Como ha sucedido muchos meses de agosto desde hace ya quince o dieciséis años, me he escapado a mitad de mes unos pocos días, en un corto viaje por Europa. Este año ha tocado Múnich, Alemania, como en 2008. Y desde allí, en excursiones en el día a otras ciudades bávaras o próximas; Ulm, Augusburg, Bámberg y Núremberg. Y para variar, este año no ha sido la típica escapada o viaje con una o dos personas más. No me gusta mucho viajar en grupos nutridos. Pero el motivo era una reunión ludicofestiva de amigos que se conocen desde hace casi cuarenta año. Más, en algunos casos.
Fotográficamente… no me he preocupado tanto como en otros viajes. La propia naturaleza del viaje hacía que estuviéramos todos más atentos a disfrutar de las relaciones interpersonales, pasándolo muy bien, que al interés turístico, cultural o fotográfico del lugar que visitábamos. Sin que necesariamente descuidáramos estos aspectos. Pero todo más improvisado. En mi caso, fotográficamente hablando, más experimental. Ya comenté en su momento que decidí llevar como cámara digital la grandota Fujifilm GFX 50R de formato medio, limitada al único objetivo que tengo para ese sistema, el Fujinon GF 50 mm f3,5. Una bestia fotográfica desde cualquier punto de vista. Con la limitación de la focal, autoimpuesta… y disfrutable. Pero era un “experimento” por decirlo de alguna forma.
Pero, eso sí, como vengo haciendo regularmente desde hace un tiempo, llevé también mi pequeña Minox 35 GT-E con algunos rollos de Ilford XP2 Super, de los que expuse tres de ellos. Es una fórmula de éxito demostrado. La puedes llevar sin ningún problema en el bolsillo del pantalón. Tiene una buena calidad óptica. La Ilford XP2 Super, con una sensibilidad nominal ISO 400, con tecnología cromogénica, se revela en el proceso C-41 como la película negativa en color, y expuesta a un índice de exposición IE 200, ofrece imágenes nítidas, contrastadas pero sin perder detalle ni en sombras ni en luces, y con un grano muy discreto. Y si llega el caso, con poca luz, se puede exponer a IE 400 u 800, con buenos resultados, aunque con un grano más evidente. Lo que he comentado ya en diversas ocasiones.
Es cierto que la he usado de forma un tanto irregular. Como he comentado, hemos estado inmersos en reencuentros con personas que no vemos habitualmente. Y eso hace que no te concentres tanto en tus fotografías. Por ello, ha habido ocasiones en que la he olvidado durante horas. Y luego la he usado con frecuencia durante un rato… simplemente por la curiosidad que despierta en otros compañeros de viaje que no están acostumbrados a verme con un aparato fotográfico para película tradicional. No obstante, tengo mi recuerdo de este corto viaje, que tan buen recuerdo nos ha dejado. Y mientras la cámara aguante, seguirá siendo mi equipo complementario de elección para película fotográfica tradicional en mis viajes.