Día feísimo este primer domingo de febrero con lluvia y frío. Sospecho que por ahí fuera, en esas mesetas y esos montes de la península, lo que aquí ha sido agua, allí habrá sido nieve. En cualquier caso, me ha venido bien para ponerme al día con algunos carretes que tenía por revelar y digitalizar. Y eso que la cosa ha estado un poco accidentada. Casi pierdo tres carretes de Ilford Delta 100... al final ha ido uno, del que aún he salvado un par de negativos. Os lo iré contando en los próximos días.
Las recomendaciones semanales de este domingo las voy a hacer rápidas, porque se me está acabando la tarde. Las acompañaré con algunas fotografías de Bérgamo, tomadas en el mes de mayo de 2017, interpretadas en blanco y negro.
Viendo el panorama sociopolítico que nos rodea, me viene a la memoria con frecuencia el auge de los populismos en los años 30 del siglo XX tras el crack del 29 y con la subsiguiente depresión. Y por ello no está de más recordarlo con ayuda de los fotógrafos de la época, como las de Eugen Heilig (sólo he encontrado la biografía en alemán) en la Alemania de los 30, fotógrafo de la clase obrera. Nos lo contaron en How to See Without a Camera.
Hace 50 años, a finales de enero de 1968, se iniciaba la ofensiva del Tet en la guerra del Vietnam. Aquella ofensiva llevó la guerra a todo el país y a toda la población civil. Se calificó como una victoria del ejército del sur con sus aliados norteamericanos. Pero a la larga se demostró que fue una victoria estratégica del norte, que dio un giro a aquella malhadada guerra. En Magnum Photos nos lo han recordado con las fotografías del ya fallecido Philip Jones Griffiths.
La revuelta situación política en España como consecuencia de las acciones del independentismo catalán y las reacciones del estado central no ha pasado desapercibida en el mundo de la fotografía. Y volvemos a referenciarnos en Magnum Photos, donde nos muestran el capítulo dedicado a España del proyecto de Alex Majoli para explorar fotográfica la identidad europea. Y la conclusión a la que llegan es que quizá Franco no murió del todo en el 75. No son los únicos que han pensado o piensan eso.
De Cataluña nos llega la fotógrafa Laia Abril, que ya ha aparecido anteriormente por aquí. En Conscientious Photography Magazine conversan con ella a propósito de su último libro sobre el aborto. Todo aquel que sepa inglés ya tiene una lectura interesante.
Vamos a pasarnos al mundo de la moda. Y en Cultura Fotográfica nos proponen recorrer la obra de Albert Watson en el mundo de la publicidad y la moda. Modelos, retratos de personajes públicos famosos,... incluso carteles cinematográficos.
Otro que también baila al son de la moda es el alemán Juergen Teller, aunque su estilo es muy distinto del de Watson. Teller pertenece a un grupo de fotógrafos alemanes que no siempre son santo de mi devoción precisamente. Pero su influencia es notable y por ello lo traigo aquí. Lo hemos visto en Dazed.
Mona Kuhn es una fotógrafa brasileña de origen alemán, pero muy cosmopolita, con residencia en California y con frecuentes visitas al sur de Francia. Hace ya unos años que la sigo, y tengo todos sus libros, o casi todos. Que nunca se sabe. Mientras esperamos el siguiente, de vez en cuando va sacando algunas series más pequeñas. Como esta que presentan en AnOther, en la que pone en contraste la sexualidad femenina, especialmente en gráficos desnudos en blanco y negro en los que utiliza la técnica de la solarización, con suaves fotografías en color de plantas de la familia de las suculentas. Curioso.
Isabel Muñoz es una de las fotógrafas más destacadas de nuestro país, habiendo sido premio nacional de fotografía hace no muchos años. La semana pasada la mencionaba aquí también. Hoy lo hacemos a propósito de un artículo en Cultura Fotográfica en el que nos hablan de su utilización de la platinotipia como técnica preferente. Incluso en color... algo de lo que no había oído hablar previamente. Interesante. Os dejo un vídeo sobre la técnica.
En Albedo Media nos han mostrado el complejo trabajo de la francesa residente en Bélgica, Marie Sordat. Una fotógrafa que no sólo permanece fiel al negativo en blanco y negro, sino que lo considera esencial, incluso sometiéndolo a manipulaciones intempestivas, con el fin de alcanzar el expresionismo poético que caracteriza su obra.
Finalmente, no sé cuando ni como me suscribí al blog de Elena Chernyshova, la cual ya apareció por estas páginas hace casi cuatro años. En cualquier caso, me había olvidado casi de él, pero esta semana fui consciente de los interesantes reportajes que tiene en los que visita acompañando a barcos, trenes o aviones hospitales o ambulancias las más remotas comunidades siberianas. Notable.
No lo uso mucho. Realmente nunca he sido de focales extremas. Por debajo de los 28 mm, en equivalentes al formato 24 x 36, o por encima de los 100 mm de focal, me parecen siempre ya focales especializadas. Poco polivalentes. Y habitualmente me gusta ir con ópticas polivalentes. Dicho lo cual, no serán pocos los que me llevarán la contraria. Y dirán que una focal de 24-25 mm es un angular demasiado frecuente hoy en día para considerarlo fuera de las opciones habituales de cualquier fotógrafo, aficionado o profesional. Es posible. Por otra parte, no siempre pienso en él... y ahí siempre me equivoco, porque lo debería tener más en cuenta como opción.
Adquirí el Snapshot Skopar 24/4 MC de Voigtländer hace ya 15 años, quizá algo más. Recuerdo que en el verano de 2003 ya lo llevé a unas vacaciones por el valle del Dordoña en Francia. Un tiempo atrás había adquirido la Leica CL con su Summicron-40/2 como óptica estándar, y no tardé mucho en adquirir su complementario, el Elmar-C 90/4. Una combinación de cámara y ópticas ideal para ir de viaje, que me ha marcado mucho en años posteriores. Pero a esa combinación le faltaba un gran angular. Y lo más asequible que encontré estaba en determinadas ópticas de Voigtländer, que a pesar de su veterano y prestigioso nombre alemán, estaban y están fabricadas por los japoneses de Cosina.
Como se puede deducir de ese "Snapshot Skopar" del nombre, Cosina no presentó esta óptica con muchas pretensiones. Con una montura de rosca de 39 mm compatible con las Leicas de antes de mediados de los años 50, era utilizable con un adaptador con las posteriores con bayoneta M. Pero con un ligero problema. Esta sencilla óptica no tiene acoplado el sistema de enfoque al telémetro de coincidencia de las cámaras. Hay que enfocarla por estimación. Lo cual no es mucho problema. Con una focal tan corta, la profundidad de campo es amplia. Y una adecuada escala de profundidades de campo ayuda considerablemente a enfocar por zonas. Su rueda de enfoque tiene además un par de clicks señalando las distancias de 1, 1,5 y 3 metros, que señalan con bastante aproximación los modos de retrato y retrato de cuerpo entero para las dos primeras, y la de la hiperfocal a f/8 la tercera. No es exactamente así, pero así funciono las más de las veces. Incluso a su apertura máxima, muy modesta, f/4, es difícil errar el enfoque.
En principio, esa modesta apertura máxima de f/4 es un inconveniente para fotografiar con poca luz. Pero ya hemos dicho que no es un óptica con pretensiones. Es un objetivo para el paisaje, natural o urbano, y para hacer fotografías de recuerdo muy dinámicas cuando vamos por el mundo. Si estamos al aire libre, ajustamos el diafragma a f/8, encajamos el enfoque a 3 metros, y tenemos todo enfocado desde los 1,5 metros hasta el infinito. Ajustamos la velocidad de obturación en función de la luminosidad ambiental y es como dice una cuestión de "snapshot photography". Apuntar, encuadrar y disparar. Con un medio sensible de ISO 400, película o digital, da igual, con sol radiante estamos a 1/1000 s de velocidad de obturación. Si está nublado, 1/500. Si llueve o en la sombra, 1/200. En un bosque no muy cerrado, 1/100 o 1/50. En un interior bien iluminado, 1/30. Y no hemos tocado ni la distancia de enfoque ni el diafragma, y seguimos obteniendo fotografías nítidas. Con una Leica, sin espejos incordiando, he disparado a 1/8 y sigue bastante nítido, aunque no suelo bajar de 1/15 o 1/20.
A algún lector avispado y experimentado en fotografía le habrá extrañado un poco la progresión de velocidades que he mencionado. No es la habitual. Pero es la que aparece en mi Leica IIIf, cámara telémétrica de 1951, que es una cámara con la que he usado mucho esta cámara. Queda un equipo bastante bonito, capaz y ligero. Que incluso se puede introducir en un bolsillo de un chaquetón en invierno. Ideal para pasear por el campo y hacer paisajes. Quizá, lo ideal estéticamente sería buscar un visor de aspecto menos moderno. Pero no está mal.
Cosina también nos hace ver en su deniminación, MC, que es una óptica "multicoated". Es decir, con múltiples revestimientos, para protegerla de los reflejos indeseables y de las pérdidas de contraste, especialmente cuando la luz nos venga de frente. Vamos a ver,... no está al nivel de las ópticas Leica o las Zeiss, pero su construcción es bastante digna. Observares que entre las fotos que presento hay varias en contraluz, con el sol de frente.
Hay que recordar que Cosina también fabrica o ha fabricado las ópticas Zeiss para montura Leica M. Y luego está el hecho de que en ocasiones Cosina ha fabricado versiones MC y SC. Estas últimas, "single coated", para dar un rendimiento más antiguo a las imágenes. El caso es que la calidad de imagen de este pequeñín es bastante notable, aguantando el tipo bien incluso cuando se lo calzas a la exigente Leica ME con su sensor de 18 megapíxeles. Eso sí introduciendo en la cámara un ajuste de óptica muy gran angular, para que haga corrección por firmware de los problemas asociados en un sistema digital con una óptica gran angular de tipo simétrico. Aproximadamente, simétrico. No me voy a poner exquisito con la cuestión del diseño de la óptica.
Os puedo asegurar que no tiene peor rendimiento en nitidez que el EF 28/1,8 de Canon cuando lo calzas en una EOS de formato completo moderna. No ofrece el mismo contraste que las buenas ópticas Leica o Zeiss, pero los resultados son más que honorables.
En la serie de fotografías de hoy, la usé con la Leica IIIf y película Bergger Pancro 400, revelada en TMax Developer 1+9 a 20 ºC durante 9 minutos. Los resultados que podéis ver no son óptimos por dos razones. Esa fórmula de revelado, recomendada en el Massive Dev Chart de Digitaltruth me dejó los negativos infrarrevelados. Y además, la estabilidad dimensional de la Pancro 400 es horrible, y es un verdadero dolor de cabeza digitalizarla en casa de forma digna.
Este objetivo ya no se comercializa. Sé que un tiempo después de adquirir la mía aparecieron versiones con montura de bayoneta M, con el telémetro acoplado, pero con la misma fórmula óptica. Pero ya no aparece en el catálogo de ópticas de Voigtländer. Lo más cercano que aparece es un Color Skopar 21/4 MC para bayoneta M. Ya no hay ópticas para rosca de 39 mm, que en mi caso es un plus preferible.
Es posible utilizarlo también en sistemas sin espejo. Como por ejemplo en mis micro cuatro tercios. Pero ahí presenta pocas ventajas. Se convierte en un estándar poco luminoso... que bueno... Quizá podría tener su interés con una Sony de formato completo, siempre que se le pueda indicar a la cámara que realice correcciones por firmware para una focal muy angular. Si no es así, sólo sería válida para el blanco y negro, o intentar corregir posible viñeteo de color mediante software. Difícil.
Una semana más y una nueva colección de recomendaciones fotográficas que han aparecido a lo largo de estos siete días. Muy diversas. Las acompañaremos con algunas fotografías en blanco y negro. Hacía tiempo que no usaba una de las primeras cámaras clásicas que adquirí cuando empecé mi pequeña colección de cámaras antiguas.
Se trata de la Leica IIIf, un aparato de 1951 bellísimo, fenomenalmente construido, aunque con algunas pejigueras en su funcionamiento que hacen que no la use tan a menudo como podría. Todavía hacía más tiempo que no usaba el objetivo Canon 50/1,8 II para montura L39, que era la propia de las Leicas anteriores a la serie M. Un objetivo más que digno y bastante luminoso para la época, copia avanzada de los Summicrones de la época, y que ha aguantado mejor el paso del tiempo que los prestigiosos objetivos de Leitz, ya que no ha sufrido los efectos de la evaporación de sustancias que se depositan sobre las lentes, difuminando la imagen. No tiene tanta calidad como los objetivos alemanes, pero os puedo asegurar que usando aperturas medias se obtienen imágenes de bastante calidad. En esta ocasión, usado con película Bergger Pancro 400. Obviamente, la propuesta de revelado que ofrece en Digitaltruth (Massive Developer Chart) para esta película con revelador TMax, 1+9 durante 9 minutos a 20 ºC, no es correcta. Quedan unos negativos excesivamente transparentes. Ya me pasó con la ActionSampler, pero entonces pudo deberse a que al no poder controlar la exposición no hubiese llegado suficiente luz a los negativos. Pero en esta ocasión no ha sido así. De verdad. O la Pancro 400, en su versión de 35 mm necesita mucha más exposición de la que se supone para un ISO 400.
De todas formas, al escanear encontramos detalle en todo el negativo. Pero ya he decidido que no volveré a usar esta película en su formato de 35 mm. Su curva para todos los lados, es difícil de manejar, no queda plana en el escáner, y se le adhiere el polvo con una facilidad pasmosa como consecuencia de su falta de estabilidad dimensional. Por otra parte, las condiciones de luz de esta parte del carrete realizado con el 50 mm fueron de lluvia y tiempo gris "mediocre".
Qudándonos en la fotografía en blanco y negro con película tradicional, en Photography of China hemos conocido las fotografías de Wang Shuzhou, que recorrió en la segunda mitad de los años 70 del siglo XX las zonas rurales de China, tras el derrumbe de la Revolución Cultural y la banda de los Cuatro, pero cuando todavía el país no había iniciado el rumbo al capitalismo de estado que lo caracteriza actualmente.
Probablemente, Oliva Arthur es una de las fotógrafas británicas, o en general de todo el mundo, más interesantes que podemos encontrar en la actualidad. Sus reportajes de fotografía documental están llenos de humanidad y de capacidad de traspasar con su mirada lo más íntimo de las personas y las situaciones que fotografía. En Magnum Photos nos cuentan cómo ha dirigido esta mirada hacia las vidas de los niños refugiados hoy en día. Pero eliminando los elementos dramáticos o trágicos que en otras ocasiones vemos. Directamente mirando a los niños, establecidos en distintas poblaciones del Reino Unido, como niños que son. Que mira tú por donde son, simplemente, y nada menos, niños. Por cierto, que el trabajo que conocía con antelación de esta fotógrafa era en color, y en esta ocasión a optado por el blanco y negro.
Isabel Muñoz es una de las fotógrafas más destacadas del panorama fotográfico español, dentro del grupo de fotógrafos consagrados. Premio nacional de fotografía en 2016, ahora ha presentado una nueva serie, "Agua", en la que juega con la figura humana, la danza y las plasticidad de los movimientos cuando el cuerpo se sumerge en el líquido elemento. No sé si es precisamente el trabajo que más me llama la atención de Muñoz, pero ahí queda. Nos lo han contado en Albedo Media.
Curiosa la propuesta de la que nos hablan en Lens Culture. Nos llevan a Turquía, uno de los países más complejos de la actualidad. Uno de los mas potentes del mundo islámico, durante décadas ha buscado su aceptación en los clubes de países europeos, pero sin conseguirlo. Por una mezcla de rechazo a su cultura por parte de la Europa "cristiana" y por los propios defectos de la "democracia" turca, cada vez menos democrática. A caballo entre occidente y oriente, las libertades están cada vez más comprometidas en la república que sucedió al antiguo imperio otomano. Guy Martin presenta con su "The Parallel State" una doble realidad, la que recoge en las calles de Estambul y la que se presenta ante sus ojos en el set de grabación de una serie de televisión. Con la consecuencia de que si no nos ofrece un pie de página, puede ser difícil distinguir unas de otras.
Cuando uno escucha la palabra indígena, siempre piensa en las tribus de lugares remotos, que viven todavía en etapa de la evolución social humana muy precoces, que no han sido absorbidas por los modos de vida derivados de la expansión de la civilización occidental. Pero originariamente indígena es el que es originario de un determinado territorio. Yo mismo, con esta acepción, soy un indígena español. En Creative Boom nos han presentado un trabajo sobre indígenas de un estado moderno y occidental como es Suecia. Lo que pasa es que si en Suecia hablas de indígenas no entienden que se hable del común de los suecos, asocian la palabra a los sami del norte del país. Los lapones que es como han sido conocidos durante décadas. Aunque hoy en día el término "lapón" no se considera correcto en Suecia y Noruega, aunque sí en Finlandia. El término adecuado sería sami. El caso es que la serie de retratos del fotógrafo Joel Marklund (instagram) me ha llamado poderosamente la atención, y he decidido traerlo aquí. Algunos son de personas posando, otras son retratos ambientales en su entorno. Pero todos son bastante potentes. El caso es que el grueso del trabajo de Marklund, deportes, me ha dejado más frío. Mira tú.
No tengo ni idea de dónde encontré la referencia y el enlace a la página de Sean Lotman (instagram), un norteamericano afincado en Kyoto, con especial querencia por la fotografía sobre película tradicional. Pero el caso es que me llamó la atención y os lo traigo aquí también.
En algún momento alguien retuiteo esta semana un tuit de Paul Coghlin con unas fotografías florales en blanco y negro que me llamaron mucho la atención. Puede que en el twitter de B+W Black and White Photography Magazine. Así que me dirigí a la página web de Coghlin y efectivamente ahí estaban unas imágenes que me gustaría que me sirvieran de inspiración. Tengo que encontrar la forma de montarme en casa un rincón que sirva de estudio para este tipo de fotografía. Porque los intentos, un poco traperillos, que he hecho hasta este momento me han resultado insatisfecho. Aunque le haya hecho algunas interesantes fotos a mis orquídeas domésticas. Coghlin tiene trabajos sobre otros temas también muy interesantes.
De vez en cuando, aparece por estas páginas algún director de cine o algún intérprete que resulta que también hace fotos. Y me gusta traerlos, porque suelen ser interesantes. En esta ocasión me ha hecho especialmente gracia por las coincidencia. En Flaworwire nos han presentado las fotografías del rodaje de Full Metal Jacket (La chaqueta metálica), película de Stanley Kubrick, también fotógrafo en sus inicios, pero que en esta ocasión están realizadas por el actor Matthew Modine. Y están muy bien. El caso es que si me ha hecho gracia es porque Modine interpretaba en esta película a un recluta que tras la instrucción y su envío a Vietnam acaba siendo el fotógrafo del ejército en su unidad. Abundancia de Nikon F en esa película.
Y hablando de fotógrafos en los conflictos del sudeste asiático, Bellamy Hunt, también conocido como Japan Camera Hunter, nos ha presentado un artículo muy interesante esta semana con trasfondo histórico. A propósito de una cámara, una Leica M2 negra. Yo tengo una, pero en su versión más habitual plateada. Bellamy se dedica a promocionar la fotografía con película tradicional, al mismo tiempo que se gana la vida como intermediario en la compra venta de cámaras para esta tecnología de cierto nivel. En esta ocasión, la Leica M2 perteneció a Sean Flynn. Este fotógrafo, hijo del actor Errol Flynn, se jugó la vida en numerosas ocasiones en los conflictos de Vietnam y países vecinos. Hasta que fue secuestrado en Camboya y nadie lo volvió a ver. Fue declarado legalmente muerto en 1984, aunque sus restos nunca han sido encontrados. Aunque hace pocos años, en 2016, se habló de que se habían recuperado su pista. Las fotografías de Flynn son realmente interesantes, alguna de ellas tomada mientras se lanzaba en paracaídas sobre el terreno. Su padre encarnó una y otra vez a los más valientes aventureros. Sean, lo fue.
En diciembre, hace un mes, os contaba de mi participación en una "fiesta" fotográfica virtual, que giraba en torno a la película Ilford FP4 Plus. O sus versiones anteriores, si es que alguien tenía por ahí algún carrete, ya caducado, guardado en la nevera o en un cajón. O en una vieja cámara para película tradicional.
Sobre la marcha, los organizadores del evento decidieron convocar otra "party" para celebrar la llegada del año nuevo. El calendario quedaba como sigue:
1ª semana: 1 al 7 de enero de 2018, hacer las fotos.
2ª semana: 8 al 14 de enero de 2018, revelar las fotos.
3ª semana: 15 al 21 de enero de 2018, publicar las fotos.
Si en diciembre participé un poco por casualidad, porque tenía un par de rollos de formato 120 en casa, en esta ocasión fue una decisión más planificada. Lo malo es que no me daba tiempo a pedir a distancia los rollos de formato 120, no es posible encontrarlos en tiendas físicas en Zaragoza en estos momentos, que yo sepa, así que me tuve que contentar con un par de carretes de 35 mm.
Os voy a ir mostrando las fotos que he remitido a la "fiesta", y entre medias iré comentando las circunstancias de la toma.
Día 1 de la #fp4party
Uno de los carretes de FP4 Plus de 35 mm lo cargué en la pequeña pero competente Leica Minilux, la cámara que me traje hace unos pocos meses de Seúl. Esto me permitía llevarla todos los días encima, e ir haciendo fotografías cuando encontrase unos motivos y una luz adecuados. Por ejemplo, un día que pasé por los terrenos de la antigua expo, y me detuve en el "señor de las letras" de Jaume Plensa, uno de los muchos que tiene plantados por el mundo. A ver si encontraba la combinación de letras "FP"... y sí. La encontré.
Día 2 de la #fp4party
Como podéis comprobar, aunque no pude conseguir rollos de formato medio, no me resigné a no usar una cámara de formato medio. Y con el adaptador que me agencié hace unos meses, decidí usar uno de los carretes de 35 mm con la Yashica Mat 124 G. El mismísimo primer día del año, el día de año nuevo.
Unas imágenes del invento.
Día 3 de la #fp4party
También jugué un poquito con la abstracción. En esta ocasión, en uno de los extremos del puente del Tercer Milenio. Con una luz de la tarde en invierno, muy suave.
Día 4 de la #fp4party
No lo he comentado antes, pero lo comento ahora. A uno de los participantes en la "party" no le gustó que usase el carrete de 35 mm en la Yashica Mat 124G. Puso el grito en el cielo, diciendo que "tantos años de trabajo serio en el laboratorio, para ahora ver esto... qué degradación"... Me quedé sorprendido. Es una fiesta. y nada impide un uso lúdico de la fotografía. Por otra parte, que guste o no guste tiene que depender de cosas distintas de los dogmas de hacer las cosas "como Dios manda"... Bueno. A mucha otra gente sí que les gustaron. Y más las de los chorizos y longanizas que las dedicadas a los bellos ejemplos de arquitectura gótica o mudéjar de Zaragoza.
Día 5 de la #fp4party
Estas dos fotografías están tomadas al lado de donde trabajo, un día cuando salía a las tres y media de la tarde.
No lo he dicho antes, pero los dos carretes fueron revelados, en momentos distintos, en revelador TMax a una dilución 1+4, a 20 ºC durante ocho minutos, con agitación intermitente cada minuto. El segundo, el de la Minilux, está algo defectuoso porque le revelador se había contaminado con otra sustancia procedente de otro revelado. Por algo no me gustan a mí estos reveladores de más de un uso.
Día 6 de la #fp4party
Aunque las publiqué en el sexto día de la semana, en realidad fueron de las primeras fotos que tomé. La del Godzilla tuvo bastante éxito. La verdad es que la gente se ve más atraída por lo anecdótico que por otra cosa en esto de las redes sociales.
Día 7 de la #fp4party
Un par de fotos diversas realizadas con la Minilux para cerrar la semana. Ahora, esperaremos a ver si alguna de ellas pasa los cortes de selección y llega a algún lugar digno. En diciembre, no hubo suerte. Lo cierto es que hay gente con mucho nivel. Pero bueno... lo importante es participar ¿no?
Si en las últimas semanas había tenido poco tiempo para recoger recomendaciones fotográficas para repasar el domingo, tenía la sensación de que en esta que se acaba había vuelto a pasar lo mismo. Pero no. Me he encontrado un número respetable de ellas, con temas muy diversos. Así que no me entretendré mucho en esta introducción para no perder tiempo.
Las fotografías acompañantes proceden, como la semana pasada, de las que hice para la participación en la FP4Party en Twitter (#fp4party). Hoy termina la presentación de fotografías, así que supongo que algún día de esta semana os mostraré las que he presentado por mi parte a lo largo de la semana. Catorce en total, dos cada día. Ninguna de las que enseño hoy.
Empezando por lo más histórico como de costumbre, en On This Date in Photography he connocido el trabajo del holandés Gerard P. Fieret, un fotógrafo que básicamente se dedicó a fotografiar mujeres. Mujeres que no conocía, que se encontraba, a las que se presentaba y a las que pedía hacerles algunas fotos. Entre 1960 y 1980 realizó miles de fotografías de mujeres, en entornos corrientes y molientes, siempre en blanco y negro, que ampliaba al notable tamaño de 60 x 80 cm, bastante grande para un negativo de 35 mm. Fue autodidacta. Las copias y los negativos no estaban especialmente cuidados, y las poses elegidas por o para sus improvisadas modelos no dejan de tener un componente exhibicionista, en el que las mujeres participaban alegremente. No lo conocía. Curioso. Sólo tiene una breve página en la wikipedia en neerlandés.
Hace unos días hablaba en mi Cuaderno de ruta de una película en la que se hablaba del mundo del circo. Este espectáculo, tal y como yo lo conocí en mi infancia, está de capa caída. Los grandes circos que giraban por España, o por Europa, o por el continente que fuera, ya no se ven tanto. Cuestan mucho de mantener. Y determinadas atracciones, como las que implican animales en cautividad, tienen hoy en día mala prensa. Hoy en día sólo parecen mantenerse bien otras propuestas. O mucho más modestas y más artísticas, o más grandiosas, también con una cuidada dirección artística. En Creative Boom nos hablaban no obstante hace unos días del trabajo de 50 años de Peter Lavery documentando el mundo de los circos británicos. Para los más nostálgicos.
También comentaba, ayer mismo, en otra entrada cinematográfica del Cuaderno de ruta, la evidente influencia que los fotógrafos tienen en el director de fotografía Edward Lachman. Ya se puso de manifiesto en su trabajo anterior. En Artsy podemos encontrar una sección dedicada a la New American Color Photography, movimiento en el que podemos encontrar la obra de fotógrafos como William Eggleston, Stephen Shore, Richard Misrach, Jel Meyerowitz, Joel Sternfeld, William Christenberry, Evelyn Hofer, Marie Cosindas, Max Regenberg y aun más... De verdad. Si no los conocéis, ya tardáis. Y quizá dején de abrir sus grandes bocazas los que opinan que la fotografía en blanco y negro "es más artística".
Laura Pannack es una fotógrafa británica que ya ha aparecido varias veces en estas páginas. Y si eso pasa, y soy consciente, es que realmente me gusta. Recientemente, como nos informa The British Journal of Photography, ha ganado un premio por el trabajo en el que documenta las vidas de las mujeres de las comunidades judías ortodoxas en el Reino Unido. Merecido.
Últimamente no suelen faltar en estas recomendaciones las que proceden de las páginas de Magnum Photos. Por ejemplo, esta semana de su sección Theory & Practice. Y dado el nivel de los fotógrafos de esta agencia, son apuesta segura.
Por ejemplo, la serie de Gueorgui Pinkhassov dedicada al cambio social a través de las redes sociales, en la que se recogen las fotografías que el fotógrafo ha subido a una de las más conocidas a través del tiempo desde su teléfono móvil. Contenido social al mismo, inmediatez, pero sin descuidad los valores estéticos.
Y también resulta muy interesante hacer un recorrido por la obra de una fotógrafa tan significativa como Susan Meiselas, para reflexionar sobre los principios éticos que han regido la carrera y el trabajo de esta autora tan comprometida. Nunca hay que descuidar los aspectos éticos, tanto en nuestras profesiones como en nuestras aficiones.
Otra fuente de recomendaciones que empieza a hacerse clásica en los últimos tiempos es la cuenta en Instagram de Fotografiska, el centro dedicado a la fotografía en Estocolmo. Esta semana, el fotógrafo invitado es Jonas Bendiksen (Instagram), un fotógrafo documentalista, viajero, también con un muy potente dominio de los colores.
Y en ese mismo estilo, el francés Elliot Verdier ha viajado a una de las antiguas repúblicas soviéticas en Asia Central, Kirguistán, dándonos una visión humana de la vida en un país con una composición étnica compleja, donde la economía colapsó cuando la URSS desapareció, políticamente inestable, y en el que por lo tanto sus ciudadanos viven en un estado de confusión e incertidumbre. Nos lo han contado en Feature Shoot.
Y desde la cuenta de Twitter de la revista B+W Black+White Photography nos informan de un premio que ha recaído en la fotógrafa Rachael Talibart, con un magnífico paisaje marino que me ha llevado a querer conocer más del trabajo de esta británica, que le da tanto a la fotografía en blanco y negro como en color, con especial interés en los paisajes costeros y marinos, de gran belleza.
Los collages siempre me han llamado la atención, al mismo tiempo que me he sentido frustrado por mi escaso talento para su práctica. No sé si el trabajo de Sylvain Granjon cabe denominarlo estrictamente como collage, tal y como nos lo han presentado en Lenscratch. Pero es el nombre que me ha venido a la cabeza sobre los montajes de marcado carácter surrealista que realiza sobre fotografías antiguas. Fotografías genéticamente modificadas les llama. Y es evidente que las tijeras y el pegamento son herramientas esenciales en su trabajo.
Y termino con un artículo que recopila un grupo de fotógrafos, fotógrafas en este caso, que comparten algunas características en común. Nos llega desde Japanese Camera Hunter, y eso quiere decir que al menos comparten en común su nacionalidad, nipona, y el tipo de herramienta que usan, la cámara con película fotoquímica tradicional. La tercera cosa en común ya la había mencionado. Son mujeres. Alguna ya había aparecido por estas recomendaciones. Y todas tienen su interés. Las que yo marqué para revisar más adelante son: