Ya comentaba recientemente algunos aspectos fotográficos de mi reciente viaje en el día a La Rioja por asuntos personales. Como ya comentaba, el viaje no tenía en principio interés turístico, no era un viaje por placer ni para disfrutar del tiempo libre. Pero tras pasar algo de tiempo en Logroño y desplazarnos a Haro con nuestras gestiones, después de comer, lo hicimos de forma tempranera, nos quedaron casi tres horas para disfrutar de una visita a la ciudad de Haro, hasta la hora de tomar el tren que nos devolvería a Zaragoza. El único en ese sentido que se detiene en Haro a dejar y coger pasajeros en todo el día. El mismo que me trajo desde Bilbao hace unas semanas. En el sentido opuesto también hay un único tren. El mismo, cuando se dirige a la ciudad vasca.
Si ya comentaba en la entrada de hace unos días el equipo digital que me llevé para mostrar cómo con un equipo extremadamente ligero se puede realizar un reportaje de viaje perfectamente válido, hoy comentaré las fotografías que tomé con película tradicional. En lo que se refiere a la cámara, ninguna novedad. La cámara que uso habitualmente, la Minox 35 GT-E, que puede llevar en un bolsillo o, como en esta ocasión, en una fundita sujeta en el cinturón del pantalón. Donde si cambié mis usos y costumbres fue en el ámbito de la película que me llevé. No tenía ningún rollo de Ilford XP2 Super, mi película habitual cuando viajo. Tenía otras películas con ISO 400 de sensibilidad en blanco y negro. Si no recuerdo mal, un rollo de Kodak Tri-X 400, alguno de Ilford Delta 400 y, posiblemente, alguno de Ilford HP4 Plus, aunque esto no lo tengo tan claro. Tengo que hacer inventario.
Unos días antes de salir de viaje había consultado el pronóstico del tiempo, y este era de posibilidad de lluvia para el miércoles 2 de noviembre, pero con cielos mayormente despejados para el jueves 3 de noviembre. En ese momento no sabía exactamente el día del viaje. Cuando me dijeron que sería el jueves, me alegré, fue cuando decidí preocuparme por la cuestión fotográfica, dado el pronóstico del tiempo y me puse a pensar qué película me llevaba. Presumiendo fotos en su inmensa mayoría al aire libre, decidí que podía llevarme sin problemas una película con una sensibilidad más baja. Así que opté por un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II, llevándome también de reserva, en el improbable caso que acabase con rapidez con el primer rollo, otro de Lomography Potsdam Kino 100. Efectivamente, sólo usé uno de ellos.
Finalmente, sin consultar de nuevo el pronóstico del tiempo, resultó que la inestabilidad atmosférica se retrasó 24 horas y el 3 de noviembre amaneció lluvioso en Zaragoza. Conforme nos dirigimos hacia La Rioja despejó, pero se cubrió casi por completo por la tarde, cuando dispusimos de tiempo para hacer un poquito de turismo. Así que fui demasiado justo de sensibilidad, lo cual lo he pagado con algunas fotos trepidadas por usar velocidades de obturación demasiado justas. La Minos 35 GT-E es muy muy ligera, y aunque no sufre de las vibraciones del espejo de las cámaras réflex, cualquier impulso por pequeño que sea la mueve ligeramente, por lo que 1/30 segundo es una velocidad de obturación insegura.
Por disponer de poco tiempo disponible para el revelado y tener varios rollos pendientes, todos con película de sensibilidad ISO 80-100, opté por un revelado desatendido de todos ellos al mismo tiempo con Kodak HC-110 1+119 durante 60 minutos con cinco inversiones del tambor de revelado al principio del mismo, y dos inversiones a los 30 minutos. Ya he comentado en otras ocasiones que sólo soy partidario del revelado desatendido cuando hay una exposición irregular, lo cual sucedía con los otros dos rollos, y con películas de baja sensibilidad. No me gustan los resultados en las películas de más de ISO 125. El resultado ha sido bastante bueno, con un contraste muy contenido en las fotografías, pero con margen para ajustarlos en la fase digital del procesado. El grano ha quedado muy contenido, apenas perceptible; una de las virtudes de esta película.
La principales pegas que se le puede poner al material usado son dos. La primera ya la he comentado. Con la escasez de luz que al final tuvimos, especialmente en la mitad final del rollo, la sensibilidad disponible fue escasa y puso en dificultades la toma de imágenes. La otra pega es que la Minox 35 GT-E hace tiempo que sospecho que sobreexpone. Que el fotómetro esta calibrado para un sobreexposición que podría llegar a un paso. Y ciertamente, la mayor parte de los fotogramas han quedado demasiado densos. Sabiendo estos, alguno de ellos me arriesgué a exponerlos a un índice de exposición de 200, en lugares con muy poquita luz, y la imagen se ha salvado sin problemas con sombras con poco detalle… pero con detalle. No están mal. He procedido cuando volví a probar a exponer un rollo de Ilford FP4 Plus a un índice de exposición de 200, aunque lo revelaré como si hubiese sido expuesto a su sensibilidad nominal, ISO 125. Si el resultado es bueno, definitivamente consideraré que tengo que ajustar el fotómetro de la Minox a un valor de exposición un paso por encima de la sensibilidad nominal. Con la Ilford XP2 Super nunca me he preocupado de esto porque, la verdad sea dicha, la sobreexposición no le sienta mal. Y esto es lo que quería contar.