Desde hace más de 20 años he tenido cámaras compactas complementarias de los sistemas de cámara de objetivos intercambiables que consideraba mi equipo principal en mis proyectos fotográficos. Con carácter general, disponer de una cámara compacta es la mejor forma de tener siempre una cámara a mano si surge la oportunidad fotográfica. Especialmente en los viajes, la cámara compacta ha cumplido un doble papel. Por un lado, es una cámara de respaldo, que te permite seguir haciendo fotografías incluso si tienes algún problema. Esto me ha pasado en alguna ocasión. Así que no hay que tomarlo a broma.
Desde hace unos años, mis cámaras compactas de respaldo han sido de la serie de las PANASONIC LX/LEICA D-LUX. Estás compactas para usuarios exigentes estaban desarrolladas conjuntamente por la marca japonesa y la casa alemana. La primera se encargaba de la parte electrónica y la segunda diseñaba la óptica, aunque esta se fabricase también en tierras niponas. El resultado eran unas pequeñas cámaras, con objetivos luminosos, con una gama de focales contenida pero suficiente, y buena calidad de imagen a sensibilidades bajas. Durante los últimos años, he venido usando una LEICA D-LUX 4, que usaba con sensibilidades de hasta ISO 200 gracias a su competente estabilizador de imagen. Por encima de aquí, la calidad de la imagen se resentía por el pequeño tamaño del sensor de imagen, de 1/1,7". Pero he realizado algunos viajes donde una cámara de este tipo ha sido mi cámara principal, en los que necesitaba o quería ir muy ligero de equipaje. Por ejemplo, en PARÍS en 2008 o en BERLÍN en 2009, viajes en los que llevé una PANASONIC LUMIX LX3 como cámara principal, y una CANON POWERSHOT IXUS 860 como cámara de respaldo. Dos compactas, una en cada bolsillo.
Durante el viaje a JAPÓN en el mes de septiembre de 2014, detecté que en el centro de la imagen de las fotografías tomadas con la D-LUX 5 aparecía una mancha oscura, no muy visible en algunas de ellas, pero sí en aquellas en las que un color uniforme, como el cielo, ocupase esa zona. Un aburrimiento el ir corrigiendo las fotografías. Por otra parte, es una cámara que había llevado una vida agitada y se notaba en algunas cuestiones. Así que decidí que había que buscarle una sucesora.
Coincidiendo con tal hecho, resultó que el tándem PANASONIC/LEICA sacó una sucesora con unas características un poco especiales. Se trata de la PANASONIC LUMIX LX100, o en su versión germanizada la LEICA D-LUX (TYP 109). Con elementos heredados de su estirpe anterior, la cámara venía con una serie de novedades muy importantes:
un sensor de tamaño 4/3" de cerca de 13 megapíxeles; en realidad es un sensor de 16 megapíxles, en el que no se aprovecha todo su tamaño para conseguir que los formatos de imagen de 4:3, 3:2 y 16:9 tengan todos la misma longitud en su diagonal, y por lo tanto el objetivo conserve su ángulo de visión para una focal dada, no importa el formato de la imagen;
un objetivo de focal variable, equivalente a un 24-75 mm en formato 24 x 36 mm, con una luminosidad de f/1,7 en su posición gran angular y f/2,8 en su posición tele;
un visor electrónico a la altura del ojo de gran calidad de visión;
unos mandos más clásicos, con selector de diafragma en el objetivo, con rueda de enfoque/focal en el objetivo también y con dos ruedas para la selección de velocidades de obturación y para la compensación de la exposición.
A cambio, presentaba un inconveniente que podía ser importante; un aumento notable del tamaño. Sigue siendo una compacta, pero ya sólo cabe en bolsillos de abrigos, chaquetones, cazadoras o similares. Nunca más en el del pantalón. Eso sí, con la promesa de una mejora en la calidad de imagen, que se pondría a la altura de la de las cámaras micro cuatro tercias, muy superior a los sensores pequeñitos que hasta ahora llevaban las compactas. También perdía el flash incorporado, aunque se suministra con un pequeño flash accesorio, a montar en la zapata prevista a tal efecto.
Después de mucho pensarlo, decidí asumir las desventajas a cambio de la mejora de la calidad de imagen. Opté por la versión LEICA, algo más cara que la PANASONIC, aunque la diferencia no es tan acusada como en el pasado, pero que viene con una licencia oficial para ADOBE PHOTOSHOP LIGHTROOM. Y ha sido mi cámara principal en mi viaje reciente a PARÍS. En otra entrada ya os hablaré de la que ha sido mi "cámara de respaldo".
Aunque no quepa en el bolsillo de un pantalón, sigue siendo una cámara muy compacta. Tan compacta que en algún momento su ergonomía se resiente. El tamaño de su objetivo y la disposición de sus mandos hace que esté bien para usar modos manuales o con prioridad al diafragma, pero hace más complicada la posibilidad de usarla con una sola mano. Cosa que hacía con su antecesora. Bien es verdad que con el pequeño tamaño del sensor de la D-LUX 5, dada su enorme profundidad de campo, la usaba siempre en modo PROGRAM, y sólo usaba la rueda para compensar la exposición. En esta hay que trabajar más.
En su posición teleobjetivo, algunos encontrarán los 75 mm un poco justos. Yo estaba acostumbrado a una focal un poco más larga, los 90 mm. La diferencia no es muy aparente. En cualquier caso, es suficiente para hacer retratos. Su apertura máxima de f/2,8 no va a permitir desenfoques espectaculares, pero es suficiente para aislar al motivo principal del fondo.
Acostumbrado al rendimiento de mi sensor micro cuatro tercios OLYMPUS, esperaba que con una cámara con un sensor del mismo sistema y casi tres años más nueva, el resultado fuera similar. Pero me he llevado una pequeña decepción. Los sensores de las PANASONIC/LEICA siguen estando un paso por detrás con respecto a otras marcas. Desde luego, una sensibilidad utilizable de ISO 1600, combinada con un objetivo luminoso y un sistema de estabilización óptica muy conveniente da mucho de sí. Pero espera algo más.
El balance de estas primeras semanas de uso intenso de mi nueva cámara es que va a ser un aparato que podré disfrutar en múltiples ocasiones, aunque tendré que acostumbrarme a algunas idiosincrasias específicas para sacarle el mejor rendimiento. Durante mi estancia en PARíS, en el CENTRO POMPIDOU donde están tomadas la mayor parte de las fotografías de este artículo, coincidí con una chica japonesa que llevaba la versión de PANASONIC de la cámara. He de decir que quizá sea más recomendable que la versión LEICA. Esta tiene un diseño externo más limpio y cuidado, es más bonita. Pero la LX100 tiene mejor agarre. En estos momentos, yo optaría por ésta sin lugar a dudas. Aunque no me arrepiento de la compra.
Hay cierto acuerdo entre los aficionados a la fotografía en que las mejores fotos se hacen cuando uno va solo y concentrado en mirar y ver antes de accionar el disparador de la cámara. En algún caso, un par o tres de personas, compartiendo objetivos comunes, que sepan trabajar sin molestarse entre sí también consiguen aunando esfuerzos y compartiendo materiales obtener buenos resultados en acciones colaborativas. Cuando realmente es difícil obtener fotos brillantes es cuando más de 60 aficionados se reúnen. Hablarán, se reirán, se gastarán bromas, se interesarán por las dichas y las desdichas de unos y otros,... pero hacer fotos... sí, alguna se hace.
Esto es lo que sucedió en el CHOCO ENCUENTRO 2014 que el grupo de aficionados FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA (FeZ) (FLICKR) (FACEBOOK) celebró este pasado 14 de diciembre. Es el segundo año consecutivo, y sirve que para que este grupo de aficionados a la fotografía que se coordina y organiza utilizando las redes sociales celebre su fin de año y haga balance de lo que acontecido y conseguido durante el que termina. Y está muy bien, porque la comunicación humana, en vivo y en directo, cara a cara, sigue siendo muy importante,... más importante, que la que nos puedan proporcionar las modernas tecnologías.
Quedamos poco antes de las cinco de la tarde, en pleno ambiente navideño de la PLAZA DEL PILAR de ZARAGOZA, la ciudad en la que la mayoría de nosotros residimos, aunque vienen otros buenos amigos de otras partes de la provincia y de ARAGÓN. Aquí no se excluye a nadie que venga con ganas de compartir y buen rollo. Y desde luego, es absolutamente indiferente el lugar de nacimiento de cada cual. Y paseamos, conversamos y hacemos alguna fotografía hasta las seis y media de la tarde en la que se merienda una tradicional chocolatada caliente con churros, mientras se hace repaso al año, y nos vemos en un vídeo que recoge la memoria de lo acontecido.
Mucha alegría y muy buen ambiente. Incluso hubo rifas. Y a mí, que nunca me toca nada, hasta me tocó algo. Qué más puedes pedir. Como veis, os dejo este comentario alegre con algunas imágenes de la tarde, que fue muy feliz. Y esperando ya la del año que viene, especialmente porque habrá muchas cosas que contar sobre lo que pase mientras tanto.
Esta entrada fue originalmente redactada para el blog de FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA (FeZ), cuyo seguimiento fiel y habitual os recomiendo.
Es el acontecimiento del momento en materia de exposiciones de fotografía en Zaragoza, y se está produciendo en el IAACC Pablo Serrano. No es que otras que se están celebrando en estos momentos en nuestra ciudad no puedan resultar igualmente interesantes; es que Gervasio Sánchez, colaborador durante más de dos décadas del Heraldo de Aragón (blog del autor en este medio) y vinculado de forma estrecha a la capital aragonesa, es profeta en esta tierra, que si no es la suya por nacimiento se puede considerar la suya por adopción. Eso contando con el hecho de que es una persona universal, cuya actividad y compromisos trascienden las vulgares fronteras. Y en estos momentos podemos ver una exposición retrospectiva de sus obras.
Mucha gente este domingo por la mañana para ver la exposición de Gervasio Sánchez.
Tratándose de una antología, y así se denomina "Antología", es una selección de las mejores fotografías de sus series desde 1984 hasta casi la fecha. Encuentro a faltar obras del trabajo que nos presentó hace unas semanas, sobre la situación de las mujeres en Afganistán. Pero aparte de esto, ahí está la convulsa Latinoamérica de los años 80 del siglo XX, la no menos convulsa antigua Yugoslavia de los 90, las tremendas experiencias en África, concretamente en Ruanda, y por supuesto, sus series temáticas y universales a largo plazo como Vidas minadas y Desaparecidos.
Contemplando el antes y el después de Sarajevo; durante la guerra y en la actualidad.
Por supuesto, quien esté familiarizado con el trabajo del reportero gráfico reconocerá con facilidad muchas de sus imágenes más emblemáticas. Para quien se acerque por primera vez, encontrar un trabajo tremendamente honesto y comprometido, con imágenes muy directas, en alguna ocasión difíciles, incómodas, pero que conviene ver. Por ello, sin duda es una exposición absolutamente recomendable.
Desde mi humilde punto de vista, probablemente "Vidas minadas" sea el proyecto más interesante del fotógrafo.
Tras la exposición, podremos dar una vuelta por el resto del museo, recordando que ahí está la colección de Pilar Citoler, de la que ya os hablé, y que también tiene obra fotográfica. Así que quien no haya pasado por allí para visitarla, puede matar dos pájaros de un tiro. Y claro está, si el tiempo acompaña, teniendo en cuenta que el museo tiene una de las terrazas más apetecibles de Zaragoza para el aficionado a la fotografía, no dejaremos de subir a la misma, contemplar el paisaje urbano maño y aprovechar para tirar algunas fotos. Pero no nos vayamos todavía. Sin prisas. Más cosas interesantes tras las fotos.
Típica la vista del Pilar desde la terraza del IAACC Pablo Serrano.
Pero como mola el ascensor en combinación con el ojo de pez,... pero si parece que vaya en la nave espacial de Interstellar,... o algo. Perdonadme el momento narcisista.
Porque antes de salir del centro, en la planta baja podemos encontrar una exposición hasta el 14 de diciembre que también tiene su interés. En la Sala Lateral se expone de Raul Ursúa "Buildings & Some Boomerangs". Se trata de un proyecto multidisciplinar en el que se combina el retrato fotográfico con otras técnicas plásticas relacionadas con la arquitectura, el diseño o la escultura. Obra muy conceptual, pero que me ha parecido interesante y recomendable, y que no os robará mucho tiempo.
Siempre cotilleo lo que hay en la Sala Lateral del museo; en más de una ocasión me he encontrado algún proyecto interesante.
Y este de Raul Ursúa que combina fotografía, diseño y arquitectura, me lo ha parecido.
Así que como veis, estamos ante una propuesta que conviene mucho a una mañana de estos domingos otoñales, en los que la temperatura está siendo relativamente benigna, pero la luz y los tonos ya acompañan a la estación. Como la he dedicado yo para poder contaros esto. Espero que os interese y os guste.
Mis recomendaciones de esta semana, que pueden resultar un artículo más largo de lo habitual, van a salirse de lo habitual. No van a estar basadas en lo que encuentro en internet durante la semana, sino que van a ser un comentario de las exposiciones de fotografía y otras artes visuales que he visto durante mi estancia en PARÍS entre el 6 y el 11 de este mes de diciembre de 2014. Hay que decir que durante el mes de noviembre se celebra en PARÍS el MOIS DE LA PHOTO, certamen en el que se celebran ferias, seminarios, cursos y exposiciones de todo tipo relacionadas con la fotografía y otras artes visuales. En diciembre, siempre quedan bastantes exposiciones de buen nivel relacionadas con el certamen, especialmente aquellas de más prestigio por el nombre del fotógrafo o la envergadura de la exposición. Así que para el aficionado de la fotografía es un buen momento para visitar la capital francesa. Aunque como veréis, no me he limitado a la fotografía. He dedicado tiempo a otras artes.
Vayamos cronológicamente.
DOMINGO - 7 DE DICIEMBRE
Tras el día de viaje y tras pasar la velada del sábado con mis primos, en cuya casa me alojé durante estos días, me preparo para recorrer la vida cultural parisina. Y qué mejor que empezar en este día con dos de los lugares más emblemáticos para los aficionados a la fotografía; el JEU DE PAUME y la FONDATION HENRI CARTIER-BRESSON. Dos lugares con vocación museística orientados a la fotografía, y el primero de ellos también al cine, vídeo y otras artes visuales.
Aunque las exposiciones de ambos espacios son independientes entre sí, de alguna forma se complementan y establecen un diálogo interesante. Ambas están dedicadas a fotógrafos americanos importantes en la segunda mitad del siglo XX, aunque con estilos muy distintos.
El JEU DE PAUME se encuentra en el PARQUE DE LAS TULLERÍAS, junto a la emblemática plaza de la CONCORDE. Y en esta ocasión, además de una interesante exposición sobre vídeos y audiovisuales, VIDÉOTHÈQUE ÉPHÉMÈRE, el plato fuerte es una amplia retrospectiva de GARRY WINOGRAND. Fotógrafo documentalista, de calle, que se pateo las palles de su NUEVA YORK natal, para luego con el tiempo pasar a otras localizaciones de la fotografía americana, es fundamentalmente un fotógrafo de personas. Desconocidas, escogidas casi al azar entre lo que encuentra en la calle, como un depredador cazando. Gran innovador, sus fotografías en blanco y negro suelen tener composiciones muy osadas, con horizontes inclinados, con encuadres que se apoyan en elementos insospechados. Muy dinámico. De ahí el título de la exposición, UNSTABLE BALANCE (EQUILIBRIO INESTABLE).
Sin embargo, WILLIAM EGGLESTON que expone en la FONDATION CARTIER-BRESSON tiene un estilo que contrasta mucho con el anterior. También un documentalista de los paisajes urbanos y las gentes de los ESTADOS UNIDOS, su aproximación es muy cuidada, encuadres muy pensados, imágenes muy equilibradas, aunque rompiendo también con convenciones previas en materia de composición fotográfica. La exposición lleva el nombre de FROM BLACK AND WHITE TO COLOR (DEL BLANCO Y NEGRO AL COLOR), y por lo tanto nos podemos hacer una idea que nos muestra su transición de la fotografía en blanco y negro, que dominó buena parte del panorama fotográfico del siglo XX, a la fotografía en color, en la que destacó y se puede considerar como uno de los grandes nombres que situó a la misma al mismo nivel de consideración que la escala de grises. Mucho más preocupado por los aspectos formales y técnicos, sus temas aparentemente banales, su foto más famosa es de un triciclo (no estaba en la exposición), esconden composiciones y tratamientos de la imagen fabulosos. A mí me gusta mucho, especialmente sus fotografías en color.
Comentar, fuera de lo fotográfico, que entre ambas exposiciones pasé por el MUSEO RODIN, dedicado al famoso escultor francés y a algunos de sus contemporáneos, en el que no había estado nunca, y que sin embargo debería ser visita casi obligatoria. Además está en un palacete muy agradable no muy lejos del SENA Y LES INVALIDES. También encontré mi motivación fotográfica. Me hizo mucha ilusión contemplar algunas copias de las famosas fotografías de EDWARD STEICHEN sobre la escultura de RODIN dedicada a BALZAC (versión de la fotografía en el MET).
LUNES - 8 DE DICIEMBRE
Este día no lo dediqué en la misma medida a las exposiciones. A priori, anunciaban un tiempo razonable, aunque luego llovió varias horas al mediodía, así que decidí pasear y visitar algunos monumentos que tenía olvidados desde hace un par de décadas.
Así que, entre otros, visité el PANTHÉON, mausoleo de hombres ilustres, de momento este excesivamente machista edificio sólo ha admitido a una mujer, MARIE CURIE, que se encuentra en restauración. El caso es que su cúpula, tanto en el interior como en el exterior, está cubierta por una interesante composición del artista callejero JR, con las fotografías de 4000 personas anónimas que representan la FRANCIA actual. Lejos de la grandilocuencia de lo ilustre.
Este es un lugar al que hay que venir con tiempo. Y yo no tuve tanto como me hubiera gustado. Además de disfrutar de la puesta de sol en la terraza, pude disfrutar de las exposiciones dedicadas a JEFF KOONS y a MARCEL DUCHAMP, además de algunas de las salas de la exposición permanente. Pero me dejé muchas cosas en el tintero. Quizá sea uno de esos sitios para ir desde primera hora de la mañana y planteárselo con calma, durante buena parte del día.
MARTES - 9 DE DICIEMBRE
Buen día. Sol. Fresco eso sí. Lo de fresco es optimismo puro. El planteamiento fue el de alternar algunas exposiciones con el paseo por las calles y jardines de la capital gala. En cualquier caso, empecé por visitar la FONDATION LE CORBUSIER, dedicada al famoso arquitecto suizo. En la misma se puede visitar la MAISON LA ROCHE donde se encuentra en exposición un conjunto de fotografías de LUCIEN HERVÉ ilustrando las vacaciones del arquitecto en ROQUEBRUNE - CAP-MARTIN, en la RIVIERA francesa. Está encuadrada en la programación del MOIS DE LA PHOTO.
Después me traslado a los alrededores de TROCADERO, al MUSÉE D´ART MODERNE DE LA VILLE DE PARIS, un museo más modesto en relación con otros más conocidos de la capital francesa, que ocupa un ala de PALAIS DE TOKYO, construido para la EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE 1937. Dejando aparte que su colección permanente es interesante, y gratuita de visitar, durante estos días se mostraba la exposición temporal dedicada a SONIA DELAUNAY. Esta pintora y diseñadora francesa de origen ucraniano, nacida en ODESA, fue pionera del arte abstracto, dentro de la teoría del "contraste simultáneo", una de las principales figuras del art decó, muy polifacética y prolífica, que vivió un poco a la sombra de su marido el también pintor ROBERT DELAUNAY, aunque hoy en día se le reconocen méritos propios más que sobrados.
Curiosamente, también esta exposición estaba avalada por el MOIS DE LA PHOTO. A pesar de que fundamentalmente está dedicada a la pintura y al diseño, hay abundancia de fotografías, tomadas a las maniquíes que en el taller de alta costura de SONIA durante los años 20 y 30 luciendo sus diseños. Bellas fotografías que sufren la paradoja de estar tomadas en blanco y negro, cuando la base de los diseños de la autora es la percepción que nos produce el contraste simultáneo de los colores. En cualquier caso, disfruté bastante de la exposición.
Obligatorio es que si hace buen día, y se encuentra uno por la zona, hay que visitar a la vieja dama parisina, la TORRE EIFFEL, siempre rodeada de entusiasmados turistas, aunque en estas fechas la densidad de los mismos permite pasear en torno al metálico monumento con bastante más tranquilidad.
Ya aproximándose la caída de la tarde, combinación de RER y METRO que me lleva hasta las proximidades del BOULEVARD BEAUMARCHAIS, una de las zonas de PARIS más interesantes para el aficionado a la fotografía, por lo numerosas que son las tiendas de material fotográfico tanto nuevo como de ocasión que podemos encontrar en este bulevar. Han desaparecido unas cuantas, pero todavía hay para entretenerse.
En cualquier caso, en el HOTEL DE SAUROY visité una exposición colectiva, UN NU, con obras de JEANLOUP SIEFF, la que fue su esposa BARBARA RIX-SIEFF y su hija SONIA SIEFF. No está mal. Pero ninguna de las dos fotógrafas tiene el nivel del fallecido cabeza de familia, del cual, lo que se expone, se nos antoja corto, escaso. Podemos visitar para comparar los sitios oficiales de JEANLOUP y SONIA. Todas las copias estaban a la venta a "módicos precios". Pena que no llevase suelto.
MIÉRCOLES - 10 DE DICIEMBRE
Y llegamos al último día en el que fui de exposiciones. Muy, muy intenso, mientras sobre la capital gala caía la mayor parte del tiempo una fina lluvia.
Los principal de la mañana sucedió mientras paseaba por el MARAIS, uno de mis barrios favoritos de la capital francesa. Y allí se puede encontrar el MUSÉE CARNAVALET, dedicado a la historia de PARÍS. Dos interesantes exposiciones me interesaron. El plato fuerte, una exposición de fotografías dedicadas a la liberación de PARÍS durante la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL; PARIS LIBÉRÉ, PARIS PHOTOGRAPHIÉ, PARIS EXPOSÉ. El indudable chovinismo francés les ha hecho tradicionalmente maquillar sus miserias históricas. Y siempre han intentado resaltar la ligera resistencia que presentaron al invasor alemán nazi en el interior del país, frente al más callado pero más amplio de lo que les gusta reconocer colaboracionismo con el genocida régimen de BERLÍN. Esta exposición intenta ser más ecuánime, pero sólo lo consigue a medias. No obstante, la cantidad y calidad de documentos gráficos, fotografías tomadas por profesionales consagrados o por simple aficionados durante los días que precedieron y siguieron a la liberación de la ciudad, hace que esta exposición sea de excelente nivel.
Pero no podemos dejarnos una segunda muestra en el mismo museo. Se trata de la donación que al mismo ha realizado el fotógrafo paisajista MICHAEL KENNA, con lo que los fondos del museo ascienden a 59 fotografías de artista. KENNA es uno de mis paisajistas favoritos, y es un placer ver el conjunto de copias realizadas en las calles y jardines parisinos expuestas juntas.
Una visita obligada para todo aficionado a la fotografía en PARÍS es la MAISON EUROPÉENE DE LA PHOTOGRAPHIE, uno más de los museos dedicados a la fotografía de los que disfruta la capital francesa. Y cada vez más extenso en sus instalaciones de la RUE FOURCY, hasta cinco exposiciones simultáneas se pueden ver en este momento en su salas.
El invitado de honor en estos momentos es el español ALBERTO GARCÍA-ALIX con su serie DE FAUX HORIZONS (UN HORIZONTE FALSO). Estamos ante un muy interesante trabajo del veterano fotógrafo en el que al mismo tiempo que comprobamos la elegancia de sus composiciones y su dominio del medio, nos percatamos de la profunda melancolía que ataca al autor. La muerte y el paso implacable del tiempo está presente en todo el trabajo presentado, y quizá de ahí ese "falso horizonte" que se presenta ante la mirada del fotógrafo y del ser humano en general.
En segundo lugar destaca colección de miradas concebida y presentada por MICHEL FRIZOT, TOUTE PHOTOGRAPHIE FAIT ÉNIGMA (TODA FOTOGRAFÍA ES UN ENIGMA), una amplia reflexión basada en fotografías de fotógrafos anónimos, desconocidos, aficionados u olvidados, distintas de las que suelen atraer a los museos y galeristas, de todas las épocas, y que viene a suponer una reflexión sobre las preguntas que suscita en un observador activo el contenido encuadrado en una fotografía, especialmente cuando desconocemos su contexto y la intención de su autor.
Notables son también los retratos de RAED BAWAYAH, recorriendo una diversidad de países y condiciones sociales y culturales. Gran dominio técnico, y profundidad, empatía y respeto en el acercamiento a las personas retratadas, casi siempre en situación de exclusión social o próxima a ella.
También destaca el compromiso que muestra MARIE DORIGNY con su serie MAIN BASSE SUR LA TERRE, trabajo premiado por su reflejo del sufrimiento humano en el corazón de MOZAMBIQUE.
Un estilo muy distinto el de DÉMOSTHÈNES DAVVETAS, que con técnicas mixtas de pintura y fotografía se quiere acercar al mundo de la poesía.
Mi último exposición fotográfica en este viaje es PARIS CHAMP & HORS CHAMP, en la GALERIE DES BIBLIOTHÈQUES DE LA VILLE DE PARIS. Una colectiva de fotografías y vídeos de artistas contemporáneos que reflexionan sobre el cambio y la transformación que sufre física y socialmente la ciudad, PARÍS en este caso, lejos de los tópicos que impone el hecho de ser una de las ciudades más fotografiadas del mundo. Lo cierto es que es una de las exposición que vi un poco porque me pillaba a mano, la sala está muy cerca de las dos anteriores, pero que finalmente es de las que más me interesó, llegando a adquirir el libro catálogo.
Y me despido con un comentario de la que probablemente es en esto momento una de las exposiciones estrella en PARIS. Se trata de la amplia exposición dedicada al pintor, dibujante, grabador y estampador japonés HOKUSAI, de quien es ampliamente conocida su serie de TREINTA Y SEIS VISTAS DEL MONTE FUJI, pero en el que en esta exposición podemos ver hasta que punto fue un artista completo, incansable trabajador hasta edades muy avanzadas, dejando un trabajo impresionante y de gran calidad. Disfruté mucho de una exposición en la que uno tendría que dedicar muchas muchas horas para apreciar todo lo que da de sí. Se puede ver en el GRAND PALAIS.
Quien se haya pasado por mi CUADERNO DE RUTA los últimos días, habrá visto que estaba en modo "sólo fotos". Es decir. He estado fuera de casa, de viaje, en concreto en París. Unos días de escapada y relax activo que me han venido "terapéuticamente" muy bien, aunque los efecto duran poco tiempo.
En cualquier caso, en los próximos días iré complementando con algún comentario de las actividades realizadas, fundamentalmente culturales. Me he hartado de ver exposiciones de fotografía, y algunas de otras artes muy, muy, muy interesantes. He comprado algún libro, he conocido algún museíllo que no había visitado todavía en los últimos 25 años (los que hace que fui a la capital francesa por primera vez, esta es la novena) y, simplemente, he paseado.
Os dejo unas cuantas fotografías.