Creo que no exagero que casi desde el mismo momento en qué comenzó mi afición por la fotografía, caí embrujado por el hechizo de esas míticas cámaras, utilizadas por no menos míticos fotógrafos a lo largo del siglo XX, perfectas aparentemente, carísimas,... Eran las LEICA.
Pero el problema es que una Leica es un objeto caro. Muy caro. En aquellos momentos, y durante años, lejos de mi alcance. Hasta que descubrí que siempre hay una forma de llegar a lo que quieres. El mercado de segunda mano, una cámara que funciona perfectamente, pero que tiene un aspecto cosmético muy gastado. Poco apetecible para el coleccionista caprichoso. Estos objetos tienen precios razonables, siguen siendo capaces de hacer fotos sin problemas, pero como ya se ven gastadas... pues ya no se piden precios exorbitantes. Menos si se trata del patito feo de la colección. La Leica barata. La LEICA CL. Esta leica.
La CL fue una cámara Leica, con telémetro incorporado, con montura compatible con la bayoneta de la prestigiosa serie M, que fue desarrollada en combinación con Minolta que sacó su propia versión, más pequeña, y por lo tanto más económica. Tenía dos grandes virtudes a tener en cuenta. El objetivo de serie, el pequeño pero eficaz y nítido Summicron-C 40/2, y una novedad en aquellos tiempos para las Leicas, el fotómetro incorporado para medir la luz a través del objetivo. Junto con la Leica M5, fueron las primeras en incorporar una medición de este tipo. Una medición que había que saber usar, pero que era eficaz y precisa.
Además del pequeño 40 mm, también se comercializó un Elmar-C 90/4, también como es costumbre en la marca, de muy buena calidad. Ambos se pueden montar en cualquier cámara de la serie M, y aunque dicen que por alguna diferencia en la montura puede haber errores en el enfoque, yo los he usado incluso en la digital Leica M-E sin problemas. El 40 mm es realmente muy nítido, lo que pasa es que en el visor de las cámaras de la serie M no aparece el recuadro para encuadrar con esta focal. En su lugar aparece el de la focal de 50 mm, y hay que imaginarse a ojo por donde irá la foto.
En cuanto al uso de otras ópticas Leica en la CL, todas se pueden montar sin problemas, salvo algún gran angular extremo que se introduce mucho hacia el interior de la cámara y puede dañar el sistema de medición de la luz. Por lo demás, en el visor sólo aparecen los recuadros de encuadre de las focales de 40, 50 y 90 mm. Las demás focales precisan un visor externo. Tampoco se recomiendan objetivos excesivamente luminosos a su diafragma más abierto, ya que la base del telémetro es mucho más corta que en la serie M y el enfoque podría no ser suficientemente preciso. Pero por lo demás, se pueden usar sin problemas.
Cuando compré esta cámara, viendo que funcionaba también, que el fotómetro era preciso y la calidad de las imágenes muy buena, empecé a llevármela de viaje. No fue durante mucho tiempo, porque pronto llegaron las cámaras digitales, que por razones de conveniencia en seguida desplazaron para estos menesteres a las tecnologías tradicionales basadas en las sales de plata. Pero puede aseguraros que los resultados eran muy buenos. Como se puede comprobar en algunos ejemplos tomados en Francia. En el valle del Dordoña, primero, y luego en París.
Como ya comenté hace unas semanas, las buenas experiencias y sensaciones que me transmitía este equipo fueron los que me llevaron a comprar con el tiempo la PANASONIC LUMIX GF1, similar en tamaño, que también salió al mercado con un par de ópticas equivalentes a las focales de 40 y 90 mm, esta última incluso firmada por Leica. Y que me ha producido muchas satisfacciones como ya comenté. En las siguientes fotografías, podréis comparar ambos equipos. Considerad que el tamaño del sensor de la GF1 es la cuarta parte de la superficie del fotograma de la Leica CL.
Con el advenimiento de lo digital, durante años la cámara quedó expuesta en una vitrina con escaso uso. Es cierto que, con un adaptador, se pueden usar los objetivos Leica en las cámaras micro cuatro tercios. Y así lo hice. También he de decir que adquirí otros objetivos para la CL de los que ya hablaré en otra ocasión como una gran angular 25 mm de Voigtländer y un 50 mm con montura de rosca de Canon. Ambos en buen uso todavía, y que son capaces de dar también buenos resultados, aunque quizá no tan estelares como los de la marca alemana. Pero sí al nivel de otras marcas del mercado.
En los últimos tiempos, en los que he vuelto ha usar película tradicional de vez en cuando, la he vuelto a usar eventualmente, con buenos resultados. Por ejemplo, con película en blanco y negro en las pasadas fiestas del Pilar en Zaragoza.
Resumiendo, para todo aquel que quiera tener una Leica a un precio asequible, aunque no barato, quiera recuperar las sensaciones de usar la película tradicional, y quiera saber lo que se siente al manejar una cámara telemétrica, ligera y eficaz. Esta es una buena opción. Decir que se puede usar sin pilas, al ser totalmente mecánica, aunque en ese caso no funcionará el fotómetro. Y que no se pueden conseguir sus pilar originales, de mercurio, retiradas del mercado por contaminantes. Pero que se pueden conseguir alternativas.
Os dejo a continuación un pase de imágenes tomadas con esta cámara en tiempos pasado. Espero que disfrutéis viéndolas como yo disfruté haciéndolas.
Advierto que el vídeo que os dejo aquí hoy tiene un carácter claramente publicitario. Pero creo que lo que se cuenta es válido e interesante. Ya comenté hace unos días cómo es mi equipo fotográfico para ir de viaje. Es un equipo basado en una cámara de objetivos intercambiables sin espejo. En mi opinión, en estos momentos dan una excelente calidad de imagen y son más pequeñas, ligeras e intrusivas que las grandes digitales réflex.
En esta ocasión, quien la usa es ZACK ARIAS, un fotógrafo relativamente popular en internet, que suele dedicarse a enseñar técnicas, trucos y demás, sobre todo en temas de iluminación, retrato y fotografía callejera. Bueno. Vosotros veréis si realmente os parece interesante.
Tenía bastante marcadores esta semana sobre cuestiones que podía traer a esta sección semanal, pero al final lo he dejado reducido a 11 de ellos, que me parecen... no mejores o más interesantes, pero quizá más novedosos con respecto a lo que traigo a estás páginas otros domingos. Las fotografías acompañantes son un poco de paisaje suburbano de hoy mismo, dando un paseo tras depositar, con considerable dificultad ética y física, el voto en la urna.
Para empezar, un par de reportajes sobre fotografías que, definitivamente, no están al alcance de cualquier aficionado. Principalmente porque están dentro del campo de la fotografía científica, en el que para fotografíar lo muy grande, lo muy pequeño, lo muy remoto, lo muy recóndito, puede ser necesario tiempo y equipamiento que no está al alcance del aficionado. Y, por ejemplo, en WIRED nos hablaron del trabajo de un equipo de científicos, buceadores, videógrafos y fotógrafos que están recorriendo los mares del mundo descubriendo y documentando nuevas especies marinas todavía desconocidas. Si seguís el enlace a AQUATILIS, comprobaréis que las imágenes son de gran belleza. Por el contrario, a veces hay que tomar perspectiva, alejarse un poco, para conocer un poco mejor nuestro planeta. Lo que hacen hoy en día cotidianamente los astronautas en las misiones de la ESTACIÓN ESPACIAL INTERNACIONAL (ISS). Hace unos días IN FOCUS de THE ATLANTIC nos traía una colección de 28 fotografías de gran belleza, muy impresionantes, tomadas desde dicho dispositivo espacial en órbita alrededor de este machacado planeta.
Ciertamente, las imágenes que nos llegan del espacio y todo lo relacionado con el universo nos llaman poderosamente la atención y, por lo que vemos en SMBH MAGAZINE, a algunos fotógrafos les inspiran. Y es así porque en el enlace anterior encontraremos una lista de 11 fotógrafos cuya obra está inspirada por el espacio,... aunque estén obtenidas en entornos y con objetos cotidianos.
Pero muchas veces es la propia actividad humana la que nos proporciona situaciones extrañas, sorprendentes, de aspecto paradójico. Nos contaban en FEATURE SHOOT cómo el japonés YUKI IWANAMI obtiene sus misteriosas o surrealistas imágenes en el entorno de una población cercana a la central de FUKUSIMA, y nos muestras los esfuerzos de descontaminación radiactiva sobre los objetos, los cultivos, en medio de las actualmentes desiertas calles o campos del lugar.
También extraños son los paisajes de STEPHAN VANFLETEREN, que ha recorrido la costa atlántica desde Noruega hasta la frontera francoespañola buscando restos de los búnqueres y fortificaciones banalmente construidos por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial para defenderse de un desembarco aliado en la Europa Occidental. Blanco y negro de excelente calidad, y bellas fotografías a partir de estructuras que normalmente asociaríamos a la más obscena fealdad y brutalidad de la guerra. Nos lo mostraron en WIRED.
Y ya que estamos con el blanco y negro, hay un autor, británico, que para cualquiera que haya conocido su obra de los últimos años, difícilmente lo asociaría a esta estética. Se trata de MARTIN PARR. Pero como nos cuentan en QUESABESDE, en los primeros tiempos del fotógrafo, cuando se iniciaba a la fotografía documental, en blanco y negro eran las imágenes que obtenía en sus reportajes sobre las comunidades metodistas y baptistas de Yorkshire.
En el Tumblr de NPR Radio Pictures nos traen los paisajes crepusculares y muy americanos de STEVEN BROOKS (TUMBLR), que me han gustado mucho. Y esto me viene bien también para recomendar el magazine online SELEKTOR (SLKTR), que es una buena fuente también para descubrir fotógrafos e inspirarnos. Fundamentalmente, aquellos que podemos encontrar en TUMBLR.
Siendo como es una fuente inagotable de noticias y recomendaciones fotográficas, hay semanas en las que lo más interesante de L'OEIL DE LA PHOTOGRAPHIE lo encontramos el sábado en L'OEIL DES LECTEURS (también en INGLÉS). En esta ocasión me han llamado la atención dos fotógrafos dedicados al retrato de carácter etnográfico. Por un lado tenemos a JEAN-CHRISTIAN COTTU (artículo en L'OEIL DE...) que ha atravesado el Rajastán portando un estudio de fotografía portátil. También nos traen a un fotógrafo español, ABEL RUIZ DE LEÓN TRESPANDO (artículo en L'OEIL DE...), que se ha ido a las costas senegalesas para retratar a las mujeres que han perdido algún hijo, algún marido, en sus audaces travesías hacia las costas canarias, buscando en la inmigración una salida a sus difíciles situaciones vitales. Esta serie me ha parecido especialmente emotiva.
Cambiaremos de tercio completamente contemplando las fotografías de DARIUSZ KLIMCZAK, tal y como nos las muestran en THE PHOBLOGRAPHER. Imágenes que nos traen mundos oníricos, irreales, pero con un estilo muy poco artificial, con un bello blanco y negro que apenas podemos aceptar que tiene su origen en la tecnología digital.
Finalmente, me he detenido un tiempo en las fotografías de las SISTERS OF THE COMMONWEALTH de MEG BIRNBAUM, que son comentadas por ELIZABETH AVEDON. Estas "bostonianas" son parte de las SISTERS OF PERPETUAL INDULGENCE, grupo activista gay que busca estar al servicio de la comunidad, peleando por los derechos humanos, el respeto a la diversidad y la ilustranción humana. Pero sin perder el buen humor y la alegría. Me han llamado la atención porque recuerdo que en la primera revista de fotografía que compré en mi vida, creo que fue un ejemplar de FV ACTUALIDAD, cabecera a la que estuve suscrito durante unos años, había un artículo dedicada a una serie sobre estas "hermanas de la perpetua indulgencia" que también me llamó la atención. No puedo recordar el fotógrafo. He estado buscándolo pero no lo encuentro. Era los finales de los 80 o principios de los 90, momentos en los que el sida azotaba con especial y macabra intensidad a los colectivos homosexuales, y estos activistas desarrollaban una importante labor para educar y frenar la epidemia. Ahi siguen. Repartidos por el mundo, no sólo en su San Francisco original.
Llevaba tiempo sin poder escaparme una tarde o un domingo por la mañana de exposiciones. De hecho las últimas exposiciones de fotografía a las que pude acudir fue durante las vacaciones de Semana Santa. Y un poco a desmano de esta ciudad.
Pero ahora ha llegado a la ciudad una exposición ineludible para los aficionados a la fotografía, y no sólo para ellos, ya que por su interés humano y documental creo que es recomendable para el público general, sin distinciones. Se trata de la recientemente inaugurada exposición "Testigos de las revoluciones árabes" en el Centro de Historias de Zaragoza.
Fachada del Centro de Historias de Zaragoza en la Plaza de San Agustín. Recordad que también se puede acceder desde la Calle Asalto, enfrente del Parque Bruil.
Estamos ante una exposición colectiva en la que una serie de fotógrafos, seis en total, Manu Brabo, Diego Ibarra Sánchez, Guillem Valle, Maysun, Alfonso del Moral y Ricardo García Vilanova, no llevan por las convulsas revoluciones que se han producido en los últimos años en el mundo árabe, y que los más optimistas dieron en llamar bajo la denominación de conjunto de "la primavera árabe".
El nombre de "primavera árabe" vino dado por la época del año en la que comenzaron varias de ellas, pero también por ser la primavera metáfora de renacimiento a un mundo mejor, más alegre. Sometidos muchos de ellos a dictaduras de todo signo y condición, se vivieron como procesos de apertura democrática, que desgraciadamente no se han confirmado unos años después. O han retornado a la situación de partida, o se ven inmersos en cruentas guerras civiles, o el integrismo teocrático musulmán ha aprovechado para hacerse con el poder en estos países, sustituyendo un tipo de dictadura por otro.
Esta fotografía de Maysun es la que representa al conjunto de la exposición en la cartelería y folletos publicitarios, e impresiona por la expresión de su protagonista y por el contraste entre la vestimenta roja y la monocromía que la rodea.
Coincidió mi visita con la inauguración de la exposición. No había mucha gente. Hubiese merecido más atención del público y los medios.
Hace pocos años se dio una circunstancia peculiar. Hubo una fotografía ganadora, del sueco Paul Hansen, de la que se habló más sobre si se había utilizado más o menos photoshop en su procesado. Al final, alguien, lamento no tener la cita a mano, dijo aquello de ¡por qué todo el mundo ve photoshop y nadie ve los niños muertos!
Creo que esta es de las exposiciones en que el aficionado a la fotografía puede dedicar un rato a la reflexión técnica sobre las fotografías expuestas. Pero, por favor, primero contemplemos las historias que los fotógrafos nos quieren contar. Y reflexionemos sobre ellas. Creo que es la mejor manera que tendremos para reconocer su trabajo, su mérito, su esfuerzo. Son profesionales que se juegan mucho cada vez que se acercan a las zonas en conflicto para traernos estos documentos gráficos tan importantes.
Aunque predominan los reportajes en blanco y negro, esta fotografía de Ricardo García Vilanova en color es de las que más me llamó la atención. Y refleja alguna de las muchas tragedias que se están dando en la guerra civil siria.
La exposición que acabo de reseñar y recomendar brevemente es razón suficiente y necesaria para acercarse en estos momentos al Centro de Historias. Lo más seguro es que cuando aparezca esta entrada ya no se puedan contemplar los dibujos y pinturas de Andres Rábago, conocido también como OPS y, más recientemente, El Roto. Sus viñetas son verdaderos tratados de sociología, política o filosofía, muy incisivos para mostrar y denunciar las peores realidades sociales de esta España nuestra, siempre tan madrastra con estos sus pobres hijos, los españolitos. Aunque muy probablemente, muchas de estas realidades sean perfectamente exportables a buena parte de los países del mundo. Una pena que esta exposición esté a punto de terminar su ciclo en nuestra ciudad. No es fotografía, pero...
No quiero terminar este artículo sin recordaros también que en la FNAC Plaza de España, lugar por el que muchos pasamos a menudo, hay exposiciones con frecuencia. Y que en muchas ocasiones están dedicadas a la fotografía, con preferencia por los fotógrafos nacionales. En estos días, encontramos allí fotografías de Atín Aya, fotógrafo navarro que se afincó en Sevilla, y que nos dejó una abundancia de documentos de la vida y las calles de la capital hispalense. Tampoco cuesta nada visitarlas un momento, antes de pasar por la línea de cajas. Por cierto, que se puede aprovechar para adquirir el pequeño y económico volumen de la serie Photobolsillo, que la editorial La Fábrica dedica a este autor.
DUANE MICHALS es un veterano fotógrafo conceptual que siempre me ha llamado la atención, y además, siempre me ha parecido un tipo muy, muy simpático. En L'OEIL DE LA PHOTOGRAPHIE nos enseñan un vídeo en el que nos cuenta algunas cosas de una serie de fotografías suyas, sobre ciudades vacías y algunas otras cosas que muestran su visión y su creatividad, ya de hace unas décadas, que me han parecido muy interesantes. Está en inglés, lamentablemente sin subtítulos de ningún tipo... Pero lo dejo aquí de todos modos.