Comenzamos como todas las semanas presentando el tablero de Pinterest de estos últimos siete días, que muestra aquellas fotografías que, perteneciendo a autores consagrados o totalmente desconocidos, me han llamado la atención.
Una de las recomendaciones de hoy tiene que ver con arquitectura religiosa en Europa, nos la trajo el British Journal of Photography - online y se trata de la serie Façades de Markus Brunetti. Me llamó la atención porque la primera fotografía de las que aparecen en el artículo la reconocí de inmediato, ya que se trata la fachada de la catedral de Orvieto, delante de la cual me pase un buen rato hace unas semanas, pensando como conseguir una buena fotografía de tan notable obra arquitectónica. No creáis que no me he planteado veces lo de viajas con un objetivo de los llamados "tilt and shift", capaces de corregir perspectivas y cambiar la orientación del plano de enfoque. Porque lo de viajar con una cámara de gran formato, que permiten estos movimientos técnicos,... pues no. Si tiendo a viajar cada vez más con cámaras muy compactas. En fin, como consecuencia, traigo hoy algunos ejemplos de arquitectura religiosa de las últimas vacaciones en Italia. Empezando por la catedral de Orvieto. Claro.
La semana ha estado marcada por una noticia luctuosa, el fallecimiento del fotógrafo maliense Malick Sidibé, uno de los fotógrafos más conocidos de la fotografía africana. Aunque ha sido comentada en muchos medios, recibí la noticia en el tumblelog de SuperMassiveBlackHole magazine (SMBHmag). Es conocido sobretodo por su trabajo en el los años sesenta del siglo XX sobre la sociedad y la juventud de Bamako, la capital de Malí, presentando una imagen muy fresca, y abriendo el continente africano al mundo con una imagen muy distinta del paternalismo o las catástrofes que hasta ese momento eran norma por parte de la visión eurocentrista del mundo. Posteriormente se dedicó sobretodo al retrato en estudio, recogiendo un amplio catálogo de tipos malienses. Sus fotografías en blanco y negro de formato cuadrado son muy características.
En uno de esos blogs pensados a mayor gloria de alguna marca fotográfica de postín encontramos de vez en cuando artículos que merece la pena atender. En un artículo escrito en portugués e inglés, da un repaso a la figura de Martine Franck, fotógrafa belga, que para muchos a pasado a la historia de la fotografía más por ser la segunda esposa de Cartier-Bresson que por méritos fotográficos propios, que son muchos. Dedicada sobre todo a la fotografía documental y al retrato, tenía un estilo muy elegante y discreto, siempre con el ser humano como primera preocupación. Merece la pena dedicar un tiempo a conocer su obra.
Podemos considerar a Robert Mapplethorpe ya como un clásico cuando ya han pasado más de 25 años tras su muerte. Un fotógrafo que tendría que haber dado mucho mal todavía si no hubiese cortado su carrera la enfermedad. Con frecuencia es recordado por sus desnudos y sus retratos de celebridades. Pero Mapplethorpe fue un fotógrafo que se preocupó mucho por la forma y la luz, y encontró en los motivos florales un tema que le permitió investigar en profundidad y conseguir potentes imágenes. Más conocidas sus fotografías en blanco y negro, utilizó una diversidad de técnicas fotográficas, incluyendo algunas en color. Nos lo contaron en L'Oeil de la Photographie, y merece la pena acercarse. Además, estas fotografías de Mapplethorpe son para todos los públicos.
Hay una serie de recomendaciones en esta semana que coinciden en varias cosas. La primera es que se trata de mujeres fotógrafas. La segunda es que se preocupan principalmente por el ser humano, y en determinadas ocasiones por las mujeres, otras por los más desfavorecidos socialmente. También las hay con una mirada introspectivas. Todas ellas fotógrafas actuales con miradas contemporáneas a su mundo.
En Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red nos hablaron del trabajo de la norteamericana Sara Naomi Lewkowicz, cuyo trabajo se centra sobretodo en las personas con conflictos personales, exconvictos, drogadictos, víctimas de violencia doméstica o de género,... personas con difícil encaje en la sociedad. Lewkowicz se coloca en la posición de testigo y su fotografías, de testimonio de una sociedad actual con sus propias taras. El reportaje Shane and Maggie es muy impresionante.
Con un tono menos dramático pero igualmente de reflejo de una sociedad compleja, en LensCulture nos presentan el trabajo de Michaela Spurna, fotógrafa checa, en la que el régimen de convivencia de una pareja con una hija es de una mitad de la familia juntos en la casa del padre, mientras que la otra mitad viven la madre y la hija solas en una casa a 500 metros de la anterior. Con la propia hija como motivo, la fotógrafa reflexiona sobre las consecuencias que para la hija pueda tener conforme crezca.
En la sección semanal de porfolios de los lectores de L'Oeil de la Photographie, me ha interesado el trabajo de Marie-Claire Saille, en el que reflexiona sobre la cuestión de la lactancia natural. Práctica que en estos momentos está fuertemente recomendada por muchos expertos y organismos sanitarios, no deja de producir un importante grado de estrés en muchas que se ven condicionadas por un lado por sus obligaciones laborales o de otro tipo que les llevan a la lactancia artificial, pero que al mismo tiempo siente el rechazo social por no procurar a sus hijos con la lactancia maternal. Situaciones diversas, mujeres diversas. Incluso hombres que se hacen cargo de la alimentación de sus bebés por las obligaciones de sus parejas. Todo ello expuesto de una forma muy sencilla, con retratos muy clásicos de mujeres, y algunos hombres, alimentando, con el pecho o con el biberón, a sus bebés. Y es que nada es blanco y negro en una sociedad compleja como la actual.
Me ha llamado mucho la atención el siguiente vídeo sobre el trabajo de la fotógrafa Laurie Simmons, propuesto por el canal de vídeos de la Tate. Fotografías de un mundo en miniatura que reflexionan sobre el papel de la mujer en la sociedad. Muy conceptual, pero muy interesante. En ocasiones, aun con aspecto de muñecas son mujeres reales las protagonistas de las fotografías.
También ha realizado trabajos cinematográficos con un estilo y temas similares a sus fotografías fijas. Un trabajo muy contemporáneo, en el que la puesta en práctica de la obra trasciende a lo meramente fotográfico.
Ana Casas Broda es una fotógrafa española, o como dice el artículo de Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red que nos la presenta, una fotógrafa mejicana nacida en España... no sé. Por su biografía, más bien una artista con muchas influencias culturales. Es una de estas fotógrafas que tiene un carácter muy introspectivo, situándose como tema de sus fotografías. A veces puede explorar sus cambios, su evolución como persona, otras veces sus peripecias personales puntuales, en ocasiones investiga sobre la memoria y el recuerdo. Aunque se sitúa ella misma como objeto de interés de su obra, muchas de sus investigaciones personales pueden ser similares a las de otras muchas personas.
Y por último, una escritora que se nos vuelve fotógrafa. Se trata de Elvira Lindo, que ha presentado un libro de fotografías sobre el tiempo que ha vivido en Nueva York. También hay que decir que en su último libro de carácter literario, utilizaba sus propias fotografías como ilustración. Nos lo han contado en ClavoArdiendo, que algo han tenido que ver con la edición de este libro. El libro es muy baratito... ganas me están dando de comprarlo... aunque no sé yo si me va a acabar gustando. Y lo que pasa es que los gastos de envío son más caros que el propio libro... ¡¡¡???
El pasado sábado día 9 de abril de 2016 estuve en compañía de mi sobrino Diego toda la mañana. Es algo que sucede con cierta frecuencia, lo de pasar las mañanas de los sábados juntos. Tiene 7 años, y variamos las actividades que hacemos juntos en función del tiempo atmosférico, de la oferta de actividades en la ciudad y de las ganas que nos entran. Ese sábado hizo buena mañana, así que de 10 a 11 de la mañana estuvimos jugando un rato en la pista de tenis del Centro Deportivo Municipal "La Granja", y después de ver como corrían en la pista de atletismo unos escolares poco mayores que Diego, almorzamos un zumo y un pincho de tortilla antes de ir a Coleccionea, la mercadillo del coleccionismo que estaba instalado en el Centro Cívico "Universidad", en la calle Violante de Hungría de Zaragoza. Y allí compramos algo para todos, para el sobrino, para el tío y para la madre trabajadora del pequeño, en ausencia.
Curiosamente, el día anterior,... o el anterior,... no recuerdo con precisión, había estado repasando los vídeos de mis suscripciones en Youtube, entre las cuales se encuentra Christopher Frost Photography, un tipo que se dedica a probar todo tipo de material fotográfico, pero que me interesa porque de vez en cuando nos muestra chismes, especialmente objetivos, de antaño. Y como los adapta a sus Canon EOS, pues sus indicaciones mi valen. Y repasando entre sus vídeos, me encontré que hace 11 meses había probado un pequeño objetivo soviético, y visualicé el vídeo. Este que os pongo a continuación.
No soy extraño a estos pequeños Industar. Esta es la denominación que daba la fábrica soviética KMZ para los compactos objetivos, generalmente de 50 mm de focal, que manufacturó copiando la formula de los Tessar que se llevaron de la fábrica de Carl Zeiss en Jena tras la Segunda Guerra Mundial. Hace unos años, también en una edición de Coleccionea, compré un Industar-22 50/3,5, con montura M39, compatible con las Leica de montura de rosca. Y con el adaptador oportuno, con cualquier Leica con montura de bayoneta M, fabricadas desde los años 50 hasta la fecha, incluidos los modelos digitales. Ya escribí en estas páginas mis experiencias en su momento.
El caso es que paseando por la feria me encontré con esto.
Se trata de una Zenit-E fabricada también por KMZ, hoy en día Krasnogorsky Zavod, todavía en activo, fabricando chismes para el ecosistema Lomography. Además de cámaras que replican las de la época soviética, fabrica por ejemplo los "modernos" objetivos de tipo Petzval que comercializan los espabilados emprendedores austriacos que adquirieron la marca Lomo, pero que venden tajo bajo a precio de solomillo. Pero aquí estamos hablando de una auténtica Zenit-E de la época soviética, con el emblema "Moskva 1980" correspondiente a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980. Lo cual nos da una idea de la época de fabricación de esta cámara en concreto, ya que el modelo se estuvo fabricando entre 1965 y 1986. Y su chasis sirvió de base para la fabricación de otros modelos de cámaras vendidas bajo la marca Zenit u otras propias del bloque soviético.
La cámara es realmente arcaica. Tiene un fotómetro de selenio, no TTL, que a estas alturas no podemos considerar fiable. Dispone de un selector de sensibilidad ISO para ajustar el fotómetro, y una rueda de velocidades de obturación que va de 1/30 s hasta 1/500 s. más la posición "B". Esto quiere decir que, a pleno sol, la película con mayor sensibilidad usable sin recurrir a la sobre exposición es de 400 ISO, ya que la mayor parte de los objetivos acompañantes tienen un diafragma mínimo de f/16. La velocidad de sincronización del flash es a 1/30 solamente. La zapata de accesorio es fría, por lo que el flash hay que conectarlo a un contacto PC-sync que encontramos en el frontal de la cámara. Venía con un dispositivo de disparo retardado, que se encuentra ausente en el modelo que os presento.
En su parte posterior, cuando la abrimos, comprobamos que la cámara no está mal cuidada y tiene muy buen aspecto.
La cámara dispone de una montura para objetivos con rosca M42, similar a la que os presenté hace unas semanas cuando os hablé del modelo de cámara Praktica MTL5, fabricada en la antigua República Democrática Alemana. La Zenit-E se vendía habitualmente con un objetivo Helios-44 58/2, muy interesante para uso general aun con esa focal un poco demasiado larga para un objetivo estándar. Pero parece que es en ese entorno de focales donde es más fácil obtener una óptica con buen rendimiento y bajo coste. No obstante, el modelo que os presento viene con el Industar-2 50/3,5, el objetivo que nos presentan en el vídeo anterior usado sobre cámaras digitales Canon EOS, que es más antiguo en su concepción, con una fórmula Tessar de 4 elementos en 3 grupos. Absolutamente similar al que venía con la Praktica del que ya os hablé. Pero mucho más compacto en tamaño debido que en lugar de una apertura máxima f/2,8 se queda en un f/3,5, dos tercios de paso menos luminosa. Comparemos el tamaño de ambos objetivos. A la izquierda el Industar-2.
Para probar el objetivo, lo monté sobre la Canon EOS 5D Mark II con el adaptador correspondiente. Frost, en su vídeo, nos dice que el objetivo da mejores resultados en esta cámara que en las modernas cámaras EOS de sensor APS-C, probablemente por la diferencia de tamaño de los fotositios. Los más pequeñitos de las APS-C estresan más los fotones que atraviesan el Industar-22. Supongo. Mi EOS de sensor APS-C es más antigua y solo tiene 10 megapixeles. Lo tengo que probar... igual va mejor que con las más modernas. Bueno, de momento, la 5D Mk. II. Donde el aspecto del pequeño objetivo queda muy extraño.
Salí ayer por la tarde a probarlo, aprovechando la buenísima tarde que hacía en Zaragoza, y me encontré con un conocido de mi entorno laboral. Su esposa también está metida en el mundo de la fotografía, así que aunque él no, le extrañó mucho el aspecto de la cámara en cuanto lo vio, acostumbrado al equipamiento de su pareja. Pero veamos algunos resultados.
El objetivo tiene practicamente 300 grados de giro en su rueda de enfoque, así que su escala de profundidad de campo es amplísima y muy utilizable. Si la luz es buena y no estamos intentando aislar el sujeto con profundidades de campo estrechas, mi recomendación es situar el diafragma en f/8 y tirar de hiperfocal o de enfoque por zonas. Es muy fácil. Los mejores resultados, como nos dice Frost, se darán casi seguro entre f/5,6 y f/8. O sea que no tiene sentido complicarse más la vida.
Veamos algunos ejemplos.
El aspecto general de las fotografías es bastante aceptable. Aunque yo no las ampliaría en exceso. Cuando tienen abundante detalle fino, este aparece un poco regular. En la siguiente fotografía en la que tenemos abundancia de hierbas y hojas de árboles se pone de manifiesto cuando la he observado a suficiente ampliación.
Así pues, el objetivo puede dar resultados razonables en reportaje, pero quizá se quede demasiado corto en calidad para paisaje, salvo que mantengamos niveles de ampliación moderados. Pero bueno... me gustaría comprobar en algún momento cómo se comporta una copia impresa a un tamaño de entorno a una DIN-A3 o 45 x 30 cm. A ver si aguanta.
No pude ensayar el retrato, el paseo de prueba lo hice solo, pero sí que tomé alguna fotografía a distancias de retrato con el objetivo a plena apertura. La impresión es que la nitidez en el centro puede ser suficiente, y la calidad de la zona desenfocada, el famoso bokeh, no es malo, aunque no pueda competir con objetivos más luminosos y con más palas de diafragma. El Industar-2 dispone de 7, que tampoco está mal, pero son muy rectilíneas, y la figura del heptágono se ve claramente en cuanto cierras a f/4 en los punto luminosos desenfocados. A plena apertura, estos son circulares.
Como se puede apreciar, con la EOS 5D Mk. II, a plena apertura viñetea bastante, aunque es corregible en el procesado posterior.
Sé que aunque estos objetivos eran revestidos para combatir los reflejos internos, no se suelen llevar bien con los contraluces y las fuentes de luz frontales. El Industar-22 para montura M39 lo pasa de pena. Parece que este Industar-2 para montura M42, más moderno, tiene algo más de aguante, pero también sufre lo suyo. Lo he visto en dos fotografías, una a plena apertura y otra a f/8. En esta se nota menos, pero se nota, tanto la pérdida de contraste como las luces parásitas.
Una de las pegas que tiene el pequeño Industar-2 es que su distancia de mínima de enfoque se sitúa entre los 60 y los 65 cm, frente a los 45 cm habituales en las focales de 50 mm, y no digamos ya a la muy favorable del Carl Zeiss Jena que viene con la Praktica MTL5, que baja a los 35 cm. Sabiendo eso, me llevé algún tubo de aproximación, por si se terciaba algunas fotografía de aproximación. Me llevé dos tubos del juego de Kenko para montura Canon EF, el de 12 y el de 20 mm. Sólo usé el de 12 mm.
Suponiendo que la escala de reproducción máxima del objetivo esté en 0,095 para unos 63 cm de distancia mínima de enfoque, el tubo de aproximación de 12 mm nos permite alcanzar una escala de reproducción máxima de 1:3 con una distancia mínima de enfoque de 26 cm. En posición infinito, con el tubo de aproximación de 12 mm enfocaría a unos 32 cm. Razonablemente cómodo para los motivos florales que podemos encontrar en estos momentos de primavera en el Parque Grande de Zaragoza.
Veamos algunos ejemplos.
Como son archivos digitales, algunos datos del procesado utilizado son los siguientes. La temperatura de color utilizada oscila entre la propia de luz de día a pleno sol (4900 ºK) a la de luz de día en sombra con iluminación por el cielo abierto (6500 ºK). Temiendo un contraste escaso en este tipo de objetivos, he aplicado sistemáticamente un preajuste de VSCO simulando la película Kodak Gold 100, que viene en el paquete VSCO Film 00, que VSCO pone a disposición de los usuarios de Adobe Photoshop Lightroom de modo gratuito como paquete de prueba. Incluye también ajustes que simulan la película en blanco y negro Kodak Tri-X. Aunque parece que este paquete de prueba ya no está disponible. Una pena.
De esta forma obtenemos un contraste vivo e imágenes saturadas, pero que se pueden controlar con algunos ajustes posteriores a la aplicación del preajuste. Lo cierto es que da la impresión de que tampoco es excesivamente necesario. Pero bueno, yo os cuento cómo lo he hecho. En cualquier caso los resultados no están mal.
Christopher Frost nos advertía que en los bordes y las esquinas, la calidad del Industar-2 a plena apertura no es buena. Pero da igual, porque en este tipo de fotografías de aproximación suele estar desenfocado en esas zonas. La observación de la fotografía de las hojas a contraluz en el ordenador muestra que en el centro del campo visual, la nitidez es más que suficiente para mostrar el detalle de la nervadura de las hojas.
Poco queda más que decir. Sobre la cámara, la Zenit-E. No la he probado todavía. Como digo en el título, la compra la considero un éxito a medias. El objetivo, que es lo que más me llamó la atención y me apetecía tener, me parece que da unos resultados por encima de mis expectativas. Aunque su uso sea muy circunstancial y más de capricho que otra cosa.
Pero la cámara presenta deficiencias. El vendedor me pedía 60 euros cuando empezamos a hablar. Le pedí una inspección a fondo que me permitió sin ningún problema y con cordialidad. Observé que alguno de los espejos del pentaprisma puede tener algún tipo de fractura que se observa en el visor. Con lo cual el precio bajo a 45 euros. Después observé que faltaba el disparador con retardo. Otros 15 euros de bajada. Se quedó en 30 euros. Comprobé las distintas velocidades de obturación con la tapa trasera abierta y mirando hacia la luz a través del objetivo. Parecía todas bastante correctas. Pero no probé la posición "B". Se me olvidó. Decidí comprar.
Este tipo de compras son siempre una lotería. Cuando en casa volví a realizar el mismo proceso todo fue bien hasta que probé la posición "B". La cortinilla de tela del obturador, de movimiento horizontal, se quedó atascada. Zas. El alma de la cámara había fenecido. Es cierto que el problema es relativo. El objetivo es válido y lo puedo usar con la Praktica MTL5 de forma nativa, y con adaptadores en las Pentax de montura K y en las Canon EOS. Pero vaya... Probablemente es una cámara que no se ha usado en años... y eso también produce problemas cuando las vuelves a accionar.
En este momento, después de varios accionamiento, la cámara vuelve a funcionar en el resto de las velocidades de obturación. Pero sé que el problema está ahí. En algún momento, la usaré con algún carrete. Quizá este fin de semana. Ya os contaré. Como digo, de todas formas el Industar-2 se puede quedar montado en la Praktca MTL5 que tengo en préstamo indefinido.
Vuelvo a mi ritmo habitual de publicación semanal de recomendaciones fotográficas semanales. Empezando por el tablero en Pinterest de estos últimos siete días donde espero que encontréis fuentes de inspiración si sois aficionados a la fotografía.
Para acompañar la entrada de hoy, os mostraré algunas fotografías tomadas con teleobjetivo, un 200 mm, al que como complemente se ha añadido un duplicador de focal y eventualmente un anillo de extensión. Os hablé de esta configuración hace unas semanas, pero hasta ahora no había tenido ocasión de probarla en el campo. Este fin de semana, con un menos viento, también la hubiera usado. No soy fotógrafo de teleobjetivo. Me muevo en el 90 o 90 % de las situaciones entre los 24 y los 90 mm. Aunque los he usado, especialmente en fotografía de aproximación, en cuanto paso de los 135 o 150 mm de focal (equivalente en el llamado "formato completo"), me siento muy poco cómodo e inseguro. De todas formas, cometí varios errores al salir de casa en la selección y preparación del material, y no pude poner en acción lo que tenía en mente. Tengo mucho que practicar.
Empezaramos las recomendaciones yéndonos más de un siglo atrás en el tiempo. Me han parecido muy curiosas las fotografías que han rescatado en Mashable tomadas entre 1898 y 1900 por Charles Gustavus Walline, un empleado de unos grandes almacenes de Chattanooga, que aprovechaba las pausas para el almuerzo para retratar a sus compañeros de trabajo. El excelente estado de conservación de los negativos nos permiten una gran calidad de imagen que nos hacen sospechar que aquellas y aquellos jóvenes de hace más de 115 años igual no eran muy distintas en lo esencial de las jóvenes y los jóvenes actuales. Por lo menos las chicas. Que los maromos parecen todos muy envarados, con sus bigotazos y esas cosas.
En L'Oeil de la Photographie ha aparecido esta semana un artículo sobre una exposición en la que se incide en aquellas fotografías que muestran un contenido relacionado con el expresionismo, el surrealismo, lo singular, lo étnico,... lo bruto,... y en la que aparecen fotografías de Joël-Peter Witkin (fotografías, no aptas para todos los públicos). Recuerdo que cuando empezaba a interesarme en serio por la fotografía, cuatro o cinco años después de comprar mi primera cámara réflex y tras haber realizado algún curso serio de formación, llegó a Zaragoza, al Torreón Fortea, una exposición de este neoyorquino que me impactó mucho. Su incidencia en temas como la muerte, el sexo más fetichista, la deformidad, y sus relaciones con lo bíblico o con las representaciones artísticas del pasado producen un efecto muy desasosegante, y una curiosidad morbosa. En realidad es un fotógrafo excelente.
Nos cuentan en American Photo que el maestro Stephen Shore ha publicado recientemente su último libro, para el cual ha viajado a Ucrania. El tema ha sido las gentes que tuvieron que huir y luchar contra la opresión nazi, pero que luego tampoco lo tuvieron fácil en la Unión Soviética, incluso cuando fueron considerados héroes de guerra. Una vez más, el estilo de Shore es directo, sin manipulaciones, con una técnica muy depurada que, sin embargo, apenas se nota por la carencia absoluta de artifiosidad. Y siempre dedicado a mostrar la realidad, más que a intervenir sobre ella.
El caso de la talidomida fue célebre en los años 60. Un medicamento que se comenzó a comercializar a finales de los años 50 en toda Europa, pero que en los 60 se comprobó que cuando era tomado por mujeres embarazadas producía graves deformidades en el feto. Sin embargo, en España consta que todavía se podía encontrar en 1970 y algunas personas están afectadas en esa época, a pesar de la prohibición de comercialización. Las corruptelas inherentes a un régimen dictatorial permitieron la existencia de personas con graves malformaciones cuando estas ya habían desaparecido del mapa del resto de Europa. Y aún hay algunos que añoran el franquismo. El fotógrafo César Dezfuli se ha interesado por estas personas tras enterarse que el Tribunal Supremo ha fallado, nunca mejor dicho, que estas personas no tienen derecho a reconocimiento, compensación o cobertura legal alguna. Todavía no nos hemos liberado de las corruptelas del franquismo, cuando ya hemos llegado a la segunda década del siglo XXI. Es bueno que hay fotógrafos comprometidos con estas causas. Nos lo contaron en Quesabesde.
Otro caso de vergüenza social, esta de ámbito europeo, es el de la "jungla de Calais", un campo de refugiados establecido en la costa francesa del Canal de la Mancha, en su punto más cercano con el Reino Unido de la Gran Bretaña. Establecido en 1999, creció de forma espontánea, con especial fuerza a partir de 2005, al margen de la legalidad, sin que las autoridades se preocuparan mucho por las condiciones y la situación de este lugar. Recientemente se ha producido el enésimo intento de desmantelamiento, aunque ya hay indicios de que vuelve a surgir entre las dunas de las playas del Canal de la Mancha. En LensCulture encontramos un porfolio del fotógrafo Henk Wildschut que analiza y denuncia el fenómeno con sus imágenes. Aunque lleva tiempo siendo un tema adoptado por creadores en distintos medios audiovisuales.
En Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red han dedicado un artículo a David Martín Castán, que es un fotógrafo local, de aquí, de Zaragoza (España). Así que me ha parecido ineludible su inclusión en estas recomendaciones. Especialmente por la belleza de sus paisajes y fotografías de viajes.
Terminaré con una polémica. En The New York Times publicaron hace una semana un artículo titulado "A Too-Perfect Picture", en el que daban estopa al conocido fotógrafo Steve McCurry, que de vez en cuando aparece por estas páginas. Soy seguidor de su blog, y cuando alguna entrada me gusta la traigo. A propósito de su último libro dedicado a la India, se quejan de que la imagen que McCurry nos proporciona de este gigante asiático está muy idealizada y estereotipada, y se aleja de la realidad del país actual. Contrastan sus fotografías con las de Raghubir Singh, fotógrafo indio ya fallecido, mucho más comprometido con la realidad del país. Cuando hace unas semanas escribía para Fotógraf@s en Zaragoza un artículo sobre la exposición de Gervasio Sánchez y Mònica Bernabé "Mujeres, Afganistan", ya decía que en un momento dado de la visita guiada, Gervasio emitía una crítica, sin dar nombres, a los fotógrafos que presentan imágenes idealizadas de un país con tremendos problemas. Y algunos creímos oír el nombre del fotógrafo de National Geographic, aunque Gervasio no lo mencionase.
Ciertamente creo que el artículo de The New York Times tiene su buena parte de razón. Lo que pasa es que puede que aquí haya un problema de expectativas. Ya he dicho que yo sigo el blog de McCurry. Pero nunca lo he visto como el blog de un fotorreportero que busca reflejar o denunciar una realidad. A ver... que es un fotógrafo de National Geographic. Esta institución se ha sentido más interesada en mostrar las bellezas, las curiosidad y las maravillas del mundo y los viajes que de denunciar la realidad social del mundo. Aunque haya ocasiones en las que se interese por ella. Por lo tanto, si ajustas tus expectativas, McCurry cumple con lo que se espera de él. Quien quiera otra cosa, que busque en otro sitio. Es decisión del artista sobre dónde sitúa el foco de su visión. Si te gusta te lo quedas. Si no, te buscas otra cosa. Y si McCurry tiene más éxito que otros fotógrafos más comprometidos, no es más que un síntoma de por dónde va la humanidad, mal que nos pese. En PetaPixel escribieron un artículo a favor de McCurry. Para que podamos tener argumentos en todos los sentidos.
Durante mis últimas vacaciones en la Semana de Pascua en Italia, dedicamos un día a explorar Perugia, lo que nos llevó también a visitar algunas exposiciones y museos. Desde luego, se podría hablar de la notable Galleria Nazionale dell'Umbria en el Palazzo dei Priori, con su interesante colección de obras artísticas que abarcan entre los siglos XIII y XIX, con especial anterior al arte medieval y renacentista. También de la notable colección de piezas de origen etrusco que encontramos en el Museo Archeologico Nazionale dell'Umbria (MANU), alrededor del claustro del antiguo convento de San Domenico. He de decir que si algún visitante de Perugia decide visitar algunos de sus museos más destacados, le convendrá adquirir en alguno de los museos, yo lo hice en el Palazzo dei Priori, la Perugia City Museum Card. Yo la amorticé sobradamente. Acompaño el artículo de algunas fotografías de la antigua ciudad de origen etrusco.
Pero siendo este un lugar dedicado a la fotografía y otras artes visuales, me centraré en las exposiciones de fotografía y en los libros que compré en la capital de la Umbría, estuvieran dedicados a la fotografía o a otras artes.
Un lugar interesante es el Museo Civico di Palazzo dell Penna (enlace actualmente sin contenidos sustanciales, "work in progress"), centro de cultura contemporánea de Perugia. Lamentablemente, esto me pasa con frecuencia en este tipo de museos dedicados al arte moderno y contemporáneo, las exposiciones temporales se encontraban cerradas por obras de algún tipo. Pero sí que encontramos algunas exposiciones temporales interesantes. Una de ellas dedicada a la pintura y la escultura de finales del siglo XIX y principios del XX, en concreto a las obras inspiradas por las fábulas de carácter mitológico. Pero lo que más me interesó fueron la exposiciones del Perugia Social Photo Fest, festival de fotografía social y fotografía terapéutica. Donde se lee "fotografía social" no entender la fotografía de la BBC, bodas+bautizos+comuniones, sino la fotografía con inquietudes de investigación, denuncia e inquietud social. Mencionar todos los autores sería complicado, porque son bastantes y con estilos muy distintos, aunque los podéis encontrar en la página web del festival. Pero encontré obras de gran calidad conceptual, técnica y muy comprometidas.
En este museo comimos en el Caffé Gourmet Bioò, que además de buenos vinos, quesos y fiambres, tienen su librería con obras dedicadas al arte moderno y contemporáneo, incluyendo no pocos libros de fotografía. Allí compré dos libros de la serie Postwords de la Postcart Edizioni. Son una colección de libros de ensayo que combinan palabra e imagen, y son los primeros libros que voy a tratar de leer directamente del italiano desde que hace año y medio empecé a aprenderlo por mi cuenta. Uno de ellos es Il fotografo e lo sciamano de Dario Coletti y La vertigine dello sguardo de Martizio G. De Bonis. Los comentaré más despacio cuando los lea. Especialmente este última que analiza algunos de los principales largometrajes cinematográficos relacionados con el mundo de la fotografía.
A dos minutos del hotel encontramos una sucursal de La Feltrinelli, compañía editorial italiana con sede en Milán y con tiendas repartidas por toda la península italiana, con marcado tono progresista, cuando al menos al principio de su historia. Tiene participación en la española Editorial Anagrama. Aparte de algún recuerdo para mi sobrino compré allí varios volúmenes. No mucho, que llevaba una maletita muy pequeña. Pero decidí tener algo de algún fotógrafo italiano.
Elegí por ello el libro Oliviero Toscani - Più di 50 anni di magnifici fallimenti (más de cincuenta años de magníficos fracasos). Toscani es un fotógrafo que alcanzó fama, reconocimiento y algún que otro odio con sus fotografías para las campañas publicitarias de una conocida marca textil italiana. Fotografías muy cuidadas, con una dirección artística notable, y muy provocadoras. Algunas de sus fotografías, que buscaban impulsar el multiculturalismo, la tolerancia y el respeto por las diversas opciones de relación sexual, la lucha contra la marginación de los enfermos de sida, o la denuncia de la anorexia en la moda, se han convertido en verdaderos iconos contemporáneos. Aunque como ya digo también le han proporcionado las críticas o las iras de los sectores más conservadores y religiosos, intolerantes en general, que han visto en sus fotografías provocaciones de difícil digestión.
También compré cinco número antiguos de la revista artedossier, monografías sobre distintos artistas o movimientos del arte moderno y contemporáneo. En concreto, los siguientes
Cézanne, I temi - Dedicado al postimpresionista francés, que tan gran influencia ejerció en los estilos de principios del siglo XX, considerándose un puente con el cubismo.
Matisse e il Mediterraneo - Otro artista importante en el arte moderno, principal representante del fauvismo o fovismo (del francés "fauve", fiera), con un agresivo uso del color, también muy influyente en los artistas del siglo XX.
Klee - Pintor de origen suizo que comenzó muy influenciado por el expresionismo y que progresivamente derivó hacia la abstracción. Enseño en la Bauhaus.
Arte Povera - Movimiento que nació en Italia, el Arte Pobre se caracteriza por usar materiales pobres, de fácil obtención, incluyendo materiales de derecho, sin valor. Buscaba huir de la comercialización del objeto artístico.
En cuanto a las fotografías acompañantes, reflejan la llegada de la primavera. Poco a poco, parece que este año no tiene tanta prisa por llegar a pesar del excesivamente benévolo invierno que hemos tenido. Pero está aquí... y con ella las plantas florecen. Aunque no le he dedicado de momento mucho tiempo, estoy tratando de implantar algunos de los conceptos aprendidos en el curso de macro que hice en febrero. Por ejemplo, el enfoque manual ayudándome de la ampliación de la imagen sobre las pantallas electrónicas de la cámara en lugar de fiarme del visor óptico de algunas de ellas. O el uso de láminas translúcidas de color neutro como difusor de la luz del sol cuando no queda más remedio que hacer las fotografías en las horas centrales del día y la luz es excesivamente dura.
En primer lugar, vamos con un clásico. Y uno del que he hablado poco en estas páginas es el ruso Aleksandr Ródchenko. Artista muy polifacético, pintor, diseñador gráfico, cinematógrafo,... entre otras cosas. Una de ellas fotógrafo. Muy creativo, representó como uno de los impulsores del constructivismo el espíritu de innovación artística que acompañó a la revolución rusa en los años 20. Por lo menos, antes de que el stalinismo se empezase a cargar como un bulldozer cualquier inquietud de pensamiento libre en la Unión Soviética. En L'Oeil de la Photographie podemos encontrar un muestrario de su actividad como fotógrafo, con sus atrevidas composiciones y puntos de vistas, muy dinámicos y muy gráficos.
Cambiando de "imperio" o "superpotencia", nos iremos a conocer la obra de Andrés Serrano, que a pesar de su nombre tan hispano, nació en Nueva York en 1950. Serrano utiliza la fotografía en color para producir una obra fotográfica muy expresiva, que gusta de provocar tratando temas que para mucho son tabúes, como la religión, la muerte, el sexo o la violencia, o mezclas de ellos. También en L'Oeil de la Photographie podremos encontrar un muestrario de fotografías del este autor que lucha con su obra contra el oscurantismo, las censuras y las intolerancias. Y para eso, a veces es necesario provocar o transgredir.
Desde hace ya un tiempo sigo el blog OscarenFotos.com, mantenido por el mejicano Óscar Colorado, fotógrafo y profesor de fotografía en una de las universidades de ciudad de Méjico. El caso es que poco a poco me estoy dando cuenta que de vez en cuando nos trae galerías de fotografías de grandes fotógrafos, con o sin sus biografías o análisis de sus obras que son realmente muy interesantes. Por ejemplo, en estas tres últimas semanas podemos encontrar:
Una galería dedicada al alemán Heinz Hajek-Halke, fotógrafo muy innovador en el periodo de entreguerras, que experimentaba con el fotomontaje, la fotografía sin cámara, y la manipulación de la luz y de la química fotográfica.
Otro de los sitios que ha aparecido recientemente y que voy siguiendo es el magacín en línea Clavo Ardiendo. Mucho más orientado a la fotografía contemporánea, nos ofrece la posibilidad de conocer la obra y logros de fotógrafos españoles actuales, que de otra forma alcanza escasa visibilidad, siendo como son artistas muy interesantes. En estas últimas semanas me gustaría destacar, por ejemplo:
Un artículo dedicado a la madrileña Elisa González Miralles, fotógrafa a tiempo completo, bien sea en el campo de la fotografía comercial, bien con sus proyectos más personales o bien con su actividad docente. Por su puesto, son sus trabajos más personales los que probablemente nos van a interesar más.
Una propuesta muy diferente es la que nos ofrecen con la entrevista a Emilio Pemjean, artista que combina dos disciplinas, es arquitecto y fotógrafo. La fotografía de arquitectura es una disciplina fácilmente banalizada, pero que cuando se enfoca bien puede dar lugar a obras de un grafismo y una estética que a mí me gustan mucho.
El paisaje en blanco y negro, especialmente con el formato cuadrado, siempre me ha llamado mucho la atención. En el tumblelog de Cross Connect Magazine encontramos los paisajes marinos de Zoltan Bekefy, bellamente compuestos, con un excelente dominio de la luz y la sombra y de la dinámica de la meteorología y de las olas y las mareas.
Llevo unas cuantas semanas realizando el curso de introducción a la cultura visual fotográfica (Seeing Through Photographs) que el MoMa pone a disposición del público de forma gratuita a través de la plataforma Coursera, en inglés el curso, la plataforma está en castellano. En varias ocasiones se ha discutido durante el curso el concepto de fotografía vernácula, referida a la fotografía cuando tiene un uso distinto de la búsqueda específica de contenido artístico, estético o conceptual. La fotografía familiar de recuerdo, la documentación de lugares o acontecimientos, la fotografía científica, la fotografía en la propaganda... En LensCulture conocemos el trabajo de Kris Sanford que se apropia de imágenes que podemos incluir dentro del concepto de fotografía vernácula. Fotografías en los que vemos grupos de dos personas del mismo sexo, típicas fotografías de recuerdo realizadas entre los años 20 y 50 del siglo XX, y que con la modificación que Sandford realiza provoca un cambio en el posible significado de las mismas. Pequeños gestos en las personas, que hacen que nuestra mente lo asocie a relaciones mucho más íntimas que las de amistad o de familia, que fueron los contextos en las que fueron tomadas. O no. A lo mejor algunas de ellas oculta una auténtica relación homosexual, mal vista socialmente en la época... Eso queda a la imaginación del espectador.
No hace muchos días que comenté mis primeras experiencias con la Holga, una cámara que se ha convertido un clásico a pesar de su ínfima calidad, por la expresividad que puede dotar a las imágenes. Ya decía en su momento que estas cámaras han sido utilizadas por fotógrafos serios para proyectos serios, más allá de las frivolidades "lomográficas". Pero es justamente a través del magacín de Lomography por donde nos llega la obra del italiano Enrico Doria, que renuncia a la nitidez en beneficio de esa expresividad que comentaba antes. A mí me ha parecido interesante su propuesta.
Una iniciativa del gobierno de los Estados Unidos durante la Gran Depresión, la de contratar y mandar a algunos de los más grandes fotógrafos de la época para documentar este periodo de desasosiego económico y social, provocó que hoy en día tengamos verdaderas joyas fotográficas en la historia del medio. Pero estos días atrás nos hemos enterado que el programa estuvo al cargo de un editor, un tal Roy Stryker, que decidió mutilar muchas de las fotografías que no le satisfacían por el expeditivo medio de agujerear los negativos con un taladro. Además eligiendo zonas claves en los mismos. Y sin pararse a considerar que otras personas o en el futuro podrían tener otra visión o apreciación sobre las mismas. Fotografías de Dorothea Lange o Walker Evans arruinadas... Ha salido la noticia en diversos medios. Yo he elegido la versión de Petapixel para traérosla aquí. Estos negativos, no obstante, no desaparecieron y permanecen en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Un tipo que pudo haber pasado a la historia como alguien que hizo algo importante, pero que ha quedado empañado por comportarse con un salvaje con la obra fotográfica, simplemente porque a él no le gustaba.
Finalmente, una curiosidad. Están de moda los selfis... los autorretratos realizados muchas veces con la cámara más a mano, que suele ser la del teléfono móvil. Parece algo de hoy en día. Algo actual. Algo que no se había hecho antes... salvo que miremos los archivos del pasado. Por ejemplo, los del Eastman Museum, donde encontramos una fotografía de 1932, con dos jóvenes con las cabezas juntas y una anotación... "We just held the camera in front of us". Ahí están. Las instrucciones para hacerse un selfi, redactadas ya en 1932. "Simplemente sostienes la cámara enfrente de tí".