Hasta hace un par de años, era habitual que para fotografía en blanco y negro con película tradicional utilizase las películas de Ilford. Preferentemente las de grano tradicional, HP5 Plus con una sensibilidad ISO 400 y FP4 Plus con una sensibilidad ISO 125. Pero algunas cosas han cambiado desde entonces, porque mis gustos y preferencias se afinan y se modifican. Siempre que puedo uso la Fujifilm Neopan 100 Acros II a pesar de su precio para sensibilidades medias, tanto en formato 135 como 120; mientras que cada vez uso más la Kodak T-Max 400 para sensibilidades altas, especialmente en formato 135. Sin embargo, para formato 120, me he ido aficionando a usar la Ilford FP4 Plus expuesta a un índice de exposición IE de 400, con el revelado alargado en el tiempo o con el revelador más concentrado.
Mi afición a usar la FP4 Plus sobre la HP5 Plus a pesar de las bondades de esta última viene de los tiempos de los confinamientos duros por la pandemia de covid-19. En aquellos momentos me pilló con pocas reservas de HP5 Plus en formato 120 en la nevera, y bastantes de FP4 Plus. Y como yo seguí yendo a trabajar, para descansar mi mente del follón global, me llevaba alguna cámara en mis desplazamientos caminando. Y entonces empecé a usar la FP4 Plus a IE 400 cuando el tiempo anunciaba momentos de luz más escasa y luces más planas. Con la FP4 Plus en formato medio, al forzar su revelado obtenía un contraste más marcado, sin que el grano se mostrase más invasivo que con la HP5 Plus a su sensibilidad nominal. Y cuando tocaba digitalizarla, el ajuste de contraste del negativo digitalizado era menos intempestivo, y por lo tanto realzaba también menos el grano.
En esas circunstancias, lo único que hay que tener cuidado es que las sombras no se empasten, quedando negros sin detalle cuando el contraste de la escena es muy alto. Mido la luz como siempre para un negativo de ISO 400, pero evalúo la escena en contraste, y según mis apreciaciones, o lo que me dice el Sekonic L-408 Multimaster en modo de medición reflejada parcial (casi puntual, pero con un punto "gordo" en este fotómetro), reajusto los valores de exposición para evitar esas sombras sin detalle. Las altas luces se suelen salvar solas. En esta ocasión, quería hacer un poco del paisaje arquitectónico de la ciudad, y para eso viene bien un contraste marcado, para aumentar el grafismo de la imagen, por lo que la solución me parecía idónea. Además, para las escenas con cielo, coloqué un filtro rojo, para que el contraste local aumentase en esas zonas, diferenciando bien las nubes.
La fórmula de revelado que uso para este revelado a IE 400 de la Ilford FP4 Plus es con Kodak HC-110 en dilución C (1+19) con un tiempo de revelado de 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC [equivalente a 70 ºF que proponen en el enlace indicado]. Como suelo hacer, mi ritmo de agitación del tambor es relativamente tranquilo; diez inversiones al principio del primer minuto de revelado, y cuatro inversiones al principio de cada uno de los siguientes minutos. No demasiado energéticas las inversiones. Lo digitalizo con la Panasonic Lumix G100. El resultado ha entrado dentro de lo buscado en catorce de los quince negativos que se obtienen con la Fujifilm GS645S Wide 60. Uno de ellos no tiene corregida la exposición adecuadamente y las sombras me han quedado bloqueadas. Feas.
Por lo tanto, puedo considerar que tengo en esta combinación de película, exposición y revelado una fórmula bastante adecuada a mis necesidades y apetencias. Tanto si la uso con la GS645S como si lo hago con la Hasselblad 500CM. Tengo dos filtros Heliopan, uno amarillo y otro rojo, que me sirven para mejorar los contrastes con el diámetro de filtro de 49 mm de la GS645S y otros objetivos, fundamentalmente Pentax. Pero estoy considerando adquirir uno naranja, que ofrece resultados más pronunciados que el amarillo en casos como el que presento hoy, sin comerse tantos pasos de exposición como el filtro rojo. En diámetro de 58 mm tengo uno, y va muy bien para situaciones como esta. En formato 135, más pequeño, sin embargo, y en la medida en que encuentro película Kodak T-Max 400 sin problemas habitualmente en un comercio local, prefiero esta última. Espero que os haya interesado el comentario.
Hace unos días escribía en estas páginas sobre mis experiencias de utilizar la película Ilford FP4 Plus 125 expuesta con un índice de exposición (IE) 400 en lugar de su sensibilidad nominal, en formato medio sobre una Hasselblad 500CM. Hoy vamos a lo que sería la segunda parte de esa experiencia, utilizar la película en las mismas condiciones pero sobre una cámara de formato pequeño, 24 x 36 mm, una Pentax MX con un un objetivo SMC-M 28/3,5. Las motivaciones que me llevaron a buscar esta experiencia se explican en el artículo que he enlazado anteriormente, y consisten en ver si consigo unos resultados más convincentes para mis gustos estéticos y para mi práctica de proceso mixto fotoquímico-digital, que con la Ilford HP5 Plus 400.
Con el formato pequeño (uso la nomenclatura tradicional en película tradicional, frente al pretencioso full format de quienes han nacido a la fotografía en un mundo electrónico-digital), hay mayor riesgo de que el grano se vea muy presente. Bien porque sea inherente a la película utilizada, bien porque aparezca al aumentar los tiempos de revelado, bien por la necesidad de corregir el contraste tras la digitalización del negativo. Ese grano puede convenir en ocasiones... pero no en otras. Si en determinados reportajes o en determinados retratos la estructura de la emulsión juega a favor del expresionismo de la fotografía, en paisajes, en arquitectura o en otras situaciones, donde precisemos conservar el detalle de la imagen, juega en contra. Cuando me voy de viaje, por peso y comodidad uso el formato pequeño, pero me gusta recoger el detalle de la imagen.
Durante unos días, después de volver del viaje a Oporto donde usé Ilford HP5 Plus y cuyos resultados me dejaron mohíno, cargué una Pentax MX con un rollo de Ilford FP4 Plus 125, ajusté el fotómetro a IE 400, y le calcé el SMC-M 28/3,5. Un objetivo muy modesto en sus pretensiones aparentes, pero que es ligero, y muy honesto en sus resultados. Muy agradable de usar. Especialmente por la agilidad del preenfoque a la hiperfocal, o a la distancia que se prefiera, a f/8 o f/11 y la rapidez en la operación limitándote a prever de antemano los parámetros de exposición. De este modo, prácticamente sólo te tienes que preocupar de encuadrar correctamente y de disparar en el momento adecuado.
Como ya comentaba en el artículo anterior, lo que buscaba era comprobar el comportamiento en situaciones de luz "modorra". Nublados o seminublados, con bajo contraste en la escena, donde tanto el aumento de sensibilidad, por la menor luminosidad de la escena, como el mayor contraste que aporta la prolongación del revelado vienen bien. Y lo cierto es que en los primeros días de octubre, en Zaragoza, aparecieron varios días así. Días con sol velado o nublados ligeros. He de decir que los resultados con la HP5 Plus 400 con sol radiante en Portugal fueron muy buenos. Como luego no hay que ajustar mucho el contraste tras digitalizar, se controla el grano mejor, y la amplia dinámica de la película hace que haya una buena gama tonal. En la prueba que hice con la FP4 Plus 125 a IE 400 con la Hasselblad, en la que había escenas con fuerte contraste, ya advertí de la necesidad de proteger las sombras para evitar que se bloqueen.
Revelado en el mismo tambor que el rollo de formato medio del que ya os hablé en Kodak HC-110, dilución C (1 + 19), durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC, y digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo de alta resolución moderado, para un resultado final de archivos digitales de entre 25 y 30 megapíxeles. No ajusté mucho el encuadre. Preferí garantizar con cuidado que los negativos estuvieran perfectamente paralelos al sensor de la cámara y que la nitidez fuera la mayor posible. La película se reveló sin problemas, manifestando a simple inspección visual unos negativo mucho más contrastados que los recientes de la Ilford HP5 Plus 400, pero que se digitalizaban sin problemas porque la gama tonal está bastante por debajo todavía que la dinámica del sensor de la Lumix G9.
Los resultados fueron bastante buenos. Y esta vez, sin peros. Las imágenes quedaron nítidas. Perfectamente enfocadas; un angular como el 28 mm y con la amplia profundidad de campo ayuda. Es muchísimo menos crítico que el 80 mm en la Hasselblad. El grano mucho menos aparente que en la HP5 Plus 400 que me traje de Portugal. Hasta un punto que me sorprendió. La gama tonal amplia con un buen contraste, pero sin excesos, muy controlable. Ninguna sombra bloqueada, ninguna luz empastada. Más sencilla de ajustar en el proceso digital que con la HP5 Plus. Lo cual ayuda a mantener a raya el grano, que aumenta con los ajustes digitales intempestivos.
Voy a seguir usando la Ilford FP4 Plus 125 en estas condiciones una temporada para terminar de familiarizme con ella en distintas situaciones. Es posible que el próximo rollo lo ponga en la Olympus Pen F, con la mitad de tamaño, para probar sus límites. También lo quiero usar con la Fujifilm GS645S Wide60, donde auguro buenos resultados, por la flexibilidad que ofrece el formato medio. Y no descarto colocar algún rollo en alguna estenopeica, a la que un aumento del contraste le sentará bien, sin que el grano, sobre un negativo de 6 x 9 cm sea un problema. os iré contando.
Los primeros domingos de cada mes, los museos pertenecientes al Ayuntamiento de Zaragoza son gratuitos. Jornadas de puertas abiertas para la promoción de la cultura. Y eso lleva a que, si no tenemos otros planes previstos para las mañanas de esos domingos, nos pasemos por alguno de ellos antes de tomar el tradicional aperitivo dominical previo a la comida. Y entre estos museos, hace tiempo que mi/nuestro preferido es el Museo Pablo Gargallo, dedicado a la obra del escultor bajoaragonés. No sólo es que la obra de Gargallo sea interesante, sino que el propio edificio, el palacio de los Condes de Argillo en la céntrica plaza de San Felipe, es un bello ejemplo de palacio renacentista aragonés.
Mi intención para el primer domingo del mes de mayo era bajar a dar una vuelta por el museo "acompañado" de la Canon EOS 100, el 35/1,8 de Tamron y un carrete de película negativa en color, Fujicolor Natura 1600, que ya lleva demasiado tiempo en mi frigorífico. Pero se me olvidó coger el carrete. Se me hizo tarde, empecé con prisas... y se quedó encima de la mesilla del dormitorio sin entrar en la bolsa de los chismes fotográficos. Cuando me di cuenta, estaba en la plaza de España, recién bajado del autobús de la línea 40 y jurando los mil diablos. Pero ese domingo fue día de apertura en las grandes superficies comerciales y, aunque no soy partidario de comprar en las mismas en los festivos por un tema ético, me colé en la FNAC porque sé que allí disponen de película fotográfica. Probablemente el único sitio donde se podía comprar es domingo película fotográfica en Zaragoza. Y compré un carrete de Ilford HP5 Plus 400 con la intención de forzarlo dos pasos, es decir, exponerlo a un índice de exposición de 1600, con el fin de no verme obligado a fotografiar constantemente a la máxima apertura del 35 mm de Tamron.
No es la primera vez que uso la HP5 Plus forzada dos o tres pasos, generalmente con buenos resultados. Pero en el museo me daba un poquito de miedo. He comprobado en otras ocasiones que con medición matricial de la cámara reflez o con mediciones de luz incidente con el fotómetro de mano, las esculturas de tonos oscuros, casi negros, corres el riesgo de que te queden empastadas, con poco detalle. Por ese motivo, opté por usar la medición parcial de la cámara que mide sobre el 8 o 9 % central del campo de visión, por lo que te puedes centrar sobre el objeto de interés. Lo que suelo hacer es que mido la luz sobre el objeto que tengo miedo que quede sin detalle, y luego subexpongo un punto, porque al fin y al cabo ha de quedar entre los tonos oscuros, con la esperanza de que las capacidades de la película y el revelado aumentado serán suficientes para mantener el detalle en ese punto. Cuando la situación me parece conflictiva, no subexpongo ese paso; directamente uso la medición que me da el fotómetro de la cámara. En fin, intento proteger los tonos oscuros, que es lo que me enseñaron de siempre que debía hacer con la película negativa.
La película la revelé, como vengo haciendo últimamente, en Kodak HC-110. Como tenía algo de prisa, como siempre, busqué un tiempo de revelado no demasiado largo, pero tampoco demasiado corto. Las opciones que tenía con dilución B (1+31), tiempo muy largo, o con dilución A (1+15), tiempo demasiado corto, no me convencían. Pero comprobé que los tiempos eran absolutamente proporcionales proporcionales. Si la dilución A está el doble de concentrada que la B, el tiempo de revelado era la mitad. Así que calculé la que correspondería para una dilución C (1+19) a 20 ºC, y me salían unos cómodos 7 minutos. Que me dieron unos resultados buenos en su conjunto. Si algún negativo quedó con las sombras empastadas, se debió sin duda a una exposición algo corta.
Como la me ha pasado en alguna ocasión, el moderno Tamron 35/1,8 no se lleva siempre bien con la Canon EOS 100 a la hora del enfoque automático. Y para colmo, aunque pongas el objetivo en posición de enfoque manual no siempre dispara si no te aparece el circulito verde que indica que la electrónica de la cámara considera que el sujeto está enfocado. Pero poco a poco le vas cogiendo el tranquillo, y enfocando en manual, lo cual no está mal cuando trabajas en un museo, la cosa funciona. Y la calidad del objetivo está fuera de toda duda.
¿Los resultados? Pues a pesar de mis precauciones, hubo alguna de las esculturas de tonos más oscuros, que me quedaron algo empastadas y sin detalle. En general, los resultados fueron buenos. Y sorprende comprobar en qué medida el grano de la película, aunque notable, no era excesivo ni desagradable. Por supuesto, más apreciable en los negativos más finos, a los que ha llegado menos cantidad de luz. Alguna escena callejera que tomé por el camino, donde el reparto de tonos es más diverso, quedaron bien, sin problema, aun cuando en esas escenas opté por la medición matricial de la cámara. Así que el uso a un IE 1600 de la HP5 Plus no supone ningún problema en modo reportaje, pero cuando fotografías obras de arte con tonos oscuros, se conservador con la medición y dale toda la que puedas a tu sujeto principal.