Comenté ya hace unos días que íbamos a realizar esta excursión, al Taller Escuela de Cerámica de Muel, en el ámbito de los aficionados a la fotografía con película tradicional de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ. Este taller escuela pertenece a la Diputación Provincial de Zaragoza y tiene como misión el mantener la tradición del trabajo de la cerámica en esta población cercana a la ciudad de Zaragoza en el valle del río Huerva, así como promover la investigación y la docencia en estas materias. El pasado día 6 de diciembre, día festivo a nivel nacional, era día de puertas abiertas de esta institución y pudimos pasar la mañana dedicados a nuestra actividad preferida, la fotografía con película fotoquímica tradicional; pero también, quienes se animaron, probando sus habilidades como artesanos alfareros.
Aquí me centraré en las cuestiones fotográficas. Llevamos para todos los participantes en la excursión una buen número de carretes reciclados con película Kodak T-Max 400 procedente de un par de rollos de 30,5 metros enajenados de una escuela de formación profesional que ya no enseña los procesos fotoquímicos en sus titulaciones de imagen y sonido. Todo se centra ya en el electrónica digital.
Dado que una buena parte de la visita se iba a desarrollar en interiores, la mayor parte de nosotros decidimos exponer la película a un índice de exposición IE superior a la sensibilidad nominal de la película. En mi caso, tras una evaluación inicial de las condiciones del lugar, decidí que un IE 800 sería suficiente. Sólo un paso por encima de la sensibilidad nominal de la T-Max 400.
No lo he dicho, pero el equipo que llevé fue la Pentax MX, una cámara que es muy fiable en su funcionamiento así como en la precisión de su fotómetro incorporado, con tres objetivos; SMC-M 28/3,5, SMC-A 50/2 y SMC-A Macro 100/4. La sensibilidad nominal hubiese sido suficiente para exponer todo el reportaje salvo para la utilización del 100 mm, que por su escasa luminosidad máxima y por la necesidad de mantener una velocidad de obturación de al menos 1/125 para evitar fotos trepidadas. Con los otros dos objetivos la combinación de f/4 y 1/60 s, o f/5,6 y 1/60 s fueron las habituales. En caso de necesidad, con un IE 400 hubiese podido usar el 50 mm a f/2,8 y 1/60 s, y el 28 mm a f/3,5 y 1/30 s.
Así pues, con índices de exposición que oscilaban entre el 800 y el 1600, la consecuencia inmediata es que el revelado había de ser forzado, con el fin de resituar en su densidad correcta al menos las luces y los tonos medios de la escena. Es difícil que los negros profundos, si se subexponen, se recuperen con el revelado forzado. Recordamos que denominamos revelado forzado al incremento en la duración del tiempo de revelado para una combinación dada de película y revelador y para una determinada temperatura de revelado con el fin de aumentar el contraste final del negativo, lo que nos permite usar la película con una exposición inferior a la recomendable para su sensibilidad nominal.
Yo había probado previamente el forzado de la película con Rodinal (o similar), y no presentaba mucho problema, aunque había que tener mucho cuidado de proteger las sombras y darles suficiente exposición, si estas ocupaban una parte importante de la escena.
Sin embargo, para esta ocasión, iba a usar un revelador que para mí era un incógnita, porque nunca lo había usado. Se trata del Kodak T-Max Developer, desarrollado por la marca de Rochester como solución para estas películas modernas de grano tabular. Lo de modernas es un decir, puesto que llevan en el mercado más de 30 años... Yo nunca fui aficionado a las T-Max en los años 90 cuando usaba con frecuencia la película en blanco y negro, porque eran engorrosas de usar. Había que tener más cuidado al revelarlas, necesitaban de un fijado prolongado, y de un lavado también prolongado con el fin de eliminar todo tipo de sustancias que podían comprometer la calidad o la durabilidad del negativo. Por ello, en caso de preferir películas de grano tabular optaba por las Delta de Ilford que, gozando de ventajas similares, se podían procesar con la misma comodidad que las películas convencionales de grano cúbico.
El T-Max Developer que tengo fue un regalo de alguien que no lo iba a usar. Me llegó en botella cerrada herméticamente y dentro del periodo recomendado de utilización. No está caducado. Después de leer la documentación me encontré con que Kodak recomienda revelar con los mismo tiempos la T-Max 400 tanto si se expone a su sensibilidad nominal como si se expone a un IE 800. Afirma Kodak que la película tiene latitud suficiente para admitir este tratamiento, y que el resultado a IE 800 son negativo algo menos contrastados que a su sensibilidad nominal. Pero me encontré discrepancias... pequeña pero existentes. En algún caso se hablaba de 6' 45" para una dilución de 1+4 a 20 ºC, y en otros de 7' a igual concentración y temperatura. Al mismo tiempo, pude leer algún comentario que consideraban estos tiempos insuficientes.
Después de mucho pensar, decidí aceptar el procesado a 1+4 durante 7' a 20 ºC.
Los resultados, que es lo que importa,... Andaba yo muy despistado sobre la naturaleza de estas películas. Y más después de la prueba con Rodinal. Esperaba una gradación de tonos más suave y progresiva. Las imágenes ciertamente tienen una buena gradación de los grises, pero el contraste es alto. Incluso si Kodak afirma que con una subexposición de un paso este es menor. Supongo que el Rodinal, al ser un revelador compensador, amortigua el contraste. Pero bueno... La conclusión a la que llego es que a esta película le sientan mejor los interiores con luz suave o los motivos a la sombra, uniformemente iluminados, que los exteriores soleados o las iluminaciones intempestivas, duras.
Por otro lado, la subexposición de un paso con el revelado normal provoca que en las situaciones de más contraste las sombras se empasten con cierta facilidad. Si su relevancia en la escena no es notable, no pasa nada. Pero en pleno invierno, con la gente vistiendo ropas oscuras,... mal rollo. Y si luego intentas resolverlo en al digitalizar el negativo... pues el grano que es muy moderado para la sensibilidad, se hace muy presente. Una vez más insistir en el concepto. Si las sombras y los tonos más oscuros son relevantes en la foto, hay que protegerlos dándoles una exposición suficiente.
Y ya que menciono la digitalización, como he dispuesto de poco tiempo estos días, los negativos los he escaneado en el Epson V600 Perfection Photo. Aunque el tiempo de digitalización por fotograma es mayor que con la cámara digital y el macro, cierto es que al digitalizar por lotes, puedes hacer otras cosas mientras tanto. Y sale a cuenta. A cambio, la resolución conseguida es mucho menor. Y la T-Max 400 me ha recordado por qué prefiero Ilford u otras marcas... la estabilidad dimensional de las películas de Kodak es lamentable, y en algún caso entrán en contacto la superficie curva de la película con el cristal del escáner produciéndose el patrón de interferencia conocido como anillos de Newton. Más adelante, con tranquilidad, digitalizaré las mejores con la cámara digital.
Sin más os dejo con algunas fotos de los participantes. Tanto los del club de las Canon A-1, como quienes se animaron a colgar la cámara y dedicarse un rato a la cerámica.
Desde hace unas semanas venimos celebrando el III Encuentro Analógico en la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ) (Facebook), con algunas charlas donde se comentan diversos aspectos, posibilidades y conceptos de la fotografía argéntica, con la película tradicional basada en los haluros de plata, con o sin colorantes acoplado. Es decir, en blanco y negro o en color.
Este pasado domingo 23 de abril, día de San Jorge, realizamos una excursión mañanera a Muel, donde anduvimos paseando por la ermita de Nuestra Señora de la Fuente, con pinturas atribuidas a Francisco de Goya, y que se asienta sobre una presa de origen romano, y por el parque municipal donde hay un salto de agua del río Huerva, que si hay suerte lleva bastante agua y es vistoso. Si no,... es menos vistoso.
No. No aparece el salto de agua. Las únicas fotos que le hice fueron en blanco y negro.
El objetivo de esta excursión colectiva es dar la oportunidad a los participantes en el encuentro para exponer sus carretes, especialmente si son en blanco y negro, que luego durante el mes de mayo serán revelados, y algunos de los negativos ampliados. No es obligatorio venir a la excursión. Hubo gente que no pudo venir que los fotografiará por su cuenta y luego acudirá a las actividades de laboratorios. Pero especialmente para los menos conocedores de las técnicas de fotografía con película tradicional, es una buena ocasión para informarse de aquellos con más expriencia.
Para la ocasión me llevé tres cámaras. Dos con película en blanco y negro, la Plaubel Makina 67, de formato medio, y la Olympus Pen EE-3, de medio formato, que no es lo mismo aunque lo parezca. La primera tiene un negativo de tamaño diez veces superior a la segunda. La idea es que a estas alturas ya hubiese tenido revelado los negativos en blanco y negro,... pero un "accidente", o más bien torpeza de mi parte, hizo que me quedase sin fijador, y hasta que no me ha llegado una nueva botella... pues este fin de semana los terminaré de revelar.
La tercera cámara fue una Fujifilm Quicksnap Fashion CF, con película negativa en color de 400 ISO. Traducido al castellano, una cámara de un solo uso Fujifilm, cargada con un carrete de 27 exposiciones de película que con toda probabilidad es Fujicolor Superia X-Tra 400, con flash (CF). Lo de "fashion" supongo que porque el cartón decorativo es mono. Antes de entras en las características de esta cámara, decir que su mejor comportamiento ha sido en retratos.
Como veis, la mejor opción es colocando a las personas en relativo contraluz, evitando que el sol se cuele en el objetivo para evitar pérdidas de contaste, a menos de tres metros de distancia y usando el flash incorporado en la cámara, alimentado por pila de tipo AAA incorporada también, como flash de relleno.
La cámara tiene una sola apertura y una sola velocidad de obturación. En la página de Fujifilm España no vienen las especificaciones. Pero en la de Fujifilm Global, aparece una Quicksnap Superia muy similar, en la que las especificaciones indica una lente de focal 32 mm (esperable), apertura f/10 y velocidad de obturación de 1/140. Lo que pasa es que ese modelo viene con película Superia X-Tra 800. De hecho, una variante de la misma con carcasa estanca al agua la usé en el viaje a Canadá, para visitar las cataratas del Niágara. Bueno, pues salvo la carcasa estanca al agua, que lleva flash y que la película es de 400 ISO en lugar de 800 ISO, supongo que ahí estamos.
La lente es un menisco de plástico muy sencillo. Bastante nítido en el centro, pero bastante flojo en el campo y las esquinas del fotograma. Por ello, es más adecuada para retrato en las condiciones que he mencionado, que para paisajes. pero también hice algunos.
Tradicionalmente se dice que las película de Fujifilm tienden a ser frías (con dominantes azuladas) y las de Kodak cálidas (con dominantes amarillentas). Pues bien... no ha sido ha sido con el producto que me han entregado. Para disponer de ellas cuanto antes, este carrete, en lugar de mandarlo a algún sitio donde los traten con especial cariño, lo he dejado en una tienda de fotografía que tengo muy cerca de casa. Siempre me da miedo. Antaño perteneciente a la cadena "Foticos", me hicieron varios desaguisados. Por lo que les llevaba carretes a revelar muy de ciento a viento. Ahora pertenece a otra gente. Suelen atender al públicos dos personas, dos chicas, que son muy amables, muy majas,... pero el laboratorio donde hacen las "cosas" me sigue dando miedo.
Les pedí que me hicieran el revelado del carrete, un juego de copias de 13 x 18 cm de tamaño, y digitalización a la mayor resolución posible. Que no llega ni a 4 megapíxeles. Y por algún motivo que desconozco no tiene las proporciones del negativo (3:2), sino que son más bien 7:5, más similar al de las copias de 13 x 18. Pero el caso es que ni siquiera las versiones del escáner y de la copia son iguales... Veamos un ejemplo. La primera es la escaneada por el laboratorio. La segunda es la escaneada por mi a partir de la copia en papel.
En la versión en papel el grupo está mas centrado, siendo del mismo tamaño, que en la versión escaneada, en la cual está más a la derecha. Si observáis las columnas y las sombras del fondo, notaréis también las diferencias. Y los observadores notaráis que hay una mancha longitudinal recta que atraviesa la foto. Y que está también en la versión escaneada. Y que aparece en las primeras tres fotos del carrete. Agggg,... ¡chapuceros son!
Pero vamos a lo positivo. La experiencia con esta sencilla cámara es positiva. Es divertida de usar. Con luz abundante, y evitando situaciones de extremo contraste, da unos colores bastante agradables. Funciona mejor en retratos, buscando composiciones que permitan situar a las personas en el centro del fotograma para aprovechar el punto dulce del menisco que ejerce de objetivo. Y mejor con luz en la espalda, pero protegiendo la lente a toda costa del sol, o lateral, y sin miedo a usar el flash, que no alcanzará más allá de los tres metros.
Pero bueno, como celebraban San Jorge los vecinos de Muel en el parque, preparando parrillas y ranchos, y montando puestos de artesanos, incluso hice alguna incursión en el reportaje y en el robado. Hay que atreverse con todo.
Comienzo mi balance anual fotográfico. No me quejo de cómo ha ido el año. Después de las incertidumbres y vicisitudes del 2014, este año ha sido relativamente tranquilo en lo que se refiere a viajes. No exento de sobresaltos, pero bien. Como hitos principales, voy afianzando mis escapadas a Italia en Semana Santa, hemos realizado un viaje por Canadá, no el que pensábamos en principio, pero bien ha estado, y ha habido otras escapadas que no han estado mal. Quizá la ausencia más notable es que no me he escapado a Madrid en todo el año, lo cual es raro.
Como de costumbre os lo cuento en fotos. Comenzamos el año con algunas excursiones por los alrededores de Zaragoza, modestas pero no carentes de interés.
El primer hito viajero importante fue a primeros de abril, en la escapada de Semana Santa a Italia. Instalados en Verona, recorrimos algunos de sus alrededores más interesantes.
Antes de las vacaciones de verano, las más importantes por duración y ambición, tuve la oportunidad de desplazarme a Galicia por motivos de trabajo, y de hacer alguna otra escapada por los paisajes de Aragón.
Y finalmente, en el mes de junio, llegó el esperado viaje a Canadá. Siguiendo el río San Lorenzo entre Niagara Falls y Tadoussac, con visita a las principales capitales canadienses.
Entre agosto y octubre, tuve un par de escapadas a países centroeuropeos, caracterizadas por el tiempo lluvioso y frío... pero que fueron bien aprovechadas no obstante.
Ya encarando el final de año, sólo dos escapadas a destacar; el taller de fotografía con cámaras de gran formato en Barcelona, y una escapada al Parque Natural del Moncayo para ver el sol, en un mes de diciembre cargado de nieblas en Zaragoza.
Espero que el 2016 venga al menos tan propicio en viajes como el 2015. Si no mejor.