Hace ya siete años, compré un par de rollos de película, uno en color y otro en blanco y negro, en formato 110 en la Lomography Store y saqué del olvido a la pequeña y plasticosa Kodak Pocket A-1, cámara que usé ocasionalmente en mi adolescencia, y que utilizaba este formato subminiatura, relativamente popular desde su introducción en 1972 y hasta algún momento de los años 80 del siglo XX en el que su popularidad empezó a declinar. De todos modos, nunca cuestionó la supremacía comercial de los rollos tradicionales de formato 135, para película de 35 mm biperforada. El formato 110 usa película de 16 mm monoperforada, que va incluida en un cartucho que evita la manipulación de la película por el usuario. En lo que yo sé la fila de perforaciones no se corresponde con la película cinematográfica de 16 mm monoperforada. El tamaño del negativo es de 13 x 17 mm, lo cual lo hace muy próximo al del sensor de las cámaras micro cuatro tercios, 13 x 17,3 mm.
La calidad intrínseca de las fotografías en este formato viene condicionada por dos hechos. El primero, que tiene una importancia relativa, es el tamaño del negativo. Obviamente, cuanto más pequeño, menos capacidad para recoger información y para ampliar la fotografía final. Sin embargo, eso no impediría obtener fotos interesantes y razonablemente nítidas siempre que se realizasen ampliaciones moderadas. El segundo tiene una importancia fundamental. Es la calidad óptica del sistema y su capacidad para proyectar una imagen nítida sobre la película. Y ahí, la mayor parte de las cámaras que se fabricaron para este sistema pinchan de forma escandalosa. Cámaras de plástico, con objetivos elementales, también de plástico, todo de muy bajo coste. Hubo alguna excepción. Pero eso… excepciones. Y la Kodak Pocket A-1 no es una excepción. De todos modos, las fotos que hice en 2015 quedaron simpáticas; poco nítidas, pero simpáticas.
Recientemente, unos amigos míos, animados por una conversación que tuvimos mientras cenábamos al principio del verano, decidieron hacer unas fotos con su cámara para película tradicional. Y lo decidieron cuando paseando por Madrid pasaron por una tienda en productos de Lomography. Entraron y compraron un paquete de tres rollos de película para negativos y copias y color. Lo debieron coger de algún expositor al alcance de la mano, o algo así. Pero no se dieron cuenta de que era de formato 110. Desconozco si la persona que les atendió les avisó. Y su cámara es para formato 135, el de rollos de 35 mm más corriente. Cuando se dieron cuenta, estaban en Zaragoza y sin posibilidad de ir a cambiar la compra. Así que me preguntaron si tenía alguna cámara en la que aprovecharlos y, al contestar que sí, me los regalaron.
En el mes de septiembre expuse uno de ellos. De las 24 exposiciones que permite, una parte las hice en una quedada que hice con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ, y el resto en la excursión que hicimos a la comarca del Jiloca. No estoy especialmente entusiasmado con los resultados obtenidos. Cierto es que, más allá de algunos retratos simpáticos, son vistas generales, que se lucen poco en formatos tan pequeños, en días con luz intensa y contrastada, no especialmente favorecedora. Me quedan dos cartuchos más,… que me pensaré cómo y cuando los uso. Y los mandaré a revelar al mismo tiempo. No preveo usar en un futuro este tipo de película. El coste es muy elevado para los resultados obtenidos. Puestos a utilizar un formato pequeño, prefiero usar las Olympus Pen con sus negativos de 17 x 24 mm que, expuestos a través de unas ópticas decentes, son mucho mucho mucho más presentables. Entre esta Pocket A-1 y la Olympus Pen EE-3, no hay color… incluso si la película es de blanco y negro.
Por cierto, no tengo ni idea de quien les hace esta película en color a Lomography. No he encontrado casi ninguna referencia al respecto. No en The Big Film Database. En Emulsive he encontrado un artículo sobre una experiencia usando esta película con una Pentax 110 Auto, la única cámara réflex fabricada para este formato por lo que sé, y comentan la posibilidad de su fabricación por China Lucky Film Corporation. El artículo es de 2017. Es conocido que en los primeros años del boom digital, Kodak firmó un acuerdo con esta empresa china en la convicción de que el mercado del gigante asiático se mantendría más fiel a la película tradicional que el resto del mundo, cosa que no sucedió. Se especula de todos modos mucho de que las emulsiones chinas estarían emparentadas con antiguas emulsiones de Kodak. Por ejemplo, la Lomography CN 800, que a mí me gusta, sería una Kodacolor VR, probablemente Kodacolor VR 1000, fabricada o envasada en China. Aunque en otros lugares indican que la CN 800 está fabricada en EE.UU. lo cual equivaldría a asegurar que es una película Kodak. ¿La misma que la Ultramax 800 que se vende exclusivamente bajo marca Kodak en cámaras de un solo uso? Pero de la Tiger 200… sin más noticias.