Casi con toda seguridad, mi cámara más bonita es la Leica IIIf. La tengo desde hace casi 20 años. Y aunque no tiene la agilidad de uso de las posteriores Leica telemétricas de la serie M, es muy divertida de usar. Pero siempre ha tenido un "problema" que a mí me ha generado algún quebradero de cabeza. Su mecanismos de carga de la película es un rollo, nunca mejor dicho. Es complicado, hay que tener precauciones, hay que recortar la lengüeta de la película para evitar problemas, y hay que asegurarse muy bien de que la película esté bien enganchada y avance. Un modelo de 1951, pero con un diseño que procede de los años 20 y 30 del siglo XX. Eso sí, como digo, una vez todo está en su sitio, una delicia.
El objetivo "titular" de la cámara es el Elmar 50/3,5. Pero cuando hace unas semanas decidí ponerla en marcha, porque hacía mucho que no lo hacía y las cámara conviene usarlas de vez en cuando, o al menos accionarlas de vez en cuando, decidí utilizar el Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 MC. Este objetivo, con montura de rosca de 39 mm, no está acoplado al telémetro, por lo que se usa enfocando por zonas o a la hiperfocal. El diseño del objetivo lo hace muy sencillo. Además es un gran angular, por lo que todavía es más fácil. Es un objetivo muy compacto y ligero, y el único inconveniente es que hay que usarlo con un visor externo. Pero no me da muchos problemas el error de paralaje y la posible imprecisión del visor con respecto a lo que ve el objetivo. No es el mejor de los visores, pero funciona.
La cuestión es que le puse un rollo de Ilford FP4 Plus 125 con el fin de exponerla a primeras horas de la mañana, en mis desplazamientos a trabajar, con una luz con poco contraste, a un índice de exposición de 400, aumentando el tiempo de revelado de forma acorde. Lo que os expliqué recientemente con la Hasselblad, pero que originalmente lo pensé para la Leica IIIf. El problema es que cuando revelé el rollo apareció en blanco. Sin exponer. Cero. Ni rastro de luz en ese rollo. Tras investigar un poco encontré la causa. Si os fijáis en la foto de la cámara que he puesto más arriba, veréis que la palanca que desembraga los engranajes de avance de la película permitiendo en el rebobinado de la película, estaba en una posición ambigua. Ni en la R de rebobinado/rewind, ni en la A de avance/advance. Eso hacía que la película avanzase tras cada disparo, pero el obturador no quedaba correctamente armado y no se abría al disparar la película.
Por eso, al fin de semana siguiente hice la prueba con la Hasselblad. Pero claro, tenía que comprobar que el motivo del fallo era el que había descubierto, y para eso había que exponer un rollo de película. Así que cogí un nuevo rollo de FP4 Plus, lo cargué con cuidado una mañana, y con amenaza de lluvia, fui haciendo las 36 fotos del rollo en los 50 minutos que tengo de camino al trabajo andando. Por las paradas a hacer las fotos, ese día tardé casi una hora. Pero bueno. Aparentemente, todo funcionaba.
El rollo de película lo revelé al mismo tiempo que el de la Hasselblad, en el mismo tambor, como os conté siguiendo las recomendaciones de Emulsive, con una dilución C de Kodak HC-110, 1+19, durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Y puesto que es el mismo tipo de película y con las mismas condiciones de revelado, podéis imaginar que los resultados fueron similares. Aunque variaban por dos hechos; las condiciones de luz eran distintas, en esta ocasión un nublado con amenaza de lluvia, y debido a que tenía que llegar a una hora prudente a mi lugar de trabajo, no medí cuidadosamente la luz con el Gossen Digisix en todas las ocasiones, sino sólo cuando tenía la impresión de que las condiciones de luz habían variado sustanciales. El resto de las ocasiones, estimando la exposición a "ojímetro".
No fue muy mal. De los 36 fotogramas, dos estaban sobreexpuestos uno o dos pasos, por lo que no hubo problemas para usarlos, otros dos estaban subexpuestos aproximadamente un paso más de los dos previstos, y quedaron con las sombras bloqueadas, aunque uno de ellos usable, y en un fotograma me despisté completamente y usé unos valores de exposición absolutamente aberrantes para las condiciones de luz existentes, y quedó prácticamente transparente. Me di cuanta nada más hacer la foto.
Los resultados, son los que podéis ver. La nitidez de las fotos es inferior que con la Hasselblad. Están digitalizados de las misma forma que los negativos de medio formato, pero obviamente con una ampliación mucho más grande. En ambos casos con la Panasonic Lumix G9 en modo alta resolución lo que me da unos ficheros de unos 50 megapíxeles aprovechables. Pero mientras los de la Hasselblad los digitalicé con el zoom 12-40/2,8 de Olympus, para los pequeños de la Leica tuve que escoger el Macro-Elmarit 45/2,8 de Panasonic Leica. Esto hace mucho más crítico el menor error de enfoque o de falta de paralelismo entre la película y el plano del sensor de la cámara. Por otro lado, el simpático Snapshot-Skopar de Voigtländer no tiene la misma nitidez ni la misma resistencia a los contrastes y a otros eventos luminosos que el Planar T* de Carl Zeiss para Hasselblad.
Dicho todo lo anterior, los resultados, para ser un rollo expuesto de forma rápida y sin demasiadas consideraciones "artísticas", al fin y al cabo era una comprobación de que la cámara funcionaba, fueron buenos. Y es factible, como conclusión, lo mismo que os dije hace unos días; usar la FP4 Plus 125 a un índice de exposición de 400, cuando las condiciones de luz y contraste lo hagan adecuado.
Estamos en la séptima semana desde que entró en vigor el decreto del estado de alarma por la epidemia de covid-19. Y todos analizando con cuidado cuándo y cómo podemos salir a pasear. No me quejo. de 6 a 10 de la mañana y de 8 a 11 de la noche van a ser las mejores horas para caminar y tener buena luz para hacer fotos. Especialmente si, como anuncia la previsión del tiempo, mayo llega con subidas importantes de temperaturas. Pero todavía estoy trabajando las fotografías que hice durante la quinta semana, que hoy os presento aquí.
Aunque tenía intención de variar, con otras cámaras, lo cierto es que una serie de circunstancias, relacionadas con mis horarios laborales, me llevaron a optar por un pequeño equipo. Así que volví a salir con la pequeña Minox 35 GT-E. Como mis recorridos de ida o vuelta al trabajo caminando iban a ser predominantemente en horas centrales del día, opté por la Ilford FP4 Plus 125. Sensibilidad más que de sobra para la inmensa mayoría de las fotografías a la luz del día, incluso enfocando por zonas o a la hipeerfocal, aprovechando la escala de profundidades de campo de la Minox.
Pero habiendo observado los resultados de unos cuantos rollos expuestos con esta cámara, me había quedado con la sensación, una sensación que me acompaña desde que compré la cámara en 2001, después de perder en Bélgica la Minox 35 ML que la precedió, que la cámara sobrexpone. Así que lo que hice durante esa semana fue ajustar el fotómetro de la cámara a un índice de exposición de 250, como si subexpusiera un paso. Pero luego revelé como si hubiera expuesto a su sensibilidad nominal.
Y no me ha fue mal. Con un revelado en Kodak HC-110 dilución C (1+19), durante 5 minutos y 30 segundos a 21 ºC, los negativos han quedado con una densidad y contraste bastante razonables. Lo cual ha sido especialmente importante, porque también he modificado algún aspecto en la digitalización de los mismos.
En los últimos tiempos, para el formato pequeño, los negativos de 24 x 36 mm, o inferiores, sobre película de 35 mm, venía usando la Panasonic Lumix G9 con el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. En formato "raw" claro, para aprovechar al máximo. Pero eso me daba unos ficheros originales con un contraste bajo, con mucho con lo que trabajar para dejar el archivo final en una luminosidad y contraste adecuados. Pero si el grano de la película era discreto en el fichero original, al aumentar el contraste, necesariamente en la mayor parte de las ocasiones, este aumentaba considerablemente, se hacía muy notorio e incluso afectaba a la nitidez de la imagen. Si usaba el Epson Perfection V600 Photo, podía ajustar la luminosidad y el contraste antes de escanear, y el grano quedaba muy discreto. Pero la resolución y la nitidez de la imagen con unos archivos prácticamente la tercera parte en tamaño de los que ofrece la Lumix G9, era inferior. Los dos métodos tienen sus problemas.
He decidido arriesgar y sacrificar unas cosas en favor de otras. Este rollo lo he digitalizado con la Lumix G9, en modo de alta resolución, pero directamente en JPEG y ajustando los valores de contraste del mismo dentro de la cámara al máximo. El resultado ha sido unos archivos JPEG bastante buenos en su mayoría en tono y contraste, ajustando cuidadosamente la exposición con el histograma de la cámara, y controlándola a distancia para minimizar vibraciones con el iPad. Y con un grano discreto, más adecuado a la película que eso sí. La intervención posterior posible sobre los mismos, siendo archivos JPEG, es muy inferior. Aunque al partir de archivos de 40 megapíxeles (alta resolución), hay más margen del que parece, teniendo en cuenta que el archivo que usaré para imprimir la imagen final es como mucho la mitad. Estoy repitiendo el proceso con otros rollos, rescatando negativos antiguos de principios de los años 90, y sigo satisfecho. En cualquier caso, con los medios disponibles, siempre hay que buscar un compromiso y renunciar a algo.
Por cierto, estoy analizando las tomas para deducir porqué tiendo a encuadrar en vertical últimamente.
Cuando ya estamos metidos en la quinta semana de vigencia del estado de alarma debido a la epidemia causada por el nuevo coronavirus aparecido en China y extendido ya por todo el mundo, los virus no saben nada de ese estúpido concepto que denominamos "fronteras", tengo ya revelado y procesado el rollo de Ilford FP4 Plus 125 que expuse con la Minox 35 GT-E durante la tercera semana del estado de alarma. Os recuerdo que yo sigo yendo a trabajar, tengo una profesión sanitaria y me han considerado servicio "esencial", y por lo tanto documento lo que me encuentro en las calles mientras voy y vengo a trabajar.
Hoy no me extenderé mucho en los detalles. Os dejaré algunas fotos, pero un comentario más extenso lo pondré en mi Cuaderno de ruta. Porque será un comentario más subjetivo sobre las fotografías, que sobre técnica fotográfica, que es a lo que dedico estas páginas.
Si que diré que, como es habitual en mí, el rollo de Ilford FP4 plus 125 lo revelé en Kodak HC-110, dilución C (1+19), cinco minutos y medio a 21 ºC. Con los ritmos de agitación que uso habitualmente; 30 segundos de inversiones tranquilas del tambor de revelado al comienzo del revelado, seguidos de cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta llegar al final del tiempo de revelado recomendado.
La única novedad, relativa, es la digitalización de los negativos. Generalmente, cuando digitalizo con la cámara digital y el objetivo macro, me quedan bien. Razonablemente nítidos para poder usar un fichero de imagen de 15 o 16 megapíxeles. Aunque suele tener un efecto indeseable. La imagen bruta que obtenemos al digitalizar los negativos de esta forma suele tener muy poco contraste. Y para mejorar este contraste, nos vemos obligados a elevarlo en los programas de tratamiento de imagen, ocasionando como efecto secundario un aumento notable de la granulación propia del negativo. Los granos de sales de plata se hacen mucho más evidente que en los procesos físico químicos puros. Normalmente, con un tratamiento cuidados de los negativos no me suele producir especiales problemas.
Pero en esta ocasión observé en no pocos negativos una granulación realmente excesiva comparada con experiencias previas con esta película y este revelador. Y pérdidas de nitidez como consecuencia. Por ello, volví a redigitalizar los negativos con el escáner Epson Perfection V600 Photo. El resultado es una archivo inicial con el contraste mucho más ajustado a la realidad y con una granulación mucho menos evidente. Pero como contrapartida, y por las limitaciones propias del escáner, el archivo aprovechable no pasa de los 5 o 5,5 megapíxeles. Yo escaneo con el V600 a 2400 píxeles por pulgada, sabiendo que luego debo reescalar a la baja a unos 2000 píxeles por pulgada. Que por encima de esto, no hay mejora de la información. Es lo que hay. Y estas son las fotos que he utilizado para ilustrar esta entrada. De todas formas, tengo que analizar porqué me han quedado peor y con menos nitidez que en otras cosas, sabiendo que no hay ningún problema de desenfoque apreciable... Estoy mosqueado.
Durante mediados de marzo, seguía yo probando las capacidades de mi reciente adquisición, la Olympus Pen F con el F.Zuiko 38/1,8. Con las películas de ISO medio-bajo, había comprobado que la cámara era capaz de ofrecer una muy razonable capacidad para obtener imágenes nítidas y limpias, a pesar del menor tamaño de negativo. Pero mi prueba con la Lomography Berlín Kino 400 me dejó un poco más mohíno. No soy de los partidarios de granos excesivamente aparentes porque sí, y aunque los resultados fueron honestos, no acabé del todo convencido.
Visitando un comercio de la ciudad, Zaragoza, vi que tenían disponibles rollos de Ilford HP5 Plus 400 de 24 exposiciones. Que con la Pen F se convierten en 48 exposiciones. Lo cual me parece un compromiso muy razonable para usar con esta cámara, más que las 72 exposiciones que ofrece un rollo de 36. Pero tenía que comprobar que calidad me ofrecía esta película con un negativo de medio formato. Así que cargué la cámara y empecé a hacer fotos, mientras me desplazaba de un lado a otros de la ciudad y mientras daba algún paseo por zonas verdes. Pero en estas... llegó el estado de alarma por la enfermedad por coronavirus, el aislamiento en domicilio y todas esas cosas. Tuve que replantearme las cosas.
Parte de las fotos del rollo están realizadas en los días inmediatos previos a la declaración del estado de alarma. El resto después. Con estas últimas decidí una cosa. Como estoy dentro de los servicios esenciales de la administración pública, he decido ir y venir a trabajar caminando siempre que pueda. Y llevar siempre una cámara encima, compacta, para ser más discreto e ir acumulando una serie de fotos sobre esta experiencia. Aunque voy cambiando de cámara para ir entreteniéndome. Tengo reveladas ya las de la segunda semana, aunque todavía no las he digitalizado. Y hace un ratito he terminado de exponer el de la tercera semana. Que revelaré el fin de semana.
Los datos de revelado de la HP5 Plus 400, expuesta a su sensibilidad nominal, y sin filtro alguno, no son ningún misterio. Los recomendados por los fabricantes. En Kodak HC-110, dilución B (1+31), 5' a 20 ºC. Digitalizados los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS.
Los resultados... mmmm... creo que voy a probar otra cosa en cuanto pueda. La HP5 Plus tiene un contraste muy suave y una gama de grises muy amplia. Si la escena fotografiada tiene abundante contraste, quedan bastante bien. Pero si la escena es poco contrastado, en un procesado digital, cuando intento mejorar el contraste de las fotos, el grano se hace excesivamente visible. Y eso que Luminar 4 tiene buenas herramientas para minimizarlo sin perjudicar mucho la nitidez de la foto. He estado dándole vueltas a la posiblidad de usar la FP4 Plus 125 a un índice de exposición de 400, para mejorar el contraste entre la toma y el revelado, y luego tener que tocar menos el negativo al procesarlo digitalmente. Supongo que copiado en ampliadora, con cabezal de difusión, será mucho menos aparente. En cualquier caso... creo que la película idónea tal vez fuera la Kodak Tri-X 400, pero odio lo difícil que es de manejar por la escasa estabilidad dimensional que tiene su soporte. Ya os iré contando lo que pasa en las siguientes semanas del aislamiento social colectivo.
Recientemente tuve que reponer algunos materiales fotográficos, sobre todo químicos para los líquidos de revelado, fijado y humectantes. También algún otro complemento que me haga la vida más sencilla. Lo pedía Macodirect, tienda en línea alemana. En muchas ocasiones, si llegas a un cierto gasto, los precios de transporte del pedido se compensan con el menor precio de los productos. No siempre. Hay que estudiar cada caso.
No pensaba comprar película. Salvo quizá un par de carretes de 35 mm de Rollei 80s para fotografía infrarroja. Pero recientemente había leído las noticias de que el fabricante checo de película fotográfica Foma, había cambiado el empaquetado de sus Fomapan para celebrar el 100º aniversario de la marca o la empresa, no sé exactamente. Un empaquetado retro, pero muy alegre, con muchos colorines. Así que pedí un par de rollos en formato 120 de cada una de sus tres sensibilidades; 100 "Classic", 200 "Creative" y 400 "Action".
Previamente, de estas películas, sólo había probado la Fomapan 100 "Classic", hace un par de años. Bajo su propia denominación o "camuflada" como Lomography 100 "Earl Grey". Es la misma película. De tecnología de grano cúbico tradicional, ofrece unos resultados razonables, nada punteros, y el principal problema que me causó es que, en ocasiones, cuando la usaba con la cámara Hasselblad, daba la impresión de tener una longitud inferior a la estándar, porque el 12º fotograma aparecía cortado. En cualquier caso, decidí comenzar a usar estas películas con la Fomapan 200 "Creative".
Me pasa una cosa extraña. Aunque estoy acostumbrado ya con mis cámaras digitales a usar una índice de exposición 200, que es la sensibilidad de base de muchos de los captores electrónicos de estas cámaras, con la que se obtienen los mejores resultados de nitidez, ausencia de ruido electrónico y superior rango dinámico, en los carretes en blanco y negro es una sensibilidad incómoda. Para situaciones de luz escasa, prefiero el ISO 400, generalmente cómodamente forzable a IE 800, 1600 e incluso 3200, como con la Ilford HP5 Plus. Y cuando hay luz suficiente, las sensibilidades entre ISO 80 y 125 suelen ofrecer más nitidez y grano más fino que las de ISO 200. No digamos ya para largas exposiciones, en las que si puedes disponer de la Fujifilm Neopan 100 Acros, por su respeto a la ley de la reciprocidad, acabas con exposiciones más cortas que con películas de ISO 200 o 400.
Pero el domingo pasado hacía una mañana con nubes pero no oscura. Y fue el momento adecuado para usar uno de los rollos de Fomapan 200. Una tarde de esta semana pasada en la que poco a poco se fue matizando la luz con nubes pasajeras, que más tarde se convirtieron en permanentes y tormentosas, también generó unas condiciones similares. Esa tarde, como al principio del paseo había bastante luz y un cielo azul, usé un filtro naranja para mejorar los contrastes. La cámara usada en ambos caso fue la Hasselblad 500CM con el objetivo Carl Zeiss Plannar 80/2,8 CF T*. La medición de la luz la realicé con el Sekonic L-408 Multimaster. En ocasiones usando medición de luz incidente, pero la mayor parte de las veces usando la luz reflejada parcial, que me permite controlar el contraste con facilidad y determinar con facilidad un tiempo de exposición que me salve las sombras.
Cuando, una vez expuestos los dos rollos de película, fui a consultar las fichas técnicas de la película y los tiempos de revelado, me encontré con un dato que ignoraba. Así como las Fomapan 100 y 400 son películas clásicas de grano cúbico, la Fomapan 200 es una película de grano tabular hexagonal. Curiosamente, en la ficha técnica de la película no encontré tiempos de revelado para el Kodak HC-110 que el que tengo disponible en estos momentos. Lo cual me extrañó dada la popularidad y eficacia global de este revelador.
Finalmente, tras una cierta investigación, en el Massive Dev Chart encontré tiempos de revelado recomendados. A la dilución A (1+15), 3:30 minutos. A la dilución H (1+47), 9 minutos. En ambos casos a 20 ºC. Decidí trabajar a partir de esta última solución. Aunque para facilitar los cálculos, usé la dilución H modificada (1+49). La diferencia es muy pequeña a efectos prácticos. Y como es muy complicado bajar las temperaturas de los líquido ya preparados a los 20 ºC, y el agua del grifo para preparar el revelado me salía a 24 ºC, decidí usar esa temperatura para que la misma fuera lo más uniforme posible a lo largo de todo el proceso. Para ello tuve aplicar la calculadora para corregir los tiempos de revelado, que acabaron siendo de 6 minutos.
Los resultados me dejaron un poco cariacontecido. Aunque todos los negativos eran aprovechables, encontrando textura en las sombras de todos ellos, en general tienen poca densidad. Especialmente aquellos en los que he usado el filtro naranja. Por supuesto, a la hora de medir la luz en esos casos, tuve en cuenta los dos pasos de exposición que se come este filtro. En un momento dado, pensé que quizá la sensibilidad espectral de la película fuese tal que su sensibilidad al naranja fuese menor de la habitual. Pero por lo que visto en las hojas técnicas, no hay grandes diferencias con la Ilford FP4 Plus 125, por ejemplo, teniendo ambas un pico de sensibilidad en las longitudes de onda correspondientes al amarillo anaranjado, para luego presentar una caída repentina en torno a los 650 nm de longitud de onda, que se corresponde con los naranjas profundos y principios del color rojo. Ninguna de estas película, habitualmente vendidas como "pancromáticas" lo son del todo. En cualquier caso, no es de esperar un comportamiento con el filtro naranja distinto a las habituales de Ilford.
Por supuesto, puede que me hubiese equivocado al medir la luz. Pero presté mucha atención, especialmente por ser una película desconocida, y usé unas técnicas de medición de la luz que llevan mucho tiempo dándome excelentes resultados.
Otra explicación posible es que el revelador no extraiga toda la sensibilidad necesaria de la película, o que los tiempos de revelado fueran insuficientes. Pero los testigos, números y letras en los bordes de la película, tras el revelado, aparecían completamente negros, muy densos, denotando un revelado completo. ¿Habrá que pensar que la película es menos sensible en la realidad de lo que nos dicen en la ficha técnica? ¿Será más adecuado ajustarla a una índice de exposición de 100 o 125?
En cualquier caso, lo que sí que es cierto es que el contraste en las imágenes está muy contenido. La gradación de los grises es muy progresiva, muy continua, sin saltos bruscos. En algún caso, demasiado apagada. Aviso a navegantes, no usar el filtro naranja en situaciones en los que no obtengamos ventajas en el control del contraste. Y lo que sí me ha sorprendido es que con un negativo de formato medio, en los archivos digitalizados con la Panasonic Lumix G9 en modo alta resolución, en JPEG de hasta 40 megapíxeles, y cuyo resultado final han sido imágenes cuadradas de 25 megapíxeles, el grano es muy fino y apenas perceptible. Sólo en aquellas fotografías en las que por su escaso contraste, he tenido que ser más enérgico con las curvas o con las intervenciones locales para mejorar el microcontraste, el grano se ha hecho más aparente pero fino.
No me ha disgustado la película, suponiendo que hubiese estado familiarizado con ella y con la fórmula adecuada de exposición y revelado. Por ejemplo, si comparo estas fotografías con las de la Fomapan 100 de hace dos años, revelada también en HC-110, también expuesta con la Hasselblad, yo diría que el grano es más fino y agradable en la versión de ISO 200. Aunque en las fichas técnicas de Foma nos dicen que la granularidad de la Fomapan 100 es márginalmente más fina que la de la Fomapan 200 (RMS 13,5 frente a RMS 14; cuanto más bajo el valor, el aspecto de la granularidad es más fino).
No sé si repetiré. Ya tengo mis cajitas retro de colores. Y no les veo grandes ventajas a usar por ejemplo una Ilford FP4 Plus 125 a un IE de 200, con la facilidad de adquirir esta película en el comercio local. Pero bueno. Aquí queda la experiencia.