Recordando días soleados de principios de noviembre - Olympus Pen F con Kodak Portra 400
Estamos en el noveno día consecutivo de nieblas en Zaragoza. Nos dice que el jueves pueden levantar. Lo cual probablemente quiere decir que el fin de semana de Navidad puede estar con tiempo revuelto. Es lo que tiene el invierno en "el Charco". Si el tiempo está calmado, nieblas; si se revuelve, cierzo. En cualquier caso, cualquier escusa es buena para intentar ver el sol. Aunque sea en fotos de semanas atrás.
En la primera quincena de septiembre, llevé en la mochila ciudadana la Olympus Pen F con su 38 mm f1,8 y un rollo de Kodak Portra 400. Así como la modesta y sencilla Olympus Pen EE3 la he utilizado con cierta frecuencia con película negativa en color, la Pen F, desde que la tengo, la he usado fundamentalmente con película en blanco y negro. Así que quise cambiar un poco la tendencia.
De los rollos de negativos en color que hice en noviembre, decidí priorizar el hablaros de los rollos expuestos con la Hasselblad, con Kodak Ektar 100 o con Kodak Portra 400, en lugar de seguir el orden cronológico. Porque el de la Olympus Pen F lo hice antes que los de la Hasselblad. Pero hasta cierto punto me arrepiento. Porque me producido un cierto bajón. Lógico, esperable... pero que no me apetecía. Ahora me explico.
La Olympus Pen F, como ya he comentado en otras ocasiones, es una cámara bonita, bien construida, agradable de usar, muy llevadera a todas partes, pero que como muchos sabréis, si seguís estas páginas, produce negativos subminiatura sobre película de 35 mm biperforada. Aproximadamente la mitad de los habituales. En lugar de unas dimensiones de 24 x 36 mm, tenemos negativos de 24 x 17 mm. Y por buena que sea la película, y la Kodak Portra 400 lo es, y por buena que sea la óptica, los Zuiko de Olympus lo son, dada su época de diseño y construcción, la calidad de imagen entre un negativo de formato medio de 56 x 56 mm con estos pequeños negativos subminiatura... no tiene color, paradójicamente hablando.
Sí. Estamos hablando de una superficie de película aprovechable 7,7 veces mayor en favor de los negativos de la Hasselblad. Es aquí donde te das cuenta de que, ande o no ande,... burra grande. Cierto es que eso conlleva otros sacrificios. Por ejemplo, en dolores de cuello o espalda al acarrear el material en la mochila o en la bolsa. En fin. Si no tuviera tan presentes las recientes fotografías realizadas con la cámara sueca, estaría encantado con los paisajes urbanos realizado con la cámara japonesa. Y además, es divertido usarla. Dicho queda.