Como ya he comentado en otras ocasiones, la película Adox Color Mission es una peculiar iniciativa de Adox para desarrollar una nueva película para negativos en color. La Color Mission es una película elaborada en la fase de investigación y desarrollo de un proyecto de esta empresa alemana con otros socios asiáticos. Pero el proyecto falló y el desarrollo de la nueva película fracasó. Las bobinas disponibles las está utilizando Adox para, puestas en el mercado, financiar desde cero una nueva película que, si todo va bien, veremos dentro de unos años. A mí me pareció una buena iniciativa y compré algunos rollos. Me gustaron los resultados, y adquirí algunos más. Todavía me quedan.
No es una película de uso generalistas. Tiene “carácter” como dicen muchos. Veamos… con el tema del “carácter”. Se usa mucho recientemente. Por esos “expertos” que revisan productos y que de repente recomiendan algo con “carácter”. Nunca he hecho mucho caso de esas revisiones… para empezar porque no hay datos que avalen que esa gente esté cualificada para opinar, más que vosotros o que yo, o porque muchos de estos “listos” tienen intereses económicos en el asunto. El caso es que hubo un momento, todavía hoy hasta cierto punto, en que estuve interesado por objetivos fotográficos de antaño para un uso eventual en la actualidad. Por mi parte, para lo que fueron pensados, fotografía sobre película fotográfica tradicional. Pero hay quienes los usan en fotografía digital o en vídeo. Y cuántas veces no decía los “listos” que tal o cual óptica tenía “carácter”. No tardé en darme cuenta que estos objetivos de antaño no pueden competir con los materiales y los diseños actuales, controlan peor las aberraciones ópticas, no estaban diseñados para la fotografía digital y, por lo tanto, en comparación con los diseños actuales son deficientes. Aunque en su momento estuviesen en lo más alto o fuesen bien considerados,… hoy no. No digamos ya si además provenían de procesos de fabricación con bajos estándares de calidad, como los de los países de la órbita soviética.
Pues bien, la Adox Color Mission tiene “carácter”. Con su sensibilidad nominal ISO 200, si la comparas con otras películas actuales, consolidadas en el mercado, presenta menos nitidez, mucho más grano, una reproducción de los colores poco fiel y no siempre consistente, excesivamente saturados algunos, desaturados otros, baja latitud de exposición para ser película para negativos en color… Por lo tanto, no se puede considerar como una buen película para uso general. Pero sus defectos, su “carácter”, puede usarse con fines creativos y expresivos. Y desde ese punto de vista, su “carácter”, me gusta. Por otro lado, no se lo reprochemos. No es un producto acabado. Si hubiese seguido su proceso de investigación y desarrollo, al final hubiera tenido menos “carácter” y más virtudes. Supongo. No considero que haya engaño en su venta. Pero conviene que todos tengamos las ideas claras sobre lo que estamos comprando.
Desde hace unos rollos, considero que esta película da lo mejor de sí mismo con unas condiciones de luz no muy contrastadas. Las primeras o las últimas horas del día, antes o después de que el sol alcance su máxima luminosidad o intensidad. Como ya he comentado, aprecio que su latitud de exposición no es amplia. También como en muchas de las fotografías de este rollo que presento ahora, y que fue realizado en el mes de noviembre, he vuelto a acumular mucho retraso en el comentario de experiencias fotográficas, en días nublados, con luz quizá demasiado plana, en los que esta película puede otorgar vivacidad a determinadas escenas, según los colores que predominen en la escena. Los colores cálidos y los verdes son los más favorecidos en estas situaciones. Aunque cuidado con los rojos, que pueden quedar excesivamente saturados, perdiendo detalle en sus texturas.
La cámara utilizada en esta ocasión es la Leica M6 con el mejor objetivo que tengo de la marca, y uno de los mejores que tengo, si no el mejor, todas las marcas incluidas, el Summicron 35 mm f2 ASPH. Hasta ahora he usado con parsimonia esta excelente cámara. Al fin y al cabo, la tengo en préstamo, y no quiero arriesgar demasiado un percance. Pero creo que está próximo el día en que será mía de forma definitiva. Ya comenté recientemente que estas cámaras están de moda, por la reciente reintroducción de este modelo por parte de la marca alemana, aunque no sea exactamente la misma cámara. Pero bueno, en su uso cotidiano, sí lo es. A mí me gusta. Es fiable, cómoda, tiene un excelente fotómetro, es discreta, silenciosa, y con los objetivos adecuados la calidad de imagen es impecable. Digámoslo con claridad, la calidad de las fotografías que se pueden realizar con ella está limitad exclusivamente por las capacidades del ser humano que la use.
Por supuesto, las Leica de la serie M no son cámaras para todo uso. El intervalo de focales utilizable está limitado a sus características técnicas. Es poco razonable usarlas con focales por encima de un 90 mm, un teleobjetivo corto. Y por debajo de los 28 mm de focal, hay que usar visores añadidos. Su fotómetro es muy preciso, pero dado su medición parcial, que no promedia todo el encuadre, hay que saber donde apuntar y como resolver la información que nos proporciona el fotómetro en unos parámetros de exposición adecuados. Pero como reportaje, retrato y paisajes urbanos, y también naturales si nos ponemos, pueden funcionar perfectamente.