Vivitar fue en su momento un marca bien conocida en el mundo de la fotografía. Establecida por una empresa norteamericana, californiana, durante una época comercializó todo tipo de chismes fotográficos, aunque sus productos más conocidos eran objetivos que comercializaba para las monturas habituales de cámaras réflex en el mercado. Bien es cierto que solía encargar la manufactura de los mismos a fabricantes japoneses o coreanos... Tokina, Cosina o Kiron fueron los más habituales, pero también Sigma, Samyang (estos son coreanos) e incluyo Olympus han fabricado objetivos bajo marca Vivitar. Alguna cámara apareció también, muchas de ellas Cosinas que se declinaron bajo diferentes marcas. E incluso alguna unidad de flash electrónico que llego a tener un carácter semiprofesional, y que fue muy solicitada. Entre los objetivos, los "Series 1", los fabricara quien los fabricase, llegaron a tener cierto prestigio porque eran fabricados con estándares más altos de calidad. Desde hace unos años la marca pertenece a otra empresa que la cede, supongo que a cambio de los correspondientes pagos, para que aparezca en todo tipo de chismes fotográficos o electrónicos de calidad y características no especialmente destacables.
En algún momento de la primera década del siglo XXI apareció en el mercado una cámara para película tradicional con el sumamente descriptivo nombre de Vivitar Ultra Wide & Slim. Es decir, Vivitar ultra gran angular y delgada.
Al parecer fabricada en China, es una cámara diminuta, muy estrechita, de ahí lo de "slim". Y su característica más notable probablemente es que su objetivo tiene una focal de 22 mm. Es decir es un gran angular realmente muy abierto, lo cual puede abrir una posibilidades creativas notables.
En la cámara no viene más información técnica, pero al parece se le asume un objetivo de enfoque fijo con un diafragma también fijo f/11, y una velocidad de obturación de 1/125 s. Con esas características, suponiendo que esté enfocada a la hiperfocal, quedarían razonablemente nítidos los objetos situados entre 75 centímetros e infinito. Con una película negativa en color de ISO 200/24º se podría fotografiar en exteriores en días nublados, aunque no demasiado, o soleados. Como la película negativa en color soporta bien la sobreexposición quedarían bien. Para más seguridad, mejor utilizar película de ISO 400 u 800 para poder usarla en la sombra o en días con nublados más densos. Todo esto teóricamente. Luego hablaré de mi experiencia.
Tiene una tapa trasera que no es nada fácil de abrir, y una rueda para el avance de la película. En la parte superior, el botón disparador y un contador de exposiciones que no es fácil de leer. Nada más... bueno, una correita para sujetarla a la muñeca. Un buen detalle. No lleva flash incorporado ni posibilidad de utilizar uno externo.
Toda ella parece estar echa de plástico. Y si abrimos la tapa...
Vemos que tiene el espacio justo para el carrete de película de 35 mm y poco más. El visor, de visión directa, distorsiona un montón y por lo tanto el encuadre es muy aproximativo. Más que probablemente el ángulo de visión del visor es menor que el del objetivo, por lo que en el negativo aparece más de lo que vemos. Esto es útil para enjuagar el error de paralaje... y así no sacamos muchas cabezas cortadas.
La filosofía de utilización es... si tienes luz suficiente, apuntas, encuadras y disparas. No hay que hacer nada más.
Se sabe que existen versiones bajo otras marcas. Probablemente se ha usado como objeto de promoción de empresa en eventos. Es decir, en congresos, simposios, convenciones y similares, una empresa la regala junto con un carrete a los asistentes por si quieren hacer fotos de recuerdo. Insisto en que con sus características, muy bien iluminado tiene que estar un interior o muy alta tiene que ser la sensibilidad de la película para poder ser utilizada en esas condiciones. Es cámara para usar en exteriores. Su precio... a mi me costo 20 euros en ebay, más cuatro euros en sellos.
Veamos su utilización.
He de reconocer que no tuve piedad con ella. Contraluces y situaciones de luz variadas para ver como respondía. Como yo pensaba que el diafragma era de f/8 decidí ponerle una película de Ilford FP4 Plus de ISO 125/22º, que luego revelé en revelador Kodak HC110, a dilución 1+31 durante 9 minutos.
Si es cierto que usa una combinación de diafragma f/11 y velocidad de obturación 1/125 s, creo que en las condiciones que la usé debería haber encontrado varios fotogramas francamente subexpuestos. Esto, en líneas generales, no sucedió. La escultura de la plaza de España de Zaragoza aparece razonablemente bien iluminada salvo la cara que esta muy en sombra. Como el contraste de los negativos era relativamente normal, tampoco tengo que asumir que el revelado produjera un forzado en los tonos. Por lo tanto, tengo la impresión de que, una de dos, o el diafragma es más abierto o el obturador es más lento. O estamos manejándonos realmente a f/11 y 1/60 o a f/8 y 1/125.
La facilidad con la que algunas personas viandantes salen movidas me hace suponer que la realidad es la primera versión. Quizá el diafragma sea de f/11, pero es muy posible que el obturador sea impreciso y se mueva más bien a una velocidad de 1/60 s por obturación. Así que olvidémonos de intentar fijar los sujetos más activos.
La definición en general es modesta, con bajones en las esquinas. Además viñetea bastante aunque sin que sea caricaturesco. Lo esperable. Aprovechable estéticamente ablando. Los contraluces los soporta mucho mejor de lo que yo esperaba. Y si es cierto que se produce pérdida de contraste, al escanear el negativo se puede ajustar un poquito y obtener una fotografía razonable.
La presenté en sociedad en una reunión de bienvenida del periodo vacacional de Fotógraf@s en Zaragoza. Solamente a horas ya avanzadas y con poca luz, se empezó a notar la escasez de sensibilidad de la película que le puse.
Probablemente, en una próxima escapada de unos días por el mundo me la lleve con algún carrete en color de ISO 400. A ver que tal se comporta. Espero que bien ahora que la conozco un poco mejor.
En cualquier caso ya os lo contaré... No espero que dure mucho, no obstante. Se ve que su calidad de fabricación es floja. Es poco más que una cámara desechable pero con posibilidad de reutilizarla... iba a decir indefinidamente, pero lo dejaremos en mientras dure. Pero su objetivo gran angular la hace muy atractiva, especialmente en reportaje y en paisaje tanto urbano como natural.
Hoy os presento otra cámara de las que tengo por casa, pero hoy no voy a hablar de ella con mi experiencia fotográfica directa, sino por haber convivido con ella durante muchos años. Era la cámara que usaba mi padre, o lo que es lo mismo la cámara familiar, con la que se tomaron buena parte de las fotografías de recuerdo de mi infancia y parte de la adolescencia. La he desempolvado dentro de un proyecto en el que estoy, analizando el contenido del "baul de los recuerdos" casero, un baulito de latón en el que mi madre metía objetos diversos, en su mayor parte fotografías. Y ahí empecé a encontrar fotografías que sabía que habían sido realizadas con la cámara que os presento hoy.
La cámara la tengo por casa desde hace años. En principio como un objeto de recuerdo nostálgico más que nada. En su momento se dejó de usar porque en principio no funcionaba... pero la he estado revisando, y aunque no le he puesto un carrete y he hecho fotos con ella, no veo que le pase nada malo. El obturador parece funcionar. Y no se percibe daño estructural por ninguna parte...
En cualquier caso, las fotografías de ejemplo que traigo pertenecen a otras épocas y no están realizadas por mí. Fundamentalmente están hechas por mi padre en los años que van entre 1963 y 1973.
Yo la recuerdo en casa desde siempre. Después de haber investigado un poquito, parece que este modelo de cámara Viking con objetivo Vikinar fue fabricado por una empresa española llamada Manufacturas de Física Aplicada Fowell S. A. que durante la primera mitad de los años cincuenta había fabricado ya una cámara. copia de una nortemericana. La que vamos a denominar Viking Vikinar parece que fue fabricada entre 1960 y 1965. Mis padres la compraría en algún momento en sus primeros años de matrimonio, o como más tardar en mi primer año de vida o principios del segundo. He localizado fotografías probablemente realizadas con esta cámara en las que yo apenas comenzaba a caminar, cosa que sucedió cuando yo tenía 13 meses de edad. Fui hijo único hasta los 9 años de edad en que nació mi hermana, por lo que durante ese tiempo la mayor parte de las fotografías realizadas con ella son mías, solo o acompañado de mi madre. También aparecen otros familiares y amigos de la familia. Especialmente mis padrinos y sus dos hijas.
Era también la cámara de las vacaciones, que desde que cumplí los tres años y hasta el año anterior a que naciera mie hermana fueron sistemáticamente en Benicarlo, desde donde hacíamos excursiones frecuentes a Peñíscola.
La cámara es muy sencilla. Un cuerpo de plástico que aparenta ser aluminio, con muy pocos elementos de control. Hay una palanca para avanzar la película y una rueda para rebobinarla una vez expuesto el carrete, estándar de formato 135. En esta rueda de rebobinado hay un sistema para indicar la sensibilidad de la película en las escalas ASA y DIN, pero que es un mero recordatorio, ya que la cámara no dispone de fotómetro.
La cámara lleva un objetivo Vikinar 48 mm f/6,3. Acromático,... supongo por lo tanto dos elementos, dos lentes. Si llevase tres, por lo menos le pondrían un nombre del tipo Anastigamat o algo así. La apertura se puede regular con una palanca que tiene tres posiciones; soleado, nublado y nublado con lluvia. Si suponemos que el "nublado con lluvia" es f/6,3, tal vez las siguientes sean aperturas en las que se sigue un razón de la mitad de superficie que la anterior. En ese caso estaríamos hablando de tres aperturas: f/6,3 - f/9 - f/12,5. Este correlación de diafragmas fue frecuente en objetivos alemanes de principios de siglo. Pero en los años 60 ya se había impuesto el f/5,6 - f/8 - f/11... quizá la abertura mayor del Vikinar fuese f/6,3 pero los siguientes sería f/8 y f/11. No lo puedo saber sin hacer pruebas. Tiendo a pensar que la primera opción es la apropiada. Con frecuencia hoy decir a mi padre que aunque hiciese un tiempo soleado, con las películas de sensibilidad media (100 ASA - 21 DIN) de la época era mejor hacer las fotos en la posición nublado. Pero bueno... no nos olvidemos que puede ser un conocimiento intuitivo de que los negativos se llevan mejor con la sobreexposición que ocn la subexposición.
El obturador tiene dos posiciones: I y T. "I" significa instantánea, y parece que se corresponde con una velocidad de obturación de 1/125 segundo aproximadamente. En ese caso, realmente sería adecuada para exposiciones al aire libre de acuerdo a las condiciones mencionadas. La "T" implica que el obturador queda abierto en exposiciones prolongadas. Pero no hay ninguna rosca para ajustar un cable disparador. Hay una falsa zapata para accesorios en la parte superior que no sirve para nada, y no lleva conexión alguna para flash. Hay que olvidarse de exposiciones en interior salvo usando la posición "T" del obturador.
La distancia de enfoque es fija. Suponiendo que lo esté en la hiperfocal, podríamos hacer cábalas sobre cuál de las tres posiciones del diafragma es la de referencia. A f/12,5, la hiperfocal serían 6 metros aproximadamente, con un límite inferior de 3 metros. A f/9, la hiperfocal serían 8,5 metros aproximadamente, con un límite inferior de 4,3 metros. A f/6,3, la hiperfocal serían 12 metros, con un límite inferior de 5 metros. Apuesto por la un enfoque fijo a una distancia de entre 5 y 6 metros. La mayor parte de las fotografías de la época, las que copias que se obtenían en las tiendas de fotografía, tenían un tamaño que no llegaba ni siquiera al 10 x 15 cm que luego se haría popular. Más bien estaríamos como mucho en los 9 x 13 cm aproximadamente. En esas condiciones, la apariencia de enfoque aumentaría y casi con cualquiera de los tres diafragmas, a una distancia de enfoque fija de 5 a 6 metros, tendríamos una sensación de nitidez en todo el diafragma. Con ampliaciones más grandes... habría que comprobar...
Como veis, un aparato anodino, destinado a personas con nivel adquisitivo modesto y a un uso familiar. Una cámara adecuada para la triste España de la época. Pero que sin embargo está asociada a recuerdos muy alegres. Especialmente porque mi padre nunca llegó a pillar el truco al hecho de que hay un error de paralelismo entre el objetivo y el visor directo, que con una focal relativamente larga como son esos 48 mm provocaba de vez en cuando cabezas cortadas y otros accidentes de encuadre que daban lugar a divertidas polémicas familiares.
Confirmar algunos extremos técnicos mencionados conllevaría ponerle un carrete y hacer algunas pruebas... pero no sé... para estos momento... he preferido hacer el análisis fijándome en las fotografías de antaño. Quien sabe si más adelante...
Durante estas vacaciones pasadas tenía intención de dedicar algún tiempo a la fotografía estenopeica. Voy muy mal en mi proyecto de construir una camara de este tipo de gran formato, en torno al tamaño de 20 x 25 cm. En mi cabeza se trata de un chisme que permita obtener el aspecto inequívoco de la fotografía estenopeica, pero con un razonable nivel de nitidez. Todo llegará.
Mientras tanto, se trataba de utilizar la Holga 120WPC de la que ya os hablé en su momento. De hecho, estuve tomando unas cuantas fotos en el entorno del camino de Miraflores de Zaragoza, zona suburbana, donde se confunden el paisaje urbano y rural de forma característica.
Esta cámara, como ya comenté, mediante un sistema de máscaras permite realizar fotogramas de aproximadamente 6 x 9 cm y 6 x 12 cm de tamaño. La suelo utilizar a 6 x 9 cm. Si no tienes cuidado, acabas haciendo alguna doble exposición,... que si hay suerte puede quedar curiosa.
El caso es que el día en que nos acercamos a Madrid para la exposición del Bosco y otras exposiciones de PHotoEspaña, me encontré en la tienda del Caixaforum madrileño una bonita cámara de madera, estenopeica, de acabado impecable, y con un sistema de imanes de neodimio para colocar en su sitio los distintos elementos de la cámara.
En la foto anterior vemos la palanca de madera que ejerce de obturador y que se mantienen en sus posiciones cerrada o abierta con los mencionados imanes de neodimio, resultando en un accionamiento muy suave. Sin problemas. Mediante un sistema de láminas separadoras, se pueden realizar fotogramas de distintos formato. Fundamentalmente, 6 x 6 cm, 6 x 9 cm y 6 x 12 cm. En el folleto incluido, habla también del 6 x 8 cm, aunque no sé muy bien como.
Como se puede suponer, la películas es de formato 120, de 6 cm de ancho. Los ejes de los carretes tambien se sujetan con un sistema de imanes, lo cual hace que haya poco riesgos de que se estropeen sistemas mecánicos, ni por mal uso ni por desgaste.
El estenopo, que se ve en el centro de la lámina dorada en el centro, tiene un diámetro de 0,3 mm que para la focal de 40 mm anunciada, da una apertura relativa de f/135. Yo preferiría un esfuerzo un poquito mayor en este capítulo, que intentarán bajar los diámetros de los estenopos a 0,15-0,20, para conseguir una apertura relativa de unos f/200 a f/265. No se pierde la estética de la estenopeica, no pasa nada por aumentar unos segundos la exposición, y aumenta la nitidez de la imagen.
La tapa posterior también se sujeta en su sitio mediante un sistema de imanes de neodimio, lo sufiecientemente firme como para que no hayas filtraciones de luz. Los círculo que en la imagen parecen negros correponden a las ventanas con filtro rojo para leer el número de exposiciones realizadas. Es difícil de usar sin una luz directa que los ilumine.
He probado la cámara usando los separadores para fotogramas de 6 x 6 cm, con un carrete de negativos en color que todavía no he revelado y un carrete de Fujifilm Neopan Acros 100. Esta última es muy adecuada, por su resistencia al fallo en la ley de reprocidad. Hay que llegar a exposiciones de casi minuto y medio antes de que esta falle, mientras que con otras películas, a partir de un segundo ya hay que compensar. En situaciones normales al aire libre, es fácil medir la luz y obtener buenas exposiciones. Si a pleno día aplicamos la regla "soleado f/16", una exposición equivalente a f/16 y 1/100 s sería equivalente a f/135 y 1 segundo aproximadamente. Si está nublado, pues 4 segundos. Y en la sombra no muy densa, 8 o 10 segundos. Sin muchos problemas.
Veamos algunos ejemplos tomados en el Parque Grande de Zaragoza.
En general, el resultado es razonablemente bueno. Pero sigo diciendo que para un ángulo de visión equivalente a unos 20 - 22 mm en formato 24 x 36 mm, un estenopo más fino, permtiría una nitidez en el centro de la imagen mejor. Desde luego, veremos como llega el escaneado profesional de Carmencita Film Lab con los negativos en color, pero el aspecto de las fotografías obtenidas no es equiparable a las de propaganda de la página web de Ondu, que se ven mucho más nítidas.
Por lo demás, es un aparato muy bonito, muy bien hecho de forma artesanal, y que puede ser muy divertido de usar. Muy probablemente en un futuro lo usaré con formatos de 6 x 9 o 6 x 12 cm... pero de momento, para probar, mejor disponer de 12 exposiciones por carrete en lugar de los 8 ó 6 de los formatos mencionados.
Comprobé el otro día con un cierto grado de sorpresa que desde que escribo estas páginas nunca he hablado de las Minox 35. Un tipo de cámaras que me acompañaron con frecuencia por el mundo en los años 90 del siglo XX, proporcionándome bastante satisfacciones.
Minox fue un fabricante de cámaras que surge en Riga, Letonia, en el período de entreguerras, aunque bajo la iniciativa de Walter Zapp, natural del lugar pero de etnia alemana. Las cámaras que originalmente concibe Zapp van a ser unas estilizadas cámaras de formato subminiatura, que con el tiempo van a ser conocidas como "las cámaras de los espías". De pequeño tamaño, fácilmente transportable, y capaces de cubrir un folio con un fotograma. Subminiatura signfica con carácter general todo aquel formato inferior al formato "miniatura", que en los años 20 y 30 del siglo XX era el 24 x 36 mm de Leica. Es irónico que ahora se denomine a ese formato como "full frame" o "formato completo". De hecho, los negativos de aquellas Minox tenían unas dimensiones de sólo 8 x 11 mm.
Pero no son de las cámaras subminiaturas de las que voy a hablar. Hacia 1974, Minox, que se había trasladado a Alemania occidental después de la Segunda Guerra Mundial, comienza a fabricar las Minox 35 mm. Cámaras muy compactas, para película perforada de 35 mm y formato estándar de 24 x 36 mm. Cuando digo muy compactas, digo bolsilleras, con unas dimensiones similares a las de un cajetilla de tabaco de 20 cigarrillos. Os pongo una imagen de la que tengo en estos momentos y desde hace quince años.
Todas ellas tenían las siguientes características generales. Un tamaño similar, aunque con alguna diferencia en la silueta según las series, un sistema de exposición automática con prioridad al diafragma, necesita de pilas para funcionar, un objetivo retractil de 35 mm de focal y 1:2,8 de apertura máxima y... poco más, según los modelos.
Aunque con distintas variantes, las dos series principales fueron las que tenían su denominación que empezaban por M y las que empezaban por G. Las primeras tenían un objetivo denominado Color Minotar 35/2,8 y las segundas MC Minoxar 35/2,8. Tomad este dato como aproximado. No me consta diferencias sustanciales entre los objetivos. Ambos eran una fórmula de tipo Tessar, 4 lentes en 3 grupos, bastante eficaz, con obturador central. Esto hubiera permitido la sincronización del flash a todas las velocidades de obturación que llegan hasta 1/500 s, pero en la práctica no era así. Al introducir un flash en la zapata de accesorios, empujaba una palanquita y a partir de ese momento la cámara siempre elegía la velocidad de obturación de 1/60 s. Se habla de que las versiones Minoxar más nuevas tendría mejors revestimientos y ofrecerían mayor contraste. Las de la serie M, llamémosle así, podría ofrecer además de la prioridad al diafragma un programa completo, y permitían retener la exposición con una pulsación a medias del botón disparador. Esto estaba muy bien. En cualquier caso, todas tenían un botón x2, que permitían compensar la exposición en contraluces, o en cualquier otra situación en la que hubiera riesgo de subexposición. La única forma por lo demás de corregir la exposición era modificar el valor ISO de la película. Si tenías una película de 100 ISO y ajustabas 50 ISO sobreexpones un paso, si ajustas 200 ISO subexpones un paso. Una pena no disponer de un compensador de exposición, porque el fotómetro, situado junto al objetivo, es bastante preciso. Yo lo he usado con película diapositiva, que es más difícil de usar.
Se enfoca por estimación, y el objetivo dispone de una escala de profundidad de campo muy útil. Yo tuve dos. Una Minox 35 ML que adquirí en 1991 y perdí en 2001 en un viaje por Bélgica, y una GT-E que compré a continuación para sustituirla y que todavía tengo y funciona sin problemas. La primera la usé mucho. Me acompañaba a muchos sitios por no ocupar espacio en casi ningún sitio, y en los viajes, mientras la Canon EOS llevaba película diapositiva, la Minox iba con negativos en blanco y negro. Sólo hacia finales de los 90 empecé a alternarla con la Olympus mju-II, especialmente cuando había riesgo de inclemencia de tiempo. La Olympus era más resistente, la Minox permitía controlar mejor la exposición. Si te aprendías a estimar bien la distancia de enfoque, incluso la podías usar con aperturas abiertas, permitiendo enfoques y desenfoque selectivos. Cosa que con la Olympus era más complicado. Por lo demás, lo normal es usarla a f/8 y con enfoque por zonas.
Por supuesto, tratándose de un angular moderado y con una apertura máxima de 2,8 no podemos pretender un gran desenfoque de los fondos, pero sí un cierto aislamiento del sujeto principal.
Estas cámaras tenían, porque ya no se fabrican, otros elementos interesantes. Por ejemplo, un temporizador del disparador. Que venía bien tanto para que el fotógrafo saliese en la fotografía como para realizar exposiciones con tiempo de obturador largo, evitando trepidaciones, mientras se coloca la cámara en una superficie plana o en un trípode, para el cual lleva zócalo en su parte inferior.
Ya he hablado del botón x2, que sobreexpone un paso sobre lo calculado por la cámara. En el práctica, con los negativos en color actuales, yo lo llevo permanentemente activado. Son películas a las que sienta muy bien la sobreexposición, y de esta forma evitamos sistemáticamente la subexposición. Y una preocupación menos. Se escoge el diafragma según la estética de la fotografía buscada, se decide el punto de enfoque, se encuadra y se dispara. Puede ser muy rápido.
A la cámara se le pueden poner filtro, pero son dedicados. No hay una rosca más o menos universal. Eso sí, el filtro cubre la célula del fotómetro, y por lo tanto este tiene en cuenta el recorte de luz ocasionado por el filtro.
Ya he mencionado el problema del flash. Existen flash de la marca dedicados, que se ajustan a las formas de la cámara. Pero a pesar de la potencialidad del obturador central, sitúan la velocidad de obturación sistemáticamente a 1/60 s, en lugar de permitir disparar incluso a 1/500 s, lo cual vendría bien para usar el flash de relleno en situaciones con abundante luz. Lo que yo hice en alguna ocasión fue comprar algún flash sencillo y pequeño, recortar la esquina de la zapata para evitar que accionase el mecanismo comentado y permitir la amplia gama de velocidades de obturación. El problema es que cuando se utiliza en situaciones de poca luz, no hay forma de limitar entonces la velocidad de obturación, y te disparaba el flash con velocidades de obturación muy lentas. Si no estaba fija la cámara o el sujeto fotografiado, se producía problemas de trepidación o dobles exposiciones (por la iluminación del flash y de la luz ambiente).
En los años 90, Minox, que tiene su sede en Wetzlar, como Leica en su origen y en la actualidad, estuvo participada accionarialmente por esta. Cuando llegó el auge de la fotografía digital, su ya marginal nicho de ventas se estrechó más todavía, y abandonó todas sus líneas de cámaras de fotografía para película, tanto estándar de 35 mm como las míticas subminiaturas. Y se empezaron a vender cámaras digitales que eran réplicas en miniaturas de míticas cámaras para película con la marca Minox. Tonterías, más en el terreno de la anécdota que de la fotografía seria.
Sigue fabricando binoculares y telescopio para el naturalista, así como ópticas para armas de caza. Pero está muy lejos de los productos míticos que hicieron de esta marca, primero letona y después alemana, una marca famosa en el mundo de la fotografía. De las Minox 35 se decía que eran la Leica de los pobres. No eran baratas realmente, pero con su buena óptica de 35 mm, muy adaptada al reportaje, tenían un campo de utilización que se aproximaba teóricamente al de las telemétricas del punto rojo con sus objetivos de 35 mm. Y son extraordinariamente discretas y en la práctica totalmente silenciosas. Yo he disfrutado mucho usándolas.
Aunque nunca le perdonaré a la Minox 35 ML que me acompañó por toda Europa durante 10 años, que decidiese quedarse en el tren que nos llevó desde Lieja a Lovaina, mientras yo me bajaba a visitar la bella ciudad flamenca... Pero que chasco cuando eché la mano al bolsillo y la Minox no estaba allí. Nunca llegó a la oficina de objetos perdidos de los ferrocarriles belgas. Alguien la encontró en el trayecto que le quedaba al tren entre Lovaina y Ostende, y decidió quedarse con ella. No sé si le sacaría provecho. Tenía mucho carácter y si no la entendías y la tratabas con cariño... a veces se revelaba.
Desde que comencé a recuperar y volver a utilizar mis veteranas cámaras para película fotográfica tradicional, además de adquirir algún otro aparato que ha despertado mi curiosidad, empecé a darle vueltas a la idea de llevármelas también de viaje. A ver... la tecnología digital ha hecho que la fotografía de viajes tenga posibilidades mucho más amplias que antes, con sólo un engorro fundamental. La necesidad de acarrear con los cargadores de las baterías. Pero... fueron muchos años y muchos viajes con cámaras cargadas con diapositivas o negativos en blanco y negro.
De la Olympus mju II ya os he hablado largo y tendido en alguna ocasión. Pero resumiendo, se trata de una cámara compacta, de un tamaño no muy lejos del de un paquete de tabaco, con una óptica fija de 35 mm y una apertura máxima 1:2,8, de enfoque automático, exposición automática, bellas formas en su diseño y, algo muy importante, con protección contra la intemperie. Es decir, soporta un ambiente polvoriento o la salpicaduras de la lluvia. No es sumergible, ni nada de eso,... pero en su momento se convirtió en mi cámara favorita para llevármela a esquiar, o cuando íbamos a visitar mares y playas. En muchos viajes, de la década de los años 90, acompañaba a la cámara réflex Canon EOS 100. Esta iba cargada con diapositivas en color, mientras que la pequeña Olympus portaba negativos en blanco y negro, que en aquel momento revelaba y ampliaba yo mismo en mi casa. O los viernes por la tarde en los laboratorios de la Galería Spectrum a cuyo club pertenecía por haber sido alumno de sus cursos.
Por cierto, que su filosofía básica es la misma que la de la Olympus Pen EE3 que os presentaba hace pocos días, pero con varios plus de calidad. En su construcción, en la calidad de su objetivo, buenísimo, en la precisión de su sistema de exposición que te permitía utilizar película diapositiva sin mucho miedo, en su protección contra la intemperie y en el tamaño del negativo, el doble, que permite más detalle y ampliaciones más grandes. Y encima es más pequeña. El argumento de las Pen de Olympus era su tamaño y portabilidad, pero perdieron la batalla cuando empezaron a aparecer cámaras para formato 24 x 26 mm igual o más compactas que las Pen u otras de medio formato (18 x 24 mm).
Cuando planifiqué el viaje a Islandia, país bello donde los haya, pero con una meteorología muy inestable y mucha pluviosidad, lo lógico era tirar de cámaras protegidas contra la intemperie. De hecho, la cámara digital que me llevé para usar con preferencia fue la Olympus OM-D E-M5 con el M.ZUIKO DIGITAL ED 12‑40mm 1:2.8 PRO, un conjunto que permite fotografía sin problemas bajo la lluvia o en el entorno de fuerte salto de agua, repleto del aerosol de agua que se forma. Y claro, pensé, por qué no la pequeña Olympus mju II. Con su pequeño tamaño, ha viajado el 95 % del tiempo en el bolsillo del chubasquero, y cuatro carretes de la polivalente Kodak Tri-X 400, película negativa en blanco y negro, era un sinsentido no llevársela.
Con la sensación de que el resultado final de esta decisión podía ser muy interesante, estos carretes no los he revelado y digitalizado yo como suelo hacer con las película en blanco y negro. Decidí estirarme y mandarlos a Carmencita Film Lab para su revelado y digitalizado en un tamaño respetable. Cada una de las copias digitales que he recibido tiene casi 20 megapíxeles con muy buena resolución de los detalles. Es algo que yo no puedo conseguir en casa con facilidad. Y efectivamente a merecido la pena.
Como es propio de la Tri-X, las fotografías tienen una buena gama de tonos, buena nitidez y una estructura de grano visible pero agradable. Dado que las condiciones de luz en alguna ocasión eran difíciles, algún negativo, no muchos, han quedado algo subexpuesto, y eso produce algo más de grano. Pero sin que supongo un problema real. De alguna forma se agradece sentir la materialidad de la película en la imagen.
Otra cuestión importante es las enseñanzas que ofrece utilizar una cámara con restricciones, frente a las cámaras de sistema con objetivos intercambiables. No hay focal variable. Tienes que morir al palo de la focal de 35 mm. Ese angular moderado que se acomoda bien a la visión humana, y al que te acostumbras hasta el punto de no sentir la necesidad de más. Incluso tienes la sensación de que las fotografías tienen más personalidad, y resultan menos "postales". Islandia está siendo en estos momentos un país muy visitado. Está de moda. En la última semana, entre las fotografías que visto en los lugares que uso para inspirarme he descubierto un monto de fotografías realizadas allí incluso si no lo dicen. Ahora reconozco los lugares. Por lo tanto, el riesgo de caer en el cliché es enorme. Cuando vas limitado de equipo, tienes que pensar más para sacarle jugo, y tienes más posibilidades de salirte de los caminos trillados.
Yo he vuelto contento, y sin duda repetiré la experiencia. De hecho, además del libro de fotografías en color que ya he anunciado en estas páginas, haré otro más sencillo con fotografías en blanco y negro. Y como de costumbre espero que os gusten.