Rollos de película negativa en color por una buena causa - Leica M6 con Elmar-C 90 mm y Adox Color Mission
El tono de esta entrada hubiera sido ligeramente distinto, sólo ligeramente, hace diez días. Muchos aficionados a la fotografía con película tradicional basada en las sales de plata, con o sin colorantes acoplados, llevamos quejándonos de algunas cosas en los últimos años. La oferta de material sensible en el mercado ha ido disminuyendo poco a poco de forma constante. Especialmente cuando hablamos de película para negativos en color. Hace veinte años la variedad más vendida, hoy en día es más sencillo encontrar película en blanco y negro. Aunque todavía ha caído mucho más la oferta de película diapositiva en color. Y los precios han ido aumentando considerablemente y de forma constante. Se nos decía que la baja demanda encarecía los costes de producción unitarios, de cada uno de los rollos. Pero en los últimos años ha habido una recuperación de la demanda y sin embargo los precios han seguido escalando.
Los más cenizos de nosotros preveíamos la extinción de algunas formas de fotografía con película negativa en color a mucho más corto plazo de lo que pensábamos, siendo más sostenible en el tiempo la fotografía en blanco y negro, más económica de producir. Pero es cierto que hay algunos elementos que mantienen en cuestión la supervivencia a largo plazo de este tipo de fotografía. No se fabrican buenas cámaras para película tradicional, salvo en nichos especializados del gran formato. Sí se fabrican bastantes cámaras de plástico, ultrasencillas, casi de juguete. Muchas veces a precios excesivos. En realidad, da la sensación de que el único nicho próspero de la película tradicional es la fotografía instantánea, en auge, especialmente con las sencillas (y mediocres) cámaras Fujifilm Instax, que derivan en abundancia de ventas en fungibles.
Hace unas semanas, los alemanes de Adox, que han recuperado instalaciones de producción de marcas de la antigua Europa oriental del otro lado del Telón de Acero, anunciaron su intención de desarrollar y recuperar la fabricación de película negativa en color. Una buena noticia, que como siempre en este ámbito hay que acoger con modesta ilusión. Uno ya esperaba la típica campaña de financiación colectiva para costear el desarrollo, pero nos sorprendieron con otra iniciativa que a mí me parece más honesta y elegante. Habían recuperado unos remanentes de película negativa en color, que estaba desarrollando una empresa que quebró, y los iban a distribuir y vender bajo la marca Adox Color Mission. Y con los beneficios, desarrollar la nueva película. Nueva... no igual que la que han puesto a comercializar bajo esta marca. Y tardarán todavía unos cuatro años nos dicen. Pero mientras... la Color Mission. Gustándome la iniciativa, encargué cinco rollos.
Expuse el primero en el mes de febrero. El segundo salió el lunes hacia el laboratorio. Pero en estas semanas otras iniciativas han surgido que hacen que veamos el futuro de la fotografía con película fotográfica en color de forma menos pesimista. Kodak ha anunciado la venta inmediata de su Gold 200 para formato 120. Cinestill ha anunciado una nueva película negativa en color de sensibilidad ISO 400 calibrada para luz de día, en lugar de la luz de tungsteno de su 800T. Supongo que también derivada de las películas para cinematografía Kodak Vision3, probablemente de la Vision3 250D Color Negative Film, al igual que la 800T deriva de la Vision3 500T Color negative Film. Y desde Japón, Bellamy Hunt nos anuncia el nuevo desarrollo de una película diapositiva en color, en colaboración con alguien de Hong Kong. Supongo que para fabricar en China, con costes más bajos, con el peculiar nombre de Fugufilm 400; fugu, un pez globo, es un pescado en plan delicatessen que tiene la peculiaridad de que debe ser preparado por alguien especialmente formado para evitar que sea muy tóxico, por una toxina producida por unas bacterias simbiontes de la especie piscícola. La alimentación como deporte de riesgo. Nadie anuncia la fabricación de nuevas cámaras serias a precio razonable. Que no sean carísimas Leica o la también carísimas Hasselblad H, con respaldos para película de formato 120 en lugar de los respaldos digitales.
La cuestión es que en febrero hice mi primer rollo de esta Adox Color Mission. Para ello, usé la Leica M6 junto con un Leitz Elmar-C 90 mm f4. La usé en paseos ciudadanos, preferentemente en las horas finales del día, buscando colores agradables. La información del distribuidor y vendedor de la película nos habla de colores saturados y con tonos no necesariamente fieles a la realidad pero agradable. Y nos nos promete, en absoluto, un grano especialmente fino (airy grain sea lo que sea que quiera significar esta expresión sobre grano aireado). El segundo rollo, que aparecerá pronto, espero, está hecho con la Canon EOS 650 y diversos objetivos en el ámbito de la floración primaveral en los parques zaragozanos.
Y he decir algo. La película me ha gustado. Lejos del excesivo desvío de los colores que encontramos en otras películas de características especiales, esta nos ofrece imágenes realistas, aunque sepamos que sus colores no lo son. Pero ninguna película reproduce de forma absolutamente fiel los colores reales, y uno elige sus películas, si hay oferta suficiente, de acuerdo a sus preferencias. Y a mí me han gustado estos colores saturados pero matizados, cálidos, llamativos, pero no chirriantes. Contrastada. Y casi lamento no haber comprado unos cuantos rollos más, para ir tirando. En estos momentos no se vende por agotamiento del primer lote, aunque han anunciado que seguirán poniendo a la venta nuevos lotes. Estaremos al tanto. Y sí, el grano es más marcado que las habituales películas negativas en color de sensibilidad ISO 200, que es la sensibilidad nominal de esta película. Eso sí, como en otras películas negativas en color, no se lleva bien con la subexposición, en la que incurrí conscientemente cuando se me estaba yendo la luz y me quedaban dos o tres negativos del rollo para terminarlo y calcé en la cámara el Zeiss Biogon-C 35 mm f2,8.