Bonsáis con película de alta sensibilidad (I) – Hasselblad 500CM con Ilford Delta 3200 a IE 1600

No sé ahora si es el segundo o tercer año consecutivo que se celebra la exposición de bonsáis en el patio del Museo de Zaragoza durante el mes de octubre. Supongo que el segundo, que en 2020 no habría nada dada la situación epidémica del momento. En estos dos años, se renueva la exposición temporal de arte asiático en las salas del museo, que dura varios meses, y durante unos días una asociación de cultivadores de bonsáis de Zaragoza expone sus creaciones. O sus cultivos. No sé muy bien como denominarlos.

Por supuesto, es una buena ocasión para ir a fotografiar. En alguna ocasión, en visitas a algún jardín botánico por el mundo, he obtenido fotos majas con estos arbolitos como motivo principal. Así que es fácil que me anime. De hecho pasé en dos momentos distintos. En un primer momento, investigué cómo estaba dispuesta la exposición para decidir cómo quería hacer las fotografías. En un segundo momento, fui con una cámara para película tradicional, y con el material sensible que consideré apropiado para la ocasión.

Decidí llevarme la Hasselblad 500CM con el objetivo estándar, el Carl Zeiss Planar 80 mm f2,8 CF T*, echando a la mochila también los aros de aproximación, por si veía necesario hacer alguna foto de algún detalle de las plantas, o si estas eran de un tamaño muy reducido. Las distancias mínimas de enfoque de los objetivos para las Hasselblad no son muy favorables. Y como material sensible opté por dos rollos, en formato 120 claro está, uno en blanco y negro y otro en color, de sensibilidades altas. En esta primera entrada hablaré del rollo en blanco y negro, que es el primero que expuse.

En blanco y negro, pensé en coger un Ilford HP5 Plus, película de sensibilidad nominal ISO 400, con intención de forzarla dos pasos, a un índice de exposición 1600. Esto hubiera aumentado el contraste de la imagen final. Y también la apariencia del grano de la película. Pero tenía la opción de usar un Ilford Delta 3200, cuya sensibilidad nominal real está más bien en ISO 1000 que en esos aparentes ISO 3200. Al final escogí esta película, y opté por aplicarle un índice de exposición 1600, para no subir demasiado el contraste. La revelé en Kodak HC-110, dilución B (1+31), durante 9 minutos a 20 ºC. Por un problema con la batería del fotómetro de mano, el Gossen Digisix, tuve que medir con una aplicación para el teléfono móvil. Por ir más ligero, me dejé el visor de prisma en casa. La cuestión es que me quedaron unos negativos de apariencia muy poco densa, subexpuestos.

Tras digitalizarlos con la Olympus OM-D E-M5 Mark III y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 OIS ASPH, afortunadamente se conservaba el detalle en las sombras, que temía haber perdido. Y el grano estaba bien contenido. Aparente, como es de esperar para estas sensibilidades, pero salvo en los negativos en los que he tenido que forzar más los contrastes en el procesado digital, en los que el grano se hace más notorio, probablemente no es más visible que el grano de una película ISO 400 en película de 35 mm. El principal problema de las fotos es que, a pesar de la alta sensibilidad de la película, las aperturas que usé fueron muy abiertas, entre f4 y f5,6, y la gestión de la profundidad de campo fue muy complicada, y no siempre afortunada.