Lo que ayer pensaba que era una infección viral totalmente banal, hoy domingo se ha convertido en un algo bastante más pesadito. Así que en todo el día he tenido muchas ganas de ponerme ante el ordenador. Me produce un tremendo dolor de cabeza. De todos modos, voy a hacer una entrada cortita... para que no haya un hueco tonto en mi dinámica de publicación. De momento, el tablero en Pinterest que os muestro hoy es el dedicado al collage, técnica mixta que siempre me ha atraído mucho, aunque nunca se me ha dado bien. En general, por supuesto, me refiero a collages físicos. Hechos con fotos, papel, pegamento y tijeras. Aunque algún caso de "collage digital" he incluido, que por su estética he pensado que no desentonaría. Pero eso no va a ser algo frecuente.
También una advertencia. En el pasado me han llegado de vez en cuando mensajes, casi siempre anónimos, de gente que se quejaba de que en mis tableros de Pinterest encontraban desnudos. Lo primero que me sale es decir, ¿y qué? Pero como ahora, con tableros temáticos, estos se circunscriben a uno de ellos, denominado como tal, avisaré que en este tablero de collages también puede haber, y de hecho hay, desnudos. Y a ver si la gente se va volviendo más normal, oye.
En cuanto a las fotografías acompañantes hoy, estoy haciendo una selección de fotografías macro y de aproximación, fundamentalmente plantas y bichos, de todo el año. Quizá para hacer un librito. No me he decidido todavía. Pero os dejo aquí algunas muestras.
Comentaba la semana pasada que había salido ya el número 94 de Fraction Magazine, fiel a su cita mensual. El que parece que ya no se actualiza es su revista hermana japonesa, que lo hacía trimestralmente. Lo último publicado es de junio. Una pena, porque a mí me parece que habitualmente tenía más nivel que la versión norteamericana.
En esta edición me ha llamado la atención el porfolio de Jasmine Clark, mujer afroamericana que ha vivido su vida próxima al entorno del ejército norteamericano, institución muy conservadora, como todos los ejércitos, donde dominan los hombres, blancos y cristianos.
También me ha parecido muy interesante el trabajo de Marna Clarke, una mujer ya mayor que ha empezado a documentar fotográficamente lo que significa para ella ser una persona que llega a la ancianidad.
En el tumblelog de Art Ruby publicaron una entrada dedicada a Liu Bolin, "El hombre invisible". Con frecuencia he visto definido a este artista chino como fotógrafo. Sinceramente, creo que no. Creo que es un artista que usa la fotografía como medio de reflejar y presentar al público sus performances, en las que pinta su cuerpo y sus ropas de forma que queda camuflado, mimetizado, de forma muy completa y eficaz en su entorno. Entornos que nos hablan de la sociedad actual, especialmente del acelerado desarrollo de las ciudades chinas. Su obra tiene cierto carácter de protesta ante la actitud de la dictadura china de impedir la libertad de los artistas. Nos habla de despersonalización dentro de la supuesta prosperidad y modernización del país. Es un artista al que cada vez le he ido pillando más el tranquillo.
Lo último que que comentaré hoy, de esta entrada mucho más reducida comparada con otros domingos, y que me está costando terminar, es una que nos traía hace unos días la web del Centro de Fotografía y Medios Documentales (CFD) de Barcelona. En ella nos hablaban del trabajo de Claire O'Keefe. Usa también técnicas mixtas, básicamente el collage a partir de fotografías vernáculas, no realizadas por ella misma, y lo que es más llamativo es que el color, y especialmente los colores de la piel son algo muy importante, ya que el desencadenante de la serie Piel, fue el diagnóstico de un melanoma en su brazo izquierdo.
Como veis, el collage y otras formas alternativas de plantear la fotografía han sido muy importantes en esta resumida entrada de hoy, que por fin termino.
El mundo tiene sus ironía. Y el de la fotografía, igual o más. Os hablaba hace unas semanas de cómo había desempolvado mi Polaroid Supercolor 635 y la había ido utilizando, entre otras cosas para el ChocoEncuentro navideño de Fotógraf@s en Zaragoza. También comenté la experiencia de utilizar las modernas emulsiones de Impossible Project para este tipo de cámaras, interesantes pero muy caras. Como de todo esto hablé en mis blogs, hubo gente que hasta lo leyó. Y de repente me llegó una propuesta. Una propuesta que se llamaba Polaroid Image System SE, y que podía llegar a mi poder, para siempre, por la modesta cantidad de 27 euros. Os la presento.
La serie Image Sytem, Spectra en los Estados Unidos, pero son lo mismo, fue una serie de cámaras Poloroid que estaban pensadas para ser usadas entornos profesionales. No necesariamente por fotógrafos. Más bien por ingenieros, forenses, profesionales del peritaje de todo tipo, policías... Unas cámaras con características externas más sobrias que las de las más lúdicas serie SX-70 y 600, pero con características superiores como veremos. Comparemos el alegre aspecto de mi Supercolor 635, con la elegante sobriedad de la Imagen System SE. Supongo que eso de SE vendría de "Special Edition" o algo así...
Ambas tienen un flash incorporado, una célula de medición de la luz con un sistema de exposición automática, un botón disparador, y un sistema de carga de los cartuchos de película similares. Pero a partir de aquí, vienen las diferencias. Sigamos por el frente. Mirando la imagen, a la izquierda del objetivo de la Image System SE vemos un círculo protegido por una rejilla de circulitos. Eso un sistema de enfoque automático por sonar. Sí... como lo de los submarinos, los delfines o los murciélagos,... emite un sonido en una frecuencia que no escuchamos, rebota en el sujeto a fotografiar y calcula la distancia de enfoque. La Supercolor 635 tiene un sistema de enfoque fijo, que según las especificaciones permite obtener sujetos nítidos a distancias entre 1,2 m e infinito. Lo cierto es que los objetos distantes aparecen con menos nitidez de la deseable. La Image System SE enfoque automáticamente entre distancias de 60 cm e infinito... y bien.
El objetivo es importante...
El objetivo de la Supercolor 635 (y el de otros muchos modelos funcionalmente similares) tiene una focal de 106 o 116 mm y una apertura fija de f/11 o de f/14, no encuentro uniformidad en las especificaciones según las fuentes según, y está fabricado con una sola lente, probablemente un menisco, de plástico. Sin embargo, la Image System SE viene claramente definido como un 125 mm f/10 de apertura máxima. Cerraría hasta f/45. Y estaría fabricado con tres elementos. Aquí encuentro diferencias según las fuentes. Unos dicen que de plástico y otras que de vidrio óptico. En cualquier caso, una sistema óptico claramente superior.
En ambos casos, el obturador tendría un rango de velocidades suficiente para un uso relativamente variado, que vendrían determinadas por el programa de la cámara.
Veamos la trasera de la cámara...
Como vemos, frente a la Supercolor 635, que no tiene más posibilidades que elegir con cual de los dos disparadores queremos tomar la foto, con el principal que acciona el flash, o con el secundario que lo evita, aquí tenemos más opciones. Un botón para desconectar el flash, otro para desconectar el enfoque automático. En algún lugar he leído que en ese caso enfoca a infinito. O algún tipo de hiperfocal. Tiene otro botón para activar el temporizador en el disparador, y otro para activar o desactivar el aviso sonoro de enfoque conseguido.
Pero además la cámara, que ya digo que estaba pensada para determinados usos profesionales, tiene una funcionalidad añadida. El visor no es mudo. Aporta información. Por un lado un icono verde que indica que se puede hacer la foto sin problemas, y otro rojo que indica que la luz es insuficiente o que la foto puede salir desenfocada. Y un telémetro que nos informa de la distancia que hay hasta el sujeto enfocado, en metros o en pies. Hay una clavija para seleccionar la unidad de medida. Con una precisión al decímetro. Encuadras, pulsas el disparador parcialmente, y se activa el mecanismo de enfoque. El telémetro lee en ese momento, por ejemplo, 2,6... Es decir, 2 metros y 6 decímetros. O 260 centímetros. Genial. No sé cuál es el límite. No lo he comprobado. Pero cuando sobrepasa determinada distancia, tal vez entre 5 y 6 metros, deja de informar, aunque el enfoque es correcto y la foto sale bien. Por ejemplo, esta.
Y ahora los más observadores diréis... oye, ¡que las polaroids eran cuadradadas! Sí, pero no las del sistema Spectra/Image System. De forma rectangular, eran algo más grandes que las típicas Polaroid SX-70 o 600. Pero por lo demás, similares en sensibilidad y características a las Polaroid 600. Esto conlleva dos consecuencias. Como su precio original era más caro, estaban mejor construidas y tenían más refinamientos, se vendieron menos. Y aunque Impossible Project también fabrica actualmente película para ellas, son mucho menos populares. Y para algunos, el que no sean cuadradas, les quita gracia. En resumen. Una Spectra/Image System es una cámara más sólida y de más calidad que la mayoría del resto de las Polaroid, e incluso que de las actuales Fujifilm Instax. Pero es menos conocida y buscada, y puede resultad mucho más barata de adquirir.
El ejemplar que ha llegado a mis manos está absolutamente como nuevo. Ha venido con su embalaje prácticamente intacto. La correa de cuello o bandolera todavía en su envoltura sin desprecintar. La correa de mano viene incorporada en el cuerpo de la cámara. Incluye el manual en perfecto estado y el folleto de accesorios. E incluso llevaba insertado un cartucho de película original Polaroid, con toda seguridad caducado, al que le faltaba una foto. La pila estaba descargada, por lo tanto no se podía usar. Si lo hubiese sabido, fue una sorpresa que me encontré, a oscuras hubiera trasnferido la película a un cartucho con pila de Impossible Project, y hubiera intentado usarla. Como no lo supe, abrí el compartimento a la luz y se veló. Probablemente, desde que se compró hasta que llegó a mis manos sólo había hecho un disparo. Se guardó. Y no se volvió a usar nunca. Nueva. Funciona sin problemas.
Como veis, la he probado ya. Cuando me avisaron que me la traían, poco antes de Navidad, me llegó el 3 de enero de 2017, encargué por internet un par de cartuchos Impossible Project en color y uno en blanco y negro.
Desde luego, con las fotografías en color pude comprobar que la calidad de imagen, en comparación con las que emite la Supercolor 635, es claramente superior. También pude comprobar que a estas películas y estas cámaras, de uno u otro tipo, les gusta la luz. Mejoran mucho las cosas y los resultados. Así como si evitamos contrastes excesivos.
Como digo, también hice un cartucho de fotografías en blanco y negro. Pero el resultado fue un poquito peor... pero probablemente por mi culpa. Se me ha olvidado decir que también tiene un compensador de exposición que permite ajustar mejor el comportamiento del programa de la cámara según la escena. Y es importante hacerlo cuando estas películas tienen un latitud de exposición limitada y no se llevan bien con los contrastes excesivos. En algún momento me dejé el compensador ajustado en el sentido de la sobreexposición, y no le sentó bien a las imágenes. Pero algunas fotos hubo en blanco y negro que quedaron más o menos bien.
Sinceramente, me da igual que las fotos no sean cuadradas. La calidad de la imagen es superior a la Supercolor 635... y para un fotógrafo que sepa lo que sea hace, que no sea simplemente tomar unos recuerdos de una "fiestuqui"... es mucho más satisfactoria de usar.
Eso no quiere decir que la Supercolor no lo sea. Aprovechando el pedido de película Impossible Project Spectra, encargué también algunos cartuchos de tipo 600 que estaban de oferta por ser emulsiones antiguas. El día de reyes usamos una con la imagen circular. No pongo fotografías de los miembros de la familia... pero algunas puedo enseñar...
Divertidas, aunque se nota un punto de calidad inferior. Tanto por la nitidez que ofrece el objetivo de la Image System SE, como por los colores que ofrecen las emulsiones más recientes de Impossible Project. Pero no están mal.
Llego un poco tarde a esta entrada sobre la exposición de Enrique Meneses en el Centro de Historias de Zaragoza. El mes de diciembre siempre resulta complicado y uno anda con menos tiempo. Pero aunque se clausura ya el 15 de enero, espero que de tiempo a animar a quien no la haya visitado a que lo haga.
Meneses se puso de moda recientemente debido al fallecimiento de Fidel Castro. Meneses fue el primer reportero, periodista y fotógrafo al mismo tiempo, tanto escribía como manejaba la cámara, que pudo convivir con los revolucionarios cubanos en Sierra Maestra en 1958, consiguiendo algunos de los documentos gráficos más interesantes de esa revolución que no quedaba claro dónde iba a parar. Meses más tarde, en el año nuevo de 1959, Fulgencio Batista abandonaba la isla.
Pero Cuba no fue su primer destino, unos años antes había ejercido ya de periodista y reportero en Egipto, un país en plena efervescencia en aquel momento con el derrocamiento de la monarquía y la llegada al poder de Nasser, lo cual rompía los delicados equilibrios políticos de la zona, por sus tendencias prosoviéticas en plena guerra fría. La nacionalidad española de Meneses le permitió permanecer en la zona cuando los reporteros ingleses y franceses hubieron de abandonar el país durante la guerra del Canal de Suez. Aunque también hubo tiempo para hacer fotos más frívolas...
A principios de los años 60 del siglo XX se trasladó a Nueva York para trabajar como autónomo... ejem, perdón, "freelance", que queda más molón. Y lo hizo en un momento también importante. Fue el momento de la elección de John F. Kennedy como presidente y el auge de la lucha por los derechos civiles de las minorías, especialmente de los afroamericanos. Y el estuvo allí. Como atestigua sus fotografías. Una muy impresionante del que sería Premio Nobel de la Paz, Martin Luther King, y otra más curiosa con el que llegaría a ser también Premio Nobel, pero de literatura, varias décadas más tarde, Bob Dylan con sus amigos Joan Báez y Pete Seeger, precursor de ambos en la música folk comprometida.
Pero no dejaba de alternar Meneses en sus fotografías los temas políticos con otros más frívolos, como el mundo de la moda, del cine o el espectáculo en general, aunque siempre desde el punto de vista del periodista y reportero gráfico, fundamentalmente.
El estilo fotográfico de Meneses es el propio de los reporteros de su época. Lo importante es conseguir la foto significativa. Es conseguir un gesto, una mirada, un encuentro... Y si además la foto sale bien de luz, con una buena composición y bien nítida, miel sobre hojuelas. Pero lo prioritario es conseguir la foto. En los años 50 y principios de los 60 del siglo XX el equipo que se había impuesto, especialmente cuando había que viajar ligero o en zonas conflictivas, eran las pequeñas pero fiables y duraderas Leicas de telémetro. Especialmente cuando llegó la fabulosa Leica M3, que mejoró mucho la ergonomía y la facilidad de trabajo con respecto a las cámaras con montura de rosca, especialmente las distintas declinaciones del modelo Leica III que eran las usadas profesionalmente.
En esta foto en la que el propio fotógrafo se ha incluido en el encuadre aprovechando el reflejo en el espejo lo vemos manejando una de las Leicas de la serie M iniciales. La definición no es suficiente para definir el modelo, aunque probablemente se trate de una Leica M3, con la que se le ve en otras fotos que se encuentran en internet. Necesitaría más definición para poder estar seguro.
De todos modos, conforme avanzaron los años 60, y especialmente con la salida al mercado de la sólida Nikon F, las cámaras réflex se harían progresivamente dueñas de los bolsos de los reporteros gráficos. En el siguiente detalle de una fotografía de Meneses tomada en Viena al matrimonio Kennedy, se ven en el fondo otros fotógrafos que llevan tanto cámaras telemétricas como réflex.
El periodo de Meneses como reportero gráfico no abarca toda su vida profesional. Las fotografías de la exposición abarca el periodo entre principios de los años 50 y 1970 aproximadamente. Y mis comentarios se refieren a los personajes y los sucesos que aparecen en las fotografías que he considerado más significativos, pero sin pretender ser exhaustivo, ni mucho menos.
A partir de 1970, aunque sigue haciendo fotografías de vez en cuando, empieza a moverse en las televisiones, dirigiendo diversos programas de información y actualidad, así como en alguna que otra aventura editorial. Como curiosidad, fue el primer director de la edición española de Playboy...
Dejando aparte el anecdotario, la exposición es obligatoria para los aficionados a la fotografía. Así que ir dándoos prisa, que ya no queda mucho tiempo.
En primer lugar, voy a seleccionar para mostraros uno de mis nuevos tableros en Pinterest. Esta semana me he decidido por el dedicado a la fotografía instantánea, las Polaroids, derivados y similares. Tengo pendiente un artículo dedicado a mis últimos escarceos con esta tecnología y medio de expresión fotográfica. Pero sí que he descubierto que las características de este material sensible, el pequeño tamaño de las copias y la fuerte sensación de razonamiento que te impone el precio de cada una de ellas, obliga a pensar de forma diferente que con otro tipo de técnicas fotográficas. Eso es bueno, educa el pensamiento y la creatividad. En fin, de momento el tablero que os presento me servirá para recoger fuentes de inspiración.
Mientras preparo la entrada sobre las cámaras Polaroid y sus resultados, este día de reyes pasado salí también con la vieja Agfa Billy o Agfa Jgestar 8,8, mi cámara más antigua en funcionamiento. Le puse algunos rollos de Ilford XP2 y busqué motivos para ella. Los encontré en la ribera del Ebro a su paso por Zaragoza y en el barrio de las Tenerías, en una mañana muy tranquila, en la que el bullicio estaba en los hogares donde los más pequeños abrían los regalos que los Magos de Oriente habían dejado en sus cuartos de estar y salones. Los poderosos negativos de 85 x 54 mm aproximadamente que produce esta cámara (redondeando 6 x 9 cm, la relación de aspecto es un poco más alargada que el 3:2), digitalizados a 16 bits de profundidad de color hacen que a pesar de las limitaciones de la cámara y su objetivo, dispongamos de abundante información para trabajar con ellos. Por otra parte, esas limitaciones ayudan a dotar de un carácter especial a las fotografías. No obstante, lo normal es que tras digitalizar los negativos haya que trabajarlos para ajustar tonos, contraste y mejorar algunas zonas de la imagen.
El mundo del arte moderno y contemporáneo, también la fotografía, ha estado de luto esta semana por el fallecimiento de John Berger (1926 - 2017). Aunque pintor él mismo, su fama le vino más de su carácter de crítico y teórico del arte, dejando una abundante obra que nos ayuda a comprender mejor las características del arte moderno y contemporáneo, especialmente. Su ensayo Ways of Seeing (Modos de ver), que forma parte de mi biblioteca, es probablemente su obra más famosa y divulgada, y probablemente de obligada lectura para todos los interesados por estos temas, y acompañó a una serie de televisión de la BBC que siempre me ha apetecido ver. La noticia de su fallecimiento nos llegó por múltiples vías, pero yo me quedo con la amplia nota que publicó Librería Cálamo en su facebook.
La otra "gran noticia" de la semana me ha parecido más anecdótica. También ha aparecido en multitud de lugares... Kodak, que fulminó hace unos años la producción de sus líneas de película diapositiva en color, tanto la mítica Kodachrome como la más popular Ektachrome, como sus derivados la Elite Chrome, ha anunciado que va a distribuir a través de su derivada Kodak Alaris de nuevo la película diapositiva Ektachrome. No han faltado los saltos de alegría, y la aclamación de este material sensible como película "mítica" por parte de los aficionados. Me siento más frío yo en este momento. En primer lugar, porque hoy en día no le encuentro ventaja alguna a trabajar con este material frente a los excelentes negativos en color de los que dispone la propia Kodak y otras marcas. En segundo lugar, porque hubo un montón de películas distintas a lo largo de décadas bajo la marca Ektachrome, con diferencias entre ellas. A veces considerables. Es decir, más que una película, era una marca para designar a las diapositivas que se revelaban con el proceso E-6 y precursores. No tenía el carácter distintivo y especial de las Kodachrome. Habrá que ver qué producto proponen. Alguna vez utilicé yo las Ektachrome y las Elite Chrome. Estas últimas eran las mismas películas que las anteriores pero con distinto punto de maduración para su uso por aficionados en lugar de profesionales. Lo cierto es que cuando tuve cierta capacidad de discernir las características de las películas... me pasé a las Fujichrome. Especialmente las Provia. Que de momento no se han dejado de usar. En tercer lugar, porque hace un año por estas fechas Kodak anunció a bombo y platillo la salida al mercado de un nuevo sistema de filmación en Super 8... y aun no está disponible. Así que contengamos el entusiasmo y veamos como evoluciona el asunto.
Vayamos con las Polaroid y otros materiales de fotografía instantáneo. Muchas veces considerados un medio popular y lúdico, lo cierto es que a lo largo de la historia ha habido una cierta variedad de materiales con distintas características. Y los artistas las han aprovechado. Tanto si eran primariamente fotógrafos como si no. Entre las páginas de la New York Film Academy encontramos un artículo de hace algo más de dos años, en el que hace un repaso a artistas de prestigio que usaron el medio: Ansel Adams, Andy Warhol, David Hockney, Walker Evans, André Kertész, Robert Mapplethorpe, Dash Snow, Helmut Newton, David Levinthal,... Desde los pequeños formatos populares hasta los magníficos grandes formatos, asequibles a pocos. Un artículo muy recomendable para los interesados en la técnica. Y hay más artistas que no son recogidos en el artículo.
Por ejemplo, en L'Oeil de la Photographie, esta semana han hablado de la obra de Jacques Borgetto con material instantáneo, específicamente de sus paisajes japoneses. Un ejemplo de utilización artístico de los materiales actuales de Impossible Project dentro de la fotografía artística.
Esta semana, Oscar Colorado nos ha hablado de una de las series de fotografía documental más importantes del siglo XX, desvelándonos muchos secretos sobre la misma. Se trata de la serie Country Doctor de W. Eugene Smith. Smith es un fotógrafo que me gusta muchísimo, especialmente desde que pude contemplar su obra en la Lonja de Zaragoza, hace ya siete años. Creo que es mejor que leáis vosotros mismos el extenso artículo que Colorado ha redactado. En cualquier caso, W. Eugene Smith es uno de los fotógrafos de referencia en la historia de la fotografía, y hay que conocerlo. Es obligatorio para los amantes de la fotografía.
Smith fotografió en Japón las consecuencias de la tragedia de la bahía de Minamata por la ingestión de pescado contaminado por mercurio y otros metales pesados. Pero de Japón nos llegan otras recomendaciones de carácter fotográfico no tan dramáticas. Un bello desnudo publicado en The Infinite Fragmente Datawaves of Oxane me llevó a repasar la obra del fotógrafo y poeta japonés Kansuke Yamamoto. Adscrito a la corriente del surrealismo, lo cierto es que su obra tiene un tono delicado y poético, al mismo tiempo que esa estética diferencial que en ocasiones caracteriza a los fotógrafos orientales. Os propongo un repaso en Tumblr a la obra del fotógrafo nipón, del cual tengo un libro.
Estamos en plena temporada de premios cinematográficos, y son muchas las publicaciones en las que se hacen repasos a las películas de 2016 y a los protagonistas de las mismas. En estas estamos cuando un artículo en British Journal of Photography online me muestra un bello retrato en blanco y negro de Emma Stone, una de las actrices de moda más capaces de la actualidad. El retrato de Stone forma parte de una serie de fotografías de Jack Davison para The New York Times en el que se celebra visualmente a los mejores intérpretes del año. Y lo hacen a través de un homenaje al aspecto de las películas de cine negro de la época clásica. Están muy bien.
Pasemos ahora al paisaje. Los bosques siempre me han fascinado como sujeto del paisaje. Será porque vivo en una tierra donde, por su aridez, escasean. Las densas fotografías de aspecto panorámico de Michael Lange en su serie Wald (bosque en alemán) creo que no es la primera vez que me llaman la atención. En cualquier caso, creo que recogen perfectamente lo que el imaginario colectivo ha concebido sobre lo misterioso, peligroso y a su vez lo bello, de lugares fuentes de riqueza, de maravilla, pero también de miedos y pesadillas. Nos lo han contado en L'Oeil de la Photographie.
La fotografía nocturna dicen que está de moda. Los paisajes que cambian cuando el sol se esconde y las estrellas salen. Cierto es que el mundo de la fotografía digital nos sepulta en imágenes de gran belleza, pero que se convierten en un momento dado en clichés. Las vias lácteas, las estrellas en su giro circumpolar, las auroras boreales, más raramente australes. Imágenes que hasta hace unos años, cuando había que manejar la imprevisibilidad de la película tradicional en tiempos de exposición tan largo, nos asombraban, ahora nos anestesian a pesar de su incontestable atractivo. Pero hay fotógrafos que cuando la noche cae no salen de la ciudad para sacar a pasear sus cámaras fotográficas. Es en los entornos urbanos y periurbanos donde consiguen encontrar paisajes significativos, donde además podemos dialogar con la presencia o los efectos del ser humano. En esta semana me he encontrado con dos fotógrafos que nos muestran su obra de este modo.
En el blog On Art and Esthetics nos han presentado la obra de John Vias, que nos llega desde California. Paisajes nocturnos urbanos, melancólico, con o sin presencia humana, pero donde esta siempre está presente de una forma u otra. Colores sutiles pero ricos y composiciones sencillas que no simples. Muchos de los ingredientes que hacen que me guste una fotografía.
En Feature Shoot nos presentan los paisajes nocturnos de Josh Sinn, que desde Baltimore se inspira en la música, el soul y el blues, para buscar los ambientes que el prefiere. Una paleta de colores no muy distinta del anterior, pero con un tono más melancólico. Estamos en el frío invierno de la coste este de los EE.UU. frente a la tibio clima californiano.
Hemos hablado en distintos puntos de este artículo, denso en este frío fin de semana, de distintos procesos fotográficos que andan por el mundo desde hace décadas. Y dedicaremos un par de párrafos a alguno más.
L'Oeil de la Photographie nos presenta un artículo dedicado a la obra del suizo Steeve Iuncker. Fotógrafo que permanece fiel a la fotografía argéntica en gran formato, con su cámara de 4 x 5 pulgadas. Pero lo que da un carácter especial a sus fotografías es el tono de los colores que procura el procedimiento de copia en color al carbón que inventó Théodore Henri Fresson a finales del siglo XIX y que todavía es trabajado por algún laboratorio en Francia. Tonos muy especiales.
Y aunque no me he sentido nunca muy cualificado para practicarlo, siempre me ha maravillado lo que se puede conseguir con el Collage. Dos artículos nos presentan obra fotográfica basada en esta técnica mixta. En L'Oeil de la Photographie, la obra de Paul Cava, que me ha gustado tanto que he pedido un ejemplar del libro Children of Adam, que viene acompañado de poemas de Walt Whitman. Y también en las páginas de L'Oeil de la Photographie, la obra de Penny Slinger, artista surrealista de los años 60 y 70 del siglo XX que impulsó el movimiento feminista en aquellos años culturalmente convulsos.
Hoy me ha quedado un artículo de recomendaciones muy denso. Y creo que de mucho nivel y variedad. Los comentarios sobre el nº 94 de Fraction Magazine, que ya salió hace unos días, los dejaré para el domingo que viene. Prácticamente no me queda tiempo para verlo con detalle en esta mañana de domingo.
Terminaré comentando que desde hace unos días me he suscrito al blog Richard Pickup Photography, un fotógrafo que trabaja sobretodo con película en blanco y negro y que me parece que tiene cosas muy interesantes que decir a la hora de inspirar el trabajo de los aficionados más modestos, a quienes a veces la obra de los grandes nos intimida y nos hace dudar de nuestras capacidades. Tiene una serie de 10 consejos para ser un mejor fotógrafo que me han parecido muy interesantes. Normalmente este tipo de consejos y series no me dicen gran cosa, me parecen muy estereotipados, pero la forma en que las presenta Pickup me ha parecido interesante y por eso os lo dejo aquí. Y además me parece que tienen que ver con los motivos por los cuales de vez en cuando salgo a fotografiar con una simple cámara de hace casi 90 años, como la que me ha ayudado a hacer las fotografías que ilustran el artículo de hoy. Y aunque sean fotografías modestas, me procuran cierta satisfacción.
Hace semanas que tendría que haber redactado ya una entrada dedicada a libros de fotografía, y la de ahora sería más breve. Pero por esperar a que me llegase un libro que no ha llegado... se me han acumulado un total de ocho libros sin haberlos presentado en público. Vamos a ellos, a ver si lo consigo hacer de forma breve.
Cascadia - Cody Cobb
Ya compré hace un tiempo un librito de la editorial Another Place Press, una pequeña editorial independiente, que no sé si se me paso comentar. Era Føroyar de Kevin Faingnaert. Estaba dedicado al paisaje humano y natural de las islas Feroe. En esta ocasión, el librito de Cody Cobb, de similares características, de tamaño ligero, no muy extenso, precio muy contenido y calidad de impresión razonable, está dedicado al paisaje de las montañas de la costa del Pacífico de los Estados Unidos. Libros por lo tanto asequibles, de autores que probablemente tendrían complicado publicar fuera de estos circuitos, y que no molestan nada en tu biblioteca. Al contrario, son muy agradables de hojear de vez en cuando.
Life in Color - Jacques Henri Lartigue
Lartigue es un fotógrafo muy querido. Sus fotografías de eterno aficionado, pero de gran calidad, muestran un gran dinamismo y una gran alegría de vivir. Las más conocidas son en blanco y negro, con una diversidad de formatos. Como buen aficionado, que no tenía la presión de mantener un línea definida para ganarse la vida, varió el tipo de cámaras y películas para sus fotografías. El color le interesó desde un principio, y en este libro vemos sus primeros trabajos con autocromos en las primeras décadas del siglo XX, aunque era un poco procedimiento poco adaptado a su estilo de fotografía. Luego, a partir de los años 50 y 60, con la tecnología de la fotografía en color perfectamente establecida, acumula un cuerpo de obra, especialmente a partir de cámaras de formato medio que muestra la enorme sensibilidad estética que poseía. Muy recomendable.
Multitude, Solitude - The Photographs of Dave Heath
La obra de Heath la conocí a través de este canal dedicado a la fotografía como disciplina artística, y desde el primer momento me interesó. Y cuando me enteré de la existencia de este libro, que recorre varias décadas de la obra del fotógrafo, decidí adquirirlo. La persona envuelta en la multitud de las calles de las grandes ciudades. Tantos y tan solos, en muchas ocasiones. Gran retrospectiva por lo tanto, que nos muestra las principales características de este fotógrafo tan desconocido.
Jazz - 100 Photos for Press Freedom
El número 53 de la colección de Reporteros sin Fronteras dedicada a ilustrarnos en el ámbito de la fotografía al mismo tiempo que nos permite colaborar con su actividad de defensa de la libertad de prensa está dedicado al jazz. No un fotógrafo en particular. Como en otras ocasiones, colabora con Magnum Photos, de cuyo extenso catálogo obtiene las 100 fotografías que, para los aficionados al jazz como yo mismo, nos saben a gloria.
Sorpréndeme - Philippe Halsman
Sin duda alguna, las fotografías más conocidas de Halsman son las de su serie Jumpology, retratos de personas famosas que aparecen saltando. Y se creían los modernos de la fotografía digital que lo de hacerse fotos saltando era algo de hoy... Especialmente entrañables cuando la persona que salta es Marilyn Monroe, a quien Halsman retrato en diversas ocasiones. Pero la obra de este gran retratista es mucho más que sus saltos. Y este libro publicado por La Fábrica con ocasión de una exposición que me gustaría que llegase también a Zaragoza, es un recorrido magnífico y profundo por la obra de este fotógrafo que tanta alegría de vivir transmite. Ha sido regalo de navidades. Y es muy fácil de encontrar.
Diane Arbus
Edición de la alemana Schirmer/Mosel, este libro viene a cubrir una imperdonable ausencia en mi biblioteca de fotografía. Recoge la obra más conocida de Diane Arbus, personalísima y muy influyente fotógrafa norteamericana. El libro tiene una ventaja y un inconveniente. La ventaja es que en estos momentos se puede encontrar por un precio muy económico. El inconveniente es que los textos están en alemán. De ahí viene la "ventaja". Pero chico, aquí a lo que estamos es a las fotografías. Y esas están en un idioma universal. Recientemente se ha publicado algún libro con su obra más temprana y menos conocida. Igual hay que prestarle atención.
Americans in Kodachrome
Bajo la supervisión y textos de Guy Stricherz, me encontré este libro también de oferta cuando compré el anterior. No tiene mucho que contar; es una antología de fotografías de la vida cotidiana de los ciudadanos estadounidenses realizadas con la mítica película diapositiva Kodachrome. La selección de fotografías está muy cuidada, y son fotografías de orígenes muy diversos pero muy bien compuestas y expuestas, mostrando los característicos colores saturados, densos y agradables de esta película, ya desaparecida. Estos días nos comunicaban que a finales de año Kodak Alaris tiene pensado devolver al mercado la película diapositiva Ektachrome... pero creo que hubiese sido mucho más celebrado el retorno de la Kodachrome. Aunque siempre fue mucho más compleja y engorrosa de revelar. Pero qué calidad a cambio...
Esperando al cargo - Juan Manuel Castro Prieto
Por algún motivo que no recuerdo, en vísperas de Navidad fui a consultar en la página en internet de la empresa que el fotógrafo Castro Prieto tiene para ofrecer sus servicios de copia y revelado fotográficos. En dicha página se pueden encontrar también las publicaciones de la obra del fotógrafo y me llamó la atención el título de este volumen. El "cargo"... Recordé haber leído hace ya unos años en un libro de divulgación antropológica sobre el fenómeno de los cultos "cargo" en Nueva Guinea y algunas islas de la Melanesia. La llegada de barcos de carga a estas islas y el contacto con tribus muy aisladas dio lugar a unos curiosos cultos religiosos en los que los creyentes creen que algún día volverán los profetas de su religión con más y mejores regalos y dones de los que un día trajeron. Castro Prieto se centra en su obra en la isla de Tanna y en el culto a John Frum. Pero lo importante es que el libro, que tiene un precio muy razonable, es una ocasión para disfrutar de la maestría técnica y estética de Castro Prieto, de su virtuosismo fotográfico. Muy recomendable. En la página web lo consideran descatalogado, pero con los últimos ejemplares a la venta.