Ya os comenté hace unas pocas semanas mi experiencia con la película fotográfica para negativos en blanco y negro en mi reciente viaje por el Tirol y Venecia. Una experiencia en la que pocas novedades pude aportar. La combinación de la cámara Minox 35 GT-E con la película Ilford XP2 Super 400 es muy adecuada a mis necesidades en los viajes. La cámara es pequeña, bolsillera, discreta, da buena calidad, y permite controlar suficientemente la exposición. La XP2 Super es versatil, todo terreno y con buenos resultados en la nitidez y tonos de las fotografías. ¿Qué más vas a pedir? Es la típica combinación que no es “perfecta”, pero es muy conveniente.
Preparando el viaje en las semanas anteriores, preparé seis rollos de Ilford XP2 Super 400, considerando que probablemente sería suficientes para mis necesidades. Sin embargo, en la víspera del viaje, tuve la sensación de que podría quedarme corto a no ser que racionara cuidadosamente la toma de fotografías. No es que sea rancio para esto, pero tampoco disparo sin sentido con la cámara para película tradicional. No obstante, siempre prefiero llevarme algún rollo de más, que luego se vuelve conmigo a casa, que quedarme corto. Por eso, miré la película que tenía en el frigorífico almacenada, y decidí echar en la mochila fotográfica dos rollos de Kodak Tri-X 400.
He usado la Tri-X 400 en otros viajes. En ocasiones con excelentes resultados, como en el viaje a Islandia en 2016, donde usé la Olympus mju-II como cámara bolsillera. Combinación que repetí recientemente en la excursión de enero a Olite, última en la que la Olympus mju-II funcionó correctamente. Después de ese viaje, me encontré que al finalizar el rollo no rebobina automáticamente la película y hay que hacerlo a oscuras en casa, abriendo la tapa de la cámara. Lo cual hace que no puedas usar más que un rollo al día. Mal rollo. Además, si hubiese cogido otros rollos de película, siempre en la sensibilidad de ISO 400, hubiera aumentado la diversidad de resultados en caso de usarlos todos, porque era de la única de la que tenía más de un rollo almacenado. Así que la Tri-X 400.
Los resultados han sido bastante buenos. Aunque distintos a los de la XP2 Super 400, como ya esperaba. Podría haberla revelado yo, pero ya que mandaba los seis rollos de XP2 Super 400 a Carmencita Film Lab, mandé también el de Tri-X 400. Sólo usé uno, el otro se volvió tal cual a Zaragoza. Por lo que dicen en su página web, revelan habitualmente con Ilford Ilfotec DD-X, salvo procesados especiales. No la XP2 Super 400 que, con tecnología cromogénica, se revela en el proceso C-41, con los rollos de película negativa en color.
La Ilford XP2 Super 400 la expongo a un índice de exposición de 200, sabiendo que absorbe muy bien la sobreexposición, generando un grano muy fino. Una sobreexposición que, en la Minox 35 GT-E es de casi dos pasos, porque la cámara sobreexpone de por sí aproximadamente 2/3 de paso. Sabiendo esto, ajusté un índice de exposición de 400, como la sensibilidad nominal de la Tri-X 400, siendo consciente de que no andaría falta de luz. Como ya esperaba, el grano y la estructura de la fotografía es bastante más visible que en la XP2 Super 400, donde los tonos son más continuos. Pero, aunque es una película más contrastada, no se han empastado las luces ni bloqueado las sombras en ningún momento, por lo que los resultados han sido buenos.
Dado el precio que lleva esta película, y siendo menos versatil, por muchos fans que tenga en el mundo de la fotografía profesional y de aficionados, seguiré confiando en la Ilford XP2 Super 400 para mis viajes. Si como me pasó en esta ocasión, corro el riesgo de quedarme corto, no tendré inconveniente en usar la Tri-X. Como tampoco lo tengo de usar otras ISO 400, como la Ilford HP5 Plus, la Ilford Delta 400, o la Kodak T-Max 400. Quizá sean estas dos últimas las que normalmente preferiría llevar como alternativa, pero por poco margen de ventaja.