En la segunda quincena de septiembre he tenido la oportunidad de disfrutar de la segunda mitad de mis vacaciones reglamentarias. Hoy estoy todavía de vacaciones, mi último día. Y de la misma forma que en agosto tuve que improvisar un viaje, a la isla de la Palma en Canarias, en esta ocasión improvisé cuatro días antes de salir un viaje, una estancia en Oporto, Portugal, de seis noches. Lo suficiente para visitar a fondo la bella ciudad portuguesa en el estuario del Duero y visitar algunas otras, a tiro de tren de cercanías o regional, como Guimaraes o Aveiro... o alguna otra. No hubo otra, las tres mencionadas.
Fotográficamente, el planteamiento inicial fue similar al que hice para la isla de la Palma. Un equipo digital principal y una cámara con película en blanco y negro como secundaria. En ámbitos fundamentalmente urbanos me gusta viajar ligero y con una bolsa o mochila discreta. Por ello, opté por la Panasonic Lumix GX9 con dos ópticas fijas, el Leica DG Sumilux 15/1,7 ASPH y el Olympus M.Zuiko Digital 45/1,8, así como el objetivo de focal variable supercompacto Lumix G Vario 12-32/3,5-5,6 ASPH. El conjunto ocupa muy poquito y es ligero. Como cámara con película negativa en blanco y negro me volví a llevar la Pentax MX y el SMC-M 50/1,4. Pero añadí un objetivo angular, el SMC-M 28/3,5, y en lugar de Ilford XP2 Super 400 opté por seis rollos de Ilford HP5 Plus 400. Para viajar prefiero la XP2,... pero como todo fue muy improvisado y repentino, no tuve tiempo de aprovisionarme de suficiente cantidad de película de este tipo. Así que cogí la que tenía. Luego veremos los inconvenientes de la HP5 Plus que, por otra parte, es una excelente película.
Pero cuando llevaba ya varios días de viaje, en Aveiro, me sucedió la desgracia. A la hora de tomar un autobús en esta ciudad portuguesa para dirigirme a ver las casas pintadas de Costa Nova y la Praia da Barra, todo ello en la ría de Aveiro, me hice un lío con el móvil, la mochila, la mascarilla obligatoria en los transportes públicos y la Lumix GX9 y esta última, con el 15 mm, se quedó olvidada en el banco de la parada del autobús. Y ya no la he vuelto a ver. Ni a la cámara con el objetivo, ni las muchas fotos de Oporto y Guimaraes que llevaba en su tarjeta de memoria. Así que la cámara "secundaria", la Pentax MX, se convirtió en principal. Y el último día de viaje efectivo, en lugar de hacer una excursión a algún otro sitio, me quedé en Oporto, "recuperando" algunas fotos entre la MX y el iPhone 7, que se convirtió en mi segunda cámara.
Centrémonos en la experiencia de fotografía con la Pentax MX y la HP5 Plus. Además de los dos objetivos, 28 mm y 50 mm, me llevé tres filtros. Un Hoya gris neutro de 6 pasos de disminución de la luminosidad, y dos Heliopan, uno amarillo nº 8 y otro rojo nº 25. Sólo he usado los dos últimos. El amarillo casi siempre. El rojo, en ocasiones.
La película Ilford HP5 Plus 400 la expuse a un índice de exposición de 320, y la revelé en Kodak HC-110 con los tiempos recomendados para un IE de 400. El primer lote de cuatro películas, con el agua corriendo a 21 ºC, durante 6 minutos y 45 segundos, con una dilución E (1+47). El segundo lote de dos películas, con el agua corriendo a 20 ºC, durante 7 minutos y 30 segundos, a la misma dilución. No hay diferencias apreciables en el resultado final entre los dos lotes de revelado.
Siempre he presumido de que la Pentax MX tiene un fotómetro muy competente a la hora de utilizarlo para mediar la luz. Sin embargo, la impresión general es que la mayoría de los negativos están subexpuestos. Es una impresión que tuve durante el viaje. Si aplicabas la famosa regla del "tiempo soleado, f/16 y velocidad de obturación la inversa del índice de exposición", parecía que siempre me daba un paso de subexposición. Pero como nunca había tenido problemas de exposición con la cámara, seguí haciendo caso a las indicaciones del fotómetro. Sólo durante mi visita a Aveiro decidí usar el fotómetro de mano Gossen Digisix que había echado en la mochila. Es muy pequeñito y ligero. Y competente, tanto para medir luz incidente como reflejada. Si sabes como medir, claro. Desgraciadamente, la batería del fotómetro murió, y seguí confiando, durante el día restante, en el de la cámara.
Me pregunto si el fotómetro de la cámara se ve muy afectado por el color de los filtros y por ello da una información que induce una subexposición en el negativo. No lo sé. Tendré que hacer pruebas. El filtro amarillo tiene un factor de pérdida de luz de ⅔ de paso y el filtro amarillo de 3 pasos. Un paso supone doblar el tiempo de exposición o abrir un paso de diafragma. ⅔ de paso es aproximadamente multiplicar el tiempo de exposición por 1,5 lo cual no se puede hacer con la Pentax MX que tiene una escala de velocidades de obturación de pasos enteros, o abrir medio paso el diafragma, que es una aproximación razonable. Estos sí se puede hacer en los objetivos SMC-M de Pentax. 3 pasos es multiplicar por ocho el tiempo de exposición o abrir tres pasos de diafragma. Salvo en alguna fotografía de interiores, o cuando usaba el filtro rojo, siempre he llevado puesto el filtro amarillo.
Me diréis, y en la isla de la Palma, donde también fuiste con la Pentax MX... no hubo subexposición. Pues la cosa está en que la Ilford XP2 Super 400 siempre la expongo a IE 200 o IE 100, depende de la luz que haya, para obtener un grano más fino. Y del laboratorio donde la revelaron, me dijeron que todo estaba bien. Pero no he recibido todavía de vuelta los negativos. En cualquier caso, la Ilford HP5 Plus 400 tiene dos características importantes. Una, es que tiene una latitud de exposición muy amplia. No sé de cuantos pasos exactamente, pero muy amplia. Dos, que tiene una curva característica con una pendiente muy suave, es decir, que es muy poco contrastada. Eso hace que estos errores de exposición se los meriende sin problemas, y no tenga problemas de pérdida de información en las sombras. El principal efecto secundario es que el grano es algo más marcado que si estuvieran correctamente expuestos.
En general, los resultados son buenos, dadas las circunstancias explicadas. Aunque el rendimiento ofrecido depende un poco de los gustos de cada cual. Es curioso que siendo una película de ISO 400, la HP5 Plus 400 se luzca en las horas centrales del día soleado, en la que su suave contraste ayuda a matizar el fuerte contaste de la luz natural. Sin embargo, en tiempo nublado y luz muy suave, los resultados quedan un poco apagados para mi gusto. En un proceso mixto, químico-digital, la corrección del contraste en el procesado digital lleva a un aumento de la visibilidad del grano. Así pues, prefiero para los viajes, cuando no puedo seleccionar con antelación la película que usaré en cada momento, la XP2 Super 400, que me da un contraste mayor y unas fotos más vistosas. Es cierto que en horas centrales del día con abundante luz de sol y sombras profundas puede estar en sus límites... pero en general, prefiero sus resultados generales.
Y esto es lo que os tenía que contar sobre este viaje y esta experiencia fotográfica.
En la segunda mitad del mes de agosto de este atribulado año 2020 pude disfrutar de parte de mis vacaciones reglamentarias. En estos momentos, vuelvo a estar de vacaciones para terminarlas el 30 de septiembre. Con alguna tribulación que otra, pero también con un poquito de suerte en estos tiempos de incertidumbre, pude montarme un viaje, una estancia de siete noches en la isla de la Palma, Canarias. Un lugar precioso, lleno de buenos motivos fotográficos, aunque una climatología adversa, por el calor, y el riesgo de incendios forestales me impidieran disfrutar la isla plenamente.
Como de costumbre en mis vacaciones, llevé un equipo fotográfico "principal" digital. Mi fiable y eficaz Panasonic Lumix G9 con varios objetivos intercambiables que cubrían una razonable gama de focales y algunos filtros y un pequeño trípode para paisajes. También me llevé la pequeña Fujifilm XF10 como respaldo... pero no la usé.
Pero, como vengo haciendo siempre que puedo últimamente, también me llevé una cámara para película tradicional. Normalmente, cuando llevo un equipo digital amplio, suelo llevar una cámara compacta. Pero en esta ocasión decidí llevarme una cámara en la que confío mucho, la Pentax MX. Eso sí, con un único objetivo, el SMC-M 50 mm f/1,4, que proporciona una excelente calidad de imagen. La cámara, para ser una réflex de objetivos intercambiables, es de lo más pequeño y compacto que se puede conseguir, sin sacrificar nada en absoluto en calidad de construcción y fiabilidad. Además, tiene un fotómetro muy fiable.
Como material sensible, opté por cuatro rollos de Ilford XP2 Super 400. Esta película en blanco y negro tiene la peculiaridad de que no se revela en los químicos habituales de las película en blanco y negro, sino que por la estructura de su emulsión sensible, de tipo cromogénica, se revela en proceso C-41, como los negativos en color. La remití para revelar a Carmencita Film Lab, donde solicité un escaneado de muy alta resolución. Cada archivo tiene un tamaño de 7673 x 5118 píxeles, o sea, aproximadamente 39,3 megapíxeles.
La XP2 Super tiene una sensibilidad nominal ISO 400, pero el fabricante nos dice que se puede exponer con buenos resultados a índices de exposición IE 50 - 800, sin necesidad de variar los tiempos de revelado. Cuando más bajo el índice de exposición, más denso el negativo, y más fino es el grano. Yo encuentro el punto más adecuado en un IE 200. Y suele ir bien.
En general, la XP2 Super 400 da un aspecto al negativo distinto al de las películas tradicionales. El grano en estas últimas tiene un aspecto uniforme en toda la superficie del negativo, independientemente de que sea más fácil notarlo en zonas con tonos uniformes y poca textura. La XP2 Super tiene un grano que cambia con la densidad de cada zona del negativo, pasando inadvertido por completo en las luces y notándose más en las sombras, independientemente de la textura de lo fotografiado. Por ello, un cierto grado de sobreexposición le sienta bien.
Según esto, ¿por qué no exponer siempre que se pueda a los índices de exposición más bajos que sean posibles? En mi experiencia, porque siendo una película bastante contrastada, si una escena muy luminosa es muy contratada de por sí, existe un riesgo considerable de bloquear las luces. Por ello, prefiero mantenerme en ese IE 200. En este viaje en concreto, he tenido iluminaciones naturales muy muy contrastadas, y me he encontrado por primera vez en el límite de un uso cómodo de este material sensible. De haberlo pensado mejor, igual hubiera optado por la Ilford HP5 Plus 400, con un contraste mucho más moderado. Aunque también con un grano más apreciable en general.
Si puedo, en los próximos días volveré a salir de viaje. No sé dónde todavía. Y probablemente me volveré a lleva algunos rollos de película. No creo que sean XP2 Super 400. No voy a tener tiempo de aprovisionarme. En Zaragoza, es posible encontrarla cualquier día, pero no necesariamente en la presentación adecuada y en las cantidades adecuadas. Como tengo un almacenada en el frigo una cantidad apreciable de HP5 Plus 400, me llevaré esa película. Y espero contároslo en algún momento del mes de octubre.
De las ocho semanas que va a tener este improvisado proyecto de fotografía en tiempos de la pandemia de coronavirus, llegamos al rollo y las fotos correspondientes a la semana séptima. Que coincidió en el final del mes de abril. Cuánto se escuchó en aquellos días aquel verso de una canción de Joaquín Sabina...
¿Quién me ha robado el mes de abril?
Fue esta semana la última en la tuvimos vedada la entrada a los parques. También fue la primera semana en la que yendo a trabajar de turno de mañana, supe que ya no tendría que volver a hacer turnos de trabajo por la tarde, por lo menos en un futuro previsible. Y también fue la semana en la que sentimos que la primavera se tornaba cálida. Quizá de forma definitiva. Aunque ahora, dos semanas después, sabemos que no. Que hemos seguido teniendo días fríos, o al menos frescos. Y lluviosos. Grises. Como la mañana de hoy. Quería haber impreso un par de cianotipias hoy, pero no ha podido ser. Quizá mañana domingo.
Como mi recorrido caminando a trabajar desde entonces ha sido de siete menos cinco de la mañana a ocho menos cuarto, cuando llego a mi lugar de trabajo, he venido necesitando película de al menos ISO 400 de sensibilidad. Los ajustes de exposición en estas mañanas podían ir desde el f/2,8 y 1/60 segundo nada más salir de casa, con el sol todavía oculto o asomándose sobre el horizonte, invisible por los edificios de la ciudad, al f/11 y 1/250 segundo cuando llegaba al lugar de trabajo, ya con el sol luciendo sobre la ciudad, aunque todavía no a pleno rendimiento.
Sigo confiando plenamente en la Pentax MX. No siendo tan voluminosa como otras réflex o el formato medio, es mucho más versátil que las compactas. Especialmente que la Minox 35 GT-E que es la que he venido utilizando con preferencia, cuando este tipo de cámara era más conveniente. Ambas cámaras tienen también otra diferencia fundamental. Las Minox 35 tienen un objetivo de 35 mm, y la Pentax MX la uso preferentemente con el SMC-M 50/1,4. Esos 15 mm de diferencia en la focal se notan mucho.
Procuro no fotografiar a plenas aperturas salvo que sea estrictamente necesario. Mi rango de aperturas favoritas, desde hace mucho tiempo, es entre f/4 y f/11. Nunca me he sentido atraído por las modas de las grandes aperturas y el desenfoque extremo. Me gusta mostrar el contexto. No he hecho retratos... no es políticamente correcto en tiempos de distanciamientos físico. Pero incluso entonces me gusta que la persona retratada tenga contexto a su alrededor. Y por ello prefiero una apertura moderadamente cerrada. Con un 50 mm a f/4 os aseguro que podéis aislar a una persona del fondo si se encuentra a pocos metros de vosotros.
No hay mucho que comentar. Si algo he tenido claro también en estas semanas es que las películas de Ilford son fiabilísimas. Reveladas en Kodak HC-110, en esta ocasión en dilución B (1+31) durante 5 minutos a 20 ºC, dan unos resultado muy honorables. Y con suficiente margen para pequeños errores sistemáticos, en la exposición, en los tiempos de revelado, en la precisión de la temperatura de los líquidos, sin que afecte a efectos prácticos gran cosa en la calidad de la imagen. Cierto es que la Ilford HP5 Plus 400 es una película poco contrastada, y no da la imagen llamativa y potente de otras películas como la Kodak Tri-X 400. Pero a cambio, tiene una estabilidad dimensional excelente, siendo sencillísimo colocarla sobre el portanegativos sin combaduras ni otros problemas de planeidad, y tienes información a raudales para extraerla de la forma que consideres oportuna tanto en un procesado posterior en ampliadora, o digitalizando el negativo.
Y con esto, ya sólo me queda un último rollo de esta serie.
Pocos días antes del 15 de marzo, del comienzo del estado de alarma por la epidemia de covid-19, me llegó una cámara a fondo perdido. Alguien tenía una Pentax MX en un armario. Sin objetivos, sólo el cuerpo. Supone que perteneciente a su padre... pero no lo sabe, porque nunca le vio usarla en vida. Y sobretodo, sin objetivos. Un misterio familiar. No les interesa, saben de mi afición a la fotografía. No saben que hacer con ella. No quieren molestarse en ponerla a la venta ni nada por el estilo; valoran más su tiempo que el dinero que les puede suponer. Así que voy a buscarla y la depositan en mis manos. En la práctica, me la dan.
Como podéis apreciar en la foto, es prácticamente idéntica a la que ya tengo. La recién llegada está a la izquierda, con una correíta que venía puesta. A la derecha está la que tengo desde mediados de los años 90. Ambas están en similares condiciones de conservación. No se aprecia ningún desperfecto. Tengo la sensación, por varios detalles en su estado de conservación que esta cámara no ha estado desatendida durante muchos años, pero eso sólo aumenta los misterios sobre la misma. Los dos objetivos son míos, los dos 50 mm, el f2 y el f1,4, que tengo en funcionamiento.
La única diferencia en la práctica entre ambas cámaras se aprecia al mirar por el visor. La pantalla de enfoque es diferente. La mía original parece el modelo SG, de vidrio mate con cuadrícula y círculo central, sin más ayudas al enfoque, que no es difícil una vez que te acostumbras. El visor es bastante luminoso. La de la recién llegada parece la pantalla estándar SC-1, de vidrio mate con telémetro de imagen partida y corona de microprismas, similar a la de tantas otras de casi todas las marcas. Me he acostumbrado a la primera, y el telémetro de imagen partida me molesta. Usado con objetivos luminosos,... ahí que te va. Pero le he puesto en una ocasión el SMC-A Macro 100/4, y se oscurece con cierta frecuencia.
Decidí probarla de inmediato, y decidí hacerlo con un rollo de película negativa en color que mandaría a revelar a un laboratorio de confianza. Le puse un rollo de Kodak Portra 400, auténtico todoterreno, que he expuesto a un índice de exposición de 200. Medición de la luz con el exposímetro incorporado, que parece igual de fiable que en la que ya tengo, o con el fotómetro externo Gossen Digisix. Correctamente utilizado, ofrece las mismas conclusiones sobre los parámetros de exposición que con el interno. Mi intención siempre fue dedicarle un par o tres de días a exponer el rollo en paseos urbanos, y luego mandarlo a revelar. Pero llegó el estado de alarma de la covid-19. Y todo se lío.
En resumen, tardé más de un mes en terminar de exponer el rollo, y sin unas ideas muy claras de cómo hacerlo, así que me han salido un batiburrillo de fotos, sin coherencia entre sí, y que la única ventaja o gracia que tienen es que muestran que la cámara funciona correctamente. Cono lo que ahora viene la segunda cuestión. ¿Qué hago con ella? En el momento en el que la recibí mi composición de lugar era la siguiente. "En Semana Santa me voy a los Países Bajos, me llevaré cámara de película como cámara principal. Como las MX son ligeras y abultan poco, puedo llevar dos con dos tipos de película distintas. Uno en color y otro en blanco y negro. O uno de sensibilidad media o baja y otro de sensibilidad alta. Como funcionan igual, no hay lío de adaptación entre una y otra..." Parecía casi ideal. Y solución discreta. Pero ni viaje ni leches. En este momento, no sé nada.
Supongo que la aguantaré en mi poder un tiempo. Si recibiese una oferta muy interesante por ella igual la vendía, si no me supusiese mucho trabajo la transacción. Pero si no... puedo esperar y ver qué pasa en el futuro. En cualquier caso, ya sé que con las Pentax MX soy feliz haciendo fotos. Por cierto, se me olvidaba. Las fotos de esta entrada están realizadas con el SMC-A 50/2 y el revelado ha sido realizado en Carmencita Film Lab. En estas páginas, la Pentax MX ha aparecido con frecuencia. La que compré en los años 90. El artículo de presentación está por aquí desde hace exactamente 6 años. No he elegido el día a propósito.
La tecnología asociada a la captura electrónica de la imagen fotográfica con destino a archivos informáticos que conservan la información en un formato digital permitió desde el principio de esta tecnología la creación de imágenes fotográficas más grandes a partir de varios archivos originales. Tradicionalmente se le ha llamado fotografía "panorámica" porque con frecuencia se ha utilizado para formar imágenes panorámicas; aquellas en las que se recogen escenas, generalmente paisajes, amplias con una longitud varias veces superior a su altura. Recuerdan a las películas de cine en las que tenemos amplios formatos de ratio 2,37:1 e incluso. Obsérvese que la mayor parte de los estándares actuales se acercan en sus proporciones al resultado de dividir las potencias de 4 por las potencias de 3.
Así tendremos 4/3 = 1,33, el más popular formato televisivo hasta hace unas décadas, 4^2/3^2 = 16/9 = 1,78, el más popular formato televisivo actual, y 4^3/e^3 = 64/27 = 2,37, formato televisivo que se ha propuesto ya para el futuro, que usan algunas producciones, y que se aproxima al formato de muchas producciones cinematográficas.
Pero la unión de imágenes digitales no se limita a estas tomas panorámicas. Pueden tener como objetivo el aumentar el campo de visión conseguido a partir de un objetivo con focal más larga de lo que nos conviene. Y con matrices de fotografías tanto en el sentido lateral como en el sentido arriba abajo obtenemos una fotografía con mayor campo de visión. Y sobre todo, muy importante, más grande, con más información. Hay quien incluso simula el aspecto de la fotografía de formato medio con sensores de imagen de los llamado de marco completo, full frame, o sea, el formato pequeño de 36 x 24 mm de toda la vida. Al principio, conseguir estas imágenes era complejo y precisaba software específico más o menos difícil de usar, pero actualmente hay muchos procesadores y gestores de imágenes que tienen funciones de unión de fotogramas muy sencillas de usar.
La fotografía panorámica no ha sido ajena a la fotografía con película tradicional. Han existido cámaras en las que las dimensiones del fotograma han tenido este carácter panorámico. Para película de 35 mm se fabricó la muy deseada Hasselblad Xpan I y II, fabricada por Fujifilm que también tenía su variante, Fujifilm TX-1 y TX-2, y un formato de fotograma de 65 x 24 mm . O las Widelux con obturador de barrido y un formato de 56 x 24 mm. Fujifilm también tuvo en formato medio la Fujifilm GX617, con ese formato aproximado de 17 x 6 cm, algo menos en realidad, y un tamaño casi "monstruoso". Creo que también hubo alguna Widelux de formato medio. Ha habido cámaras de formato medio de 12 x 6 cm aproximadamente, y algunos respaldos para cámaras de gran formato que aprovechaban los rollos de formato medio para este tipo de fotografía.
Y por supuesto, han existido artistas fotográficos que han realizado collages con fotografías individuales, de todo tipo, para construir panoramas o fotografías más complejas y más amplias. Pero con las peculiaridades de los collages.
Hace unos años tuve la ocasión de visitar en Fotografiska, museo de la fotografía en Estocolmo, una exposición de Nick Brandt que me gustó mucho, tanto por su mensaje, como por su estética, como por su concepción, filosófica o técnica. Para realizar las grandes fotografías de la exposición, Brandt usaba cámaras de formato medio de formato 7 x 6 cm, que luego escaneaba a alta resolución y unía en fotografías de mayor tamaño. Os dejo el vídeo que explica su realización.
Esto me ha hecho comprobar la factibilidad de la utilización eventual de una técnica similar con mis medios. Resultado de la cual han sido las fotografías que se pueden ver a lo largo de esta entrada.
Cogí mi Pentax MX con mi recientemente adquirido SMC-M 50/1,4 y la cargué con un carrete de Lomography Berlin Kino 400. Y fui exponiendo, a la sensibilidad nominal de la película, series de tres fotografías contiguas, con los mismo parámetros de exposición. Revelé, según recomendaciones del fabricante de la película, en Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 7 minutos a 20 ºC. Y luego digitalicé en el Epson Perfection V600 Photo los tríos de fotografía utilizando exactamente los mismos ajustes para cada una de las tres fotografías en la pestaña de niveles, evitando la exposición automática por parte del escáner. Sólo hubo discrepancias de luminosidad en una foto de uno de los tríos, probablemente porque en el momento de la toma una nube dejó pasar más luz que en las dos primeras fotografías del trío. Es en la del puente sobre el río Ebro... y con un tratamiento sencillo mediante máscaras, no se nota. Todas las fotos han sido unidas en Adobe Lightroom 6.14 sin mayores problemas. Menos una que no quiso reconocer que tal unión era posible, y que sin embargo Affinity Photo lo consiguió sin más.
En Lightroom hay tres tipos de proyección para componer la nueva fotografía; esférica, cilíndrica y perspectiva. La cilíndrica viene bien para las tiras únicas de fotos en horizontal o vertical que conforman un panorama. Tiene el inconveniente que deforma las líneas rectas de la arquitectura. La esférica conviene cuando no sólo se toma una fila de fotografías en horizontal, sino una matriz de varias filas, y también tiene el mismo inconveniente. La perspectiva no genera deformación de las líneas rectas de los edificios, pero genera una deformación de los extremos, que es muy desagradable cuando la amplitud de la vista es grande. Como estas son composiciones de tres fotografías en vertical, el resultado final no se desvía mucho de la proporción original de la cámara 3:2. Cuando hay edificios he usado la proyección en perspectiva, cuando no los hay y es más orgánica la imagen, he usado la cilíndrica.
El resultado ha sido bastante mejor de lo que pensaba, aunque la calidad de las fotos está lastrada por el hecho de que... una de dos, o yo he estado muy torpe midiendo la luz y he subexpuesto o, como supongo, esta película conviene exponerla a un índice de exposición más bajo de la sensibilidad nominal. La proxima vez a IE 250, manteniendo el tiempo de revelado recomendado.
No es que vaya a usar esta técnica habitualmente. Lo cierto es que si me apetece componer panoramas o fotos grandes a partir de fotogramas más pequeños, utilizaré la captura electrónica. Que todo es mucho más sencillo. Pero si puntualmente me surge la necesidad... pues ya sé que es factible y no demasiado complicado. Ya me diréis que opináis.