Aunque el viaje que realicé en la última semana de septiembre a Toulouse y otros lugares del Mediodía francés fue anterior a la escapada en el día que hice a Vitoria, publiqué la crónica fotográfica de este último antes por dos motivos; porque revelé el único rollo en casa antes de que me llegaran los resultados del revelado comercial de los rollos “franceses”, y porque su planteamiento era más novedoso que los de estos. Porque, no voy a negarlo, para Francia apliqué la solución que tantas veces me ha dado excelentes resultados.
Efectivamente, una vez más, en paralelo al equipo digital para fotografía en color, me llevé en el bolsillo del pantalón la pequeña pero eficaz Minox 35 GT-E con algunos rollo de película Ilford XP2 Super. Que como de costumbre expuse, en más del 90 % de las ocasiones a un índice de exposición de 200 en lugar de a su sensibilidad nominal ISO 400. Eso sí, como tuve un tiempo francamente otoñal, con lluvias de vez en cuando, alguna tarde me vi obligado a subir el índice de exposición a 400, para poder hacer la fotografía sin problemas. Y sin más repercusión que un cierto incremento de la apariencia del grano en las sombras y poco más.
Las condiciones de luz del viaje, en el que tan apenas tuve contrastes de luz agresivos, viva la luz del otoño y las nubes que matizan todo, hicieron que los resultados sean mejores, más agradables, que otros viajes previos de este año en los que tuve sol radiante y luz muy contrastada. La XP2 Super ofrece una amplia latitud de exposición, por lo que es difícil bloquear las luces o empastar las sombras, pero sin renunciar a ofrecen un resultado con contraste y buena definición de la escena. Lo cierto es que estoy más que satisfecho con los resultados y con este pequeño equipo que tan buen resultado me ofrece.
Lo único que a veces me apena es que la focal de la cámara no sea un 40 mm en lugar de un 35 mm. Sé que la diferencia no es mucha, pero existe. Y yo me encuentro más cómodo como objetivo polivalente con el estándar corto que con el angular largo. Además… se da una circunstancia. El visor de la cámara, que presenta un cierto error de paralelismo, pero que no resulta molesto, no cubre el 100 % de la imagen, y tiene un ángulo de visión semejante al de un 40 mm. Lo único que pasa es que luego, cuando me llegan los resultados, en los bordes de la imagen pueden aparecer elementos no previstos que hay que recortar. Aunque en la mayor parte de las ocasiones no es necesario.
Estoy a la espera ahora de que me lleguen los resultados del viaje a Bilbao y otros lugares de Vizcaya. Nuevamente con el mismo equipo y material sensible. En lo que se refiere a la fotografía fotoquímica… que en la digital sí que varié. Estoy pensando si le dedico en estas páginas un artículo a ello o no. Ya veré. De momento me despido. Hasta pronto.