En primer lugar... no va a haber más tableros en Pinterest. Me han suspendido la cuenta. Hace un par de semanas, me mandaron un correo electrónico indicándome que una foto de las que tenía marcadas en un tablero no se consideraba apropiada. Y que los desnudos y similares solo se permitían por motivos educativos. Poco menos me decía que era pornográfica. Era una foto de un destacado fotógrafo de modas. Y el motivo por el que estaba seleccionada era porque una de las modelos tomaba entre sus dedos en forma de pinza el pezón de la otra, haciendo alusión a una conocida obra pictórica del renacimiento, que podemos encontrar en el museo del Louvre. Como ya sabréis los habituales, mis tableros tenían dos objetivos, recoger fotografías que me sirvieran de inspiración y difundir la fotografía como una de las bellas artes.
Cierto es que tenía un tablero PRIVADO, no visible por el público, donde incluía aquellas fotografías que estaban en el límite de unos criterios que me había impuesto yo; que ninguna fotografía fuera claramente pornográfica por el mero hecho de serla, que si alguna representara de alguna forma algún acto sexual tuviera otras virtudes estéticas o fotográficas, y que en ninguna hubiera una situación de degradación de la mujer.
Bien, supongo que habrán encontrado en mis tableros con posterioridad alguna otra fotografía similarmente "pornográfica", y habrán considerado que ya estaba avisado, y sin decir ni mu me han eliminado la cuenta. No abriré otra. Hasta los mismísimos de yanquis de falsa moral, salva almas, y que luego se sorprenden de haber colocado a un fascista en la Casa Blanca. Entendámonos, si las startups californianas están protestando contra los decretos de Trump por la limitación de entrada de extranjeros no es porque sean amantes de las libertades, sino porque les perjudican sus intereses económicos.
Dicho lo cual, mostraré hoy acompañando mis recomendaciones semanales algunos paisajes del Pirineo Aragonés, realizados hace algunas semanas.
Empezando como en muchas ocasiones por los clásicos, Oscar Colorado nos habla de los pimientos de uno de los grandes de la fotografía norteamericana, Edward Weston. Y por supuesto hace repaso de su vida y carrera. Por si ha alguien no le ha quedado, Weston no fotografiaba pimientos por que le gustase la pepitoria. Más bien por que sus formas y texturas, bajo la luz adecuada, recordaban la sensualidad de las formas humanas. Veis, con norteamericanos como Weston, a todos nos iría mejor. No como los estúpidos directivos de las startups en internet.
Otro grande, este español, que es noticia. Porque presenta trabajo nuevo. Chema Madoz, trabajando bajo encargo de alguna institución cultural asturiana, ha realizado una serie con su visión sobre el principado. Nos lo han contado en Clavoardiendo, y en otros sitios. Lo que he visto, no me llama la atención tanto como otras de sus obras. Pero sigue siendo estupendo.
La obra de la fotógrafa rusa de origen ártico Evgenia Arbugaeva la conocí hace ya un par de años. Y me gustaron mucho sus obras sobre su fría tierra natal y sobre personajes que viven en soledad en los hielos árticos. Como nos muestran en L'Oeil de la Photographie, ha cambiado el ártico por el trópico, y se ha ido a documentar la vida de los naturalistas que en las selvas de Tanzania recogía muestras para la investigación del paludismo y otros hechos naturales. Y con un cambio de registro en los aparente, pero muy consistente en lo conceptual, me gusta tanto como sus frías series árticas. Esta serie no aparece todavía en su página web... que pena.
Los trastornos de la alimentación son un grave problema de salud que afecta a un buen número de adolescentes y jóvenes, mayoritariamente chicas, aunque no únicamente. En Feature Shoot nos han mostrado el trabajo de la fotógrafa Mafalda Rakos, que se ha aproximado a chicas con este problema, y ha conseguido un trabajo formalmente sencillo, que no simple, pero muy potente conceptualmente.
Un autorretrato de la fotógrafa Marianna Rothen en una de las entradas de La beauté de Pandore, me llevó a adentrarme por la web de esta fotógrafa canadiense establecida en Nueva York. Y me encontré un trabajo interesante en el que la propia autora u otras modelos van representando distintos aspectos, roles o matices de la personalidad femenina. Interesante, como poco.
Recientemente se produjo el fallecimiento de la periodista Paloma Chamorro, que destacó por presentar durante un par de años en televisión en los años ochenta un programa cultural, La Edad de Oro, que suponía una ruptura con todo lo que se había emitido hasta entonces en materia de programas musicales y de promoción de la cultura y el arte moderno y contemporáneo. Lo normal es que un programa singular como este, verdadero reflejo de una época en la historia cultural del país, estuviera disponible de forma íntegra. Pues no. Por lo menos está disponible una serie de selecciones antológicas de lo que alguien ha denominado "Lo mejor de la Edad de Oro". Habría que saber desde que punto de vista. Recientemente, en el facebook de Revela-T nos recomendaban ver el capítulo 4 de esta antología. En el podremos ver a unos jóvenes Bárbara Allende "Ouka Leele" y Alberto García-Alix. Este último presentando un cortometraje que perpetró en aquellos momentos. Y que honestamente él mismo reconoce que no le quedó bien. Pero merece la pena ser visto. Lamentablemente, no he encontrado modo alguno de insertar el vídeo en esta entrada.
Entrando en el terreno de lo simpático, siguiendo el grupo de facebook Hasselblad (analog) Photography me he encontrado con la curiosa serie de Carlos Traspaderne titulada Adriana en sitios, que se puede seguir en Tumblr. Supongo que Adriana, la modelo que aparece en todas las fotografías, realizadas con una Hasselblad 500c/m, será la pareja del fotógrafo. Supongo. Y que el fotógrafo es aficionado a la arquitectura, o tal vez sea arquitecto. El caso es que me ha parecido simpática. Algunas de las fotografías están tomadas en Zaragoza. Pero el autor debe ser un poco despistado a la hora de etiquetar las entradas, porque al menos una de las etiquetadas como "zaragoza" corresponde a Madrid, la plaza de Colón más precisamente, y algunas de las que sí corresponden a la ciudad de Zaragoza no aparecen etiquetadas como tal. Pero esas, dejaré que las busquéis vosotros. El autor mantiene otros dos blogs en Tumblr, Riberia, con paisajes de su comunidad autónoma natal, La Rioja, y otro, Brutalismus, dedicado a la arquitectura brutalista, pero sin la presencia de la estilosa Adriana en el encuadre.
Terminaremos con otra recomendación del facebook de Revela-T. Los fotógrafos y manitas Michael Farrell y Cliff Haynes han construido una cámara sin óptica y sin lentes, y que la imagen se recoge a través del paso de la luz por miles de pajitas de las de beber refrescos. Dicen que el "objetivo" de la cámara lo conforman 32000 pajitas. De color o colores, para dar un aspecto determinado a la imagen. Los resultados son estéticamente muy interesantes. Fundamentalmente retratos aunque no solamente. Como material sensible utlizan, supongo, papel sensible o película sensible de gran formato. Muy gran formato. Tanto en color como en blanco y negro. Pero creo que tienen más interés las de color. Y por supuesto, han construido varias versiones de lo que llaman Strawcamera, con pajitas o con cartón corrugado. Las posibilidades de la fotografía, básicamente, están limitadas por la imaginación del fotógrafo y por su nivel de conocimiento del comportamiento de la luz.
Una nueva reunión, con excursión a Rodén, a pocos kilómetros de la ciudad de Zaragoza, del modesto pero animado grupo de aficionados a la fotografía con película tradicional que pulularmos por la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ) y por el grupo menos organizado formalmente Fotógrafos en Zaragoza (FeZ). Varias caras conocidas ya de otras quedadas similares y alguna cara nueva que esperamos que se anime y se enganche a este "vicio" fotoquímico.
Pocos días antes de la excursión, yo había recibido un paquete con cinco carretes de Eastman Double-X, una película de Kodak que no había probado nunca. Esta película con una sensibilidad nominal de 250 ISO, aunque suele venir etiquetada como 200 ISO, estaría a caballo entre la ya desaparecida Plus-X, de 125 ISO y la popular Tri-X, de 400 ISO en la actualidad. La peculiaridad de esta pelíucla en blanco y negro, es que no se ha comercializado por Kodak como película fotográfica sino como película cinematográfica. Y si está disponible para fotografía fija es gracias a que algunos emprendedores compran los rollos de película cinematográfica y la corta y la adaptan para su utilización con carretes tradicionales de 35 mm en cámaras fotográficas. Como digo, la película tiene una sensibilidad nominal de 250 ISO, aunque suele venir como 200 ISO. En las especificaciones técnicas de Kodak (PDF) nos da una sensibilidad de 250 ISO con luz de día, mientras que recomienda un índice de exposición (IE) de 200 con luz de tungsteno. Por supuesto, con los reveladores adecuados y ajustando las temperaturas o los tiempos de revelado se puede utilizar con otros índices de exposición con buenos resultados. Y de hecho, los directores de cinematografía la usan así. Si veis una película en el cine rodada en blanco y negro con película tradicional, muy posiblemente esté rodada con este tipo de película. Lo que quiere decir, porque así funciona el mundo del cine, que es una película con amplia latitud de exposición y amplia gradación tonal, de modo que se adapte a una variedad de condiciones de iluminación, más o menos contrastadas, según las decisiones del director de fotografía. Frente a las películas cinematográficas en color, tiene la ventaja de que no lleva la capa antihalo que hay que eliminar en estas para poder ser usadas y reveladas en los procesos de revelado convencionales en fotografía fija. La Double-X se puede usar tal cual, recortada para adaptarse a los carretes habituales de formato 135, y revelada en los reveladores convencionales de fotografía en blanco y negro.
Existe también en película de doble perforación de 16mm. Pero esta no es aprovechable, que yo sepa en ninguna cámara fotográfica actual. No existe en ningún formato aprovechable en formato medio... una pena.
A Rodén me lleve la Pentax MX, que es una cámara muy fiable para usar y probar películas en blanco y negro. Peor en cuanto a objetivos, tomé una serie de decisiones que hacen que antes de dar mi opinión definitiva sobre la película, tenga que exponer algún otros carrete en condiciones "más normales". Me explico.
Como una nueva adquisición al grupo de "peliculeros" nos anunció que se vendría con una Zenit E de su padre, tuve la ocurrencia de colocar como objetivo "normal" en la MX el Industar 50/3,5 de montura M42, objetivo también soviético, con el adaptador correspondiente. Y como las circunstancias de luz lo permitían, le puse un filtro amarillo intenso que tengo para este objetivo. Pero me pasaron dos cosas. La primera es que el filtro no es nada del otro mundo y me causa reflejos de luz indeseados que degradan la imagen. La segunda es que por primera vez me fie de la escala de profundidades de campo del objetivo y enfoqué por zonas. Había abundante luz, y es un objetivo que es mejor usar a diafragmas de f/5,6 a f/11 que más abiertos. Así que en los paisajes, cerré a f/11 y enfoque siguiendo las indicaciones de la escala de profundidad de campo a la hiperfocal. No funcionó bien. La escala no está bien calibrada, y las distancias lejanas no salen suficientemente bien enfocadas. Sin embargo, algunas fotografías tomadas en sombra con difragmas de f/5,6 y con un enfoque cuidadoso a través del visor han salido bien.
El otro "problema", que no es ningún problema, es que decidí llevarme el SMC Pentax Soft 85/2,2, un objetivo que ya os he presentado en otras ocasiones, que no tiene corregida la aberración esférica, ofreciendo un aspecto desvanecido, neblinoso, etéreo a las fotografías, que pierden nitidez. Por lo tanto, tampoco es la mejor opción para evaluar la película, aunque sí para obtener efectos creativos y divertirse haciendo fotografías. Lo que si me permitió es comprobar que, dado que su apertura mínima es f/5,6 y la luz disponible era muy alta, la Double X se traga la sobrexposición sin mayores problemas.
El revelado lo hice con mi habitual HC-110 a dilución B (1:32), lo que da un tiempo de revelado para su sensibilidad nominal de 200 ISO de 5 minutos. Un poco escaso, pero que no me ha producido ningún problema. Para ir con más margen, quizá una dilución E (1:48) que supondría un tiempo de revelado de 7,5 minutos implicaría más margen de maniobra ante pequeños errores en tiempo de revelado. O la dilución H (1:64), que nos llevaría a los 10 minutos. Bueno, el caso es que no tuve ningún problema, y a pesar que había una diversidad de situaciones de exposición, todos los negativos tenían buena y abundante exposición. Cierto que ninguno estaba subexpuesto. La mayoría estaban correctamente expuestos o sobrexpuestos uno o dos pasos. Intencionalmente. Los digitalicé usando la Olympus OM-D E-M5 con el Panasonic Leica Macro-Elmarit 45/2,8, lo que me proporciona archivos con una resolución espacial de 14 megapíxeles. Más que de sobras, dado que las características de los objetivos empleados hacen que dude de que sean capaces de aprovechar tanta información.
La excursión estuvo bien. Lo pasamos bien, hicimos fotos, hablamos de fotografía, y confirmamos que la fotografía con cámara para película tradicional es muy divertida y creativa. Evidentemente, no voy a dar una opinión definitiva de lo que opino de esta película. En cuanto pueda, cargaré un carrete en una cámara con un objetivo competente y la utilizaré con el máximo cuidado. Pero tengo la sensación de que no está mal, aunque no me aporta nada de especial que justifique el coste de la misma, algo superior a otros productos directamente comercializados para la fotografía fija. Pero bueno, me quedan cuatro carretes. Y ya os iré contando.
También use la Agfa Jgestar 8.8 con un carrete de Kodak Portra 400, pero esos fotogramas tardaré unos días en poder enseñarlos.
El día de San Valero, fiesta local en Zaragoza, como es costumbre salimos a dar un paseo y tomar un aperitivo, antes de acudir yo a la comida familiar habitual en esta fecha. Ya comentaba hace unos días que, si sale buen día, es un día propicio para probar cosas nuevas fotográficamente hablando, y de ahí mi prueba de la Rolei Superpan 200.
El caso es que nuestro paseo nos llevó a la plaza de San Bruno, detrás de La Seo. La catedral de Zaragoza para quienes no conozcan la ciudad. Es redundante e inadecuado referirse a ella como "catedral de La Seo". Los zaragozanos la conocemos simplemente como La Seo, su nombre formal es La Seo de San Salvador, y puede ser correcto denominarla Catedral de San Salvador, pero nunca "catedral de La Seo". En Zaragoza, nadie la llama simplemente "la catedral". Es La Seo. Pero retomo el hilo. En esta plaza de San Bruno, los días de fiesta se forma un mercadillo de trastos viejos. Llamarlo "anticuarios" me parece excesivo, aunque alguno de los puestos puede merecer el nombre de "puesto de antigüedades". Y eventualmente se encuentran cámaras fotográficas. Alguna he comprado por allí.
Quizá por ser día de fiesta especial, a pesar de coincidir en domingo, hubo más comerciantes que en otras ocasiones y con más variedad de artículos. También de cámaras fotográficas. He de hacer una advertencia. No son comerciantes especializados, y nunca garantizan el funcionamiento de la cámara. De hecho, muchos las venden a quienes quieren utilizar cámaras antiguas para ornamento en sus comercios, café o negocios cara al público del tipo que sea. Te dejan echarle un vistazo, accionarlas, y a partir de ahí... tú te arriesgas. Como ya digo, ese domingo de San Valero había cámaras notables. Uno de ellos tenía una Leica III (c o f), con un Summitar 50/2, que no tenía mala pinta, aunque supongo que precisaba una limpieza, ajuste y lubricado. No tenía mal precio, aunque no se podía asegurar que el Summitar estuviese en buena condición interna. Si hubiera garantía de ello, sería un chollo.
Pero a mí, que estoy un poco mohíno desde que el obturador de mi Voigtländer Perkeo II se estropeó, me llamo la atención una cámara similar, ligeramente más grande, con prestaciones menores de obturador y objetivo, pero que podía ser una sustituta económica de la Perkeo II, porque sólo me costaba 30 euros. Una cámara de formato medio con fotográma de 6x6, por una fracción del precio que las plasticosas y deficientes Lomography tienen. El aspecto general se veía bien, aunque siempre te entra la duda de que, siendo una cámara de objetivo retráctil, el fuelle pueda tener alguna fuga de luz que provoque veladuras o luces parásitas en los fotogramas. La compré.
Esta es la cámara. Con estuche incluido y sin él. Ante la iglesia románica mozárabe de San Juan de Busa en el Serrablo, Alto Aragón.
La cámara no tiene mucho misterio. Un objetivo retráctil Adoxar 75 mm f/6,3. Apertura modesta que da nombre al modelo de la cámara, Adox Golf 63, fabricada en la Alemania Occidental en algún momento entre 1954 y 1957. El objetivo cierra hasta f/22. El obturador Pronto, de tipo central incorporado en el objetivo, tiene como velocidad máxima una modesta 1/200 s. Está pensada para utilizarla con luz relativamente abundante, teniendo en cuentas las sensibilidades habituales en las películas para aficionados de su época. Con las sensibilidades altas que se encuentran hoy, se estiran un poco más sus posibilidades. Se enfoca por estimación, disponiendo de una escala de profundidad de campo, con dos marcas que señalan los puntos adecuados para el retrao y el paisaje, cuando cierras el diafragma a un punto intermedio entre f/8 y f/11.
Dispone de rosca para cable disparador, posición B y un temporizador de disparo, para quien quiera apuntarse al selfi. Rosca para trípode, por supuesto. Zapata para accesorios sin contactos para el flash, que habrá que conectar con el cable adecuado al zócalo correspondiente.
Pero veamos fotos. El día 30 de enero nos subimos tres amigos de excursión al valle de Tena y al Serrablo en el Alto Aragón. Por la mañana estaba nublado, pero no muy cerrado. Paramos en los embalses de Búbal y Lanuza a contemplar el paisaje y hacer unas fotos.
El rendimiento general de las fotografías obtenidas es bastante bueno, dadas las modestas características de la cámara. Al fin y al cabo, el objetivo no pasará de ser un triplete, sin las correcciones que aportan los diseños tipo Tessa, con cuatro lentes, por ejemplo. La cámara aprovecha bien la anchura de la película, y el cuadro de imagen está más cerca de los 56 x 56 mm que de los 54 x 54 de otros modelos.
Aunque alguna de estas imágenes me hizo sospechar que no todo iba a ser felicidad.
Cogimos de nuevo el coche y nos llegamos hasta el paso fronterizo de Portalé, donde estaba totalmente nublado y lloviendo. Estuvimos un poquito y nos bajamos a comer en las cercanías de Formigal, donde llovía intermitente. Seguí haciendo algunas fotos más.
Empezaba a confirmarse que en ocasiones se apreciaba una luz parásita, especialmente en el cuarto superior izquierdo de la imagen, probablemente debido a alguna fuga de luz en el fuelle. No siempre, y no siempre con la misma intensidad. Hasta ese momento, había dispuesto de luz muy suave por los nublados.
Al continuar el viaje paramos en Búbal de nuevo, donde las nubes se habrían, y en los contraluces, empecé a observar que las luces parásitas eran más frecuentes e intensas.
Tras abandonar el valle de Tena, siguiendo hacia Sabiñánigo, decidimos entrar a visitar alguna de las iglesias románicas mozárabes del Serrablo. En concreto, la más sencilla y aislada, que es mi favorita. San Juan de Busa.
Allí tomé varias fotografías. Algunas de las cuales quedaron bien, y otras sin embargo acusaron el problema de luces parásitas. Casi siempre asociado a luces intensas, especialmente a contraluz.
Como veis, esta última fotografía es un follón de luces de mucho cuidado. Es posible que la cámara, sin usar durante mucho tiempo, estuviera en un equilibro inestable, y al "obligarla" al zarandeo de la excursión y a exponer tres rollos, 36 exposiciones, en un día, haya ido haciendo agua, perdón "luces", progresivamente más abundantes. Aunque siempre asociadas a contraluces y a la presencia de algún foco de luz intenso en el encuadre en las peores situaciones.
Volvimo a seguir nuestro viaje de regreso hacia el sur, y paramos en las proximidades de Arto, a tres kilómetros del Hostal de Ipiés. Arto es el pueblo de nacimiento de mi abuela materna. No llegamos hasta el pueblo. Nos quedamos en un caserío en ruinas que hay 500 metros antes de llegar. El día se había vuelto a nublar.
Como veis, sin luces intensas presentes, las fotografías vuelven a tener un aspecto bastante respetable, dejan de aparecer las fugas. También puede ayudar el desplegar el objetivo en el momento de hacer la fotografía, y mantenerlo recogido el resto del tiempo.
El caso es que aun con los contratiempos mencionados, me parece que es una cámara más interesante que las Holgas, Dianas, y otros zarrios lomográficos, donde tambien pueden aparecer luces parásitas, y son al menos el doble de caros. En esta cámara tienes que realizar el esfuezo de estimar la distancia de enfoque, aunque es bien cierto que con diafragmas cerrados y enfocando por zonas, no es nada difícil conseguir la fotografía nítida. También tienes que aprender a medir la luz, seleccionando por tí mismo diafragma y velocidad de obturación. Dado que se usará fundamentalmente en exteriores, aplicar la regla de "soleado f/16" hace sencillo su uso. Yo tendí a sobrexponer y los negativos me han quedado densos, pero perfectamente explotables, y con mucha reserva de detalle en las luces y en las sombras. Utilicé película Kodak Tri-X 400 revelada en HC-110 en la dilución 1+47 (o 1:48), lo que da un tiempo de revelado de 6 minutos 30 segundos. Podría haber acortado el tiempo de revelado un poco, para obtener negativos menos densos, pero me hubieran quedado más planos de contraste, lo que con objetivos de este tipo no me convence. Así que me doy por contento con las elecciones tomadas.
Dista mucho de la perfección, pero por el precio que tiene, es utilizable como entretenimiento. E incluso como iniciación y aprendizaje de las bases del formato medio.
Son ya cerca de las siete y media de la tarde del domingo cuando empiezo a redactar mis recomendaciones fotográficas de este domingo. Es decir, se me ha hecho muy tarde. Así que voy a presentarlas de forma un poco telegráficas. Para colmo, esta semana tenía bastantes. Algunas las dejaré para la semana que viene, y otras las descartaré. De momento, os dejo con el tablero en Pinterest sobre paisajes urbanos e industriales, porque no sólo de naturaleza se alimenta el paisaje.
Iré pues rápido, aunque no dejaré de intercalar algunos paisajes en blanco y negro tomados con una cámara de 1955, de la que os hablaré dentro de poco. Está tomadas el lunes pasado en el valle de Tena, en los Pirineos Centrales aragoneses, y en la comarca del Serrablo, también en el Alto Aragón.
Y sin más preámbulos, de Bored Panda traigo un artículo dedicado a Jamie Livingston, un nativo de Nueva York que durante 18 años tomó al menos una polaroid al día, documentando su vida, hasta que falleció de cáncer, en 1979 y 1998. Algunas fotos son realmente buenas, y las de sus últimos meses, emotivas y estremecedoras.
Los Hare Krishna son un movimiento religioso procedente de la India que ha adquirido cierta popularidad por la imagen de sus adeptos realizando proselitismo en las principales ciudades occidentales, con sus ropajes anaranjados, sus instrumentos musicales y su eterno mantra. En FotoRoom nos hablan del trabajo de Misha Petrov que refleja cómo este movimiento, de capa caída en occidente tras cierto crecimiento, está arraigando en la desencantada sociedad rusa. Algunos retratos son muy bellos. Pero no olvidemos que en algunos países se consideran sus actividades sectarias y peligrosas para la autonomía del individuo.
En Oscarenfotos.com nos proponen con frecuencia galerías y biografías de fotógrafos muy diversos pero siempre muy interesantes. En esta ocasión, que sea uno fotógrafo documental americano como Joel Sternfeld, que usa predominantemente el color, lo hace especialmente interesante. Y encima con cámaras de gran formato.
Han publicado esta en semana en Lensculture una artículo dedicado a la fotografía de Annelie Vandendael, que nos muestra hasta que punto se pueden hacer fotografías modernas, osadas e interesantes con una cámara tan tradicional como una Hasselblad para película tradicional.
Desde que visité una exposición de Pieter Hugo en el Museo de l'Elysée en Lausana, me ha interesado mucho este fotógrafo sudafricano. En L'Oeil de la Photographie nos han hablado de uno de sus trabajos dedicados a la infancia. Con retratos como es habitual en él para aprender mucho.
Una técnica de fotografía alternativa y tradicional que me gustaría aprender es la cianotipia. En Lomography Magazine han dedicado un artículo a los bellos cianotipos Pipo Nguyen-duy. Para que os hagáis una idea de lo que estoy hablando.
Y ya advierto que ha aparecido el número 95 de Fraction Magazine, pero dejo para la semana que viene el repaso a sus porfolios más interesantes.
En esta ocasión, como la mañana era muy agradable, y con una luz estupenda, paseamos. Y probé el segundo lote de película de los dos que había encargado unos días antes. En este caso, se trata de la Rollei Superpan 200. En este caso, no estamos hablando de una película de características clásicas o generales. Estamos ante una película superpancromática, que tiene extendida su sensibilidad hacia el infrarrojo. Que significa esto, pues que se puede usar como una película convencional con una sensibilidad nominal de 200 ISO, aunque admite forzados o sobrexposiciones controladas con revelados más cortos. Vamos que la puedes exponer a sensibilidades entre 50 y 800, ajustando convenientemente los tiempos de revelado posteriores.
Pero también la puedes utilizar con un filtro infrarrojo o un rojo profundo, para captar el mundo sólo en las longitudes de onda más largas del espectro visible, el rojo, y del no visible cercano, como son las infrarrojas. Esto lo probaré en otra ocasión. Probablemente, cuando llegue la primavera y la vegetación se llene de hojas que reflejan abundantemente esta radiación electromagnética.
Nos dicen también que por las características de su soporte, de alta transparencia, y afortunadamente de buena estabilidad documental, se puede utilizar también para revelada en un procesado como diapositivas en blanco y negro. De hecho, he leído en algún sitio que es descendiente directa de la reconocida y muy querida Agfa Scala 200X, que alguna vez usé como película diapositiva. Aunque no es ese mi interés en este momento.
La mayor sensibilidad al infrarrojo también permitiría fotografías con más profundidad en paisajes o en la distancia por su mayor penetración. Está adaptada a la fotografía aérea. Se anuncia con una granularidad muy fina. De hecho, tengo la sensación de que es muy similar o incluso menor que la Fomapan 100 Classic que probé el otro día. Aunque no tengo métodos para medir con rigor estas cosas.
Como estáis viendo la probé en su versión para medio formato, con la Hasselblad 503CX calzada con el Carl Zeiss Planar 80/2,8.
No sé dónde o quien fabrica todas estas películas de marcas menos populares. Si la Fomapan que comentaba el otro día parece que está fabricada en la República Checa, de donde es la marca. La Rollei he oído cosas como que está hecha en Croacia... pero no tengo ni idea. El caso es que, en realidad, la presentación es muy similar a la Fomapan, teniendo como única diferencia que el papel protector de la película es blanco en lugar de negro. Pero con las rotulaciones e indicaciones muy similares si no iguales, y una presentación global muy parecida.
El soporte de la emulsión, como decía, tiene una buena estabilidad dimensional y no da ningún problema para escanearla con el Epson Perfection Photo V600. También parece tener la máscara verde de la Fomapan, que tiñe el revelador. Y también es muy fino, y me causó exactamente el mismo problema que con la Fomapan. Al montar dos rollos en una espiral se montaron uno sobre otro y se arruinaron algunos negativos, y otros se estropearon un poco. Los arruinados los veréis a continuación. Los que están estropeados... buscáis alguno entre las fotografías que he puesto, a ver si lo encontráis.
En cuanto a mi apreciación subjetiva de los resultados... Se me olvidaba, la revelé con el polivalente Kodak HC-110. Coincide que para la misma temperatura y concentración del revelador, ofrece los mismos tiempos de revelado que la Fomapan 100 Classic, por lo que maté dos pájaros de un tiro.
Las fotografías que os muestro están obtenidas en el escáner sin correcciones de tonalidad ni contraste alguna. Alguna de ellas, puntualmente, tiene aplicada alguna máscara para aclarar alguna zona de la imagen. Pero en general, son tal cual salen del escáner. Algunas tienen bastante buen aspecto, con buen contraste y gama de tonos, y otras me parecen un poquito suavecitas, pero en líneas generales están bien. Y creo que ofrecen mucho margen para el procesado, bien sea en el cuarto oscuro tradicional, bien el digital, si partimos de un fichero tiff con 16 bits de profundidad.
La latitud de exposición me parece muy buena, y la nitidez no está mal. En las muestras que estoy poniendo es posible que observéis algunas fotos con una nitidez mejorable. Pero hay que achacarlo a un enfoque no demasiado preciso. El formato medio no está muy adaptado a la fotografía callejera. Y menos si usas el visor de capuchón a nivel de la cintura con la imagen invertida en lugar del pentaprisma a nivel del ojo con la imagen corregida. Pero opté por llevar la configuración que menos volumen ocupaba.
Por cierto que del mercadillo de la plaza de San Bruno me llevé por muy poco dinero un aparato del que os hablaré próximamente. Ahora mismo tengo secando unos rollos de Kodak Tri-X 400. Que como son más recios no se han montado unos sobre otros en la espiral de revelado y han quedado sin daños aparentes.
Resumiendo, un negativo en blanco y negro que es perfectamente utilizable dentro de la gama de sensibilidades medias como negativo de uso general. Pero que sinceramente, creo que para este uso hay otros mejor adaptados. Los Ilford, tanto de tecnología tradicional como la XP2 Super, el Fomapan 100 Classic del otro día, la muy flexible Kodak Tri-X 400... Cada uno según las condiciones de luz que haya.
El precio es muy contenido. Es más caro que el Fomapan 100 Classic, pero más barato, aunque sea por poco que los Ilford más económicos. Así que sólo queda evaluar su utilización como negativo especializado. Infrarrojo. Pero para eso necesito dos cosas. Que la vegetación salga de su letargo invernal, y un filtro rojo profundo. Para formato 135 ya tengo alguno de estos, pero me gustaría probarla en formato medio. Así que tendré que ponerme a buscar. Espero que haya pues una segunda parte sobre esta Rollei Superpan 200 en un futuro no muy lejano.