La fotografía como afición y otras artes visuales

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Recomendaciones semanales - del 10 al 17 de septiembre de 2017

Ayer domingo no me dio la vida para escribir mis habituales recomendaciones fotográficas de casi todos los domingos. He tenido un fin de semana raro, ocupado, aunque entretenido y agradable, habiendo de atender a diversos compromisos, que si no eran simultáneos, poco les faltaban. Compromisos es mucho decir, puesto que todos eran opciones de tiempo libre que podría haber elegido no hacer. Pero una vez que las eliges, se convierten en un compromiso. Uno de ellos fue el recorrido que realicé con un relativamente nutrido grupo de fotógrafos y aficionados a la fotografía por el barrio de Valdefierro de Zaragoza, para recorrer las obras de la edición de 2017 del Festival de Arte Urbano Asalto. De ahí proceden las fotografías que muestro en esta entrada.

Estas proceden de la pequeña Panasonic Lumix GM5, cámara digital que me llevé con el fin de obtener unas cuantas fotos de uso inmediato. Pero dentro de unos días empezarán a aparecer en mi cuenta de Instagram las Impossible Project en color que realice, u os contaré de los dos carretes de Fujifilm Superia XTra 400 que realicé con la Canon EOS 650. Sí, Impossible; todavía no he adquirido ni he llegado a la situación de utilizar una de las nuevas Polaroid Originals.

Siguiendo siempre un criterio más o menos cronológico, aunque sin que sea excesivamente preciso, empiezo hablando esta semana de la obra de Alfred Stieglitz, uno de los fotógrafos y teóricos de la fotografía que ha dado la historia de este medio de expresión en el siglo XX. Abanderó el abandono del pictorialismo y la búsqueda de modos de expresión propios para la fotografía, así como la entrada de la misma en los museos. En Lomography Magazine nos hablan de las diversas facetas de Stieglitz como fotógrafo y, en especial, de su faceta de fotógrafo surrealista. O al menos muy influenciado por esta corriente artística.

Stieglitz quien realizó la fotografía a La fuente, el famoso urinario puesto del revés de Marcel Duchamp, que epató al mundo del arte moderno en la segunda década del siglo XX. Paul Outerbridge fue otro importante fotógrafo que también vivió y se desarrolló como artista en ese entorno, relacionándose también con Duchamp y otros miembros de las vanguardias. También asumió la tarea de utilizar objetos cotidianos para expresar sus visiones estéticas, nos nutrió de unos retratos innovadores, y fue un pionero de la fotografía en color. Como punto de entrada para conocer su obra, os sugiero el artículo que hace unos días publico AnOther Magazine.

Y siguiendo con las primeras décadas del siglo, en ese ambiente surgió una bella modelo nacida en el estado de Nueva York, pero que tras su paso por el París de las vanguardias acabó convertida en una interesante fotógrafa. Hablo por supuesto de Lee MillerEn Lomography Magazine nos han hablado esta semana de su vertiente como fotógrafa de moda, que no dejó de practicar durante los días de la Segunda Guerra Mundial en los que permaneció en Londres. Antes de integrarse en una unidad militar hacia el final de la guerra y realizar alguna de sus fotografías más significativas en los últimos días del conflicto mundial en la Europa continental.

Y si antes he hablado de Outerbridge como pionero de la fotografía en color, en varias ocasiones he comentado en estas páginas la labor de Saul Leiter como impulsor de este tipo de fotografía, elevándola a un nivel artístico y expresivo notable. Para quien se quiera iniciar en la fotografía de Leiter, no puedo dejar de recomendar el artículo publicado recientemente por Oscar Colorado en sus páginas.

Damos un salto de unas décadas en el tiempo. Y nos encontramos con dos de los fotógrafos más personales de las últimas décadas del siglo XX, la norteamericana Nan Goldin y el japonés Nobuyoshi Araki. Ambos colaboraron unos años en la década de los años 90, durante los cuales Goldin pasó tiempo en Asia. Y de ahí surgió un trabajo conjunto Tokyo Love: Spring 1994, que reunió el trabajo de ambos. Debe ser bastante difícil de encontrar y de admirar. Nos han hablado de él en AnOther Magazine.

Nicholas Nixon también es un fotógrafo actual, pero que viene trabajando desde las últimas décadas del siglo XX, que he mencionado y comentado en diversas ocasiones en estas páginas. En ClavoArdiendo nos informan, como en otros medios nacionales, que está exponiendo en Madrid una amplia retrospectiva de su trabajo, con varias de sus más importantes y prolongadas series representadas. Sinceramente, espero tener la oportunidad de acercarme a visitar esta exposición. No sé ni cuando ni como, pero...

El British Journal of Photography viene realizando periódicamente la convocatoria Portrait of Britain, en la que se busca recoger una colección de retratos que representen a la sociedad británica de hoy en día. Una sociedad ciertamente compleja, como sabrá cualquiera que siga la actualidad sociopolítica del Reino Unido. La ganadora del certamen de este año ha sido la fotógrafa Sophie Harris-Taylor, con una fotografía de un grupo de hermanas. Pero ciertamente Harris-Taylor es una retratista notable que conviene conocer más allá del premio mencionado.

En el blog de Public Art Fund pudimos ver esta semana durante los recordatorios del aniversario del 11 de septiembre una fotografía de Agnes Denes sobre los campos de trigo en Manhattan. Este fue uno de los trabajos que más me han llamado la atención dentro del arte moderno conceptual. La plantación en las proximidades de Battery Park de un campo de trigo, que rompía conceptual y estéticamente con lo que conocemos y es el Bajo Manhattan. No puedo recordar con precisión donde conocí esta obra... en la visita a algún museo de arte moderno, pero que en estos momentos no consigo recordar, y me da pereza buscar. En cualquier caso, me ha parecido interesante como combinación de la fotografía con otras formas de expresión.

En Booooooom me ha llamado esta semana la minimalista obra de Theo Tagholm, un fotógrafo contemporáneo que juega con los juegos de geometrías y de detalles, incluso con la abstracción en los objetos más anodinos y cotidianos de las calles o lugares emblemáticos de las ciudades actuales.

En Cada día un fotógrafo nos han presentado la obra de Luther Gerlach, fotógrafo también contemporáneo, pero que basa su actividad en el uso prácticamente exclusivo de procesos fotográficos históricos desde hace tres décadas, especialmente aquellos utilizados en los primeras décadas de existencia de la técnica fotográfica. Os dejo un vídeo que nos habla un poco de su trabajo.

Hace unos días os hablé de un conjunto de fotógrafas japonesas que fueron recomendadas en LensCulture, de las que luego hice una selección personal de las que más me habían llamado la atención, y hoy voy a hablar de una de ellas en concreto. Se trata de Yukari Chikura (facebook), y aunque en el mencionado medio la trate como un talento emergente, lo cierto es que aunque joven, tiene ya un extenso cuerpo de obra con reportajes diversos y de gran calidad conceptual y estética. Sean las tradiciones de una fría región nipona, sean las condiciones de vida en las más tristes zonas de los genocidios en Camboya de hace unas décadas, sean los paisajes más conceptuales que la atan a su familia. Me gusta mucho esta fotógrafa.

Terminaremos hablando del collage, una técnica fotográfica que en los últimos años se realiza más de forma digital que a partir de las tradicionales tijeras y pegamento de antaño. Una técnica que siempre me ha atraído mucho, que se uso ampliamente durante la época de las vanguardias artísticas, que alguna vez he intentado con resultados muy pobres, lamentablemente,... y de la que podemos saber más a partir del artículo que le han dedicado en AnOther Magazine, y con el que me despido esta semana.

Castillo de Zafra - paisaje con película negativa en color

Tercera excursión de sábado por la tarde, en mi función de este verano de ser un buen anfitrión para unos huéspedes de otro país. Y en esta ocasión nos pusimos en plan fans de Game of Thrones (Juego de tronos) y nos acercamos al castillo de Zafra, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, pero a escasos kilómetros de la de Aragón, yendo por Monreal del Campo en dirección a Molina de Aragón.

El castillo se haya sobre un promontorio rocoso en la llamada sierra de Caldereros, un lugar que me pareció de gran belleza paisajística, tanto en la rocosa sierra como en las dehesas que se extienden a ambos lados de la misma. Un lugar que merece la pena seguir explorando fotográficamente.

Al igual que en las excursiones similares de sábado por la tarde que hemos realizado desde finales de julio hasta la fecha, he usado, como elementos en común, la película negativa en color Fujifilm Superia XTra 400 y un objetivo de 50 mm. Si en el castillo de Loarre fue con una cámara Pentax y en las saladas de Sástago con una Canon EOS, en esta ocasión me llevé la Nikomat FTn con el Nikkor-S Auto 50/1,4.

La cámara, más allá de las peculiaridades ergonómicas de cada una, no es un elemento excesivamente determinante del resultado final, las ópticas sí lo son. Bueno,... creo que la Nikomat sí que presenta alguna característica que puede alterar el resultado. Me explico.

En general, fotografiando con película tradicional, mi técnica fotográfica es tal que soy fiel a la vieja regla de que la velocidad de obturación segura cuando se fotografía a mano alzada con una cámara réflex de 35 mm es el inverso de la focal usada en milímetros. Para evitar pérdidas de nitidez por pequeños movimientos en el momento de realizar la toma. Estoy suponiendo equipos de cierta antigüedad que no disponen sistemas de estabilización óptica incorporados, ni en el objetivo ni en la cámara. Así, utilizando un 50 mm, la velocidad de obturación segura para mí es de 1/50 segundo. En las cámaras mecánicas, uso la más próxima disponible, 1/60 segundo. Con cámaras telemétricas, las Leica principalmente, bajo a la mitad de velocidad, 1/30 segundo. Con réflex digitales, sin estabilizador óptico, al doble de velocidad, 1/125 segundo. Y me suele ir bien. Pero por algún motivo, con la Nikomat... no. Desde ahora en adelante tengo que tener en cuenta que con esta cámara, mejor que no baje de 1/125 segundo usando el único objetivo que tengo para ella, el 50 mm.

Este objetivo también viene penalizado por el hecho de que es un diseño de 1959 o 1960, creo yo. Aunque he calculado que mi ejemplar puede estar fabricado entre 1967 y 1969. Siendo un objetivo con una apertura máxima de f/1,4 y con las técnicas de fabricación y de revestimiento de las ópticas de la época, aunque bastante nítido, tiende a las pérdidas de contraste. Las copias digitalizadas que presento aquí están procesadas un poquito más que las de las excursiones anteriores con el fin de mejorar el contraste final de la imagen.

Así pues, no seamos absurdamente fanáticos de las marcas. Nikon han realizado excelentes ópticas a lo largo de su historia, pero no podemos pretender que el paso del tiempo no se note, y este 50 mm es inferior en varios aspectos al modesto SMC-A 50/2 de Pentax y al moderno EF 50/1,4 USM de Canon. Aunque es superior a ambos en robustez estructural. Cuando publique unos resultados en blanco y negro en el espectro infrarrojo que estoy trabajando ahora, realizaré algunas observaciones sobre el mencionado 50/1,4 de Canon, ahora un poquito despreciado por su rendimiento en cámaras digitales, pero que me parece a mí que es bastante respetable.

Otro problema con el que nos enfrentamos esa tarde de sábado fue que los accesos al castillo no están demasiado bien señalizados. Como ninguno habíamos estado allí previamente, dimos varias vueltas por las carreteras y caminos del lugar hasta que atinamos con uno que nos llevó hasta el bello paraje. Eso hizo que desde que llegamos hasta que se puso el sol, dispusiéramos de menos tiempo del que hubiésemos deseado. Y por lo tanto, que para realizar las 37 fotografías que obtuve del carrete de película fuese un poco apresurado. Y eso puede afectar, y afecta, negativamente a la calidad final de las películas. Algunos encuadres del paisaje circundante no me quedaron tan "finos" como yo pensaba.

El castillo queda muy bien porque es muy vistoso. Pero el paisaje es una disciplina más compleja de lo que solemos pensar. Hay que pensar bien el encuadre y la composición, y la disposición de elementos en los mismos. Y si vas con prisa, mal. Salvé la papeleta, pero menos satisfecho que en otras ocasiones.

Las fotografías estaban bien expuestas. El laboratorio que las reveló me hizo algunos comentarios al respecto y me dijo que no había tenido problemas para trabajar con ellas, incluso en alguno de los fuertes contrastes de algunos fotogramas, incluidos los contraluces. Pero el contraste un poco escaso de algunas de las fotografías, y que como ya he dicho atribuyo a la veteranía de la óptica, ha hecho que las haya trabajado un poco más de lo habitual en estos casos digitalmente. Y una consecuencia negativa habitual de esto es que el grano de la película se ha hecho más aparente.

No nos olvidemos que estamos hablando de una película de 400 ISO. Que es cierto que las modernas películas de esta sensibilidad tienen un grano muy contenido y, por lo tanto, son auténticas todoterrenos. Pero cuando las meneas mucho, acaban poniendo de manifiesto su sensibilidad.

No estoy descontento, pero me apetece volver en otras condiciones. Probablemente con unas ópticas más modernas, con un trípode y con película de sensibilidad más contenida. Probablemente con algún carrete de Kodak Ektar 100, que da resultados más saturados además. Quizá en formato medio. Ya os lo contaré si sucede. O cuando suceda.

El futuro de "las Polaroids"... Originals

Comentaba hace un par de días que se acercaba un anuncio importante por parte de Polaroid, y probablemente también de The Impossible Project. Como en los últimos meses estoy interesado en mantener una línea de trabajo personal en el ámbito de la fotografía instantánea, me sentí inmediatamente interesado por las expectativas levantadas. Que eran muy elevadas por las comparaciones que establecían con determinados hitos de la historia de Polaroid.

Ya sabemos lo que ha sucedido. Efectivamente, The Impossible Project se ha hecho con las riendas de la marca Polaroid y sus productos fotográficos, y ha modificado su marca para los productos propios. No más película o cámaras Impossible Project; a partir de ahora serán Polaroid Originals. Quizá lo más destacable es la comercialización de una nueva cámara, la Polaroid OneStep 2 i-Type, que se parece muchíiiiiiiiiiiiiiisimo a las tradicionales cámaras sencillas de la antigua Polaroid. Como las One Step. Su principal diferencia es que utiliza una variante del cartucho para película de tipo 600 en la que no hay pilas incorporadas al cartucho, y por lo tanto estas tienen que ir incorporadas en la cámara. Supongo que tiene ventajas de tipo medioambiental, que no está nada mal. Pero pocas más, o ninguna más.

Supongo que pronto dejaremos de ver esta marca con la P invertida en las láminas protectoras de los cartuchos de película instantánea compatible con las Polaroids, Original o de las originales.

Pero como yo ya tengo dos cámaras totalmente funcionantes, yo no había establecido ningún desiderátum relacionado con este aspecto. No es que me parezca mal,... es que en estos momentos no me interesa nada personalmente.

Veamos qué es lo que ha pasado con los desiderátums que yo establecí

1. Que se mantuviese la variedad de películas actuales de The Impossible Project, color, blanco y negro, y alguna otra.

Se mantiene la variedad, pero bajo una nueva marca, Polaroid Originals, en lugar de la que han venido luciendo estos años, Impossible.

2. Que mejore la manejabilidad y la estabilidad de la película, para recuperar la espontaneidad en el acto fotográfico, y para garantizar la longevidad de las copias obtenidas, hoy puesta en discusión.

No consta, ni se ha informado en ningún lugar que haya habido cambios respecto a la última generación de películas Impossible. Me ha parecido leer en algún lugar que las "nuevas" películas correspondían a los "últimos" desarrollos en este ámbito. En un correo que he recibido se señala que hay mejoras en las emulsiones. En concreto en las de color, que ahora quedarían totalmente reveladas en 10-15 minutos. Supongo que dependiendo de la temperatura ambiente. Parece que la película en blanco y negro sería esencialmente la misma que últimamente.

3. Que si hay adquisición y aplicación de nuevas tecnologías, estas permitan que los cartuchos tengan las 10 fotografías de rigor y no las magras 8 exposiciones de los Impossible Project actuales.

Ningún cambio a este respecto. Siguen con 8 exposiciones por cartucho.

4. Un descenso de los precios, excesivamente caros, que son el principal obstáculo a un uso liberal de estos materiales, y que provocan que de vez en cuando eche miradas de envidia y deseo a los productos de Fufifilm. Más baratos, más fiables, aunque con menos personalidad estética que los Impossible Project.

Esta claro que si en estos tiempos atrás el modelo de negocio estaba en los consumibles para el gran parque instalado de antiguas cámaras Polaroid, ahora quieren que la gente compre la nueva cámara. Ya existía una cámara propia de The Impossible Project, que no tenía malas especificaciones, pero que era muy fea y poco atractiva. Y ya usaba la película i-Type. La "nueva" cámara es más atractiva, y con el aspecto "retro" de las antiguas Polaroid. Quieren vender de estas. Y por lo tanto la película i-Type, con la excusa de que no lleva pilas incorporadas, va a costar bastante menos que las tipo 600 o Spectra, aunque sigue siendo apreciablemente más cara que las Instax de Fujifilm. Las tipo 600 bajan un poquito de precio, y las Spectra, para mi desgracia, se mantienen.

Resumiendo, pocas de las novedades me vienen bien a mí. No me siento decepcionado, porque no confiaba mucho en que hubiera una auténtica revolución. Y los "Impossible" siempre se han caracterizado por su triunfalismo. Y su deficiente mercadotecnia. O marketing, para los anglófilos. Pero bueno, por algún sitio se empieza.

Ya he comenzado a publicar en mi Instagram la serie de instantáneas del Castillo de Zafra y Sierra de Caldereros. Cuando hayan pasado todas, publicaré la serie completa en estas páginas.

Saladas de Sástago en Impossible Project y el futuro de "las Polaroid"

Resumamos alguans informaciones.

Primer hecho. Desde hace unos días, en la página de Polaroid aparecen unos mensajes que nos anuncian que el día 13 de septiembre llegará con novedades y anuncios, relacionados claramente con la película instantánea, que abandonaron miserablemente hace unos años sin prever que era un segmento que todavía tenía un mercado. Y si no que se lo pregunten a Fujifilm.

Veamos algunos ejemplos de los mensajes que aparecen.

Las referencias son muy claras, a la historia de la fotografía instantánea y a diferentes gamas de productos que la marca produjo. Me hace especial ilusión la referencia a la gama Spectra.

Segundo hecho. En las últimas semanas, The Impossible Project ha estado especialmente activo a la hora de hacer un repaso a los distintos hitos de su corta historia intentando revivir las películas instantáneas compatibles con la gama de cámaras fabricadas por Polaroid. Sus primeros pasos, sus dificultados, la ampliación de la gama de películas tras los ensayos iniciales, algunas series especiales,... de todo.

Tercer hecho. En mayo de 2017 se anunció que el principal accionista de The Impossible Project había adquirido la marca y la propiedad interlectual asociada a Polaroid, en manos hasta ese momento de un holding de empresas.

Cuarto hecho. La tienda de The Impossible Project va a estar cerrada entre el 10 y el 13 de septiembre de este año.

Creo que no hace falta ser un lince ni tener una bola mágica de cristal para sacar unas conclusiones de futuro más o menos correctas. Suponemos muchos que mañana 13 de septiembre habrá algún tipo de anuncio por el cual The Impossible Project comenzará a comercializar sus productos bajo la marca Polaroid. Eso de principio.

Otra cuestión interesante es si en la adquisición de la propiedad intelectual de Polaroid viene incluidas las patentes de fabricación de la película instantánea de la marca. Hay que recordar que las películas de The Impossible Project, aunque compatibles con las cámaras Polaroid, son desarrollo desde cero, al no haber conseguido la cesión de la patente en su momento. Y eso ha hecho que arrastraran problemas de estabilidad, de peligro de velados por la exposición a la luz en los primeros minutos tras la exposición, o de falta de fidelidad en los tonos, la luminosidad o el contraste. Esto último a jugado a favor de la creatividad de algunos fotógrafos, pero ha supuesto que otros torcieran el morro y prefirieran los productos de Fujifilm Instax. La cosa ha mejorado con las distintas versiones de las películas, pero todavía tienen un amplio margen de mejora. Cuyo recorrido se acortaría si hubiesen conseguido las patentes originales.

Mis seguidores más fieles saben que desde finales del año pasado estoy utilizando regularmente película instantánea. Fundamentalmente de The Impossible Project, aunque eventualmente he usado también la Fujifilm Instax Mini 8 de mi sobrino Diego. De las dos cámaras que tengo de marca Polaroid, prefiero usar la Image System SE, o Spectra SE en Estados Unidos, sobre la más sencilla de la serie 600. Aunque pierde el característico formato cuadrado por otro rectangular, lo cierto es que la calidad de imagen que ofrece es muy muy superior.

Los resultados de trabajar con estos materiales los podéis seguir en mi cuenta en Instagram, dedicada en exclusiva a este tipo de fotografía.

Si observáis lo que aparece en dicha cuenta, resulta evidente que poco a poco me he ido decantando por usar con más frecuencia las películas en blanco y negro. El aspecto final de estas copias me gusta. El tono cálido de las mismas, casi como virado al sepia, me resulta muy agradable. Y la nitidez de la imagen, sin llegar a los niveles de otros tipos de fotografía, alcanzan niveles que al principio me sorprendían, acostumbrado a ver los resultados de las primeras generaciones de película de The Impossible Project, asociada a la flojera de los objetivos de plástico de las cámaras Polaroid más sencillas y asequibles. En esta entrada, traigo la serie completa de la reciente visita a la saladas de Sástago, de la que ya os hablé en su momento. Esta serie ya ha aparecido progresivamente y de forma íntegra en Instagram.

Pero con los nuevos anuncios, hay una serie de expectavias que me gustaría que se cumpliesen.

En primer lugar, que se mantuviese la variedad de películas actuales de The Impossible Project, color, blanco y negro, y alguna otra.

En segundo lugar, que mejore la manejabilidad y la estabilidad de la película, para recuperar la espontaneidad en el acto fotográfico, y para garantizar la longevidad de las copias obtenidas, hoy puesta en discusión.

En tercer lugar, que si hay adquisición y aplicación de nuevas tecnologías, estas permitan que los cartuchos tengan las 10 fotografías de rigor y no las magras 8 exposiciones de los Impossible Project actuales.

En cuarto lugar, un descenso de los precios, excesivamente caros, que son el principal obstáculo a un uso liberal de estos materiales, y que provocan que de vez en cuando eche miradas de envidia y deseo a los productos de Fufifilm. Más baratos, más fiables, aunque con menos personalidad estética que los Impossible Project.

En fin, ya veremos, como dijo un ciego a otro ciego. Y espero que lo veamos mañana mismo.

Recomendaciones semanales - del 3 al 10 de septiembre de 2017

Esta semana he estado un poquito más activo fotográficamente que la anterior. Las seis fotografías del rollo de Rollei Superpan 200 Pro expuestas a través de un filtro infrarrojo me han entretenido bastante. El ir pensando cómo voy a ir desarrollando las fotografías instantáneas que van apareciendo en mi cuenta de Instagram también,... aunque no he llegado a ninguna conclusión. Y ayer me divertí mucho consiguiendo un "pulso", sea lo que sea eso, de más del 90% en una foto que subí a 500px. La receta es la imaginable para esa plataforma. A falta de una guapa modelo rusa con poca ropa, me tuve que conformar con un paisaje de atardecer con los colores abundantemente saturados y, el toque final, etiquetada como #gameofthrones. Receta para el éxito en redes sociales.

En fin, en cuanto a las recomendaciones, he recogido abundantes, y he seleccionado unas cuantas, entre las que iré intercalando algunas fotografías realizadas con la veteranísima Zeiss Ikon Ikonta B 521/16, que cumplirá el año que viene 70 añitos. Cómo se sufre con las pérdidas monumentales de contraste cuando la luz viene de frente, con el modesto triplete de Cooke que sirve de objetivo a esta cámara.

Empezó la semana, de hecho a punto estuvo de entrar en las recomendaciones del domingo pasado, con una noticia luctuosa. El fallecimiento de Joan Colom, a una avanzada edad eso sí, uno de los fotógrafos documentales, street photographers dirían los modernos, que más han destacado en la fotografía española del siglo XX. Tengo algún libro de este fotógrafo imprescindible. La noticia apareció en distintos medios nacionales en internet, pero donde primero la leí fue en Clavoardiendo Magazine.

En Another Magazine han dedicado un interesante artículo a analizar los valores estéticos de un grande de la fotografía universal, Edward Weston. La capacidad de extraer todo tipo de matices estéticos a partir de la luz, las formas y las texturas de objetos cotidianos y a priori banales da una idea de la profunda introspección que el fotógrafo, maestro de tantos, dedicaba a su obra. Creo que es de esos fotógrafos que hay que recordar de vez en cuando. En el artículo que indico empiezan hablando de uno de los más famosos desnudos de la historia de la fotografía, con Charis Wilson, su asistente y amante, como modelo, y acaban con la fotografía de un retrete. Lo dicho, lo cotidiano.

Llevaba unos cuantos días sin que Oscar Colorado nos ofreciese una nueva galería con minibiografía de algún fotógrafo destacado. Pero finalmente hace unos días volvió para mostrarnos la obra y hablarnos de Alex Prager. Esta fotógrafa, con una obra muy colorida y "cinematográfica" ya ha sido mencionada eventualmente en estas páginas, por lo que no me extenderé más. Pero viene bien visitar el enlace.

Pasémonos ahora a una fotógrafa plenamente conceptual. Más diría que se trata de una artista conceptual en el sentido amplio, que usa eventualmente la fotografía como método de realización de sus conceptos. En Yorokubu nos cuentan cómo Sophie Calle comentó al escritor Paul Auster que crease un personaje literario inspirado en ella. Y dicho y hecho. Pero Maria Turner en Leviatan tenía curiosas costumbres, y una de ellas era la de seguir una dieta cromática. Cada día de la semana comía alimentos de un solo color de los siete del arcoiris. Y como consecuencia, Calle transformó la dieta en un proyecto artístico que podemos ver en el enlace que he señalado antes. Algún día tengo que leer el Leviatan.

En Lensculture nos han mostrado el trabajo de Aaron Blum dedicado a la región norteamericana de Appalachia. El caso es que estamos ante una serie de fotografías muy introspectiva en la que se mezclan los retratos, con los paisajes, con los interiores y los objetos evocadores, configurando un hermoso paisaje humano y físico. Aunque no sé si todo es tan bonito como nos muestra el fotógrafo en esta región

Una de las película favoritas de cualquier aficionado al cine es Dersu Uzala de Akira Kurosawa, película que despertó mi admiración cuando la vi de forma insospechada a los 15 o 16 años, sesgando profundamente mi forma de ver y considerar la obra cinematográfica. En Clavoardiendo nos cuentan como el fotógrafo Álvaro Laiz se ha ido en la actualidad a las regiones donde se rodaron las escenas de aquellas maravillosa película, en el extremo oriental de Rusia en la región de Primorie, donde se encuentra Vladivostok, en las cercanías de China y Corea. Estoy contemplando seriamente la posibilidad de comprar el libro.

En la revista en linéa letona FK Magazine ha aparecido esta semana un curioso artículo sobre el trabajo del polaco Wiktor Dabkowski, que ilustra con sus fotografías en blanco y negro la tradición de su país que viene de la época comunista, pero que se ha mantenido en esta época en la que la democracia es pisoteada por los nacionalistas católicos de la derecha populista, de utilizar los sanatorium, que yo imagino que equivalen a nuestros balnearios, para encuentros de carácter sexual, más o menos clandestinos o secretos. Qué cosas pasan en estos países tan reprimidos en el fondo.

Aunque sirven a los intereses publicitarios de la marca alemana, los Leica Oskar Barnack Awards son unos premios anuales que siempre nos muestran talentos fotográficos interesantes, especialmente entre los fotógrafos más jóvenes. El ganador absoluto de 2017 ha sido el noruego Terje Abusdal, que aborda el estado y condición de los "fineses de los bosques", un grupo étnico de origen finés o sami que viven en Noruega, muy en contacto con la naturaleza. El premio para el fotógrafo emergente ha sido para Sergey Melnitchenko, con una obra que documenta el mundo entre bambalinas de los clubs nocturnos en China. Los dos trabajos me gustan bastante, pero creo que me gusta más el del "emergente" que el ganador absoluto. Pero vamos, es algo muy personal.

Como cada principio de mes hemos podido ver el nuevo número de Fraction Magazine. En esta ocasión, aunque interesante de "hojear", no he encontrado motivos especiales para señalar ninguno de los cuatro porfolios publicados, que me han parecido que surcaban senderos muy trillados en esta publicación en línea, que quizá debiera plantearse arriesgar un poco más y bucear en nuevos estilos y formas fotográficas.