Volviendo a una querida cámara con un problemilla – Olympus mju-II con Ilford Delta 400

A mi Olympus mju-II le tengo mucho cariño. Pero mucho mucho cariño. Cuando la compré en algún momento de mediados de los años 90 del siglo XX me hizo un excelente papel, exactamente aquel para el que la había comprado. Con un excelente objetivo de 35 mm f2,8 y una medición de luz impecable, obtenía fotografías nítidas y bien expuestas, limitadas la mayor parte de las veces por mi mayor o menor habilidad para aprovechar la situación. Con su sellado contra salpicaduras y el polvo, contra las inclemencias del tiempo en general, me permitía llevármela a lugares donde no me apetecía arriesgar otras cámaras. Y siendo pequeñita, sin estorbo alguno. Se convirtió en compañera de mis viajes a esquiar, por ejemplo.

Pero no carece de pejigueras. Como cualquier compacta. Las principales son que no guarda memoria de los ajustes. Si seleccionas la medición de la luz en lugar de la medición global, si decides anular el flash automático, por poner unos ejemplos, en el momento en que cierras y apagas la cámara, los olvida y los tienes que volver a ajustar para la siguiente fotografía, aunque te gustaría que fueran la opción por defecto. También carece de un modo de enfoque a infinito, que permita fotografiar a través de los cristales de una ventana de un edificio o ventanilla de coche o tren.Por su sistema de enfoque automático, detectará el obstáculo, y lo enfocará, lo cual es absurdo. Y no puedes seleccionar el índice de exposición, que se ajusta por defecto a la sensibilidad nominal del carrete a través de los contactos ISO. Si los lleva; si no, se ajusta a 100 o 400, no recuerdo ahora. Pero bueno… son cosas con las que puedes vivir.

En la actualidad, con los años, le han aparecido otras goteras. Por la ventanilla que te informa de qué carrete de película estás usando se cuela la luz. Tendría que cambiar las juntas que impiden el paso de la luz. Bueno… en algún momento. De momento está tapada con un trozo de cinta america, y se acabó el problema. Pero el principal engorro es que cuando llega al final del rollo, no rebobina automáticamente. Y tampoco rebobina al forzar el rebobinado, pinchando en el botoncito dispuesto para ello. Por lo menos, si la dejas llegar a la exposición 37 (que no permite exponerla). Tengo que probar a forzar el rebobinado en la exposición 36. Con este engorro, al terminar el rollo, no puedes recargar la cámara con otro rollo de película, tienes que esperar a volver a casa y descargarlo a oscuras. En estas condiciones, no me la puedo llevar de viaje. Pero puedo usarla eventualmente como cámara de paseo por Zaragoza.

Recientemente le puse un rollo de Ilford Delta 400. Una película que usaba con mucha frecuencia en los años 90 del siglo XX, y que si ahora no uso más es porque no la encuentro con facilidad en los comercios de Zaragoza. Encuentro otras películas Ilford como la XP2 Super o la HP5 Plus, por hablar de las de sensibilidad nominal ISO 400, pero no la Delta 400. Una pena. Pero cuando de vez en cuando pido otras películas que me gustan no disponibles en tiendas locales, pido unos cuantos rollos. En esta ocasión he innovado el tipo de revelado. He usado el SPUR Acurol-N, dilución 1+100, con un revelado durante 31 minutos, con 30″ de agitación tranquila inicial y luego un par de inversiones del tambor de revelado cada 5 minutos. Como veis una agitación muy escasa. En el próximo rollo, voy a experimentar. Usaré la misma dilución para un revelado desatendido, como los que hago con HC-110, unas cuantas inversiones iniciales y luego 60 minutos de revelado con un par de inversiones a los 30 minutos. A ver como queda.

En cualquier caso, he quedado muy satisfecho con los resultados. El contraste de los negativos ha sido correcto. Fáciles de digitalizar. Y a pesar de tratarse, claramente, de un revelado compensador, el grano no ha subido mucho, y se ha mantenido en los niveles habituales para esta película de grano tabular, cuando no se usan reveladores específicos para este tipo de películas. Lo dicho. La cámara expone muy bien. Su objetivo es muy nítido; sólo con poca luz y con apertura probablemente abierta por completo se aprecia una flojera en las esquinas. Y los resultados globales son muy de mi gusto. Más que con la Ilford HP5 Plus, por poner el ejemplo más usual.