En los últimos meses le he dado varias vueltas al uso de filtros con película instantánea. Fundamentalmente con la Instax SQ6 sobre película Instax Square, de Fujifilm. El motivo de ello ha sido la realidad de que la sensibilidad nominal de la película, ISO 800, y los límites físicos impuestos por la apertura mínima y la velocidad de obturación máxima de la cámara provocan la sobreexposición de la fotografía cuando se realiza en un día soleado al aire libre. También realicé un experimento colocando un filtro naranja sobre película Instax Square Monochrome, con el fin de controlar el contraste, con no demasiado éxito. Ahora debatiré sobre otra situación en la que un filtro podría venir bien.
Cuando la fotografía sobre película fotográfica tradicional basada en emulsiones de sales de plata era dominante de forma absoluta, no era infrecuente la utilización de filtros de color delante del objetivo de la cámara por parte del aficionado más conocedor de la técnica y el medio. Fundamentalmente, en dos situaciones. La más habitual era con película en blanco y negro. Como ya he comentado en alguna ocasión, las emulsiones en blanco y negro no tienen todas las misma sensibilidad espectral, es decir, no son igualmente sensibles a todos los colores. En el caso de las películas ortocromáticas, son insensibles al color rojo por completo, y muy poco o nada sensibles al naranja. Una forma de modificar la sensibilidad al color de las películas en blanco y negro es colocar filtros de color en el objetivo, de forma que sólo les llegue determinadas longitudes de onda, convirtiéndolas así en ciegas a otras. Si pones un filtro rojo, en la copia final positiva, los tonos azules y verdes se verán oscurecidos, mientras que los tonos rojos y naranjas se verán más claros. Por poner un ejemplo. Es una forma favorita de controlar el contraste desde la toma. Y no faltan los fotógrafos con película en blanco y negro que de forma sistemática llevan un filtro amarillo en el objetivo, con el fin de mejorar el contraste de los cielos despejados con nubes y otros elementos, oscureciendo los tonos azules.
Otra situación era la de controlar las dominantes de color cuando se usa película en color. La mayor parte de las películas, sean para negativos o para diapositivas, están calibradas para ofrecer colores naturales cuando la escena está iluminada por la luz del sol. En consecuencia, si domina un iluminación artificial, se introducirán dominantes de color que pueden ser indeseables. Con luces halógenas o lámparas de incandescencia, con tonos muy cálidos, anaranjados. Con fluorescentes, tonos verdosos. Con las lámparas del alumbrado callejero por la noche… pues depende. De lo más diverso. O si fotografías una escena en una sombra bajo un cielo despejado, dominarán tonos azulados, derivados de la iluminación por el color azul de ese cielo despejados. Tres formas había para controlar estos efectos. Utilizar películas específicas calibradas para un determinado tipo de iluminación. Todavía existen emulsiones calibradas para lámparas de incandescencia de tungsteno en el mercado. También podías eliminar la dominante a la hora de realizar la copia en la ampliadora adecuada para ello y provista de filtros. Lo cual era relativamente habitual con película para negativos en color. O bien, colocar filtros de color en el objetivo que corrigieran las dominantes indeseadas, lo cual era frecuente con película diapositiva, y también con película para negativos en color. Con la toma electrónica digital, no se usan, porque puedes corregirlo con el ajuste del equilibrio de blancos adecuado en la cámara o, si fotografías en formato raw, corrigiendo la dominante de color en el software de procesado.
A este respecto, la película instantánea en color se comporta como la película diapositiva. En muchos aspectos. Tiene poca latitud de exposición. Y manifiesta fuertes dominantes de color cuando la luz principal no es la de la luz diurna en una escena soleada. En el último cartucho que hice con la Instax SQ6, un cartucho de película Instax Square en color con el marco negro, me he encontrado con una fuerte dominante azul, debido a que el sol ya no iluminaba significativamente la escena al caer la tarde, aunque hubiese luz suficiente para hacer las fotos. Y el paisaje urbano estaba iluminada por la bóveda del cielo azul prácticamente despejado en su tonalidad. A algunas fotos les ha venido bien esa iluminación, a otras, no tanto. Hubiera venido bien un filtro. Pero las cámaras Instax no admiten filtros. En fin. Es lo que hay.