Llego aquí a la última entrada que dedicaré al taller de retrato que entre los meses de abril y mayo realizamos bajo el paraguas de Fotógraf@s en Zaragoza (Flickr - Facebook). Si en la entrada anterior os contaba como transcurrió los dos últimos talleres, el de retrato con iluminación de estudio y el de procesado y retoque, hoy os voy a traer algunos ejemplos de las fotografías realizadas como prácticas de los mismos.
Para el procesado os quiero recordar que no hicimos todo un curso de cómo manejar Adobe Photoshop. Tratamos algunos temas pertinentes en retrato. Con Ángel López vimos: ajuste del tono de piel, retoque de imperfecciones mediante la técnica de la separación de frecuencias, y ajuste del tono de los ojos. Pili Montes nos introduzco en algunas técnicas básicas, y discretas, de la herramienta Licuar de Photoshop.
Una cuestión de orden. No uso software pirateado en mi ordenador. Primero, porque no lo considero necesario. Segundo, porque es someter al ordenador a un riesgo, con la llegada de "porquerías" informáticas. Con una disciplina adecuada de lo que tengo instalado y no en mi iMac de finales del año 2009, este funciona perfectamente. Como la mayor parte de la fotografía que hago se puede calificar de fotografía documental, y no exige grandes retoques ni procesados, ni siquiera cuando hago paisajes, con versiones legales de Adobe Photoshop Lightroom me defiendo perfectamente para tener organizada mi fototeca y procesar mis fotografías. Hasta recientemente, si necesitaba algún retoque extra, o montar algún panorama u otras cosas, usaba la versión 10 de Adobe Photoshop Elements. Pero pocas veces.
Desde hace unos meses, voy siguiendo las betas de Affinity Photo, una nueva aplicación para Mac OS X que es mucho más potente que Photoshop Elements, en muchos casos igualando la potencia de Adobe Photoshop. Han anunciado que cuando salga al mercado como versión definitiva tendrá unos precios mucho más razonables que cualquier plan de compra de Adobe Photoshop CC, con o sin Lightroom. Y las betas son totalmente funcionales, aunque es de suponer que la versión definitiva estará más depurada y con mayores y mejores funciones. El caso es que lo que he hecho es aprender a aplicar las técnicas aprendidas en el taller con la versión de prueba de Photoshop CC en la beta de Affinity Photo. Por ello me ha costado unos cuantos días procesar las fotografías que hoy os presento. Y que pueden tener alguna deficiencia por todo estos motivos.
Las primeras fotografías corresponden a la sesión de la mañana, teniendo como modelo a Verónica Abizanda. Básicamente, sobre fondo negro, aplicamos esquemas sencillos y básicos de iluminación con una, dos y tres fuentes de luz, además de ensayar un retrato en clave baja.
He de decir que a estas alturas, ya había comprobado varias cosas. Que la mejor herramienta para ajustar la mirada, el iris de los ojos, es el Lightroom que uso habitualmente. También que Affinity Photo tiene un filtro para la separación de frecuencias mucho más rápido y práctico que Adobe Photoshop CC. Y que por lo demás, los retoques sobre las capas resultantes, la de baja frecuencia (color) y la de alta frecuencia (textura), son perfectamente cómodos de realizar. El tono de la piel también lo ajusto en Lightroom.
En la sesión de tarde contamos con la presencia de Carolina de la Rosa como modelo, y ensayamos más lo que serían técnicas de iluminación y pose de la modelo en fotografía de moda. Iluminaciones más uniformes, sobre fondo blanco (que puede hacerse gris).
La herramienta Licuar, que también existe en Affinity Photo, no la he usado... no he sentido la necesidad. Quizá más adelante. En cualquier caso, esto es lo que ha dado de sí el taller de fotografía de retrato, que ha sido una experiencia muy divertida y formativa.
En este fin de semana pasado, celebramos los dos últimos módulos del taller. Y aquí fue al revés. Usé la película tradicional para hacer el reportaje del taller y una cámara digital para las fotografías de práctica real con modelo. Hoy os contaré cómo transcurrió el taller; más adelante, cuando haya puesto en práctica lo aprendido en el tercer módulo, el del tratamiento digital de las imágenes, subiré los resultados.
El sábado pues, tras una introducción a las bases de la fotografía en estudio y algún recordatorio de lo aprendido en el primer módulo sobre los planos en el retrato y algunas posiciones del o de la modelo, pasamos a trabajar en un estudio improvisado en las instalaciones del Centro Cívico de Miralbueno. Como hice en su momento hay que dedicar un tiempo a los agradecimientos. A Ángel López, por su paciencia y buen hacer como docente. A Kino, por el impulso que da a las actividades y al organización de este a priori "desorganizado" grupo. A Miguel Rubira, por sus gestiones para conseguirnos unos espacios tan estupendos para desarrollar el trabajo.
Las fotografías de la sesión de la mañana del módulo segundo están realizadas con película tradicional, Kodak Tri-X 400 forzada a IE 1600, y revelada con HC-110, 19 minutos a 24 ºC. Usé la Pentax MX con un SMC-M 50/1,7. Por la tarde y en el módulo tercero, usé cámaras digitales.
Para sesión de la mañana del sábado contamos como modelo con Verónica Abizanda, que con gran paciencia soportó estoicamente los ratos de explicaciones de Ángel, así como las interminables rondas de disparos que los participantes en el taller íbamos haciendo.
En la sesión de tarde cambiamos de modelo y de decorado. Nos acompañó Carolina de la Rosa, que también mostró buen humos y paciencia ante los más o menos caóticos participantes del taller. Quizá un poco más caóticos que por la mañana, como podremos ver en las fotografías a continuación.
En cualquier caso, espero ofreceros como he dicho antes algunos resultados del trabajo realizado en el taller dentro de unos días. Pero previamente tengo que poner en práctica los conocimientos adquiridos en el tercer y más corto módulo del taller. Módulo que se desarrolló en la mañana del domingo, mientras la gente se dedicaba a votar y esas cosas propias de las democracias occidentales, en el Centro Cívico de las Esquinas del Psiquiátrico. Que vaya nombre para un centro cívico. Pero es que el de Miralbueno estaba ocupado por las elecciones.
Habitualmente yo utilizo Adobe Photoshop Lightroom para la organización y el procesado de mis fotografías, y me resulta suficiente en el 95 % o más de las situaciones. Pero en el caso del retrato, especialmente cuando se trabaja en estudio con temas de moda o belleza, se suele hacer un procesado más intenso, con un retoque más fino, especialmente de la luz y de las pequeñas imperfecciones de la piel de los y las modelos. No estoy hablando aquí de modificar escandalosamente el aspecto de las personas... ¿vale? Afortunadamente el taller se condujo dentro de unos criterios éticos que considero muy de agradecer. Pero aprendimos o refrescamos técnicas para depurar el tono y color de la piel, la técnica de separación de frecuencias para resolver imperfecciones, las mejores técnicas de ajuste de la nitidez final de la fotografía, y a manejar con prudencia la herramienta "Licuar", todo ello en Adobe Photoshop.
Yo llevo ya un par de días en casa poniendo en práctica los conocimientos de retoque con alguna de las fotos realizadas en la sesiones de estudio. Pero como me gusta complicarme la vida, estoy utilizando la beta de Affinity Photo, un programa de retoque fotográfico que está surgiendo como una alternativa potente y mucho más económica al conocido programa de Adobe, aunque sólo disponible para la plataforma de Mac OS X. Ya os contaré. Pero adelanto que la técnica de separación de frecuencias es mucho más rápida y sencilla de practicar.
Comienzo ya la última entrada relacionada con el primer módulo del taller de retrato organizado por Fotógraf@s en Zaragoza. El haber optado para las prácticas con modelo bajo luz ambiental de interiores y exteriores por un conjunto de películas tradicionales en lugar de la tecnología digital al uso, me ha permitido ampliar mucho la experiencia, y enriquecerla considerablemente, como habréis podido comprobar los que habéis seguido esta serie de artículos. Quedan dos módulos más, que se celebrarán el 23 y el 24 de mayo, ya veremos qué cuento de ellos.
Tras la experiencia de usar dos tipos distintos de película negativa en blanco y negro, a altas sensibilidades en interior y a sensibilidades medias (bajas las consideran muchos hoy) en exterior. Me quedaban los carretes en color, película Kodak Portra 400 (también la hay en 160 y 800 ISO), que llevé como complemento. He de decir que, como su nombre insinúa, originalmente esta película negativa en color se concibió como especializada para retrato, mientras que la marca americana dejaba la Ektar 100 como película más adecuada para paisaje, en el marco de la fotografía profesional o para aficionado avanzado. Es cierto que la formulación de la Portra se ha ido modificando para que quede adaptada a un uso más general.
Me llevé al taller mi cámara Pentax MX con un SMC-M 50/1,7 cargada con un carrete de 36 exposiciones de Portra 400. Han salido menos. No sé muy bien por qué. Pero lo esencial está ahí. Cuando uso esta combinación, suelo ajustar el exposímetro de la cámara a un índice de exposición de 200, en lugar del 400 nominal de la película. La amplia latitud de exposición de la película lo permite sin problema, obteniéndose fotografías con grano más reducido y colores algo más saturados. Os pongo aquí algunas fotografías realizadas unos días antes del taller.
Todos los negativos en color han sido revelados y digitalizados en Carmencita Film Lab, y ya adelanto que han hecho un excelente trabajo.
No obstante, por esa amplia latitud de exposición, no dudo si llega el caso en exponer algunos fotogramas a índices de exposición más bajos, sabiendo que luego en la copia o en el escaneado es fácil recuperar unos tonos y unas texturas aceptables hasta un IE 800 (algunos dicen que más). En fin, lo que hago es olvidarme del fotómetro en interiores, abrir a f/2 y ajustar la velocidad de obturación a 1/60. Y que salga el sol por Antequera. Veamos un ejemplo.
Como la primera parte de las prácticas del taller de retrato con luz ambiente fueron interiores, utilicé esta estrategia para hacer alguna foto de Sara (Sarini Modelo Imagen), la estupenda modelo que nos ayudó en estas prácticas. Veamos algún ejemplo.
Cuando se utiliza la película con un índice de exposición más alta que su sensibilidad nominal de 400 ISO, los colores quedan menos saturados, y hay riesgo de que las sombras queden deslavazadas. Por supuesto, el grano de la película es más evidente. La fotografía anterior puede tener un índice de exposición de 1600 (no lo calculé exactamente).
Ya en exteriores, a con un índice de exposición de 200, la película brilla en toda su potencialidad, y ya depende exclusivamente de la habilidad del fotógrafo el aprovechar las circunstancias que se le ofrecen. Eso lo juzgaréis vosotros con los ejemplos que pongo.
Finalmente, tras utilizar los carretes de película negativa en blanco y negro que ya he comentado, cargué el respaldo de la Hasselblad 503CX con otro carrete de Kodak Portra 400, éste con la intención de utilizarlo a sus sensibilidad nominal de 400 ISO. El objetivo usado fue el tele corto Carl Zeiss Sonnar 150/4 C.
En dos situaciones disparé fotografías. En la primera de ellas, con Sara en situación estática, sentada en un banco. Estas no supusieron mayor problema que mis propias limitaciones en la habilidad para componer o aprovechar la buena pose. Con un negativo de aproximadamente 55 x 55 mm estamos hablando de una superficie de material sensible 3,5 veces superior a la de un negativo de 24 x 36 mm o un sensor digital del mismo tamaño. Esto tiene la gran ventaja de que recoges una cantidad de información mucho mayor, algo que se nota y se agradece, y la desventaja de que la gestión del enfoque es más delicada, por su menor profundidad de campo. Las fotografías que aquí muestro fueron expuestas con diafragmas f/8 a 1/500 segundo, y a pesar de todo se aprecia la limitada profundidad de campo. Eso sí la gradación de los colores, la suavidad de los tonos y la cremosidad del desenfoque son envidiables. No he realizado ningún tratamiento digital sobre la digitalización del negativo que he recibido de Carmencita Film Lab, salvo algún ligero recorte para eliminar algún elemento superfluo en los bordes del fotograma.
La segunda situación en la que usé este carrete fue con la modelo en movimiento, simulando el caminar por una pasarela con sus giros y esas cosas. Aquí he de decir que la Hasselblad no se adapta bien a este tipo de fotografía. Hay que estar muy experimentado en su uso y tener mucha capacidad de anticipación, así que el número de éxitos ha sido pequeño. Y las que han quedado bien tienen un aspecto más estático que otra cosa.
Considerando el conjunto de la experiencia, de las cuatro entradas que he realizado, he extraído mis propias conclusiones:
Evidentemente, como fotógrafo de retrato, aun habiendo consiguiendo algunas fotografías que me gustan, tengo mucho campo para la mejora. Es una disciplina en la que es especialmente importante la atención al detalle. Además de tener un sentido de la estética y la composición, también hay que tener un técnica bien asentada.
Nunca había sido muy aficionado al forzado de la película negativa en blanco y negro, por el miedo que nos metieron haya a principios de los 90 en la Spectrum a perder la textura en las sombras. Pero me gustan las posibilidades de la Tri-X para usarla con índices de exposición altos. El revelado con HC-110 fue fácil y conservó el detalle en el negativo sin que el grano se hiciese demasiado escandoloso. A utilizar con más frecuencia.
Encantado con la Fujifilm Neopan 100 Acros. Cantidad de detalle, grano muy fino, una gama de grises de aspecto infinito. Tendré que acostumbrarme a tener en casa de todas formas un revelador de grano fino, menos enérgico que los reveladores todo terreno que suelo utilizar. El Ultrafin Plus se acabará cuando termine el envase actual, así que tendré que plantearme otras alternativas.
La película Kodak Portra 400 es y seguirá siendo durante mucho tiempo mi película en color preferida. Me gusta mucho su escala tonal y sus colores. Especialmente con la agradable luz con la que estuvimos trabajando buena parte de la mañana del día del taller. Y el resultado me resulta más agradable que la intensa nitidez que te puede dar un buen sensor digital. No ha de extrañar que en el procesado de los archivos digitales use preajustes (presets) que intente reproducir el aspecto de la película tradicional para dar un poco de organicidad a la imagen. En estos momento me siento atraído a utilizar más mis cámaras para película tradicional.
Espero que esta serie de artículos os haya gustado. Volverán después del 24 de mayo.
Cuando ya falta poco para que me manden de Carmencita Film Lab los resultados de mis carretes de película negativa en color del primer módulo del taller de retrato que hice con Fotógraf@s en Zaragoza, y a pocas horas de salir por viaje de trabajo rumbo al far west peninsular, os muestro los resultados del carrete en blanco y negro que hice con la Hasselblad 503CX durante la sesión en exteriores con Sara (Sarini Modelo Imagen).
Para exteriores opté por usar película negativa en blanco y negro Fujifilm Neopan 100 Acros. Hay quien dice que en estos momentos es la mejor película posible para este intervalo de sensibilidades, con gran fino, amplia gama de grises, y capaz de resolver una gran cantidad de detalles. Además, no necesita corrección de la exposición con exposiciones de hasta dos minutos. Y se revela fácilmente con los reveladores habituales, aunque pueden obtenerse mejores resultados con los específicos para películas de grano fino. Lo cierto es que es cómoda de usar y da buenos resultados.
La película la revelé con revelador Tetenal Ultrafin Plus. Como no soy un gran consumidor de químicos, suelo usar reveladores de uso común. En estos momentos, habitualmente el HC-110 de Kodak. Pero cuando cerró IMESA, nuestra tienda favorita en Zaragoza para equipamiento fotográfico diverso, me acerqué a decir un adiós y aunque no tenía necesidades de compra en ese momento, me llevé este revelador. He de decir que cuando aparecieron los negativos todavía húmero del tambor, el aspecto de transparencia me dio miedo. Pensé que había subexpuesto el negativo, aunque recuerdo que hice una medición muy cuidada, o que los seis minutos de revelado habían sido insuficientes. No obstante, al escanear la película con el Epson Perfection V600 Photo se obtiene la imagen sin problemas, con una amplia gama de grises y con detalle tanto en las luces como en las sombras. O sea, bien.
He de decir que, lamentablemente, he tenido algunos problemas con este carrete. Todo el mundo tiene un momento malo. Y cometí algún error en el enfoque, justo en alguna de las tomas que mejor podrían haber quedado. No se puede ir con prisas con la Hassel...
Otro problema. Los dos primeros negativos del carrete están afectados por un moteado negro cuyo origen desconozco. En la primera fotografía de este artículo se aprecia algo pero poco. Pero en la siguiente, un primer plano de Sara que también me gustaba, es muy acusado, y ni con el tiempo que he dispuesto para elaborar este artículo no he podido corregir las numerosas motas de forma satisfactorio. Además no me gusta no saber de donde vienen los problemas para evitar que aparezcan de nuevo...
Pero aun hubo más incidentes. Durante la toma, estaba preparándome para hacer la primera fotografía con Sara sentada en el banco, cuando recibí un empujón involuntario que me hizo disparar la cámara precipitadamente. El caso es que a falta de haber acertado un poquito más en el punto de enfoque, casi sale uno de esos errores afortunados. Pero es lo que yo digo, pocas veces dos errores hacen un acierto. Casi nunca...
Finalmente decir que el resto de los fotogramas, casi todos ellos variantes de Sara sentada en el banco, quedaron muy bien técnicamente sin mayores problemas, y la única cuestión que queda es evaluar el encuadre, el punto de vista y la oportunidad de la fotografía en función del gesto o el ademán de la modelo. Teniendo en cuenta que en el retrato femenino, con contrastes bajos, con gamas amplias de grises y una iluminación suave es más difícil equivocarse, no es mala combinación de cámara, película y revelador la utilizada. Desde luego, con la Tri-X 400 de Kodak que uso habitualmente como película todo terreno, no se suelen obtener gamas de grises y transiciones tan suaves. Y el grano es mucho mayor.
Previendo que íbamos a hacer fotografía tanto en interiores como en exteriores, y una vez tomada la decisión de llevarme equipos de fotografía para película tradicional, me llevé tres tipos de película. En blanco y negro de 100 y 400 ISO, y en color de 400 ISO. Llevé dos cámaras para película tradicional. Una de formato medio, la ya mencionada Hasselblad 503CX, con dos objetivos de 80/2,8 y 150/4, además de un par de tubos de extensión por si se terciaba hacer un primer plano del rostro de la modelo. Al final, no los usé. Me gustan más los planos un poquito más abiertos. Más si tenemos en cuenta los complementos que lucía Sara (Sarini Modelo Imagen), la modelo.
Por la dinámica del taller, no hubo ocasión de montar las cámaras sobre los trípodes, que hubiera producido un follón de mucho cuidado. Así que decidí forzar la película para interiores dos pasos. Es decir, aun cuando la Kodak Tri-X tiene una sensibilidad nominal de 400 ISO, utilicé un índice de exposición (IE) 1600. Eso me permitió usar con el Sonnar 150/4 una velocidad de obturación de 1/125 segundos a su apertura máxima f/4. Como el 150 mm es equivalente a un 80 mm en el formato de 24 x 36 mm, es una velocidad de obturación que me daba cierta seguridad frente a las tomas trepidadas.
El problema más importante, especialmente en la primera toma, fue el contraste y en el ambiente y el hecho de que el rostro de la modelo quedase en sombra. Vemos primero una imagen general de la situación.
Una situación como vemos que no es fácil, y sin espacio para colocar muchos modificadores de luz. Además, en este primer módulo del taller no íbamos a usar los flashes. Sólo luz ambiental.
A pesar del forzado de la película, el contraste del negativo no se ha hecho incontrolable. El revelado lo he realizado con revelador Kodak HC-110 una la solución no oficial H 1:64 (una parte de jarabe del revelador en 64 partes de solución de trabajo, o una parte de jarabe en 63 partes de agua). Un tiempo de revelado de 20 minutos a 22 ºC, propuesta que encontré en la página de Greg Mironchuk, que parece que se conoce bien el revelador. En general, Greg propone 19 minutos a 24 ºC; el ajuste de temperatura a la baja y de tiempo al alza lo hice yo porque era lo más cómodo para mi grifería.
Los negativos los he digitalizado fotografiando cada fotograma con la Olympus OM-D E-M5 y el Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS.
Hay un grano apreciable, como no podía ser menos a esa sensibilidad, y más si se ve en pantalla, con la imagen al 100%. A ese tamaño, casi asusta. Pero he realizado pruebas en papel con impresora de chorro de tinta a lo que sería un tamaño de imagen de 35 x 35 cm y se ven bastante bien.
El problema en estas primeras tomas, con un contraluz tan acusado, es que el contraste en el rostro de Sara es muy bajo. Y se fuerza en el procesado tras la digitalización, el grano se hace mucho más aparente. En cualquier caso, la versión de contraste suave, me parece que es agradable. Mejorable, pero agradable.
Después, pasamos a una fotografía en la que Sara recibía la luz de una ventana, desde su izquierda, quedan el rostro con respecto al fotógrafo en posición de tres cuartos. Veamos la situación general.
"El secreto del éxito consiste en un 1% de inspiración, un 98% de transpiración y un 2% de atención al detalle."
Sí; ya sé lo que me vais a decir si hacéis la suma de los porcentajes. Yo me reí mucho. Atención al detalle... El caso es que la atención al detalle es importante en esto de los retratos. Y ha habido dos detalles, que en el momento de la toma me pasaron totalmente desapercibidos, que luego al encontrarme con las fotos me han traído por la calle de la amargura. Uno de ellos es el pliegue que formaba su vestido junto a su axila derecha. Al recibir la luz lateral se ve en exceso, se resalta, estropeando el retrato. He tenido que tirar de diversas herramientas en Lightroom para paliar el problema.
El otro problema está en los ojos. Sara tiene unos ojos muy claros. Y la luz que recibía en ellos reflejaba hacia el objetivo de una forma tal que en la mayor parte de las tomas quedaba una mirada muy extraña, difícil de arreglar en posproducción. Tampoco tengo claro si me gusta el reflejo en el marco de la ventana. Vamos. Que para que las cosas queden bien, es evidente que hay que prestar mucha atención a los detalles. Os dejo, de las tomas de esta esta escena, la que me parece quedó mejor.
Alguno dirá que menuda complicación me busqué, con lo cómodos que son los archivos de las cámaras digitales para torturarlos después en posproducción y que queden más o menos bien. Pero ¿y la dosis extra de diversión de usar una cámara clásica como la Hasselblad? ¿un objetivo firmado por Carl Zeiss? ¿chapotear entre los químicos del revelado para sacar dos diafragmas extras de sensibilidad de todo un clásico en el mundo de la película tradicional como es la Tri-X? Como dice el anuncio... eso no tiene precio.