Hace unos meses un institutodonde se imparte el ciclo de formación profesional en imagen y sonido enajenó parte de su material docente. No sé si es exactamente así el nombre de la titulación, pero es para que nos entendamos. Y el material que enajenó no es precisamente nada puntero. Se trata de instrumentos y fungibles para fotografía con película tradicional, que ya no forma parte del currículo de la titulación, centrada en la toma y el procesado electrónico de las imágenes. Así pues, era material obsoleto. Y en el caso de los fungibles, caducado. Como por ejemplo, unos cuantos rollos de película diapositiva Kodak Ektachrome 100, que llevaban caducados desde el año 2008, si no recuerdo mal. Casi diez años. Estos rollos se repartieron entre algunos aficionados que permanecemos fieles a estas artes fotográficas, para ver qué podíamos obtener de ellos.
El día que con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ salimos a visitar la exposición de Nadav Kander, dimos un paseo por el barrio de San Pablo y me llevé la Fujifilm GS645S Wide 60 para utilizar esta veterana Ektachrome. Aquí tenemos un ejemplo de lo mejor que pude obtener.
Hace muchos años que no usaba película diapositiva para fotografiar. Durante años fue el medio preferido para mis viajes por el mundo. El coste del carrete más revelado era inferior notablemente al negativo en color, ya que este incluía el coste de las copias. Estar era en un pequeño tamaño de 10 x 15 cm la mayor parte de las veces, y su realización en los laboratorios comerciales estaba muy automatizada por lo que la interpretación de lo recogido en el negativo era con frecuente insatisfactoria.
La diapositiva, debida a su escasa latitud de exposición, era más delicada para fotografiar. Pocos errores podías permitirte en la exposición. Pero lo que obtenías del laboratorio era fiel a lo que habías hecho, y la brillantez de las imágenes proyectadas era insuperable por las pequeñas copias en papel de tamaño postal. Os aseguro que esa exigencia en el momento de la exposición hacía que aprendieses mucho a evaluar la luz, especialmente su contraste y su calidad de color.
Hace no mucho tiempo, unos dos años o así, compré unos cuantos carretes caducados en un comercio de Zaragoza. Eran diapositivas de Agfa CT Precisa 400. En realidad, me confundí. Creí que eran negativos en color. Hoy en día para procesos mixtos de toma con película, pero con procesado digital, el negativo es más cómodo que la diapostivia. Fundamentalmente por la facilidad de encontrar dónde revelarlos, y por la amplia latitud de exposición, que garantiza que expuestos en una diversidad de situaciones los resultados son correctos o al menos aceptables. Es difícil encontrar una película negativa en color que no aguante un paso de subexposición, no más, y un par de pasos de sobrexposición, a veces más. E incluso ahora se puede forzar el revelado, cosa que hace 20 años nos decía que no se podía hacer con los negativos en color. Con el blanco y negro y la diapositiva sí, pero con el negativo en color nos decían que no.
No eran negativos en color. Antaño, la película diapositiva solía distinguirse con el sufijo -chrome. Por ejemplo, Agfachrome, Fujichrome, Ektachrome, Kodachrome,... El negativo en color con el sufijo -color; Agfacolor, Fujicolor, Ektacolor, Kodacolor,... Pero recientemente no, por preferir las marcas aperlativos llamativos. Como Precisa. Me líe. Me di cuenta al llegar a casa. Expuse un negativo, y quedó mal. Muy subexpuesto y con escasa fidelidad de los colores.
Por ello, en esta ocasión investigué un poco antes de exponer el rollo de Ektachrome 100. Busqué por internet experiencias similares, con el fin de asegurar un poco los resultados de las 15 exposiciones que permite la GS645S en un rollo de tipo 120. Y había un acuerdo casi unánime. La película pierde un paso de sensibilidad por cada década que ha pasado desde que ha caducado. Si han pasado menos de 5 años, se puede exponer a la sensibilidad nominal con una ligera sobrexposición. Un ISO 100 se expondría a IE 80 o 64. Si han pasado entre 5 y 15 años, el ISO 100 se expondría a IE 50. Entre 15 y 25 años, tendríamos que bajar a IE 25. Más de 25 años... que sea lo que quiera, allá cada cual.
Otra cuestión que también es fácil que pase es que los colores se nos desmadren un poco. Las distintas cápas de colorantes acoplados a los haluros de plata y que conforman la imagen en color no se degradan a la misma velocidad. Los pigmentos de la antigua Kodachrome eran más resistentes. Y además se añadían en el momento del revelado. Pero para los procesos cromogénicos, positivos o negativos, la degradación de los colorantes es un hecho. Incluso después de revelar la película. No aguantan el paso del tiempo como la película negativa en blanco y negro o la película Kodachrome.
Las fotografías que os muestro aquí no han sido retocadas por mí en el ordenador. Estan tal cual han resultado después de la digitalización que han realizado en Carmencita Film Lab. A la hora de exponer la película evité en la medida de lo posible las situaciones con un excesivo contraste con el fin de no comprometer la limitada latitud de exposición de la película, y calibré el fotómetro de la cámara a IE 50. Un paso de sobrexposición. Sí que hay alguna intervención sobre la geometría del fotograma. He corregido horizontes, y he suavizada alguna convergencia de verticales. Nos movíamos en calles muy estrechas que obligaban a hacer tomas casi en contrapicado.
Como ya me comunicó el laboratorio en su nota de remisión por correo electrónico, había acertado al exponer a IE 50, hecho del que les avisé en mi formulario de encargo de revelado. Las diapositivas estaban bien expuestas. Gracias a la previsibilidad del comportamiento del exposímetro de la Fujifilm, y su precisión, es posible hacer una buena evaluación de la escena y exponer correctamente.
Pero la fidelidad del color es otra cosa, como se puede observar en las imágenes. Supongo que en el laboratorio, al escanear la película han llegado al mejor compromiso que han podido, y el resultado me resulta en general agradable. Repito que no he querido corregir nada en casa. Las luces presentan en general una cierta dominante amarilla. En las sombras, por el contrario, es el magenta el que predomina. Cómo las sombras a plena luz del día tienen una temperatura de color fría por la luz que les llega del azul de la bóveda celeste, azul + magenta... la sensación es de que tienden hacia el violeta... de alguna forma. Cuanto más profundas son las sombras más se nota.
Tengo un caso de un negativo francamente subexpuesto por un error, y ahí la mezcla de amarillo y magenta... rojo todo. Os muestro el negativo tal cual, y corregido en Affinity Photo.
En fin, para aquellos que tenéis pendiente la tarea o queréis aventuraros en estas lides de la película caducada, espero que os resulte útil mi experiencia. Con lo que he aprendido, igual vuelvo a coger uno de los negativos de Agfa CT Precisa 400 y pruebo a tirarla a IE 160 o así... Igual merece la pena. O haré trios de fotos a distintas exposiciones... Ya os contaré.
Existen todavía algunas películas diapositivas frescas que se pueden usar. Especialmente por parte de Fujifilm. Aunque dada la deriva que lleva esta empresa, que odia a los fotógrafos analógicos aunque sus beneficios proceden de esta tecnología, de las películas Instax más que de sus digitales de la serie X, es posible que desaparezcan dentro de poco tiempo. Kodak ha prometido volver a comercializar las Ektachrome. Lo habían anunciado para este final de año. Tanto en 35 mm como en Super 8. Parece que tiene cierto interés en la filmadoras de aficionados que combinen tecnología digital y fotoquímica. Pero también parece que se está retrasando.
De la planta de Agfa Gevaert parece que salen algunas emulsiones de inversibles. Algunas etiquetadas como Rollei. Pero no sé si es producto nuevo o aprovechamiento de material que ya tenían almacenado en distintas formas. La película en blanco y negro P30 de Ferrania parece que ha surgido como un paso previo en el desarrollo de una nueva película inversible...
¿El futuro de la diapositiva? Ya veremos. Hasta hace poco, la impresión era que el ocaso de la diapositiva había llegado... Quizá no.
No tengo muchas posibles recomendaciones marcadas esta semana. Las suficientes para dejar una entrada digna, pero no sé si es que estado muy liado con cuestiones diversas o que el maldito "viernes negro" absorbe la energía del personal en esta orgía de compra-venta consumista importada de los EE.UU. Que conste que yo también he picado, que he comprado una mochila fotográfica más grande que la que tengo por un precio muy muy muy ajustadito. Ya veremos que tal sale. Y acabo de recibir un mensaje de correos diciendo que igual me la traen hoy domingo... pues no pienso estar pendiente. Si la traen mientras estoy en casa bien, pero si no... otro día. Que yo no les he pedido que trabajen en domingo.
En cuanto a las fotografías que acompañan... Desde que salió al mercado a principios de año, me he aficionado a la película Bergger Pancro 400, que actualmente se ha convertido en la que más uso para esta sensibilidad, los ISO 400. Pero hasta el momento sólo la había usado en formato medio. Hace unas semanas encargué algunos carretes en formato 135... ya haré un artículo específico al respecto, pero aquí os dejo algunas fotos realizadas con esta película con la Leica Minilux. Que me sigue pareciendo una cámara deliciosa de usar.
En primer lugar, desde la Photographers Gallery, un artículo sobre las polaroids de Wim Wenders. Es conocido, y lo he comentado en alguna ocasión en estas páginas o en mi Cuaderno de ruta, que el director de cine alemán también le da a la fotografía, siendo especialmente interesantes y llamativas sus panorámicas. También a veces trabaja esta faceta artística con su mujer, Donata. Bueno, pues también con las polaroids. Os dejo un vídeo sobre el tema (en inglés).
Nobuyoshi Araki es más que probablemente el más conocido de los fotógrafos japoneses. También uno de los más controvertidos, por sus temas, siempre con la sexualidad y la muerte a vueltas. También uno de los más prolíficos. Y también uno de los más sensibles... yo vuelvo una y otra vez sobre su Sentimental Journey. Pero también es uno de los que más han experimentado con la técnica fotográfica y con sus posibilidades. En Dazed nos muestran algunos de sus trabajos menos conocidos en los que las técnicas mixtas con la pintura estan a la orden del día.
Otro fotógrafo polémico por la forma en que trata sus temas es Andres Serrano, un neoyorkino con raíces latinoamericanas. Ha sido anatemizado por todo tipo de grupos religiosos por su forma de tratar el fenómeno de la religión, y sus retratos suelen tener un fuerte contenido político, comprometido. En Clavoardiendo Magazine lo han entrevistado para que lo conozcamos un poco mejor.
No conocía yo al argentino Pedro Luis Raota, fotógrafo que murió prematuramente hace ya unas décadas. En Iconic Photos nos hablan de él y dicen de él que es considerado el "Ansel Adams de Argentina"... No le veo muchos parecidos a la obra de ambos fotógrafos. pero lo que sí que es evidente que el carácter documental de su fotografía no está reñido con una estética absolutamente impresionante y con un dominio del blanco y negro y de la luz magistral.
Existe un grupo de países en la Penísula arábiga que marcan una serie inabarcable de contradicciones entre la naturaleza de sus conservadoras sociedades de inspiración islámica, la presencia impacable del desierto que domina el paisaje, y los cambios sociales y urbanísticos que derivan de la abundancia del dinero con origen en la explotación del petróleo. En Lensculture hemos podido ver algunos ejemplos del trabajo del fotógrafo Philip Cheung que ha trabajado en los Emiratos Árabes Unidos, poniendo de manifiesto las incongruencias del paisaje de estos países, que nos hablan de las incongruencias de las sociedades que albergan.
Desde el blog de Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red nos llega la recomendación del trabajo de una fotógrafa de raíces multiculturales. Chieska Fortune Smith es estadounidense, de madre japonesa y padre afroamericano con antepasados nativos americanos. Ha vivido o vive en EE.UU., Japón y el Reino Unido. Bien sea a través de sus abstracciones, su estudio de las formas, o de sus retratos, la fotografía de Chieska Smith es muy expresiva y muy personal. Trabaja con película tradicional pero con procesado digital. A mí me ha interesado mucho.
Para terminar, hablaré de RECO, un colectivo de jóvenes fotógrafos japoneses que van a la suya, encantados de haberse conocido. Con trabajos que muchas veces no trascienden de lo anecdótico, pero que siempre son elegantes y estéticamente cuidados. Y ocasionalmente, más allá del buen rollo que desprenden, publican alguna serie de fotografías que te hace detener un poco más. Como una de esta semana que titulan Surréalisme, de uno de ellos que he llegado a la conclusión que se llama Tetsuya Nomura (instagram). Tengo mis dudas de que tengan claro el concepto de surrealismo, pero... Como digo, la mayor parte de las veces son anecdóticos, pero simpáticos y con buen rollo. Y a veces nos muestran bonitos paisajes del otoño en Kioto o de la primavera en otras ciudades del País del Sol naciente. Todo lo escriben en japonés. Si tiráis de traductor de Google y os defendéis con el inglés, os recomiendo que traduzcáis al idioma de Shakespeare, que es muchísimo más comprensible que intentar traducir del nipón al castellano.
Hacía tiempo que no sacaba a pasear la Holga 120N. Recordamos que se trata de una cámara fabricada en China, totalmente de plástico, con unos acabados de una calidad discutible. Utiliza película de formato medio tipo 120, con la que podemos obtener copias de 6x6 o 6x4,5 según la máscara que le pongamos. Yo la uso siempre en 6x6... porque es más grande, porque quedan más monos, por lo chic del formato cuadrado... por lo que sea. Ande o no ande... burra grande.
Ya aprendí con el tiempo que con este tipo de cámaras vale más que hay luz. Porque si no, no se comportan bien. El objetivo, fijo, un 60 mm que se comporta como una angular moderado, tiene dos posiciones de disparo, soleado y con nubes. Dicen que se corresponderían con los diafragmas de f/11 y f/8, respectivamente, pero que en realidad no sirve de nada por un defecto defabricación, y si no se modifica artesanalmente hay que asumir que estas fotografiando a f/13. En caso de que funcionen las dos posiciones, hay que asúmir que la otra será un f/20. La velocidad de obturación es única, y se asume que se corresponde con una valor en el entorno de 1/100 - 1/125 segundo... se asume. En general, todo este tipo de situaciones nos indica que si fotografías con tiempo soleado constantemente y sol en la espalda, podrás usar película de ISO 100. Pero si se te nubla algo o te metes en alguna sombra, mejor llevas una película de ISO 400.
El objetivo tiene varias posiciones de enfoque. Retrato con una persona, grupo pequeño de dos o tres personas, grupo familiar amplio y paisaje. No deja de ser la típica situación de enfoque por zonas, aprovechando la elevada profundidad de campo de las aperturas disponibles. De todos modos, un cierto cuidado y atención hay que prestar. El tamaño del negativo, 3,6 veces superior al de 24x36 mm, hace que la profundidad de campo sea reducida. Así que hay que estimar las distancias a las que hay que enfocar con cierto cuidado.
En el centro del campo la nitidez puede ser "razonable", pero cae muy deprisa en los bordes del campo, llegando a lo catastrófico en las esquinas, donde además se mezcla con fuertes viñeteos, que tienen cierto grado de arbitrariedad caprichosa. Unas veces se ven más intensos y otras menos. Mi ejemplar tiene como lente un menisco de plástico. Hay ejemplares similares pero con un menisco de cristal, la 120GN, que se supone ofrecen mejores resultados... pero sin que desaparezcan las numerosas aberraciones que les aquejan.
En esta ocasión he utilizado un rollo de película Bergger Pancro 400, una película con la que me siento muy cómodo, que me suele ofrecer unos negros profundos, sin que desaparezca nunca el detalle en las sombras, y sin que se empasten las luces. Fue revelado en el mismo tanque que la Rollei Superpan 200 de la que os hablé hace pocos días, en Rodinal (Adox APH09 en realidad), a 1+25, 7,5' a 20,5 ºC. Utilizo para ajustar los tiempos de revelado según la temperatura la calculadora que se ofrece en el Massive Developer Chart de DigitalTruth Photo. Es una calculadora de carácter general, que no tiene en cuenta las peculiaridades de cada par película/revelador, pero que con el Rodinal y afines y las películas más corrientes funciona bien.
En cualquier caso, salvo uno de los fotogramas que aparece un poquito más denso que los demás, se confirma que 400 ISO es la sensibilidad adecuada para un paseo soleado en una mañana de otoño en Zaragoza, con luces que no se estampan y sombras que no se bloquean. Si el tiempo estuviese más sombrío, quizá mereciera la pena prolongar el tiempo de revelado, asumiendo un IE 800 o 1600.
En cualquier caso, cada vez me siento más cómodo con la Pancro 400, que me da casi siempre una resultados previsibles, consistentes y que me agradan. Y sólo mantengo una pequeña reservar de HP5 Plus para forzados a IE 1600 e incluso 3200.
Publiqué hace unos días algunas fotografías de un par de rollos de Lomography 100 Earl Grey realizados con mi Yashica Mat 124G. Como ya comenté, fue mi primera cámara de medio formato, pero que desde hace cuatro años prácticamente no la he usado porque un accidente estropeó algunos elementos sin los cuales su manejo es muy poco práctico. Habiendo llegado a una situación de compromiso, me apetece volver a usarla. Veamos como recordtorio el aparato, una réflex binocular de aspecto muy clásico.
En sentido estricto, pocas ventajas ofrece sobre el uso de la Hasselblad 503CX con el Planar 80/2,8. La distancia focal del objetivo es la misma, pero el Planar es 2/3 de punto más luminoso; f/2,8 frente a f/3,5. La visión réflex directa de la Hasselblad soslaya el error de paralelismo del visor réflex binocular de la Yashica. El Planar tiene un diseño mucho más avanzado que el derivado de la fórmula del Tessar que tiene la Yashica, aunque reconozco que este tiene mucho encando. Esas ventajas son que la cámara es mucho más ligera, y que la Yashica tiene un fotómetro incorporado... que incluso después de haberle puesto pilas nuevas no tengo claro que esté bien calibrado.
No quedé muy contento con las fotografías realizadas con la Earl Grey de Lomography. El contraste era bajo, muy bajo, y daba la impresión de que había un elevado grado de difusión de la luz en el fotograma. Dos posibles explicaciones tenía esa situación, dadas mis experiencias previas. Que la película se hubiese comportado mal por algún motivo, era la primera. Resultaron negativos claramente sobreexpuestos, cosa que me extrañó un poco ya que medí con fotómetro de luz incidente que suele ser muy preciso. Pude cometer algún error en todo el proceso. La segunda explicación era que, habiendo abusado de las composiciones a contraluz, el objetivo de la Yashica no hubiese sido capaz de aguantar adecuadamente la situación. No recordaba un comportamiento de este tipo con esta cámara, pero era evidente que cuando el contraste original de la escena era más exagerado, especialmente con las situaciones a contraluz, más acusada era la pérdida de contraste.
Lo cierto es que en esos días también tiré un rollo de Rollei Superpan 200 Pro, usando el filtro Hoya IR72 de modo que sólo llegasen a la emulsión sensible las longitudes de onda correspondientes al rojo muy muy muy profundo y al infrarrojo cercano. Como las rosca del objetivo no se corresponde con la Bayoneta tipo I de la cámara para fijar complementos a su sistema óptico, el filtro fue sostenido a mano delante del mismo durante la exposición. Sólo en uno de los fotogramas, que podéis ver a continuación, en el que la luz llegaba desde un lateral, hay un artefacto debido a un reflejo indeseado de la luz.
El contraste general de las escenas, aunque ligeramente más bajo del que obtengo con la Fujifilm GS645S Wide 60, es bueno.
Es cierto que por la propia naturaleza del paisaje en el espectro del infrarrojo, tengo ya la experiencia para no orientar nunca la cámara hacia el sol. El efecto buscado, el contraste entre las zonas de la excena que reflejan abundante luz infrarroja y las que no, se ve muy atenuado si el sol entra en la escena o se encuentra próximo a la misma. Por lo tanto, los peligros de pérdidas de contraste por contraluces y escenas similares es mucho menor.
En general, la experiencia es positiva. No había realizado paisajes en el espectro del infrarrojo en formato cuadrado, y creo que es una opción interesante que merece la pena tener disponible. El otoño en Zaragoza va muy retrasado, así que todavía había en la primera mitad de noviembre abundante follaje verde en los campos y parques próximos, por lo que se puede aprovechar todavía para este tipo de fotografía. Y así sigo ganando experiencia, y añadiendo alguna nueva fotografía al modesto porfolio que voy a recoger de fotografía infrarroja en paisaje urbano y periurbano.
Otro cartucho completo de la Polaroid Image System SE que ha salido publicado por entregas y por completo en mi cuenta en Instagram. Os recuerdo que esta cámara Polaroid de gama media alta utiliza película tipo Image System/Spectra, denominación según continentes, que no tiene un formato cuadrado como los tipos SX70 o 600. Quizá por eso es posible encontrar estas cámaras más baratas a pesar de ser cámaras de gama media alta, sólo superadas por las réflex de Polaroid y muy superiores a las más populares y sencillas que usan película tipo 600. Es cierto que la película que vende Polaroid Originals, ante conocido como Impossible Project es algo más cara, y no tiene tantas variantes.
Las fotografías de este cartucho fueron realizads durante el paseo que hicimos con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ para visitar las actuaciones del festival de arte urbano Asalto 2017 en el Barrio de Valdefierro. Por ello, y aunque suelo preferir la película de este tipo en blanco y negro, opté por el color. Lo cierto es que hubiese venido bien un poquito más de saturación y brillantez... dicen que las nuevas Polaroid Originals han mejorado. Ya lo comprobaremos.
De momento, aquí queda este cartuchos de ocho fotografías. Salieron todas.