Hace casi dos semanas que no actualizaba estas páginas dedicadas a la fotografía y otras artes visuales. Cosas de irse de viaje casi una semana. Y eso que a lo mejor los libros que comentaba ayer en el Cuaderno de Ruta podrían haber entrado dentro de la categoría "otras artes visuales". Pero no, me perece que se hubieran salido del tono habitual de estas páginas.
Por otra parte, se me están acumulando temas para traer aquí, pero como en su mayor parte son de fotografía argéntica,... pues se tarda un poco en tener el resultado final. En cualquier caso, y en ese tono, la entrada de hoy la ilustraré con fotografías que he tomado durante el viaje a Dinamarca con la pequeña Olympus Pen EE-3. Negativos en blanco y negro, que se aprestan bien al ambiente melancólico de la lluvia en primavera. Una primavera muy fría la de aquellas latitudes. Las que os presento hoy aquí están tomadas todas en Aalborg.
Pero vamos a las recomendaciones de esta semana.
Se dice de hoy en día que estamos en un época en la que las guerras se retransmiten en directo. La presencia de cámaras de fotografía, vídeo y televisión incrustadas en las unidades militares, sumados a la velocidad de las redes de comunicaciones, hacen que las imágenes de las atrocidades bélicas lleguen prácticamente en directo hasta nuestros televisores, ordenadores o teléfonos móviles. Pero el interés del ser humano por documentar la guerra viene de antaño. Tanto con fines propagandísticos como didácticos. Con fines de denuncia,... es algo más reciente la cosa. En L'Oeil de la Photographie nos hablaron hace unos días de las fotografías en la Guerra Francoprusiana de 1870. Obviamente, dadas las tecnologías de la época, son mucho más estáticas. Pero no por ello menos interesantes. Especialmente en lo que se refiere a los estragos del hecho bélico.
Cambiemos de tercio. Adelantémonos hasta los años treinta del siglo XX, y conozcamos a Dora Maar, más conocida por sus amoríos con Picasso que por su trabajo como fotógrafa o practicante de otras bellas artes. Y sin embargo, encuadrada en el surrealismo, sus fotografías no dejan de ser interesantes. También nos lo contaron en L'Oeil de la Photographie.
Adelantemos poco a poco el calendario. Ahora nos situaremos en la década siguiente, pero atravesaremos el Atlántico para irnos a Estados Unidos. En Feature Shoot nos hablan del trabajo del fotógrafo Todd Webb. Uno fotógrafo que trabajó para revistas importantes y que se relacionó con los más famosos fotógrafos norteamericanos de la época, pero que prefirió permanecer en un discreto segundo plano, por lo que es muy poco conocido. Sin embargo, dejó un importante archivo fotográfico, fundamentalmente dedicado a la fotografía documental, con imágenes de gran calidad, tanto técnica como de contenidos.
De la misma época, y también con un carácter documental, especialmente de la vida y el ambiente cultural del París de posguerra, especialmente de su margen izquierda, Montparnasse, son las fotografías de Emile Savitry. Pudimos ver unas cuantas de ellas hace unos días en The Night Picture Collector.
Vamos a otro fotógrafo del mundo de la cultura, las artes y la moda. Mucho más reciente. Contemporáneo. Se trata de Albert Watson, fotógrafo muy variado pero del que nos va a interesar en estos momentos sobretodo sus retratos. De famosos o de gente anónima, pero siempre interesantes y distintos a los de otros de sus contemporáneos. También nos lo contaron en L'Oeil de la Photographie.
Recientemente apareció en Lens Culture un reportaje que me pareció muy interesante. Nos habla de las fotografías que Michael Vince Kim ha realizado de los descendientes de un barco de coreanos que emigraban a Estados Unidos y que fueron engañados y llevados al Yucatán para trabajar prácticamente como esclavos durante un tiempo. Posteriormente se quedaron en la zona o se trasladaron a Cuba donde podemos encontrar a sus descendientes, muchos de ellos fruto del mestizaje con la poblaciones locales.
Son muchos los fotógrafos que han intentado y siguen intentando reflejar en sus trabajos el alma de los estados sureños de los EE.UU. Con frecuencia los temas se repiten y se cae en el tópico, pero siempre hay excepciones. A mí, las fotografías de Mark Steinmetz, a veces retratos, a veces paisajes, las más de las veces urbanos, me han transmitido una melancolía especial. Con un blanco y negro de amplia gama tonal, pero expresivo, las fotografías que pudimos ver en L'Oeil de la Photographie hace casi dos semanas me llamaron la atención.
En CPH Magazine (Conscientious Photo Magazine) entrevistaron y mostraron el trabajo hace unos días de Margo Ovcharenko, una fotógrafa rusa que en sus trabajos, principalmente retratos, trata de mostrar y comprometerse con personas jóvenes, a veces adolecentes, también del mundo de la diversidad sexual, que muchas veces se sienten o están en una situación de fragilidad, especialmente cuando conductas cada vez más reaccionarias y machistas se imponen hoy en día en los países de la antigua Unión Soviética.
Últimamente he empezado a seguir un blog en Tumblr, Absolution-V, que nos muestra siempre imágenes muy innovadoras contemporáneas o de las últimas décadas, tanto de la fotografía como del cine. Son diversas las frecuentes entradas que me llaman la atención. Entre las últimas, una dedicada a la artista sueca Nadja Bournonville. Artista y fotógrafa compleja, como podemos ver en la diversidad de sus fotografías.
Estamos en un época donde los principales argumentos de venta del material fotográfico es la extraordinaria nitidez y los muchos megapíxeles. Estos proporcionan lo que los anglosajones llaman con frecuencia fotografías "clínicamente" nítidas. No sé porqué lo de "clínicamente". El caso es que la película tradicional, menos realista, más orgánica, menos perfecta, aunque muy capaz de recoger abundante información, ofrece imágenes más atractivas en muchas ocasiones. Esa es la tesis que en Creative Boom mantienen de fondo cuando presentan el trabajo de Nicolas Comment. Y cierta razón no les falta en mi opinión.
Por último, y cuando estamos celebrando el "día de la Tierra", me llamó la atención un artículo de L'Oeil de la Photographie dedicado al planeta Marte. Xavier Barral ha reeditado un libro con una serie de fotografías de alta resolución del planeta rojo, cada una representa una región de 6 km de anchura, de la NASA, organización que pone por una ley propia de los EE.UU. todas sus imágenes en el dominio público por estar financiada con fondos públicos. Convirtiendo las imágenes, si no lo estaban, al blanco y negro, transforma el objetivo científico de las mismas en un ejercicio de visión fotográfica y estética muy interesante.
Últimas recomendaciones semanales de la primavera, antes de entrar en modo vacacional durante una quincena. Es seguro que dentro de una semana no saldrá esta sección cuasisemanal, y ya veremos lo que pasa dentro de quince días. Dentro de tres semanas espero haber recobrado la "normalidad". En cualquier caso, vamos a lo que ha pasado esta semana. Y para eso nada mejor que empezar por el tablero de Pinterest de estos últimos días.
Las fotografías que acompañan hoy las recomendaciones semanales entran dentro del territorio macro. Realizadas con la Olympus OM-D EM-5 y dos de los objetivos más modestos dentro del sistema micro cuatro tercios. El modesto gran angular de Panasonic G 14 mm 1:2,5 ASPH, pequeñito pero matón, y el teleobjetivo de focal variable también de Panasonic G VARIO 35-100 1:4-5,6 ASPH MACRO O.I.S., que adquirí recientemente por un 60% de su ya de por sí modesto coste en una "outlet" por internet. Ambos tienen una rosca para filtros de 46 mm, y a ambos les coloqué ayer por turno mediante un adaptador de paso de rosca de 46 a 49 mm la lente de aproximación Cosina que tengo desde hace una década acompañando al plasticoso Cosina MC 100 mm 1:3,5 Macro para montura Canon EF. El casos es que esta lente de aproximación de 3 1/3 dioptrías, permite que el teleobjetivo de focal variable, a su máxima longitud focal de 100 mm, obtenga una escalas de reproducción entre 1:3 y 1:2. Si contamos además con el factor de recorte del formato micro cuatro tercios frente al denominado "formato completo", tenemos que registra la misma escena que un objetivo para ese formato con una escala de reproducción entre 2:3 y 1:1... No está mal... ¿verdad? Con el 14 mm el efecto es muy pequeño, muy sutil, aunque tiene cierto efecto en el nivel de desenfoque del fondo, que es más acusado. Por lo tanto, servirá más a propósitos estéticos que de adentrarse en la fotografía de aproximación.
Yéndonos ya en otro tono totalmente distintos a una fotógrafa que se puede considerar ya un clásico de la fotografía mundial en general y de la mejicana en particular, En L'Oeil de la Photographie nos han recordado esta semana el trabajo de Graciela Iturbide. Desde mi punto de vista una fotógrafa excelente que ha sabido transmitir con fidelidad muchos aspectos de la compleja cultura de la sociedad mejicana y latinoamericana en general. Un trabajo etnográfico a conocer por todos los aficionados a la fotografía. Necesariamente.
De mi visita a Madrid el sábado de la semana pasada tengo todavía pendiente de hojear con calma un libro que compré sobre el trabajo en color, menos conocido, del nipón Daido Moriyama. Una parte de este trabajo en color forma parte de un conjunto de fotografías de la que nos hablan en American Suburb X bajo el epígrafe de Daido Tokyo y que constituyen una exposición que se está empezando a poder contemplar por distintos puntos del mundo. Muy interesado en la visión alternativa de un fotógrafo al que se suele relacionar con sus fotografías en blanco y negro fuertemente contrastadas y de atrevidos encuadres.
Ya hablaba hace unos días de algunas exposiciones del festival PHotoEspaña de este año. Luego saldré a visitar las otras dos que se han abierto aquí en Zaragoza en los últimos días. El festival otorga distintos premios y reconocimientos a fotógrafos en distintos estadios de su desarrollo profesional y artístico, con especial interés en los más jóvenes. Y ahí tenemos el premio Descubrimientos, que en esta edición ha ido a parar al chileno Andrés Durán Dávila. Mediante una cuidadosa e ingeniosa manipulación digital, Durán Dávila nos reinterpreta monumentos dedicados a próceres de la patria o de las ciudades, poniendo en cuestión sus méritos o las sociedades a las que han dado lugar. Nos lo contaron en Quesabesde, entre otros sitios.
Un par de propuestas que nos llegan desde Clavoardiendo, una revista en línea de fotografía que cada día está más interesante.
En primer lugar, tenemos el proyecto "Piel de otoño" de David Inclán, un proyecto muy introspectivo en el que se da un repaso a los temas universales de los acontecimientos fundamentales de la vida de una persona. Fotografías de aspecto muy melancólico, en las que la copia es muy trabajada, y con inspiración de artistas de origen japonés. Supongo que podemos considerar a Inclán como un fotógrafo a seguir en un futuro.
En segundo lugar, tenemos el proyecto "La balsa de piedra" de José Cavana, inspirado por el relato del mismo título de José Saramago. Cavana sitúa su balsa de piedra en el peculiar entorno del Cabo de Gata, con una mezcla fotografía de arquitectura y paisaje, muy manipulada para conseguir unas simetrías forzadas, aunque eventualmente rotas por pequeños detalles.
Del trabajo de Kelly Hofer me enteré si no recuerdo mal a través de un twitter, pero no recuerdo de quien. El fotógrafo empezó su vida en una colonia huterita, uno de estos grupos ultraortodoxos de denominaciones protestantes que se anclan a modos de vida muy tradicionales, rechazando la tecnología y viviendo en comunidades cerradas. En cualquier caso, uno de los proyectos de Hofer, "Hutterite", tiene que ver con sus vivencias de sus primeros años de vida, y nos traslada a una de estas colonias, especialmente a sus niños y adolescentes, ofreciéndonos una visión amable de este modo de vida al que parece que él a renunciado. En cualquier caso, con una mezcla de fotografías en blanco y negro y fotografías en color en que este ha tenido un tratamiento que nos retrotrae a los tonos y saturaciones de las películas de antaño, especialmente las kodachrome. Lo cierto es que me ha gustado... aunque me haya dejado la duda de cuál es la tesis real de Hofer sobre estas comunidades.
Acerquémonos al mundo del retrato. En Cada día un fotógrafo nos sugieren que nos acerquemos al trabajo de Margo Ovcharenko, un joven fotógrafa rusa afincada en Nueva York que de momento ha centrado su trabajo en los jóvenes rusos de su generación. Como muchos de sus coetáneos, transmite esa languidez que tan de moda está en esos grupos de edad y en los fotógrafos de esas edades. Pero sin duda, en el trabajo de Ovacharenko se aprecia un mayor dominio y cuidado en los encuadres, los temas y el tratamiento del color que hace que la podamos destacar de la marea corriente común.
En ese sentido, creo que todavía destacan más los retratos de Daria Amaranth, otra fotógrafa rusa, en San Petersburgo, a la que entrevistan en Women in Photography. Sus retratos son cualquier cosa menos improvisados, con composiciones muy cuidadas, e iluminaciones sencillas pero también muy sutiles, dominando las claves bajas. También me ha parecido muy interesante. Aunque es cierto que la selección de fotografías realizada en la entrevista influye mucho en esta impresión. Sus sitios web nos hablan de un trabajo más indiscriminado, con fotografías más conseguidas y otras más anodinas, independientemente de sus habilidades técnicas.
Finalmente, un artículo que despertó uno de mis cabreos redundantes. Yo soy un chico de ciencias. Y creo que en estos momentos, la ciencia es una de las herramientas que tenemos para poder revertir algunas de las catástrofes que el ser humano, como depredador difícil de contener que es, ha producido. Especialmente los desastres ambientales entre otros. Sin embargo, estamos en la época de la postmodernidad. Que al igual que el romanticismo en el siglo XIX, difunde una ideología colectiva, y en este caso de carácter global, muy anticientífica. Con frecuencia se satanizan los descubrimientos científicos y algunas de sus aplicaciones tecnológicas. Aunque todo el mundo vaya colgado de sus dispositivos electrónicos móviles. Y se transmiten con facilidad los bulos sobre las "maldades" de distintas cuestiones. Esos mismos que no pueden prescindir de su teléfono celular, protestan por "las enfermedades" no demostradas que producen las antenas de telefonía móvil. Una de las ciencias y tecnologías más atacadas es la genética y los transgénicos. La modificación genética de las especies domésticas es algo que viene haciendo el ser humano de hace decenas de miles de años. Si no, de qué habría la variedad de razas perrunas que vemos, o la variedad de tomates, o de melocotones... Pero ahora se conocen los mecanismos íntimos y se pueden hacer de forma más dirigida. Esto, no es ni bueno ni malo, depende de quién lo utilice y para qué. Y en el caso de los transgénicos el problema está en una serie de empresas con mucho poder y ausencia total de transparencia que se aprovechan de la total desregulación del sistema capitalista liberal. El caso más conocido es Monsanto. El fotógrafo Mathieu Asselin nos muestra en Lens Culture su investigación sobre las consecuencias de la falta de ética y escrúpulos de los responsables de esta empresa. A la cual habría que meterle mano a fondo. Pero insisto, el mal uso de estas ciencias y tecnologías por algunos seres humanos nos habla de que la especie humana es peligrosa para su entorno... no la ciencia o la tecnología. Que en un momento dado, pueden ser las herramientas que nos salven de nosotros mismo. Por favor, no confundamos.