de vez en cuando... - Fujifilm GFX 50R con Fujinon GF 50 R LM WR (y un flash)

Yo los propósitos de cambio no los hago el día 1 de enero del año correspondiente. A propósito de que estamos en esas fechas cuando todo el mundo hace... eso... propósitos. Durante el 2021 me hice un propósito, cuyo logro me ha costado esfuerzo y constancia, pero que llegado diciembre iba muy bien. Así que decidí premiarme. Un premio en consonancia con ese esfuerzo. E inspirado por una cámara que tengo y uso desde mi viaje a Nueva York en 2013. Próximamente volveré a la cuestión con la excusa de un rollo de Kodak Ektar 100 que hice con ella en diciembre.

Las fotografías están realizadas en el formato RAF (el "raw" de Fujifilm) y desrawtizadas con Capture One 22 Express para Fujifilm. Este software es gratuito. Y va muy bien. Aunque necesitas otro para opciones no presentes más que en la versión de pago. Pero con Affinity Photo tienes el completo a un precio muy conveniente, y funciona correctamente. He trasteado con los famosos modos de simulación de películas tradicionales. Pero aún no tengo una opinión definida respecto a estos.

Este "premio" autootorgado del que hablo... es una cámara fotográfica. Distinta de lo que tengo hasta el momento. Y ha venido facilitado por los cambios en las listas precios de cámaras fotográficas en los últimos años. Veamos como lo explico...

La fotografía digital... es muy práctica y conveniente. Pero puede ser un poco aburrida. Es la que más practico en los viajes. Donde no es aburrida. Y no es aburrida porque, para mí, viajar no es nada aburrido. Pero en lo cotidiano, me resulta más desafiante el uso de cámaras para película tradicional. La película tradicional es mucho menos conveniente que la captura digital. Tarda más. Tienes que gastar en consumibles. Los resultados son "menos perfectos", suponiendo que esto signifique realmente "algo". Pero precisamente por sus limitaciones, me resulta mucho más estimulante y me ayuda a mejorar más. No soy profesional, y por lo tanto no tengo obligación a obtener un rendimiento. Lo hago por mi satisfacción. Y mi satisfacción está asociada al esfuerzo personal. Conseguir un foto decente despues de tirar 300 fotos en una tarde en lo que yo llamo "el éxito por aplastamiento estadístico",... no me resulta estimulante. Y es algo, que se reconozca o no, se hace.

En película tradicional, hay un ámbito que me obliga a esforzarme mucho más para conseguir buenos resultados. "Buenos resultados" a mi nivel. Nunca seré un artista; pero puedo aspirar a ser un razonable artesano. Y ese ámbito de esfuerzo persona es uso cámaras de formato medio. Conseguir buenas fotografías con calidad intrínseca, nítidas, bien enfocadas, sin trepidación, y además con una composición razonablemente buena, con un fotograma de 56 x 56 mm es más difícil, exige más esfuerzo, atención y dedicación, que con el fotograma tradicional de 24 x 36 mm. O con un negativo de 56 x 42 mm que es el de la Fujifilm GS645S Wide60 a la que me refería antes. Pero yo opino que se  aprende más y quedo más satisfecho tirando por la vía complicada. Es como soy.

Las cámaras digitales son demasiado competentes. Con mis cámaras de formato micro cuatro tercios, que perdonan más los errores que otras de formato mayor, es relativamente sencillo conseguir fotografías nítidas y utilizables, especialmente en mis viajes, donde las uso. Otra cosa es que las fotos sean buenas a nivel conceptual, estético, de contenido. Pero eso no tiene nada que ver con la cámara. Tiene que ver con el cerebro del fotógrafo. Y no es de lo que hablamos hoy aquí. Con un formato pequeño, de 17,3 x 13 mm, es más fácil enfocar bien, es más fácil que la foto no esté trepidada o no se note la trepidación, y más con los medios de estabilización de la imagen de hoy en día. Por eso y por el ligero tamaño y peso de las cámaras y los objetivos, son ideales para viajar. Nadie conseguirá hacerme cambiar de idea en eso. Dan un excelente rendimiento, permitiendo ampliaciones de tamaño Din-A2 sin problemas. ¿Quién diablos quiere más complicación de cámara si no es profesional?

Al igual que con la película, si uno quiere tener desafíos, tiene que pensar a lo grande... Pero pensar a lo grande en digital es... considerablemente más caro que con la película tradicional. Hasta que Pentax y Hasselblad empezaron a sacar cámaras con un sensor de 44 x 33 mm por precios entre los 9000 y los 12000 euros, los precios del formato medio digital se movían en las varias decenas de miles de euros. Y hablo sólo del cuerpo. Los objetivos cuestan también algunos miles de euros, incluso en sus focales sencillas más habituales. Recuerdo que en 2014, en París, en el bulevar Beaumarchais, donde se agrupaban tradicionalmente los comercios de fotografía, una solución económica para el medio formato digital era adquirir un respaldo digital para las Hasselblad V, como mi 500CM, por 12000 euros. Todo muy caro, si no eres un profesional que esperas un retorno sobre la inversión. Pero la suma de otros actores en este panorama, especialmente Fujifilm, ha ido modificando el paisaje. Y los precios se han ido ajustando. Y de repente es posible conseguir una cámara, un objetivo y un flash pequeño, para rellenos, por el precio de una reflex digital de 24 x 36 mm. Porque los precios de los formatos más pequeños y asequibles han ido al alza en los últimos tiempos. Los fabricantes están abandonando las gamas básicas de sus ofertas, y se están centrando en las cámara para profesionales y aficionados avanzados, que dejan más margen. Si repasamos las gamas de cámaras de objetivos intercambiables sin espejo réflex, no encontramos en la práctica tan apenas cámaras en los 600 euros como sucede con las cámaras digitales réflex, que sí tienen esta gama de cámaras, pero que hace mucho que no se renuevan.

La cámara que he adquirido es equivalente a lo que en los concesionarios de coches llaman "coches de km. 0". No ha salido de la tienda, pero su envase ha sido abierto y ha sido utilizada por un vendedor para demostrar su funcionamiento. Tiene algunas actuaciones de obturador en su haber... pero poca cosa; 420 en mi ejemplar. Y su llegada al comercio es sólo de unos meses antes de la compra. Por lo tanto, no se puede considerar nueva, pero en la práctica es a estrenar. Y ha perdido valor. Y así es como conseguí mi Fujifilm GFX 50R, con sensor de 44 x 33 mm, aproximadamente. Venía con un firmware 2.2, cuando en septiembre de 2021 salió el 2.3, por lo tanto es anterior a esa fecha, pero por lo demás como nueva, con sus garantías y sus todos. Es un kit, y viene acompañada con un objetivo estándar, un Fujinon GF 50 mm f3,5 R LM WR, y un pequeño flash EF-X20, de número guía 20 como se puede suponer, que es una potencia modesta, pero superior apreciablemente a la de los flashes integrados que habitualmente llevan las cámaras que los incorporan, o de los minúsculos flashes que vienen como complemento de sistemas de formatos más pequeños. La mayor parte de los equipos de formato digital de formato 24 x 36 mm sin espejo que han salido en el mercado en los últimos tiempos, con objetivo incluido, salen más caros que lo que me ha costado a mí. Y no digo con ello que sea barata. Pero es que los equipos fotográficos de cierto nivel... no salen baratos.

El kit de cámara, objetivo y flash adquirido junto a la pequeña Fujifilm Finepix XF10, que ya tenía desde hace más de dos años. Como esta está adelantada, parece menos pequeña que lo que es comparada con la GFX 50R.

La cámara la encargué antes de Navidad a un comercio austriaco y me anunciaron como fecha probable de llegada el 11 de enero. Pues bien, el 27 de diciembre llamaron a mi puerta con ella. Así que he tenido unos cuantos días para ir probándola. Como he dicho, la captura se realiza con un sensor de 44 x 33 mm de tamaño, lo que es 1,7 veces más grande que el 24 x 36 mm, 3,7 veces más grande que los APS-C, y 6,5 veces más grande que los micro cuatro tercios. Grosso modo. Pero es más pequeño que los sensores de lo que algunos consideran el "formato medio real", que con 54 x 41 mm de tamaño en cámaras Phase One y Hasselblad, carísimas, son 1,5 veces más grande que ese formato medio asequible. Cuando digo carísimas es multiplicar el precio del cuerpo de mi Fujifilm GF 50R cuando la venden como totalmente nueva por 10. Eso sí... los de Fujifilm no se cortan un pelo... y al formato 44 x 33 mm lo llaman "gran formato" (large format). Con un par.

Por supuesto... cuanto más grande es el tamaño del sensor de imagen, más difícil es conseguir un fotografía de calidad técnica intrínseca. Más delicado es el enfoque preciso, más fácil es que trepide, más pesado es el equipo, mejores y más grandotes tienen que ser los objetivos, el desafío se multiplica con el tamaño. Y encima tienes que plantearte hacer fotos que justifiquen haberte metido en este embolado. Pero bueno... tiempo al tiempo. Para empezar, el objetivo acompañante, ese 50 mm que tiene un ángulo de visión similar a los 40 mm del 24 x 36 mm, focal que me encanta, es realmente nítido. Nuevamente, una focal que me agrada y me convence por experiencias previas, como el Fujinon 60 mm de la Fujifilm GS645S Wide60 o el Summicron 40 mm de la Leica CL. 

El objetivo es muy nítido. En algún sitio he oído que decía que era un pancake del formato medio. Pero supongo que sería un humorismo. Porque aunque mucho más pequeño que otros objetivos del sistema, no es pequeño en términos absolutos. De todas formas, el conjunto es llevadero. No es más oneroso que una réflex del llamado full frame con un zoom estándar, tipo 24-70 mm f4, colocado. Es menos.

Siendo la GFX 50R la cámara más básica del sistema GFX de Fujifilm, tiene la forma rectángular de las telemétricas, aunque no lo es, que algún listo ha confundido la analogía con la realidad en alguna "review", y carece de estabilización de imagen incorporada en el cuerpo. Algunos objetivos del sistema la llevan incorporada ellos, pero no el "pequeño" 50 mm. Es una cámara que está atrayendo a fotógrafos de paisaje, que no necesitan la estabilización, porque usan trípode, pero también a ciertos fotógrafos documentalistas. Estos tampoco necesitan la estabilización, porque muchas veces tienen que fijar al sujeto, y no a la cámara. Y para ello hay que subir la velocidad de obturación necesariamente. Con el tiempo he aprendido a relativizar la importancia de esta prestación, la estabilización de imagen, en mis viajes. Y lo que sí que tiene, si la vas a sacar a la intemperie, es que tanto la cámara o como el objetivo son resistentes a las inclemencias del tiempo atmosférico y la intemperie. Muy resistentes. Muy bien.

Todavía me queda mucho para terminar de familiarizarme con el sistema. Tengo que ir encontrando las opciones de personalización del funcionamiento que me acomoden. Porque algunas de las opciones por defecto de la cámara no me gustan nada. Por ejemplo, la rueda que controla la sensibilidad ISO están en un lugar y tiene un tacto, que es facilísimo moverlo sin querer. Y no es cuestión. Las cámaras de Fujifilm tienen buena ergonomía, pero siempre tienen alguna tontada inexplicable para unas máquinas tan pensadas y cuidadas. En algún momento del día, los ingenieros japoneses deben tener una hora tonta al día... y todas las cámaras de la marca vienen con una tontada u otra como consecuencia. Es lo que me dicta mi experiencia con la marca [Nota al pie]. De momento nada más, que ya me he enrollado mucho. Os dejo puestas algunas fotos de la cámara y de las que he hecho estos días para irme familiarizando... y hasta la próxima.

Mi buen amigo José Antonio, que es un Fujista de pro con su X-H1, se prestó a servir de modelo para probar el flash como flash de relleno, mientras paseábamos con nuestras cámaras.

[Nota al pie] Con esto de que muchos fotógrafos, profesionales o aficionados, configuran tribus basadas en sus marcas preferidas, pululan por ahí los "fujistas" y "X-photographers". Yo no me considero "fujista". Incluso si tengo, por orden de adquisición, una compacta muy simpática, la Fujifilm Finepix F10 de 6,3 megapíxeles, la GS645S para película de formato medio, la Fujifilm Finepix XF10 que os recordaba recientemente, y la Fujifilm Instax SQ6 para película instantánea tipo Instax Square. Cosas mías... me cuesta identificarme con las tribus. Más cuando uno de esos "fujistas", cuando me planteé acudir a una de sus quedadas con la GS645S, me dijo que a lo mejor no era mi sitio... al parecer entendía por "fujista" a quien llevase una cámara digital de la serie X con sensor APS-C. Qué melonada, ¿verdad?