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Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 MC, nuevamente en funcionamiento - Leica M6 y Kodak Portra 400 a IE 200

Hace casi veinte años, cuando compré en Huesca, en la feria de material fotográfico clásico y de ocasión que se organizaba en el marco de Huesca Imagen, en la antigua iglesia desacralizada de las Capuchinas en el Coso Alto, una Leica CL con su Leitz Summicron-C 40 mm f/2. Tanto me gustó el chisme, le saqué bastante partido hasta que me pasé a lo digital, que también me agencié el teleobjetivo corto dedicado para esta cámara, Elmar-C 90 mm f/4. Ambos objetivos Leitz van muy bien con cámaras para película tradicional y no desmerecen con cámaras digitales, aunque en este caso, especialmente con Elmar-C que tiene una fórmula óptica muy sencilla, conviene diafragmar y no usar a su máxima apertura.

Cuando vi que era una cámara que iba a sustituir a mi pesada Canon EOS 100 con sus objetivos zoom para los viajes, constaté que me vendría bien un gran angular. Y en aquellos momentos Cosina estaba lanzando al mercado, bajo marca Voigtländer, una serie de objetivos con monturas de rosca compatible con la Leica 39 mm, que con un adaptador funcionaban igualmente bien con la cámaras con montura Leica M. Fuesen estas Leicas o las Bessa que Cosina lanzaba al mercado bajo la marca Voigtländer, o la Konica Hexar RF, o la Zeiss Ikon ZM, probablemente fabricada también por Cosina, como los objetivos Zeiss ZM con montura Leica M, que eran las cámaras para película tradicional que a principios de los años 2000 había en el mercado. Los Voigtländer, o Voigtlaender si no quieres usar la diéresis, eran los más económicos. Todavía se fabrican hoy, y tenían prestaciones bastante honorables.

Yo compré el Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 MC, un minúsculo gran angular, con una focal muy apropiada para complementar a los anteriores. Sólo le encuentro dos pegas a este pequeño objetivo. Una, que no su mecanismo de enfoque no está acoplado al telémetro de las cámaras, y por lo tanto es necesario enfocar por estimación o por zonas usando su escala de profundidades de campo. Dado que se trata de un gran angular muy amplio, es muy sencillo hacerlo así; sólo hay que recordarlo antes de hacer la foto. La otra es que necesita un visor externo. Que no está mal, aunque es perfectible. Y que introduce un error de paralaje entre el encuadre y la foto relativamente importante. Venía en un estuche muy majo.

Hace unos meses el visor se me cayó y se quebró la lente frontal del mismo. Hace unas semanas busqué en tiendas de segunda mano y en eBay un sustituto, y al final lo encontré en un vendedor de Japón por eBay. Aun con el gasto de la aduana, sale más barato que las ofertas disponibles en Europa. Y si un vendedor japonés dice que el objeto está en buen estado y lo describe, suele ser más honesto que un vendedor europeo, que es demasiado "optimista" sobre el buen estado del objeto que vende. Al menos, esa es mi experiencia. Cuando me llegó, monté el Snapshot-Skopar sobre la Leica M6, con el nuevo visor, y salí a dar un paseo una tarde de sábado que tuvo una luz muy agradable.

Para hacer las fotos usé un rollo de Kodak Portra 400, de los que me caducan en septiembre. Como iba a tener luz de sobra, lo ajusté a IE 200. Como esa misma mañana había terminado de exponer el rollo de Kodak ProImage 100 que usé para probar el anillo de extensión para la Nikomat, recibir al mismo tiempo los resultados de ambos rollos, me ha servido también para comparar el rendimiento de ambas películas, en condiciones de toma similares. No iguales, pero muy similares. Decir que el visor que me ha llegado es esencialmente igual que el que se quebró, menos en un detalle. No dispone de las líneas brillantes para corrección del paralaje. Supongo que es alguna medida para economizar gastos que introdujo Cosina en estos últimos veinte años. Se nota esta falta. Y alguna foto me ha resultado afectada en su composición por el error de paralaje.

En cuanto al rendimiento de ambas películas... dos cuestiones se constatan en seguida. La Kodak ProImage 100 es claramente una película bastante más saturada que la Kodak Portra 400. Más si la Portra 400 se expone a IE 200, o sea, se sobreexpone un paso. Al sobreexponer la película en color, el resultado es menos saturado. Pero también hay que decir que los colores y el aspecto general de la imagen es más natural con la Portra 400. Lo cual no es ni bueno ni malo; es algo que debe conocer el fotógrafo para saber cómo elegir la película más adecuada a los resultados que pretenda. La otra cuestión que queda clara es que la Kodak Portra 400 a IE 200 tiene un grano menos aparente que la Kodak ProImage 100. Si queremos una película saturada con grano más fino, tendremos que optar por la Kodak Ektar 100. Obviamente, la Portra 400 y la Ektar 100 son más caras que la ProImage 100. Globalmente, yo no desdeñaría el uso de la ProImage 100 aunque el grano se vea un poquito más. Probablemente, en la práctica, en copias impresas, apenas se note la diferencia.

Y hasta aquí os puedo decir.

Grandes angulares en cámaras de formato completo no réflex - Un Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 en un Leica M-E

Últimamente he estado comprobando el uso y rendimiento de diversos objetivos del tipo gran angular con cámaras digitales de las llamadas de formato completo. Es decir, con captores de imagen de 24 x 36 mm, similares al antiguo fotograma estándar sobre película perforada de 35 mm. Ya comenté mis visicitudes con un Tokina para APS-C usado sobre una Canon EOS 5D Mk. II. Ahora vamos a comprobar qué pasa cuando pones un gran angular en una telemétrica digital como la Leica M-E.

Y lo mejor es que lo hagamos con imágenes, con algunas de las que tomé el domingo 27 de octubre en un paseo por Miraflores.

Si le ponemos este gran angular tal cual sobre la Leica M-E, sin más ajustes nos encontramos con dos cosas. Un fuerte viñeteado de las esquinas. Y alteraciones en la reproducción del color en los bordes de la imagen. Obsérvese que en la parte izquierda de la fotografía anterior, el cielo tiene una tonalidad tirando a cian, mientras que en la derecha se observa una coloración magenta. Esto no es natural. Y se debe al agudo ángulo de incidencia de los rayos de luz sobre las céluclasdel captor de la cámara. Para bien, deberían llegar lo más perpendicularmente posible al mismo.
Afortunadamente se puede apañar. Leica ha previsto que esto sucede, e introduce en el procesado de la imagen para producir el archivo raw correspondiente unas correcciones adecuadas. En sus objetivos más modernos, esta corrección se realiza automáticamente mediante un código óptico que coloca en la montura del objetivo. Estos objetivos no tienen conexiones electrónicas con el cuerpo. Sólo mecánicas. Para objetivos más antiguos, esta corrección se introduce manualmente buscando en los menús de configuración la opción adecuada. Evidentemente, no tiene selección adecuada para objetivos de otras marcas. Pero se puede probar. Y para este 25/4 de Voigtländer introduzco la codificación propia de una Leica 21 mm. Y funciona. La imagen que veis aquí esta sin tocar. Tal cual está el RAW. No hay viñeteado, ni artefactos de color.

Voy a poner otro ejemplo, porque me he percatado que las dos tomas anteriores tienen una pequeña diferencia de exposición por lo que he corregido un tercio la exposición de la primera. Las siguientes tomas, con las mismas condiciones de luz están tomadas con una exposición idéntica.

Sin introducir la corrección oportuna, volvemos a ver el viñeteado y los artefactos de color.
Con la corrección, el viñeteado desaparece, y no hay artefactos de color. Ninguna de estas dos imágenes han recibido ninguna modificación en Lightroom. Simplemente las que se aplican de base al abrir el archivo DNG.

En ambos casos, está preparada la prueba para que el efecto se manifieste con claridad en el lado largo del fotograma. En el siguiente, veremos cómo también se produce en el lado corto.

Sin corrección, fuerte viñeteado, y alteraciones del color que se aprecian en las zonas más uniformes del cielo. No se aprecian en la misma medida en las zonas con textura de la tierra y las hierbas del primer plano.
Una vez introducida la corrección, prácticamente no apreciamos estos problemas. Nuevamente, DNGs sin alterar. Porque lo normal es que les hubiera modificado un poco la exposición en Lightroom, ya que están un poco oscuros.

Como se puede ver, el uso de angulares con las telemétricas de Leica exige unos compromisos y unas correcciones para soslayar las limitaciones del sistema. Recientemente ha aparecido en el mercado unas nuevas cámaras de Sony que pueden tener los mismos problemas. Pero no consta ningún sistema de corrección. Probablemente lo lleve de forma automática cuando detecte electrónicamente el objetivo que calcemos.Y también es cierto que de momento no ha sacado al mercado objetivos arriesgados para este sistema. Un ángular moderado de 35 mm, un estándar de 55 mm, y un zoom poco luminoso entre 28 y 70 mm, nada tan extremo como lo que yo he probado, con mi Leica. Esperemos a ver que dicen los sabios del asunto, porque también habrá muchos que estén tentados de adaptarles sus ópticas de otras marcas, ya que las dimensiones del aparato lo permiten.

Dicho todo lo anterior, una vez que te familiarizas con el sistema, el pequeño objetivo de Voigtländer ofrece unos resultados bastante majos en la prestigiosa cámara alemana.