Hacía año y medio que no sacaba a pasear las Polaroids. Lo cierto es que, tras una temporada en la que estuve ilusionado con este medio, las limitaciones de algunas cámaras, las limitaciones de las películas Polaroid Originals en cuanto a estabilidad en los resultados y el precio que alcanzan las películas, especialmente las fórmulas de bajo consumo como las Spectra/ImageSystem... me fueron desencantando. Y así mi cuenta en Instagram dedicada a la fotografía instantánea se paró en seco.
De vez en cuando le doy la vuelta a las alternativas. Evidentemente, la compra de una cámara nueva podría conllevar la posibilidad de usar película con menos costes. Lo cual pasaría por tres posibilidades.
Las nuevas cámaras de Polaroid Originals que usan película similar a la de tipo 600, pero con batería incorporada, lo que permite que la película se venda en cartuchos más sencillos, sin pila incluida, y algo más baratos. Pero seguimos hablando de casi 16 euros por 8 exposiciones, a 2 euros la foto. Más la amortización de la cámara. Frente a los casi 20 euros/8 exposiciones de la tipo 600 o Spectra. Mantenemos el problema de la inestabilidad de la emulsión.
Las cámaras Instax de Fujifilm, de las cuales las más atractivas serían las Square, que se pueden conseguir por entre 10 y 12 euros el cartucho de 10 exposiciones. Lo que reduce el coste a casi la mitad. Aunque son algo más pequeñitas. La estabilidad y la calidad es mayor... pero las cámaras resultan decepcionante flojas, especialmente la óptica y el sistema de exposición de la película. Y las híbridas que son en realidad cámaras digitales que imprimen sobre la película fotográfica me parecen "trampa". La calidad final es algo mayor,... pero no es a lo que íbamos. Y además son cámaras apreciablemente más caras. Y hay otro problema... no han sacado a la venta versión monocroma de la Instax Square... que yo sepa.Las cámaras de Lomography... que se han centrado en el tipo de película Instax de Fujifilm. Y que son una mezcolanza de aparatos de calidad constructiva discutible,... que no acaban de apetecer lo que pagas por ellos. Es el problema eterno de Lomography, venden tajo bajo a precio de "lomo".
En fin; que mientras tanto, tenía olvidadas mis Polaroids. Y encima con algunos cartuchos medio olvidados en el frigorífico. Así que este domingo pasado, decidimos "celebrar" la estupidez de tener que ir a votar innecesariamente a unas elecciones generales, seis meses después de las anteriores, elecciones cuyos resultados no son precisamente halagüeños para la democracia y las libertades. Y me llevé la Polaroid Supercolor 635, con un par de cartuchos Polaroid Originals tipo 600 en blanco y negro. También me llevé el que me queda en color, pero no lo llegué a usar. Las fotos de la gente, los amigos que quedamos después de votar para ir a tomar el tradicional aperitivo dominical, esas, quedan en la intimidad de las relaciones personales. Aquí os dejo intercaladas algunas otras que hice en una mañana relativamente desapacible, aunque las conidiciones de luz no eran del todo malas. Ya sólo me quedan dos cartuchos en la nevera; un de tipo 600 y otro de tipo Spectra. Antes de final de año tengo intención de haberlos finiquitado. Luego ya veremos a ver qué pasa.
Nada nuevo en realidad en esta ocasión. En bastantes ocasiones he traído a estas páginas tanto la cámara Pentax MX como la película Ilford FP4 Plus 125. Juntas o con otras combinaciones de cámara y película. Ambos son dos productos fiables, que permiten realizar una fotografía de un modo tradicional, como se ha hecho durante décadas de forma eficaz.
Un recordatorio para quienes no estén al tanto. La Pentax MX es una cámara de los años setenta del siglo XX, de funcionamiento absolutamente mecánico, una de las que inauguraron la serie M de Pentax, cámaras de pequeño tamaño pero muy fiables. La MX tuvo aspiraciones profesionales, y realmente estaba construida sólidamente. Ya he mencionado la fiabilidad varias veces. Admitía el cambio del cristal de enfoque, así como la colocación de un motor para el avance de la película. Aparte de este, la única electrónica de la cámara es la del fotómetro, de medición ponderada al centro, y que sigue funcionando cuarenta años después sin ningún problema. La cámara puede funcionar sin pilas, en todas sus velocidades de obturación, midiendo la luz con un fotómetro externo o estimando a "ojímetro" la exposición.
La FP4 Plus 125 de Ilford es una película con una sensibilidad, evidentemente, de ISO 125, lo cual antaño se consideraba una sensibilidad media, hoy en día, baja. De tecnología tradicional, grano cúbico, tiene gran tolerancia a los errores y se puede usar sin miedo a cometer algún error en la medición o en el revelado, que mientras no sean muy importantes, apenas se notan, que puede con todo. El grano no es tan fino como las más modernas películas de grano tabular, pero es fino y de estructura agradable. Se puede usar sin problemas a un índice de exposición de 50, rebajando el tiempo de revelado, para bajar el contraste de las escena, o a 200-250 aumentando el tiempo de revelado, para el efecto contrario, aumentar el contraste. Los resultados son buenos. Hay quien incluso empuja más arriba los índices de exposición... pero existiendo buenas películas de ISO 400 es algo que no me parece que tenga sentido, salvo que no quede más remedio.
Las fotografías de esta ocasión son el resultado de hacer ejercicio, caminatas por Zaragoza y alrededores, llevando siempre alguna cámara encima. Y lo que surja por el camino, sin más pretensiones. Un forma de entrenamiento, físico por la caminata, fotográfico por la atención al mundo que nos rodea. La cámara llevaba el SMC-M 50/1,7 con la que venía cuando la compré de segunda mano. Pero cuando ya terminé el rollo, sufrió un percance, y me temo que el objetivo va a ser baja. Ya veremos si me contento con el SMC-A 50/2 que también tengo, o me hago, siempre que encuentre una buena oferta, con un 50/1,4. El objetivo llevaba un filtro amarillo, Heliopan #8,o rojo, Helipan #25, según la conveniencia de la escena.
Datos de procesado de la película: revelador Kodak HC-110, dilución A (1 + 15), 4 minutos y 30 segundos a 20 ºC, con una agitación inicial continua de 30 segundos y cuatro inversiones del tanque revelado cada minuto a continuación. Sin más.
Ya comenté hace unos días que como consecuencia de las actividades durante mi escapada a Berlín y Braunschweig, recibí un paquete de regalo con película fotográfica procedente de la Lomography Shop. Hace unos días comentaba mi parecer sobre la película Lomography Berlin Kino 400 en carretes de 35 mm, y hoy voy con uno de los cinco rollos de formato 120 de Lomography Potsdam Kino 100.
Este domingo pasado, aunque habían anunciado un empeoramiento del tiempo atmosférico, que no llegó hasta dos días más tarde, como hacía una mañana excelente de nubes y claros que daban una luz matizada y agradable, cargué con un rollo de Potsdam Kino 100 la Fujifilm GS645S, que acompañé de un par de filtros, el amarillo Heliopan #8 y el rojo Heliopan #25, y decidí pasear haciendo fotografías en distintas situaciones de luz y con distintos motivos.
El revelado lo he hecho según las recomendaciones incluidas en Kodak HC-110, dilución E (1 + 47), durante 6' a 20 ºC, con la tradicional agitación continua durante los primeros 30 segundos, y luego 4 inversiones tranquilas cada minuto. La digitalización de los negativos, en esta ocasión, la he realizado con el Epson Perfection V600 Photo, lo cual me sirvió para probar el nuevo software que ha proporcionado Epson con motivo del paso a los 64 bits en la nueva versión del sistema operativo OS X, a la que todavía no he actualizado dado que hay una serie de programas que no funcionan bien, y quiero asegurar un mínimo de quebraderos de cabeza antes de actualizar. El máximo razonable que puedo obtener de resolución espacial con este escáner a partir de un negativo de 6 x 4,5 (56 x 42 mm en realidad) es de unos 20 megapíxeles. Pero la verdad es que el software a mejorado mucho en rapidez y precisión, y puedo obtener archivos usables desde el primer momento, sin necesidad de procesado posterior en otro software.
Al igual que sucedió con su "hermana" de ISO 400, mis impresiones sobre la película son buenas. Puedo repetir tal cual lo que escribí para la Berlin Kino 400. La película presenta un bajo contraste, dicen que proporciona el aspecto de las película del Neuer Deutscher Film (Nuevo cine alemán) de los años 70, con una suave gradación de grises. El grano pasa en la práctica desapercibido con los negativos de formato medio, obviamente es considerablemente más discreto que la versión de ISO 400. La película es nítida. Y en este caso tengo la sensación que la sensibilidad ISO 100 declarada oficialmente es un realista.
En cualquier caso, con el suave contraste y amplia gama de grises que proporciona la película, en ningún momento he tenido sombras empastadas ni luces bloqueadas.
Dicen que la película procede de excedentes de Orwo, que fue el principal fabricante alemán de película fotográfica durante la época de la República Democrática Alemana, antes de la reunificación alemana. Dicen. También se ha anunciado recientemente que no va a ser un lote único, sino que se va a fabricar nueva película bajo esta denominación, con mejoras en la captación del detalle en sombras y luces.
La pregunta, al igual que la que me hacía hace unos días, sería... ¿estaría yo dispuesto a seguir usando esta película en un futuro? Pues sí... si tuviera un precio razonable. He mirado en la tienda Lomography, la película se vende de cinco en cinco carretes, y el precio es tal que el coste individual de cada carrete está en casi nueve euros. Más los gastos de transporte. Claramente excesivo, dado que no aporta realmente nada especial sobre otras soluciones más modernas, más capaces, con características similares y más baratas. Y que puedo encontrar con cierta facilidad en mi ciudad, sin tener que pagar gastos de transporte, como la Ilford FP4 Plus 125, que es más contrastada, pero que admite sin ningún problemas forzados de uno o dos pasos sin gran sufrimiento de los tonos oscuros. Y que sobreexponiendo un poco y revelando un poco más corto, nos permite controlar fácilmente el contraste excesivo. Y es que es lo que tiene Lomography. Que suelen vender tajo bajo a precio de "lomo" ibérico... Y aunque hacen mucho por mantener la afición a la película tradicional, la verdad es que le echan un poco de morro a la vida.
Durante mi escapada a Berlín y otras ciudades alemanas del pasado mes de agosto, me desplacé con dos amigas a Braunschweig donde, además de encontrar tiempo para visitar la ciudad durante una tarde muy agradable, estuvimos ayudando con unas cuestiones a una joven pareja que se ha trasladado a la ciudad alemana para trabajar e intentar salir adelante con más dignidad hacia su cualificación académica y profesional que en su país. Él, el sobrino de una de mis amigas. Ella, su pareja. Y una chica que se fija mucho en todo lo que le rodea, muy inquisitiva, en el buen sentido de la palabra. Y que estuvo interrogándome bastante sobre mi Pentax MX y sobre los porqués de utilizar en esta época película tradicional y procesos fotoquímicos.
Agradecidos por la ayuda prestada, poco antes de salir de viaje a Japón me llegó un paquete de regalo con película fotográfica procedente de la Lomography Shop. La gracia del asunto es que las películas hacían referencia a nuestra reciente estancia en Alemania. El paquete venía con cinco carretes de 35 mm de Lomography Berlin Kino 400, cinco rollos de formato 120 de Lomography Potsdam Kino 100, y un paquete con tres rollos de formato 120 de Lomography Color Negative 800. Aunque estuve tentado de llevarme la Berlin Kino 400 a Japón, lo cierto es que sin haberla probado, decidí dejarlo pasar y usar Ilford HP5 Plus 400 con la Minos GT-E... que se me olvidó incluir en el equipaje. Y entre unas cosas y otras, no tuve tiempo de probar ninguna de las películas.
Nada más volver de Japón, y con el tiempo muy agradable en Zaragoza, además estábamos en plenas fiestas patronales, puse un carrete de Berlin Kino 400 en la Pentax MX, calzada con el SMC-M 50/1,7 con un filtro amarillo Heliopan #8, y decidí pasear haciendo fotografías en distintas situaciones de luz.
El revelado lo he hecho según las recomendaciones incluidas en Kodak HC-110, dilución B (1 + 31), durante 7' a 20 ºC, con la tradicional agitación continua durante los primeros 30 segundos, y luego 4 inversiones tranquilas cada minuto. La digitalización de los negativos, como vengo haciendo desde hace un tiempo, con la Panasonic Lumix G9 calzada con el Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH en modo alta resolución. Una vez recortados los excedentes del encuadre sobre el fotograma, tengo archivos digitales de 50 megapíxeles.
Mis impresiones sobre la película son buenas. Me gusta el resultado obtenido. La película presenta un bajo contraste, dicen que proporciona el aspecto de las película del Neuer Deutscher Film (Nuevo cine alemán) de los años 70, con una suave gradación de grises. El grano está presente, más que con otras películas de la misma sensibilidad, pero menos de lo que esperaba. Tiene un aspecto agradable y no afecta de forma notable a la nitidez de la imagen que es buena. Tengo la sensación que la sensibilidad ISO 400 declarada oficialmente es un poco optimista, y que es probable que se encuentre más en ISO 250-320. Pero es una sensación, no tengo medios para comprobarlo; se basa en mi experiencia previa con la cámara y el revelador usado. En cualquier caso, con el suave contraste y amplia gama de grises que proporciona la película, en ningún momento he tenido sombras empastadas, salvo un fotograma claramente subexpuesto por las prisas para captar el momento.
Dicen que la película procede de excedentes de Orwo, que fue el principal fabricante alemán de película fotográfica durante la época de la República Democrática Alemana, antes de la reunificación alemana. Dicen. También se ha anunciado recientemente que no va a ser un lote único, sino que se va a fabricar nueva película bajo esta denominación, con mejoras en la captación del detalle en sombras y luces.
La pregunta sería... ¿estaría yo dispuesto a seguir usando esta película en un futuro? Pues sí... si tuviera un precio razonable. He mirado en la tienda Lomography, la película se vende de cinco en cinco carretes, y el precio es tal que el coste individual de cada carrete está en casi nueve euros. Más los gastos de transporte. Claramente excesivo, dado que no aporta realmente nada especial sobre otras soluciones más modernas, más capaces, con características similares y más baratas. Y que puedo encontrar con cierta facilidad en mi ciudad, sin tener que pagar gastos de transporte, como la Ilford HP5 Plus 400. Y es que es lo que tiene Lomography. Que suelen vender tajo bajo a precio de "lomo" ibérico... Y aunque hacen mucho por mantener la afición a la película tradicional, la verdad es que le echan un poco de morro a la vida.
Siempre me lío con el nombre de la empresa que fabrica o posee el fabricante de las películas fotográficas Ilford y que además también fabrica algunas cámaras fotográficas bajo la marca Harman. Nunca sé si es Harman la que posee la marca Ilford (y otras como Kentmere), o si es Ilford la que posee la marca Harman y otras. Da igual. El caso es que las cámaras fotográficas se venden en la actualidad bajo la marca Harman. Y entre ellas un par de modelos de cámaras de un solo uso. En realidad es un único modelo de cámara de un solo uso, que se vende cargado con dos tipos de película en blanco y negro distintas; las cámaras que vienen con un carrete de Ilford XP2 Super 400, para revelar en proceso C-41, similar al de las películas negativas en color, y las que vienen con un carrete de Ilford HP5 Plus 400, para revelar en los procesos tradicionales de revelado de películas en blanco y negro.
He usado en varias ocasiones la variante con película Ilford HP2 Super 400, y en ocasiones de forma muy satisfactoria. Pero recientemente, en un viaje a Japón, he tenido la ocasión de usar la variante con Ilford HP5 Plus 400, que tiene unas características muy distintas.
Comentaré los antecedentes. Mi idea era llevar a Japón, junto con mi equipo fotográfico digital, una cámara para película tradicional, la Minox GT-E, con varios carretes de película, casi con toda seguridad Ilford HP5 Plus 400. Las tenía preparadas, las dejé 24 horas de salir de viaje sobre una estantería, cámara y películas, pero... a última hora se me olvidó incluirlas en la mochila de viaje. Me di cuenta al llegar a Osaka. Y en ese momento me planteé varias alternativas. Por supuesto, olvidarme del tema y dedicarme en exclusiva a la fotografía digital. Otra posibilidad era encontrar un garito de segunda mano donde pillar una cámara compacta de segunda mano con poco gasto y comprar película, que no es difícil en las grandes ciudades japonesas. Pero había que perder tiempo buscando donde comprarla. O desplazándome al lugar donde estaba la tienda de zarrios baratos pero funcionantes. También estaba la posibilidad de comprar cámaras de un solo uso. En Yodobashi Camera o en Bic Camera, comercios que están en todas las grandes ciudades japonesas era seguro que iba a encontrar. Pero llevar seis o siete cámaras desechables es un incordio... así que opté por una solución de compromiso. Comprar un par de cámaras desechables Harman en Tokio para los dos días y medio que estuvimos visitando la capital japonesa. Si en Yodobashi Camera de Osaka hubiera encontrado, la Lomography Simple Use Camera, que básicamente es una cámara sencilla como las de un solo uso, pero que permite recargar con nuevos carretes, esa hubiese sido también una opción. Pero no tenían. En Tokio, después de comprar las dos cámaras de uno sólo uso la encontré,... pero en ese momento ya no me interesaba. Y además, antes de recargarla, tienes que terminar el carrete de negativos en color que lleva y que no me interesaba.
Así pues, cuando llegamos a Tokio, donde pasamos las tres últimas noches del viaje, compré un par de Harman Single Use Ilford HP5 Plus 400. Y me dispuse a disfrutarlas.
Pronto me di cuenta que no lo iba a tener fácil. Estas cámaras ofrecen mejores resultados si hay buena luz. Con una apertura fija de aproximadamente f/10 y una velocidad de obturación que estará en 1/100-1/125 segundo, pueden ir tirando con buen tiempo o con tiempo nublado. Pero si el nublado es muy profundo o te mueves entre calles donde llega la luz con menor intensidad, la cosa se complica. Además, con tiempo nublado, el contraste en la calle puede ser muy bajo. Por ello decidí que la usaría con la idea de darle un revelado extendido, como si la estuviese forzando a un índice de exposición de 1250-1600. Más por aumentar el contraste que por otra cosa. Al fin y al cabo, por mucho que fuerces el revelado, donde no llegan fotones... no hay nada que hacer.
Así lo hice. La mayor parte del tiempo tuvimos un tiempo nublado con escenas con poco contraste, aunque hubo algún momento de tiempo soleado, aunque nunca con un sol muy fuerte y de tonos muy contrastados. Revelé los dos carretes en Kodak HC-110, dilución A (1 + 15), durante 5 minutos a 20 ºC, lo que viene ser equivalente a un revelado n + 1 2/3. Es decir, sobre el revelado recomendado para un índice de exposición para su sensibilidad nominal de ISO 400, resituar los tonos medios en un paso y dos tercios más de exposición, las altas luces aún se van más allá... y las sombras,... que se queden donde hayan podido llegar durante la exposición. Por supuesto, un resultado colateral del aumento del tiempo de revelado recomendado es tener un grano más aparente de lo que hubiésemos tenido a su sensibilidad base.
El resultado final es aceptable. Pero tengo la sensación de que el menisco de plástico que usan como objetivo estas cámaras ha empeorado en su calidad desde que usé cámaras similares para XP2 Super hace algo más de un año. En aquella ocasión, la imagen era razonablemente nítida en el centro con una nitidez degradada de forma notable pero aceptable en los bordes y las esquinas. En esta ocasión, tengo la sensación de que la nitidez en bordes y esquinas empieza a degradarse antes, más cerca del centro del fotograma, y es más acusada. Como el revelado y el digitalizado no son comparables, quiero ser prudente con esta valoración. Aquellas cámaras de hace año y medio las revelaron en Carmencita Film Lab en proceso C-41 y las escanearon con un escáner profesional. En esta ocasión, aunque con mucho cuidado y esmero, el revelado es casero y los negativos los he digitalizado con mi Panasonic Lumix G9 y el objetivo macro de 45 mm, todo perfectamente controlado con niveles, para conseguir un paralelismo adecuado entre el sensor de la cámara y el negativo. En ambos casos, partimos de negativos con una resolución de 40 megapíxeles.
¿Seguiré usando este tipo de cámaras en el futuro? Mmmmmmm... No de forma sistemática. Son divertidas. Pero generan muchos residuos, muchos de ellos de plástico. Y el planeta no está para estas alegrías. Ilford-Harman están a punto de sacar al mercado una cámara con las mismas características, pero reutilizable. Pero... puestos a utilizar algo reutilizable, prefiero usar algo con una lente más digna y con mayores capacidades de intervención en la exposición. Es decir, en la próxima ocasión intentaré no olvidarme la cámara que ya tengo.