De los cuatro rollos de película negativa en color del mes de junio, al menos los que son públicos, tres de ellos fueron usados con objetivos concretos. Hacer fotos de un determinado entorno o sujeto, en un determinado momentos o momentos y con un determinado fin. He insinuado que hay rollos que no hago públicos, lo cual es cierto para otros meses. En el mes de junio de 2022, las fotografías privadas, no destinadas a ser publicadas en redes sociales, o en internet en general, fueron todas digitales, realizadas con la Fujifilm GFX 50R. Pero también hubo un rollo que viajó montado en una cámara de forma cotidiana, en mi mochila o bolsa, utilizado para tomar apuntes o notas fotográficos cuando así lo consideré oportuno.
Las cámaras que uso para estos fines, los apuntes fotográficos, suelen ser cámaras ligeras, con poco peso y volumen a las espaldas o en el hombro. Pero no necesariamente. Y en este pasado mes de junio opté por la Nikon Nikomat FTn, una sólida cámara Nikon, construida como un tanque, relativamente pesada. Pero que da gusto usar por la finura con la que funciona sus elementos mecánicos. La pila eléctrica no tiene más fin que alimentar el fotómetro. Pero sin ella, también se puede usar, estimando la exposición a ojo, o utilizando un fotómetro externo. En esta ocasión, le puse una pila que, aun no siendo la adecuada, funciona lo suficientemente bien para estimar la exposición correcta, como así ha sido. Originalmente estaba pensada para pilas de mercurio de tipo PX625, de 1,35 V, que ya no se fabrican por motivos ambientales y de salud pública. El mercurio es un metal pesado muy tóxico. Pero existen pilas alcalinas de la misma forma y tamaño. Su voltaje es algo distinto, 1,5 V, pero en principio la exposición que me da el fotómetro no es incorrecta. Dicen que su ritmo de descarga es distinto que las de mercurio, por lo que conforme avanza el tiempo dejan de ser precisas… observaré la cuestión y ya veremos que pasa.
Como material sensible, durante este mes de junio de 2022, he usado la Kodak Pro Image 100. Dado que la he usado durante el día, cuando me desplazo de un lugar a otro de la ciudad, en torno a las fechas del solsticio de verano, hay abundantes horas de luz diurna, con abundancia de luz, al ser raros los días nublados en esa época del año. Por lo tanto, una sensibilidad nominal ISO 100 es suficiente para la práctica totalidad de las situaciones en exteriores. Incluso cuando he utilizado la cámara a primeras horas de la mañana, cuando me desplazo a trabajar entre las 6:45 y las 7:30 de la mañana. Ahora ya, avanzado el mes de julio, esa sensibilidad empieza a ser muy justa cuando salgo de casa a las 6:45, aunque ya es suficiente cuando llego a trabajar unos minutos antes de las 7:30.
Por otro lado, está uno de los inconveniente de la cámara. Sólo dispongo de un objetivo para ella. Es mi única cámara Nikon, fabricada en Japón para venta en el País del Sol Naciente o algún otro país asiático, aunque la compré de segunda mano a un francés, que probablemente la compró de primera mano en Japón. Las cámaras de este modelo que se vendieron en los países occidentales se denominaban Nikkormat FTn, mientras que las que se vendieron en Japón eran Nikomat FTn. Ya lo comenté hace tiempo en su momento. La compré sin objetivo, así que para complementarlas y usarla compré el Nikkor-S Auto 1:1,4 50 mm. No es compatible con cámaras posteriores, pero va bien con esta cámara. Y tiene una excelente reputación en su calidad óptica y mecánica. Pero me resulta muy pesado, y me da pereza llevarlo. Es cierto que con el tiempo me he ido acostumbrando a él, y creo que ahora le saco su buen rendimiento óptico,… pero si lo comparo con objetivos similares de Pentax, tan ligeros y adecuados.
Por este motivo, desde hace unas semanas, estoy contemplando adquirir un objetivo más ligero, que haga el conjunto más apetecible como equipo de paseo o de caminata. En concreto, hay un pequeño pancake, de la misma época, fabricado entre 1967 y 1977, el GN Auto NIKKOR 45mm f/2.8, que me parece muy interesante. Es un objetivo sencillo, desde el punto de vista de que tiene una fórmula óptica tipo Tessar. Dado el buen hacer de Nikon con las ópticas, es implica que tendrán una buena calidad de imagen en el centro de la imagen. Y que las esquinas y el borde del campo, aunque menos nítidos, lo serán en suficiente medida, especialmente en el momento en que cerremos las apertura a sus valores óptimos, f8 y f11, adecuados para paisajes. El artículo que he enlazado lo califica como el mejor Tessar de los años 60 del siglo XX,… pero está alojado en la web de Nikon, así que puede estar un poco sesgado en esa afirmación. La única cuestión que me tira para atrás es que tiene una distancia mínima de enfoque de sólo 0,8 metros. Esto obliga a llevar por si acaso una lente de aproximación o un tubo de extensión. Aunque el tubo que tengo para esta montura es un poco excesivo para esta focal; demasiado potente. Enfocado a infinito, con un tubo de extensión, ofrece una escala de reproducción de x 0,63. Demasiado para simplemente salir a pasear. Más adecuado para hacer macrofotografía, casi.
En conjunto, esta cámara y su objetivo, aunque pesados por su contundencia metálica en la construcción, y por su abundancia de vidrio en el objetivo, son una delicia de uso por su finura y suavidad mecánica. Y la calidad de la imagen está a la par. Quizá hubiese merecido la pena, dado que lo he usado con aperturas óptimas, haberle puesto un rollo de Ektar 100 que, con menor grano y más viveza en los colores, hubiera resaltado todavía más las bondades del conjunto. Pero la Pro Image 100 tampoco está nada mal.