Publiqué hace unos días algunas fotografías de un par de rollos de Lomography 100 Earl Grey realizados con mi Yashica Mat 124G. Como ya comenté, fue mi primera cámara de medio formato, pero que desde hace cuatro años prácticamente no la he usado porque un accidente estropeó algunos elementos sin los cuales su manejo es muy poco práctico. Habiendo llegado a una situación de compromiso, me apetece volver a usarla. Veamos como recordtorio el aparato, una réflex binocular de aspecto muy clásico.
En sentido estricto, pocas ventajas ofrece sobre el uso de la Hasselblad 503CX con el Planar 80/2,8. La distancia focal del objetivo es la misma, pero el Planar es 2/3 de punto más luminoso; f/2,8 frente a f/3,5. La visión réflex directa de la Hasselblad soslaya el error de paralelismo del visor réflex binocular de la Yashica. El Planar tiene un diseño mucho más avanzado que el derivado de la fórmula del Tessar que tiene la Yashica, aunque reconozco que este tiene mucho encando. Esas ventajas son que la cámara es mucho más ligera, y que la Yashica tiene un fotómetro incorporado... que incluso después de haberle puesto pilas nuevas no tengo claro que esté bien calibrado.
No quedé muy contento con las fotografías realizadas con la Earl Grey de Lomography. El contraste era bajo, muy bajo, y daba la impresión de que había un elevado grado de difusión de la luz en el fotograma. Dos posibles explicaciones tenía esa situación, dadas mis experiencias previas. Que la película se hubiese comportado mal por algún motivo, era la primera. Resultaron negativos claramente sobreexpuestos, cosa que me extrañó un poco ya que medí con fotómetro de luz incidente que suele ser muy preciso. Pude cometer algún error en todo el proceso. La segunda explicación era que, habiendo abusado de las composiciones a contraluz, el objetivo de la Yashica no hubiese sido capaz de aguantar adecuadamente la situación. No recordaba un comportamiento de este tipo con esta cámara, pero era evidente que cuando el contraste original de la escena era más exagerado, especialmente con las situaciones a contraluz, más acusada era la pérdida de contraste.
Lo cierto es que en esos días también tiré un rollo de Rollei Superpan 200 Pro, usando el filtro Hoya IR72 de modo que sólo llegasen a la emulsión sensible las longitudes de onda correspondientes al rojo muy muy muy profundo y al infrarrojo cercano. Como las rosca del objetivo no se corresponde con la Bayoneta tipo I de la cámara para fijar complementos a su sistema óptico, el filtro fue sostenido a mano delante del mismo durante la exposición. Sólo en uno de los fotogramas, que podéis ver a continuación, en el que la luz llegaba desde un lateral, hay un artefacto debido a un reflejo indeseado de la luz.
El contraste general de las escenas, aunque ligeramente más bajo del que obtengo con la Fujifilm GS645S Wide 60, es bueno.
Es cierto que por la propia naturaleza del paisaje en el espectro del infrarrojo, tengo ya la experiencia para no orientar nunca la cámara hacia el sol. El efecto buscado, el contraste entre las zonas de la excena que reflejan abundante luz infrarroja y las que no, se ve muy atenuado si el sol entra en la escena o se encuentra próximo a la misma. Por lo tanto, los peligros de pérdidas de contraste por contraluces y escenas similares es mucho menor.
En general, la experiencia es positiva. No había realizado paisajes en el espectro del infrarrojo en formato cuadrado, y creo que es una opción interesante que merece la pena tener disponible. El otoño en Zaragoza va muy retrasado, así que todavía había en la primera mitad de noviembre abundante follaje verde en los campos y parques próximos, por lo que se puede aprovechar todavía para este tipo de fotografía. Y así sigo ganando experiencia, y añadiendo alguna nueva fotografía al modesto porfolio que voy a recoger de fotografía infrarroja en paisaje urbano y periurbano.
Durante el verano he ido realizando una serie de paisajes en blanco y negro en el espectro del infrarrojo recorriendo las riberas del río Ebro a su paso por Zaragoza. A un ritmo más lento de lo que yo pensaba. Mi idea era que el modesto proyecto de reflejar el conjunto de las mismas bajo esta forma de expresión fotográfica pudiese culminar antes de la llegada del otoño. Es importante la presencia de vegetación en abundancia y temperaturas cálidas para conseguir el mayor efecto con este tipo de material. Pero unas semanas hasta que repuse película, más el tiempo no siempre apropiado otras veces, han hecho que la cosa haya ido más despacio de lo que pensaba.
Hace un par de domingos... o tres, que el tiempo pasa muy deprisa, afronté una de las etapas de este proyecto, pero con una variante. Hasta ese momento había utilizado la Fujifilm GS645S Wide 60, formato medio de 6 x 4,5, y película Rollei en sus variantes Superpan 200 Pro y Retro 80S, con el consabido filtro Hoya IR72. Con buenos resultados. En esta ocasión, opté por un carrete de película de 35 mm de Superpan 200 Pro. Más del doble de oportunidades, menos tamaño disponible.
El entorno escogido para esta subserie fue el del azud del río Ebro, a ambas orillas, en una mañana de domingo muy luminosa, lo cual estaba muy bien para mis propósitos, pero con el hándicap de un viento quizá demasiado intenso. La abundancia de luz me permitió velocidades de obturación de entre 1/15 y 1/30 segundos. Pero el riesgo de imagen borrosa por el movimiento de las ramas de los árboles por el viento estaba ahí. Protegí la cámara con mi cuerpo, e intenté aprovechar los momentos en que el viento amainaba. Pero indudablemente, en algunas fotografías se nota ese movimiento de las ramas y las hojas.
Hubiese podido optar por cerrar el diafragma más allá del f/11 que fue mi apertura de trabajo, y buscar el efecto de movimiento de las nubes con velocidades aún más lentas. Pero aunque había alguna, que iba a destacar sobre el oscuro cielo que obtenemos en la fotografía en el espectro infrarrojo, era insuficientes para dedicarse a ello.
Tenía varias posibilidades para escoger una cámara de 35 mm con las que realizar la subserie de fotografías. La más obvia quizá fuera la Pentax MX, ya que los diámetros de filtro de 49 mm, como el de mi IR72, fueron un estándar en los objetivos Pentax de enfoque manual. Pero al final decidí usar la Canon EOS 650 con dos objetivos. En realidad, me llevé dos, pero prácticamente solo usé uno con el filtro infrarrojo; el Olympus Zuiko Auto-W 21 mm f/3,5 con la montura adaptada de forma permanente con una montura Canon EF. Muy adecuado por su focal para el paisaje, el único miedo que me producía es que el filtro, cuya montura no es excesivamente fina, provocase un viñeteado mecánico, obscureciendo las esquinas de los fotogramas. Aunque en alguno de ellos se aprecia algo de esto, no es un efecto preocupante, no siempre se nota, y cuando lo hace, no queda mal.
Digitalicé los negativos fotografiándolos contra una mesa de luz con la Pentax K-S1 calzada con el objetivo SMC-A 100 mm f/4 Macro. Con la ayuda de una lente de aproximación, podría haber conseguido un elevado nivel de ampliación, aprovechando buena parte de los 20 megapíxeles que ofrece esta cámara, pero decidí no incluir ese complemento, y conformarme con unos cuantos menos, entre 11 y 12 megapíxeles, pero de mejor calidad.
Como poco a poco he ido depurando esta forma de digitalizar los negativos, para este formato pequeño me da una apreciable mejor calidad que con el escáner de sobremesa, que reservo para los negativos de medio formato.
Dicho lo cual, he decir que estoy bastante satisfecho con el resultado, aunque es mucho más cómodo y se obtiene una información más nítida con el formato medio, al que he vuelto en un par de carretes que he expuesto con posterioridad, aunque todavía no he revelado. Olvida decir que el revelado fue en Rodinal 1+25, durante 8' a 20 ºC.
No expuse todo el carrete bajo el filtro infrarrojo. Como no había utilizado nunca esta película en formato pequeño, cuando emprendí el camino de vuelta hacia el autobús urbano que me devolvería a casa, quité el filtro, y calcé el EF 50/1,8. Podría haber usado este objetivo con el IR72, tiene una montura de filtro de 52 mm, aunque con un adaptador permite usar sin problemas los de 49 mm, pero no me surgió la ocasión.
Os muestro algunos ejemplos de las fotografías con las que terminé el carrete. Sin filtro alguno, olvidé el filtro amarillo en casa, que me hubiera venido bien para aumentar el contraste, obtuve unas fotografías con una gradación de grises muy agradable, y un contraste relativamente bajo para las condiciones de luz reinantes. Evidentemente, la sensibilidad extendida hasta el infrarrojo cercano de la película se nota, y no tiene el mismo rendimiento que otras películas más comunes. Que guste más o menos, es una cuestión muy personal, no obstante. Pero es una película cómoda de usar, y con un grano contenido para tener una sensibilidad nominal de ISO 200/24º. Sirvan también para comparar la diferencia de estética entre usar o no usar el filtro que bloquea la luz visible en todo su espectro salvo el rojo más profundo, y a menudo invisible a nuestros ojos, y el infrarrojo cercano.
Con menos frecuencia de la que esperaba, fundamentalmente por culpa del tiempo, aunque no sólo, sigo experimentando y fotografiando en el espectro del infrarrojo. Hoy, por ejemplo, tenía disponible la mañana y parte de la tarde para hacer algún nuevo carrete en los puentes del Ebro, pero estamos con un buen nublado en Zaragoza y la temperatura no ha subido de los 22 o 23 ºC. Un tiempo más otoñal que de finales de verano en esta ciudad.
Tenía previsto durante unos cuantos días el combinar la fotografía estenopeica con la infrarroja. Durante todo el fin de semana pasado tuve preparado un equipo para ello, pero hizo mucho viento. Excesivo. Los tiempos de exposición previstos iban a ser largo. Pero por fin, el martes de esta semana tuve un momento, y el tiempo fue adecuado.
Elegí una cámara estenopeica para rollos tipo 120, película de formato medio, la Ondu Pinhole 6x12 Multiformat. Os recuerdo sus características; cámara de madera fabricada por Ondu en la República Checa, que admite este tipo de película, con la posibilidad de utilizar los formatos de 6x6, 6x9 y 6x12. También el 6x8, pero desperdiciando película. No merece la pena; obtienes el mismo número de fotogramas que en 6x9, pero más pequeños.
Como material sensible, la Rollei Superpan 200 Pro expuesta con la luz atravesando un filtro Hoya IR72, y aprovechando su sensibilidad extendida al rojo profundo y al espectro del infrarrojo cercano a la luz visible. El revelado se ha realizado en casa con Rodinal a baja concentración, 1:100, para aumentar la capacidad compensadora del revelador, en revelado desatendido durante 60 minutos a 20 ºC. Se ha digitalizado también en casa con Epson Pefection V600 Photo.
La localización elegida para las fotos ha sido en un parquecillo que tengo relativamente cerca de casa, en la plaza Crónica del Alba, a orillas del Canal Imperial de Aragón, donde este separa la barriada de Santa Gema, al sur del barrio de San José, del barrio de la Paz y el de Torrero. Quizá el momento más adecuado para fotografiar en el espectro infrarrojo son las horas centrales del día, pero como no fue posible, tuvo que ser entre las 6 y las 7 de la tarde. Lo que implica que las sombras empezaban a ser largas e invadir los paisajes. Como consecuencia, el aspecto inicial de los negativos fue el de unos fotogramas subexpuestos, con poca materia en las sombras, que aparecía muy transparentes. La medición de la luz se realizó con la aplicación myLightMeter en el iPhone.
Los tiempos de exposición oscilaron entre los 2:30 minutos en las escenas más iluminadas por el sol, y los 16 minutos, en las más sombrías. Hubo varios problemas a los que hacer frente.
El primero es que la cámara no dispone de ningún dispositivo para fijar filtros en la misma, por lo que tuve que idear un sistema para abrirla varilla de madera que hace de obturador al mismo tiempo que colocaba sin solución de continuidad el filtro delante del estenopo. Y dejarlo allí quieto...
Básicamente, en las seis exposiciones de 6x12 cm aproximadamente, que es el formato que elegí, tuve que permanecer lo más quieto posible para estorbar la exposición, que como he dicho fue de varios minutos. La más prolongada, 16 minutos. Pronto me di cuanta que la Holga-120 WPC, aunque más tosca y fea de aspecto, tiene algunos "refinamientos" que la hubieran hecho más apta para la prueba. También admite los formatos de 6x9 y 6x12. No el de 6x6. Y además incluye un pequeño nivel de burbuja, que también me hubiera venido bien. Reconozco que alguna de estas fotos tiene una corrección de convergentes realizada en el procesado digital. La segunda, concretamente.
El otro gran problema que hube de afrontar es el del cálculo del tiempo de exposición. A partir de tiempos de exposición de 1 segundo, prácticamente todas las películas en blanco y negro tienen un fallo en la ley de la reciprocidad. Si el fotómetro nos da una medición 1/8 segundo a f/8 para una índice de exposición de 6 (ISO 200 menos los entre 4 y 5 pasos de pérdida por el filtro IR72), para un diafragma de f/128 nos daría un tiempo de exposición de 30 segundos. Pero esto no es así con la mayor parte de las películas; haya que dar 2, 3 o 4 veces más tiempo de exposición. La que conozco que más se aproxima a esta situación ideal es la Fujifilm Neopan 100 Acros, pero esta no tiene sensibilidad extendida al infrarrojo. Lamentablemente.
El fabricante de la Superpan 200 no nos da una curva de corrección de la exposición para tiempos calculados de más de 1 segundo. Así que tuve que buscar por ahí. Para 30 segundos, alguna curva que encontré y me pareció fiable, proponía una corrección de un poco más de dos pasos. De ahí los dos minutos y medio de exposición para las situaciones más luminosas. Y de ahí los 16 minutos para las menos. En cualquier caso, tengo la sensación de que estas curvas son optimistas, y que aún hubieran necesitado más exposición.
El círculo blanco de esta última foto marca el final del rollo. Las Rollei, fabricadas por Agfa Gevaert para Macodirect, son de las que racanean un poco en la longitud del mismo. Así que van un poco justas para el último fotograma en algunas ocasiones.
La experiencia, para ser una primera vez que combino la estenopeica y el infrarrojo, no está mal, aunque podría haberlo planificado mejor. Y quizá, con más disponibilidad de tiempo, haber buscado un entorno más chulo, para obtener unas fotos más atractivas. Pero cuando se anda justo de disponibilidad, se hace lo que se puede. Por lo menos, ahora ya sé por donde me irán los tiros la próxima vez.
Como anécdota, siempre tengo miedo que al usar estas cámaras realice, sin querer, una doble exposición. Y al digitalizar los negativos tuve la impresión de que así había sido... lo cual me extrañó porque no era consciente del error. Luego me di cuenta que había colocado dos de ellos en el portanegativos del escáner. Así que ene esta ocasión, no cometí ese error irremediable, sino otro que sí tiene fácil remedio.
En los últimos meses he dedicado un cierto tiempo y esfuerzo a mejorar mi técnica de fotografía en blanco y negro en el espectro del infrarrojo, practicando fundamentalmente el paisaje con película pancromática con sensibilidad extendida al infrarrojo cercano, la Rollei Superpan 200 Pro. Esta película me ha estado dando buenos resultados, siendo cómoda de utilizar y, en lo que creo que es todavía una experiencia limitada, con buena consistencia en los mismos de una toma a otra. Siendo su sensibilidad nominal de ISO 200/24º, con el filtro Hoya IR72 sobre el objetivo de 60 mm f/4 de la Fujifilm GS645S Wide 60, he obtenido sistemáticamente buenos resultados exponiendo con ayuda de una fotómetro externo a un IE 6. Es decir, la pérdida de sensibilidad atribuible al filtro es de 5 pasos. El grano de la película es moderado pero perceptible, y la nitidez general obtenida buena. Habiéndome quedado sin existencias y preparándome a pedir un nuevo stock de rollos de formato 120, comprobé la existencia de la Rollei Retro 80S, una película con una sensibilidad nominal de ISO 80/20º, que se anuncia como de grano fino o muy fino, y con un espectro de sensibilidad también pancromática extendida al infrarrojo cercano, hasta los 750 nm. Decidí encargar un par de rollos para probarla.
La cámara la misma. El primer rollo expuesto como película normal, en las últimas horas de la tarde un jueves de verano, con un filtro amarillo para mejorar el contraste, especialmente el tono del cielo, con un IE 50 en el fotómetro externo para compensar la pérdida de luz del filtro.
Para mantener la consistencia, utilicé el revelador que últimamente estoy utilizando de forma sistemática, el Rodinal o fórmulas equivalentes, en este caso a la dilución recomendada de 1+25, con tiempo de revelado de 8' a 20ºC. Quizá debiera haber utilizado una dilución más elevada para conseguir el efecto compensador de este revelador, 1+50 o 1+100, pero decidí tirar por la recomendada en la documentación a la accedí, que además me proporcionaba un tiempo de revelado muy razonable, no excesivamente prolongado.
Lo primero que he de decir es que el grano, con película de formato medio, resulta imperceptible. Uno de los más finos de los que tengo experiencia. Otra cuestión que he de decir es que el contraste es más marcado que con la Rollei Superpan 200 Pro, pero sin que en ningún momento me haya resultado difícil la digitalización de los negativos que con mi modesto Epson V600 se ha realizado sin mayor problema.
El único pero que le puedo encontrar a la experiencia es que encuentro que al usar esta película a su sensibilidad nominal de ISO 80 me da la impresión analizando los negativos y los resultados de que me he quedado un poquito corto de exposición. Empiezo a sospechar de que un IE 64 o 50, menos lo que se queda el filtro amarillo, hubieran permitido obtener algo más de detalle en las sombras.
No obstante, el resultado obtenido no me resulta desagradable. Imágenes que aparecen claras, bien definidas, con profundidad en las sombras y grises medios conservados. Ninguna de las altas luces ha estado en riesgo de empastarse en ningún momento. Me planteo usarla sin reservas habitualmente como película de grano fino, sustituyendo a otros productos más conocidos de Ilford, e incluso a mi favorita, la Fujifilm Neopan 100 Acros, notablamente más cara.
Dos días más tarde, en el mediodía de un sábado también veraniego, totalmente despejado, cálido pero no exceso gracias a un cierto viento que, sin ser excesivo, me preocupaba un poco porque iba a someter a la película a la prueba de exponerla a través del filtro Hoya IR72, lo que implica tiempos de exposición largos, de entre 1/4 y 1 segundo, y la pérdida de nitidez por el movimiento de las ramas y hojas de los árboles. Pero bueno... íbamos a ver que pasaba.
Decidí que iba a usar también el fotómetro externo con un IE 3, lo que suponía casi 5 pasos de exposición por debajo de la sensibilidad nominal, acorde con la experiencia que tenía con la Superpan 200.
Con un revelado exactamente igual que el anterior, de hecho los revelé en el mismo tanque y al mismo tiempo, lo primero que me llamó la atención es que mientras que el anterior rollo tenía las sombras muy transparentes, ya he comentado que los ISO 80 me parecen un poco optimistas, el rollo expuesto con el filtro para infrarrojos me quedó bastante más denso de lo que esperaba. Evidentemente, para las condiciones detalladas, hay un sobreexposición sistemática de al menos un paso. Dado que la técnica para medir la exposición, el revelado, la cámara y casi todos los parámetros son idénticos, lo único que se me ocurre es que la elevada sensibilidad de esta película a los rojos y al infrarrojo cercano haga recomendable compensar con un paso menos la pérdida de luz debida al filtro. He de decir que tanto con el filtro amarillo como con el infrarrojo, cuando no puedo ajustar la exposición recomendada por el fotómetro, me desvío entre 1/3 y 1/2 de paso en el sentido de la sobreexposición. Si me indica f/11 y 1/3 de segundo, ajustaré en la cámara 1/2 de segundo, que es el que me permite, y no 1/4, que me lleva a una cierta subexposición. Pero esto también lo hice con la Superpan 200, por lo que los sesgos son sistemáticos y en el mismo sentido por mi parte.
He de decir que me ha costado más procesar y ajustar los valores de exposición y contraste en el rollo de Rollei 80S con el filtro IR que con cualquiera de las otras situaciones, pero debido a condiciones ambientales. El paisaje al que me dirigí, las riberas del río Ebro a su paso por Zaragoza, no estaban en las condiciones que me son más familiares. Hacía mucho que no bajaba por allí y no era consciente que la sequía había afectado tanto a las condiciones del cauce y la vegetación. El cauce contiene mucha menos agua de lo habitual, con la que esperaba crear contraste en relación con las construcciones de los puentes y los tonos blancos de la vegetación por la reflexión del infrarrojo en la clorofila de las hojas. Por lo tanto, aparecen grandes masas de altas luces entre esta vegetación, las construcciones de los puentes, y la tierra y las piedras de los cauces secos. También, un cierto eutrofismo en el cauce, con masas de algas verdes en el agua, provocaban la aparición de grandes extensiones de tonos claros por las mismas en los cursos de agua. A la hora de digitalizar los negativos, como he dicho sobreexpuestos, me ha costado dejar con una textura adecuada las altas luces.
Por supuesto, por el viento, aparecen ramas movidas, pero no quedan mal necesariamente.
También he acusado con más intensidad que en otras ocasiones la diferencia entre los fotogramas expuestos con el sol a mis expaldas y aquellos realizados en moderado contraluz, con el sol casi delante de mí. Estos últimos no me han quedado bien, con menor contraste general, no debido en principio a pérdidas por estar el sol en el encuadre con las reflexiones internas que podrían producirse en ese caso. La mayor parte de estos fotogramas no me gusta como han quedado y sólo hay uno que aparece en esta serie, identificable por aparecer con el cielo menos oscuro.
En cualquier caso, necesitaría algo más de experiencia para familiarizarme con esta película. Lo cierto es que dado que la diferencia en sensibilidad nominal entre la Superpan 200 y la 80S es de sólo un paso y un tercio, y que esta última parece que no necesita tanta compensación al exponer con el filtro infrarrojo, la realidad es que los parámetros de exposición para ambas películas serían muy similares. En las horas del mediodía, ambas quedarían bien expuestas a f/11 y con tiempos de exposición entre 1/8 y 1/2 de segundo. Dado que la 80S tiene el grano mucho menos aparente, y además me serviría bien como película de uso general de sensibilidad media-baja, empiezo a pensar si tiene sentido para mi el uso de la Superpan 200, para la que en caso de uso general, no infrarrojo, tengo alternativas de fácil acceso que me gustan más. Pensaré en ello. Aunque de momento tengo varios carretes de Superpan 200 en la nevera.
Hoy no me voy a enrollar mucho. En los pasados meses, en distintas ocasiones he ido ensayando las posibilidades de la fotografía en el espectro del infrarrojo. Hice algunas pruebas a principio de año con cámaras digitales, sobre las que luego profundicé, e hice mis pruebas también con una película tradicional con sensibilidad extendida al infrarrojo. Pero ya vale de hablar. Estamos en verano, un largo y cálido verano. Y es la época del año adecuada para este tipo de fotografía. Así que el pasado fin de semana, cogí dos cámaras, una digital y otra para película tradicional de formato medio. Y me fui a las inmediaciones del soto de Cantalobos y de la huerta de las Fuentes, en el entorno suburbano de Zaragoza y me fui a hacer unos paisajes. En su mayor parte con tecnología argéntica, aunque también hice alguno con la cámara digital. Cuando los resultados de esta superen a los de la primera, lo cual sucede en alguna ocasión, los mostraré.