Sakura y tulipanes – Canon EOS 3 y Kodak Portra 400

Como ya he comentado en ocasiones anteriores, durante el mes de marzo realicé frecuentes visitas a la floración de las bulbosas (tulipanes, narcisos y algún iris) y de los cerezos japoneses ornamentales en el Parque Grande de Zaragoza. Quería explorar el rendimiento de distintos medios de adquisición de la imagen, digital y película fotográfica tradicional con estos motivos florales.

Realmente, la fotografía con medios digitales tiene poco misterio. Aunque es cierto que los distintos sensores tienen rendimientos diversos a la hora de adquirir la imagen, es la programación interna de la cámara en el tratamiento de la señal la que condiciona en gran medida las diferencias entre distintos fabricantes de cámaras. Y en cualquier caso, el propio fotógrafo, cuando almacena la información en archivos raw, decide el contraste, la calidad del color y las texturas que va a presentar la imagen final.

Con película fotográfica tradicional, está el factor asociado al material sensible. Las distintas emulsiones fotográficas, en color o blanco y negro, presentan curvas características y curvas espectrales distintas. De este modo, no hay emulsión fotográfica que sea capaz de reproducir de una forma absolutamente fiel la realidad. Desde luego, no las emulsiones en blanco y negro, en las que la ausencia de color ya supone una diferencia muy marcada. Algo hablaremos del blanco y negro y estos motivos dentro de pocos días. Pero tampoco encontraremos fidelidad absoluta a la realidad en las películas en color.

Ya he comentado los resultados con Kodak Ektar 100 y con Adox Color Mission. No mostré imágenes con la Kodak Portra 800… porque fueron pocas, y casuales. La puse para fotografiar el acontecimiento deportivo, pero uno busca emulsiones de grano más fino y nítidas para reproducir con detalle los motivos florales. Habitualmente, claro. Uno puede plantearse otros objetivos, en los que estas emulsiones sean adecuadas.

Hablando de color, porque aun quedará una entrada para hablar del blanco y negro, me quedaba por comentar las fotos que realicé con Kodak Portra 400. Probablemente la película más valorada en la actualidad para negativos en color. Originalmente pensada para el retrato, y de ahí su denominación, con el tiempo el fabricante norteamericano buscó una emulsión polivalente que, si bien se utiliza con mayor frecuencia para retratos o acontecimientos sociales, funcione también bien en otros medios como el paisaje. Como cámara usé la Canon EOS 3, y como óptica el teleobjetivo EF 200 mm f2,8L USM II, con o sin multiplicador de focal EF Extender x2 de primera generación.

Los resultados, y el balance general de la experiencia, ha sido el esperado de acuerdo a mi experiencia previa con estos materiales. La Kodak Portra 400 es una estupenda película, con gran nitidez y grano fino, especialmente si sobreexponemos y la usamos a un índice de exposición 200 en lugar de su sensibilidad nominal ISO 400. Sin embargo, prefiero la Kodak Ektar 100 que ofrece colores más vivos y dinámicos. Es una cuestión de preferencia, puesto que habrá quien preferirá los tonos más sutiles de la Portra 400, y sería una buena elección. Aunque quizá habría que haber incluido la Kodak Portra 160 en las comparaciones para terminar de estudiar las posibilidades. La Adox Color Mission ha sido un añadido curioso… que no utilizaría para este tema. Su granulación muy manifiesta para una película ISO 200, no me acaba de convencer para este motivo. Y tiene más tendencia a empastar algunos colores que la Ektar 100. Que como digo, es una de mis películas preferidas. De todos modos, es una pena no haber podido disponer de la nueva Kodak Gold 200 en formato 120 para estos días. Ya hablaremos de ella más adelante.