Una combinación que funciona en Venecia y el Tirol – Minox 35 GT-E con Ilford XP2 Super 400

Recientemente expresaba mi descontento, en buena medida por mi falta de previsión o de atención, con los resultados obtenidos en algunos viajes en el día realizados en los últimos meses desde Zaragoza. La película fotográfica tiene algunas ventajas sobre la captura digital de las imágenes. Y una de ella es la latitud de exposición, que es distinto del intervalo (o rango) dinámico de los sensores, aunque algunos los equiparen, gracias a la forma sigmoide de las curvas específicas de cada película. No voy a entrar en esto. Pero digamos que, si te pasas de exposición, es más fácil salvar la imagen. Pero tiene sus costes. En calidad final intrínseca. Para obtener buenas fotos, conviene exponer bien. Siempre. No ser descuidados.

En el encabezado, Bolzano/Bozen, capital del Alto Adige/Südtirol. Aquí, Val di Funes/Vilnösstal.

Pero hay materiales pensados para ofrecer flexibilidad al fotógrafo. Quizá tengan que renunciar a otras virtudes. Pero cuando en fotografía optas por un equipo y por un material sensible, estás buscando un compromiso adecuado. No un ideal. Quien pretenda tal cosa, es más que probable que se lleve disgustos o desilusiones. Porque tarde o temprano, su presunto ideal no se ajustará correctamente a unas circunstancias fotográficas. Mi material sensible preferido cuando viajo y quiero llevar película negativa en blanco y negro es, con mucha ventaja, la película Ilford XP2 Super 400.

Lago di Carezza/Karersee.

Me llevé siete rollos de esta película en mis recientes vacaciones en las que viajamos al Tirol, tanto en Italia como en Austria, y donde recalamos también durante un par de noche en Venecia. Hice corto. Pero es lo que tenía en casa de esta película. Como supuse que me podía quedar corto, me llevé también dos rollos de Kodak Tri-X 400, de los que usé uno. De ese os hablaré otro día. Y como de costumbre, por su pequeño tamaño, la llevo sin problemas en el bolsillo de los pantalones, me llevé la Minox 35 GT-E. Siempre me imagino llevando otras cámaras. Especialmente si pudiera llevar un objetivo de 40 mm en lugar de 35 mm… que prefiero. Pero no tengo ninguna con esa focal que ocupe tan poco espacio. Por otra parte, permite controlar las circunstancias de la toma, y tiene una buena óptica.

Renon/Ritten.

Como ya he comentado repetidamente, la Ilford XP2 Super 400 es una película negativa monocroma cromogénica que se revela mediante el proceso C41, que es el mismo que el de la película negativa en color. Se puede revelar también en química convencional para película negativa normal, de sales de plata si cromógenos añadidos, y no queda mal… pero para aprovechar sus virtudes conviene revelar en C41. A algunos puristas de la fotografía en blanco y negro no les convence por esto… pero yo nunca he sido purista… creo que de nada. Lo que conviene, conviene. Y se publicita como una película de amplia latitud, que se puede exponer a índices de exposición desde 50 (tres pasos de sobreexposición sobre su sensibilidad nominal ISO 400) a 800 (un paso de subexposición). Doy fe de que obtienes fotografías razonablemente aprovechables, incluso buenas, en todo ese intervalo de exposiciones.

Alpe di Siusi/Seiser Alm.

Suelo ajustar un índice de exposición 200 en el fotómetro de la cámara, o externo, que use para medir la luz con esta película. Pero como ya decía recientemente, mi Minox 35 GT-E sobreexpone. Por lo que en la práctica es como si la usase a un índice de exposición 125. Que la luz escasea… tengo margen para aumentar el índice de exposición, y sigo obteniendo fotografías perfectamente aprovechables y presentables. En su situación basal, ese IE 200 teórico, IE 125 en la práctica, el grano es poco apreciable, pasa casi desapercibido, especialmente en las zonas luminosas de la foto. Si subo el índice de exposición, se nota más, pero sigue siendo razonablemente contenido. La película es nítida. Aunque algunos se quejan de que no tiene la estructura esperable de una película en blanco y negro. Y algo de eso hay, pero a mí no me importa. Con su gran flexibilidad de uso, es la película ideal para irse de viaje en mi opinión. Lo único que falta es tener un laboratorio de confianza donde llevarla a revelar y escanear. Yo suelo mandarla a Carmencita Film Lab, pero hay otros que también lo hacen bien. Que cada cual elija. Y a disfrutar.

Venecia.