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De viaje con una Leica M2 y un 35 mm

Hace dos meses publicaba un artículo en estas páginas comentando la experiencia de llevarme un par de cámaras de desechables Ilford durante un viaje de un par de semanas por el sur de Francia y el lago Lemán en Suiza. No es la primera vez que me llevo una cámara de fotos para película tradicional a un viaje en los tiempos recientes, como complemento a la cámara digital. Hace dos años, en Islandia, también llevé una Olympus mju-II con unos carretes de Kodak Tri-X, también con resultado satisfactorio. Y otros diversos que no mencionaré para no ser prolijo. Y no digamos cuando me llevé una Olympus Pen EE3 a una escapada por la península de Jutlandia en Dinamarca. Todas estas experiencias resultaron satisfactorias, pero no son más que complementos, o caprichos de fototrastornado cuando viaja. Llevo cámaras pequeñitas, que tan apenas aportan peso ni espacio al equipaje.

Leica M2 y el Summicron 35 mm protagonistas de esta entrada.

A mitad de agosto hice una escapada de cinco días/cuatro noches a Constanza y alrededores, en la frontera entre Alemania y Suiza en torno al lago Constanza, o Bodensee, y el Rin. Es la segunda vez que voy en el plazo de poco más de un año. Entre en contacto hace un tiempo con un fototrastornado, de los que fotografía con haluros de plata, suizo, que vive en Kreuzlingen, ciudad fronteriza y contigua a la alemana Constanza. En mayo de 2017, di un rodeo por allí a la vuelta de unos días de vacaciones en Milán, y nos conocimos en persona. Es un hombre muy privado e introvertido, excelente persona por demás, pero por respeto a sus deseos no haré referencia a su presencia en redes sociales u otros datos que lo identifiquen. Una pena, porque hace unas fotos excelentes con su Hasselblad. Muchísimo mejor fotógrafo que yo y que muchos que sacan pecho en la internet. El caso es que nos caímos bien. Y el lugar es ideal para relajarse unos días en plan escapada. Es un sitio civilizado y tranquilo, aunque está animado como destino vacacional en verano; todo esta organizado, y por lo tanto es idea para hacer una estancia en el extranjero sin sobresaltos. Y hay sitio interesantes que visitar a distancias cómodas, con una excelente red de transporte público en bus, tren o barco.

Vistas del puerto de Constanza a orillas del Bodensee o lago Constanza.

Tras el buen sabor de boca que me dejó la Ilford XP2 Super 400 de las desechables de Ilford, una película que conozco hace mucho tiempo, y que he usado a rachas, decidí cambiar de estrategia. Al fin y al cabo, si nos íbamos a juntar dos fototrastornados... No me iba a llevar mi Hasselblad para hacer compañía a la de Wilhelm, por el peso, pero decidí que la Leica M2 con el Summicron 1:2/35 ASPH daría unos resultados excelentes, y sería una compañera de prestigio para la Hassel de mi amigo helvético. Si mi Leica M2 ya está baqueteada, aunque externamente se ve muy bien, funciona sin problemas; el 35 mm que adquirí de segunda mano, está en condiciones perfectas, y tiene una calidad superlativa. Probablemente el objetivo más nítido que poseo, con el permiso del Zeiss Planar 50/2 ZM, aunque este último no tiene el nivel de manufactura del Summicron.

El cambio de estrategia no era llevar una cámara para película tradicional. El cambio consistía en que iba a ser la cámara que por defecto iba a llevar en la mano habitualmente, quedando la Panasonic Lumix G9 como cámara de respaldo o secundaria, a utilizar principalmente cuando el color fuese de rigor para dar la información correcta o cuando los niveles de luz fueran demasiado bajos para la amplia latitud de exposición de la XP2.

Visitando Friedrichshafen y el area de diversidad natural del cañaveral de Eriskirch.

He de decir que, aunque la sensibilidad nominal de la película es de ISO 400/27º, he optado por aprovechar la amplia latitud de exposición de la película y su excelente respuesta a la sobreexposición, para usarla en las muchas tomas al aire libre y con luz diurna como si fuese una cámara de parámetros fijos. Si ajustas la exposición a f/11 o f/8 y con una velocidad de exposición de 1/125 o 1/250, usando la escala de profundidad de campo del objetivo para enfocar por zonas o a la hiperfocal, es como si usaras la película con unos índices de exposición entre 64 y 250, que generan una negativo denso pero perfectamente aprovechable, y que tiene como gran ventaja que genera un grano finísimo, prácticamente invisible en las copias en las luces altas y en los tonos medios. Sólo en las sombras más profundas percibiremos algo de estructura. Esta ausencia de grano no es algo que guste en términos absolutos a todos los aficionados a la película con haluros de plata, hay muchos que prefieren la presencia de la estructura de la emulsión por fina que sea. A mí, me viene bien cómo responde esta película. Con el enfoque prerreglado, sólo hay que preocuparse de encuadrar y disparar. La operatividad es muy eficiente, y el disparo muy rápido, si es necesario. Si no es necesario, siempre es mejor pensar lo que se hace.

En la isla monástica de Reichenau, patrimonio cultural de la humanidad según la UNESCO.

La película ofrece un contraste generoso, pero por su gran latitud de exposición no es fácil ni que se empasten las luces ni que se bloqueen las sombras. Así que no hay problema para usarla a cualquier hora del día. Incluso si te salen tres días seguido con un sol de justicia. Quizá hay otras películas que ofrecen transiciones de grises más sutiles y delicadas, que en esta película aparecen cuando las condiciones de luz son favorables. No cuando estas tirando a las dos de la tarde con el sol sobre tu cabeza. Pero cuando llegan las últimas horas de la tarde, las cosas mejoran mucho.

Alguna fotografía he tomado en interiores razonablemente bien iluminados. La película se puede exponer hasta un índice de exposición de 800, a costa de un grano más presente, pero muy muy aceptable. Cuando he apreciado unas condiciones de luz suficientes, he disparado en interiores a f/2,8 o f/4 y una velocidad de obturación de 1/30. La ventaja de las telemétricas sobre las réflex es que puedes bajar algún punto la velocidad de obturación sin que trepide la imagen. No abuso. Si normalmente tiraría con una réflex a 1/50 o 1/60, bajo a 1/30. El 1/15 no lo he usado en este viaje. Alguna vez lo he usado con un porcentaje razonable de éxitos.

En Winterthur, visitando las exposiciones del Foto Museum y la Fotostiftung Schweiz. Como envidio las ciudades que tienen buenos museos e instituciones de preservación del patrimonio y el arte fotográfico.

Hay una carencia que he lamentado. No como para tirarme de los pelos, pero sí para mejorar en muchas fotos la separación de detalles en los cielos. No tengo filtros de color para controlar el contraste para el diámetro de 39 mm del Summicron 35 mm. En los días antes de salir de viaje intenté conseguir algún filtro amarillo o naranja, caros todos los que encontré, y ninguno me llegaba a tiempo. También intenté encontrar una arandela adaptadora del diámetro de rosca de 43 a 39 mm. Pero son muy infrecuentes, y tampoco me llegaba a tiempo. Para el Planar 50 mm de rosca de filtro de 43 mm sí que  tengo un filtro amarillo y uno de densidad neutra de tres pasos, que no me hubiera importado llevarme y utilizar.

Estoy contento con el resultado. Las fotos han quedado bien. Las mandé a revelar a Carmencita Film Lab y solicité el tamaño de escaneado XXL, por lo que he recibido unas imágenes de 7634 x 5092 píxeles, es decir, casi 39 megapíxeles. Con una óptica como el Summicron y con una película como la XP2 reveladas y digitalizadas en un laboratorio profesional, puede merecer la pena si tienes confianza en tus fotos. Esto permite una ampliación a un tamaño entre el DIN A2 y el DIN A1... es decir, tamaño poster con buena calidad. Lo que es una demostración de las capacidades de la película tradicional bien tratada.

Aunque no entraban en nuestras previsiones, por que ya las conocíamos, acabamos paseando de nuevo en Neuhausen por las cataratas de Rin (Rheinfall).