De los diversos rollos de película (o equivalentes) que tengo pendientes de comentar, el último que cerré en diciembre de 2022, sin contar con los rollos de película para negativos en color que están pendientes de revelado, fue un cartucho de película Instax Square. Pero si adelanto su presentación a los otros seis de los que podría estar hablando ahora es porque es inminente que sus fotografías empiecen a aparecen en mi cuenta de Instagram dedicada a la fotografía instantánea. Creo que mañana publicaré la primera de las fotos.
En realidad, no ha mucho que comentar, y en realidad no fue un cartucho, fueron dos. Pero habéis de saber que, salvo alguna excepción que otra, no suelo publicar las fotos realizadas con la familia o los amigos, especialmente si hay menores presentes en las fotos. Y tal fue el caso. El 27 de diciembre nos dimos un amplio paseo por la ciudad, en el que aproveché para hacer fotos, también con película para negativos en blanco y negro. Y lo hicimos un grupo de amigos, entre ellos “expatriados” que llevan viviendo muchos años fuera de Zaragoza, pero que vuelven durante las fechas navideñas para estar con la familia. Y algún rato con los amigos.
El día fue excelente para pasear. Aunque fue uno de esos días anómalos de estas fiestas pasadas, con temperaturas muy altas para la época. Yo tenía en la nevera dos cartuchos de película Instax Square Star Illumination, comprada a precio ventajosa por ser “de segunda mano”. Obviamente, no estaba usada previamente usada. Es de la que la gente devuelve por haberse equivocado en el formato, tamaño o marca de la película que necesita. Y este es el motivo por el que fuese de la gama star illumination. No es que me atraigan mucho estas presentaciones de fantasía. Pero si me ahorro un 40 % del precio, ya me vienen bien. Con borde uniformemente blanco o uniformemente negro me parecen predecibles; pero al precio que están… pues eso.
Por lo demás poco que contar. Lo ya sabido con este tipo de película que he comentado en más de una ocasión. Su limitada latitud de exposición la pone en un brete en los días soleados con fuertes contrastes de luz entre las zonas iluminadas por el sol en una escena y las que quedan en sombra. Y las limitaciones técnicas de estas cámaras de acuerdo a la sensibilidad nominal de la película, ISO 800, hace que fácilmente queden sobreexpuestas a pleno sol, con grave riesgo de quemar las luces. En la medida en que pude lo evité. En esta ocasión, no me llevé ningún filtro para amansar a la bestia que es la luz solar de las horas centrales del día. Lo más positivo de la jornada, el buen rato que pasamos entre todos. Y aunque no las enseñe, las fotos de la gente quedaron muy majas. Aunque tan apenas me queda alguna, ya que las regalé a los presentes casi todas. Es lo que hay con este tipo de película fotográfica.