Vamos con la tercera y última entrada de las dedicadas a la fotografía con película tradicional durante el viaje en el día que hice el 6 de marzo de este 2023. Y aquí no me extenderé mucho, porque ya caminamos sobre terreno conocido. La película Kodak Ultra Max 400 es una de las más conocidas. Es la película no profesional para negativos en color de Kodak en sensibilidad ISO 400. Una todo terreno que no sólo se vende como tal, en carretes de 24 y 36 fotos, sino que también se usa en cámaras de un solo uso. Aunque no en las de la marca Kodak, que montan todas ellas película ISO 800, la cual no se vende en carretes sueltos. Salvo en forma de Lomography Color Negative 800, más que probablemente, u bajo otras marcas eventualmente.
Cargué este carrete en la cámara tras acabar con el CineStill 400D del que ya os hablé hace un par de días. Normalmente, no me gusta usar para una misma actividad fotográfica emulsiones diferentes, por mantener la consistencia en los resultados. Pero tampoco me mato por evitarlo. La influencia del laborante a la hora de escanear o copiar los negativos es tan grande con la fotografía en color que ponerse a filosofar sobre las diferencias entre emulsiones es algo que hay que hacer con precaución. No obstante, yo diría que la Ultra Max 400 es algo más saturada, más contrastada y presenta un grano más notorio que la CineStill 400D.
Mientras recuerdo que las fotografías están realizadas con una Leica M6 y objetivos Summicron-C 40 mm o Elmar-C 90 mm, también me permito recordaros que la CineStill 400 también es una película originalmente fabricada por Kodak, como película cinematográfica. Pero todos asumimos que está más emparentada en sus características con la familia de las Kodak Portra que con las películas para aficionados como esta Ultra Max 400, la Kodak ISO 800 o la Kodak Gold 200. Pero tampoco es que Kodak informe mucho de estas cosas. O yo no lo sé encontrar.
Los resultados finales son agradables. La Ultra Max 400, aunque más “granujienta” de lo que me gustaría, es una buena todoterreno. No obstante, hubo momentos durante el paseo por el Born en los que hubiera preferido tener cargada en la cámara una Lomography Color Negative 800 o, mejor todavía, una Kodak Portra 800. Porque entre las estrechas calles de esta zona de Ciutat Vella en Barcelona, y con la tarde avanzada, la luz es más escasa de lo que parece. Pero bueno. Aquí están las fotos. Y una vez en abierto, en el Port Vell, la cosa vuelve a su sitio. Está bien.