El paisaje urbano a orillas del Ebro en color (2) - Hasselblad 500CM + Kodak Portra 400
Hace un par de días comenzaba una miniserie de dos entradas relacionadas entre. Sabréis que en las últimas semanas he dedicado varios artículos a rollos de película que han sido utilizados en todo o en parte para realizar paisajes urbanos a orillas de un determinado tramo del río Ebro a su paso por Zaragoza. Cuando terminé de recorrer el mencionado tramo del río, durante el cual usé la Hasselblad 500CM con un rollo de Kodak Ektar 100 y el objetivo Zeiss Sonnar 150 mm f4 C T*, seguí caminando por otro tramo del río Ebro, más concurrido por los paseantes.
En esa tare de sábado de noviembre por la tarde, antes de la puesta del sol, puesto que no había cogido un trípode, la combinación de una película con una sensibilidad nominal ISO 100 y un objetivo con una luminosidad máxima f4 empezaba a ser compleja de usar. Aunque las condiciones de luz eran mejores cualitativamente, el avance de la tarde contribuía a que la intensidad de esa luz fuera menor. Y por ello, el rollo de reserva que había previsto era una Kodak Portra 400, con dos pasos extra de sensibilidad, y cambié el 150/4 por un Zeiss Planar 80 mm f2,8 CF T*, una focal estándar para el formato medio cuadrado, con otro paso extra de luminosidad, si sentía la necesidad de usarla.
Hablaré del segundo de los rollos, esta Portra 400, una película favorita por muchos fotógrafos, especialmente los que se dedican al retrato y al reportaje social (bodas, bautizos, comuniones,...), por la naturalidad de sus tonos, no excesivamente saturados, su gran latitud de exposición, el buen rendimiento que ofrece para los tonos de piel, pero que para muchos también conviene al paisaje urbano, o a un paisaje que combina medio natural con arquitectura o estructuras urbanas, otorgando a este un carácter menos agresivo que películas más saturadas. Son muchos los fotógrafos que usan un índice de exposición IE 200, sobreexponiendo la película, para tonos todavía menos saturados y más matizados, y para disminuir el grano de la película.
En esta segunda parte del paseo fue la película que usé. Prácticamente dejé fija en la cámara una velocidad de obturación de 1/125 segundo, que permiten fotografiar a mano alzada con comodidad con el 80 mm, aunque en un par de fotogramas descendí a 1/60 segundo. En cuanto a las aperturas intenté mantenerme en el f8 - f11, pero conforme pasó el tiempo tuve que descender con frecuencia al f5,6, lo cual comprometió la profundidad de campo de la toma. Y creo que en alguna ocasión no tomé la mejor decisión a la hora de seleccionar el punto de enfoque.
El cambio de focal, de un teleobjetivo corto a una focal estándar, hizo que la naturaleza de los sujetos que fotografié en esta segunda parte del paseo cambiase. Busqué más escenas que sujetos concretos e individualizados. Hay fotógrafos que optar por llevar una variedad de opciones en su mochila, para seleccionar la óptica deseada para lo que quieren hacer. Pero a mí me gusta adaptarme a las constricciones de una determinada pieza de equipo, puesto que te obliga a pensar más sobre la toma, y eventualmente ser más creativo o tomar decisiones más conscientes sobre la misma. Los resultados resultaron buenos, salvo alguna toma con un enfoque discutible, no por error técnico, sino por una decisión consciente no del todo acertada. En cualquier caso... llevo un rato pensando en la posibilidad de repetir la situación cuando la luz se preste, y volver a usar la Kodak Portra 400, pero con un IE 800 y solicitar un forzado de un paso en el revelado. Más grano, seguro, pero también más contraste en unas condiciones de luz muy suave. Ya veremos.