Tras la entrada anterior dedicada a la película en color de alta sensibilidad, tengo ya comentada toda mi actividad fotográfica más o menos relevante de 2022 y de enero de 2023. Pero me voy a saltar de momento el mes de febrero de 2023 para pasar a comentar mis cosas fotográficas del viaje en el día que hice el día 6 de marzo a Barcelona. Es algo que hago con frecuencia, dar preferencia a los viajes sobre otras experiencias fotográficas. En cualquier caso, voy a desglosar el día en tres entradas. Esta primera dedicada a la fotografía con película para negativos en blanco y negro. Por supuesto, llevo también siempre alguna cámara digital, pero eso es intrascendente dentro de mi afición. Pero quien esté interesado, para tomar notas y compartir de forma más o menos inmediata en internet, me llevé la pequeña Sony ZV-1, una cámara de la que os hablé en su momento, y que cada vez me alegro más de haber comprado.
En lo que se refiere al blanco y negro en película fotográfica tradicional, me llevé a Barcelona mi pequeña Minox 35 GT-E, como es tradicional en mis viajes en los últimos años. Ya estoy preparando los rollos de Ilford XP2 Super que me llevaré con ella en las vacaciones de Pascua, dentro de unos días. Pero no; en esta ocasión no me llevé la polivalente película británica. Decidí aprovechar para experimentar un poco con el revelado con SPUR Acurol-N como vengo haciendo últimamente. Y como anunciaban buen día, me arriesgué a llevar una película ISO 100, la Fujifilm Neopan 100 Acros II. Esta decisión no fue del todo correcta. El día no estuvo radiante, a veces pasaron nubes por el cielo, y entre las estrechas calles del distrito de Ciutat Vella de Barcelona la luz no abunda. Pero bueno, salí adelante.
Con ISO 100 de sensibilidad nominal, como ya he mencionado, son muchos los que abogan por exponer la Acros II a un índice de exposición entre 50 y 80, para garantizar que los tonos sombríos no se nos empastan, perdiendo detalle. Por otro lado, no tengo del todo controlado el revelado normal de esta película con Acurol-N, aunque un rollo de medio formato realizado con una estenopeica me funcionó bien hace casi un año. Ajusté el fotómetro de la Minox a IE 100, que dada su tendencia a la sobreexposición, equivale a un IE 50. Pero durante el día me encontré con situaciones comprometidas con la luz, así que en algún caso los ajuste a IE 200. Con variaciones en los índices de exposición, decidí probar con el revelado desatendido con SPUR Acurol-N que he venido practicando en los últimos tiempos.
Recordemos que lo que hago es preparar el Acurol-N a una dilución 1+100, a 20 ºC de temperatura, y revelar durante 60 minutos, con 20 inversiones tranquilas del tambor de revelado al principio del mismo, y dos o tres inversiones para redistribuir el revelador a los 30 minutos. El resto del tiempo, el tambor permanece en reposo. Como no he encontrado referencias a este tipo de revelado en internet con este revelador, siempre me da miedo que los 2,5 ml que añado a los 250 ml de agua sean insuficientes. És la capacidad de mi tambor de revelado para un rollo de 35 mm. Cuando se hace este tipo de revelado con Kodak HC-110, es frecuente que los “expertos” digan que debe haber una mínima cantidad de revelador para que todo vaya bien. Pero esa cantidad varía. Y hay quien afirma que son necesarios 6 ml y otros 4 ml. En algún caso, he leído que 3 ml. Todos cuentan que les va bien. Así que es algo que me deja perplejo. En cualquier caso, me arriesgué con esa pequeña cantidad de Acurol-N; 2,5 ml.
Tras fijar y lavar como de costumbre, encontré unos negativos con una densidad correcta, salvo un par o tres con una densidad justita, y un buen contraste general. Digitalicé los negativos, como de costumbre, con la Olympus OM-D E-M5 Mark III y el Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. El procesado digital de los archivos en Capture One 23 requirió unos ajustes mínimos del punto blanco y el punto negro, y del contraste; los negativos presentaban suficiente contraste por sí mismos. Y no había luces empastadas ni sombras bloqueadas. El grano de la película pasa prácticamente desapercibido. Y lo único que hecho de menos es un poco más de separación de tonos en las sombras en alguna foto. Pero es que la iluminación disponible no era muy favorable.
En general han quedado bastante bien. Aunque en los últimos tiempos he usado mucho la Lomography Potsdam Kino 100, y de vez en cuando la Ilford FP4 Plus, lo cierto es que en esas sensibilidades ISO 100-125, la Acros II sigue siendo mi película favorita. No es barata, pero se maneja con mucha nobleza. Y cuando eres cuidadoso con la técnica y la emparejas con una cámara bien ajusta con una buena óptica da mucho de sí. Para mí, una de las mejores películas del mercado. Diría que la mejor si no fuera porque es difícil de comparar emulsiones con características y usos muy diferentes entre sí.