Como los habituales de estas páginas sabréis, me gusta practicar de vez en cuando la fotografía instantánea, a pesar de los inconvenientes que presenta en estos tiempos. Los cuales se pueden resumir en que es cara, la calidad de la película es muy justita y las cámara disponibles son más justitas todavía en calidad y en capacidades. El formato óptimo es el de Polaroid, pero la calidad de la película Polaroid es muy discutible a pesar de sus mejoras, y además es muy cara para las ocho fotografías que puedes hacer por carrete. A pesar de todo, me surgió la oportunidad de comprar a un precio sorprendentemente barato, un 40 % de descuento sobre su precio original, una Polaroid Now+ de exhibición, como nueva, y decidí hacerlo. Explicaré las posibles ventajas sobre lo que ya tenía.
Por casa anda desde hace casi 20 años una Polaroid 635 Supercolor, una cámara legalmente enajenada de una administración pública en la que ya había cumplido su misión que había dejado de tener sentido por la llegada de la fotografía digital. Durante años tan apenas la usé, pero desde hace un tiempo si que la he usado de vez en cuando. El principal problema que le encuentro es la calidad de su óptica, lo que es común a todas las cámaras similares a esta, y que no tiene modo de enfoque cercano. Prácticamente hay que situar cualquier objeto que quieras fotografiar a 1,5 metros de la cámara, preferiblemente más. Y dado que la focal es equivalente a un angular moderado… pues es un poco una lata.
La Polaroid Now+ tiene algunas ventajas sobre la 635 Supercolor, aunque no tantas como parece, motivo por el cual no me hubiese parecido una compra aceptable sin un precio muy ventajoso. La óptica es muy similar, y no he encontrado especiales diferencias en la calidad de las imágenes. Por ahí no encontramos ventajas significativas. Si la encontramos en la capacidad de enfocar a corta distancia. Y otras funciones potencialmente interesantes como largas exposiciones, dobles exposiciones, compensación de la exposición… con un inconveniente, hay que ajustarlas a través de una aplicación en el teléfono inteligente, lo cual es un rollo comparado con mandos incorporados en la cámara; pero menos es nada. La cámara lleva la batería incorporada, que se carga por puerto USB, y por lo tanto se pueden usar los cartuchos de película i-Type, sin pilas incorporadas y más baratos, además de los tradicionales de tipo 600. Hay mejoras claras,… pero con engorros.
La película la probé con un cartucho de Polaroid 600 Round Frame que tenía por casa. Y de inmediato noté otra ventaja… que me ha resultado importante. Es más compacta de tamaño, tiene un diseño relativamente compacto, reminiscente de las primeras cámaras Polaroid populares para película tipo 600 o SX70, que me agrada. Viene con algunos accesorios, fundamentalmente unos filtros de colores y de efectos estrellados… que no he usado. Quizá vendría bien un filtro neutro gris… pero tampoco es muy necesario porque la apertura cierra a f64 según las especificaciones, por lo que se puede usar la película ISO 640 a pleno sol sin problemas. O algún filtro para corregir las dominantes de color de la luz artificial… No he utilizado todavía la cámara en combinación con las funciones de la aplicación del teléfono inteligente. Quizá este fin de semana que viene, si encuentro el momento adecuado.
De momento el balance es relativamente positivo. Aunque como ya digo condicionado por haber conseguido la cámara por un precio muy ventajoso, bien por debajo de los 100 euros, cuando su precio de catálogo está cerca de los 150 euros con los accesorios que incluye, aunque se puede encontrar con descuentos por precios de en torno a los 130 euros. Debería bajar de precio en la medida en que justo cuando recibía la cámara se anunciaba una nueva generación, cuyo nivel de mejoras desconozco, y que ocupa los nichos de precio de la que ahora se retira. ¿Es recomendable? Mmmmmm… si estás dispuesto a asumir las pejigueras y los defectos inevitables del formato… puede que sí. Pero así así está la cosa.