Dicen que dos errores nunca hacen un acierto. Pero después del paso de la tormenta de nieve denominada por no sé muy bien quién "Filomena", he empezado a plantearme si una cadena de errores sí que pueda dar lugar a un acierto. Probablemente no. Pero intentaré explicarme.
Cuando estaba yo en segundo de bachiller, me refiero al bachiller unificado polivalente BUP, no al de ahora, llegó un día don Antonio Tena, profesor de física y química y nos comunicó los resultados del último examen. Solían ser desoladores. A mí se me daba bien la cosa... pero las escabechinas que hacía don Antonio eran de temer. Lo hacía más o menos así. Primero resolvía los problemas del examen en la pizarra. Luego procedía a preguntarnos a cada uno qué nota creíamos merecer. Y a continuación, él contestaba en el 80 % de los casos... "Eehhh, no. Cero." Pero aquel día lo hizo distinto. Simplemente, comunicó el resultado de la última operación de cada problema, el segundo de los cuales daba 4, y luego nos preguntó. Cuando llegó a un alumno que denominaremos ABS, como los sistemas de frenado, y le preguntó la nota que creía merecer, ABS contestó, sin freno alguno,... "Como mínimo un cinco, aprobado; porque el segundo problema me dio 4". A continuación, lo sacó a la pizarra y le hizo repetir la resolución del problema. Y, efectivamente, un cúmulo descomunal de errores, tanto conceptuales como aritméticos, le llevaron a la solución "correcta"... 4. Ya es puñeta que 2+2, 2*2 y 2^2... todo dé 4. Pues tengo la sensación de que esto me ha pasado a mí con este rollo.
El sábado pasado nevó. Para lo que se estila en Zaragoza,... mucho. Para lo que se estila en muchas partes del globo,... algo. Pero ante la novedad, al igual que muchos, aficionados o no a la fotografía, salí a hacer fotos. Me desperté espontáneamente antes de las ocho de la mañana. Y sin mucho pensar, me dispuse a salir a la calle. Pero no tenía claro cómo hacerlo. ¿Digital o fotoquímico? ¿Color o blanco y negro? ¿Cámara grande o una compacta bastaría? Al final... eche al macuto de todo un poco, que es el primero de los errores.
Del segundo me percaté cuando llevaba un rato ya en la calle y me dispuse a realizar mi primera fotografía con un rollo de película en blanco y negro que había cogido del frigorífico al vuelo. Convencido yo de que se trataba de la flexible y agradecida Ilford HP5 Plus 400, con la intención de exponerla a un índice de exposición de 1600. Pero no... ante mis ojos, en lugar de la blanca caja con el HP5 en verde de la Ilford, aparecía la caja granate oscuro de una Bergger Pancro 400. Me quedé pensando qué hacer... puesto que no tenía ni idea de si sería apropiada para forzar dos pasos con el único revelador que tengo, el Kodak HC-110. Al final, la cargué en la Fujifilm GS645S Wide 60... encuadré y disparé. Y sólo después mis neuronas me avisaron que la cámara no enfoca automáticamente y que no tenía ni idea de a que distancia estaba enfocado el objetivo. A dos metros. Perfecto... para una escena que pedía enfoque a infinito y con una apertura de f/4 en formato medio. ¿Tercer error? Más arriba la podéis ver... alguien la calificará de "atmosférica".
A partir de ahí, tomado medidas de vez en cuando de la luz, que fue aumentando ligeramente en intensidad durante las dos horas que estuve bajo la nevada, fui haciendo fotos, esta vez ya correctamente enfocadas. El objeto de exponer a un IE 1600 era doble. En primer lugar, porque cuando salí de casa había muy poquita luz para exponer a mano alzada. Y en segundo lugar, porque fotografiar una nevada justo cuando está sucediendo es de por sí otro error. La luz es horrible. Tremendamente difusa, no hay prácticamente contraste. Todo es de una grosura uniforme. Así que fui buscando elementos que destacaran en el paisaje suburbano de Zaragoza, confiando en que el aumento de contraste por el forzado les diese algo de vida. Lo que no sabía es cómo iban a quedar los tonos oscuros. Con la HP5 Plus no me hubiera preocupado mucho. Pero con la Pancro 400... ni idea. Medí la luz con el Gossen Digisix.
Y llegó el momento de revelar. En la documentación oficial de Bergger sólo ofrecía una combinación de tiempos, concentración y temperatura para el HC-110 y la Pancro 400; dilución B, 1+31, para un IE 400, 9 minutos a 20 ºC. En el Massive Dev Chart, había otra .. dilución B, 1+31, para un IE 800, 11,25 minutos a 20 ºC. Y la única información añadida que encontré fue un tipo por ahí que había revelado para IE 1600, 14 minutos a 20 ºC también con la dilución B. A partir de ahí me empecé a ofuscar un poco... creí ver una tendencia... me puse a hacer cuentas... y dije. Pues debe estar bien. Porque 11,25 es aproximadamente 9*1,25 y 14 es aproximadamente 11,25*1,25. Me dije... sí, hay por ahí una fórmula matemática para forzar película cuando no se saben tiempos... así que... Me la quedo. 14 minutos. Miré el reloj. No tenía tiempo. Tenía que salir. Así que me dije... usaré 7 minutos a dilución A, 1+15, que es el doble de concentrado y ya está. No sé porqué pensé que esto sería correcto. Y además, con posterioridad comprobé cómo calcular los tiempos tentativamente cuando se desconoce y se quiere forzar la película... y lo que me decía era que tendría que haber usado 20 minutos a dilución B. Ya he perdido la cuenta de los potenciales errores que llevaba cometidos con este rollo.
El caso es que cuando colgué el rollo a secar, con prisas, porque ya iba tarde a un compromiso, aquello no tenía mala pinta. Se veían cosas. Los negativos tenían contraste. Y casi estaban ligeramente pasados de exposición, pero no mucho. Y sólo algunos. A primera hora de la tarde he procedido a digitalizar los negativos con la Panasonic Lumix G9... y dadas las circunstancias... pues no son ninguna catástrofe. Lo dicho... un cúmulo de errores que al final han producido un acierto. Por cierto... con posterioridad he llegado a la conclusión por lo que se puede leer por ahí, que si se fuerza la Pancro 400, el HC-110 no está especialmente recomendado. El caso es que ni siquiera me han salido un grano excesivamente notorio... En fin... cosas de la fotografía fotoquímica.
El balance de fotografía analógica de diciembre se resume en que he expuesto tres rollos de película negativa en color, de Kodak en sensibilidades ISO 100 y 200, que todavía no he mandado a revelar; dos rollos de Fomapan 200, uno en naturalezas muertas del que ya os he hablado, y otro del que os hablaré hoy; un cartucho de Instax Monochrome, que está listo para comentario, así que... dentro de poco; y un un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros, expuesto con la Olympus Pen F, que contiene las últimas fotografías del año y las primeras de 2021. Estos trabajando todavía en este último.
Creo que ya lo dije hace unas semanas. O si no, lo cuento ahora. En este 2020 que ha terminado, he utilizado principalmente películas negativas en blanco y negro de Ilford, por tres motivos; son fáciles de encontrar, tienen buena calidad y fiabilidad, y tienen precios razonables, especialmente si las comparas con los estratosféricos precios de las Kodak y otras películas de cierto prestigio. E incluso con los de algunas películas de dudoso prestigio. Pero hubo un momento en que parecía que me iba a quedar sin blanco y negro en formato medio, y en una tienda de Zaragoza pillé los dos rollos de Fomapan 200 Creative. Que reconozcámoslo, es una película que no me disgusta, para mí la mejor de lo que hace Foma.
Expuse el primero con las naturalezas muertas iluminadas con el panel de LED, sudando la gota gorda para ajustar el descomunal fallo de la reciprocidad en la exposición que tiene, y el segundo,... decidí tomármelo con calma y sin problemas. Así que, un domingo por la mañana, lo cargué en la fiable, ligera y agradable Fujifilm GS645S Wide 60, miré por la ventana, puse un filtro rojo, porque supuse que le vendría bien para mejorar los contrastes en unos cielos un poco modorros, y salí a pasear hasta la hora de comer.
El revelado, un poco incómodo, en Kodak HC-110 dilución B (1+31), durante sólo 3 minutos y 30 segundos a 20 ºC, con agitación tranquila de cinco inversiones del tanque revelado al principio de cada minuto. Nunca me encuentro cómodo con revelados tan cortos, porque cualquier inconveniente, o cualquier evento que modifique algo el tiempo de permanencia en el revelador tiene mayor impacto que cuando los revelados son largos. 30 segundos de error en 3:30 minutos en un error mucho más importante, del 14 %, que 30 segundos en 9:30 minutos, del 5 %. Pero bueno, todo fue bien y sin problemas. Nunca me ha gustado estas capas antihalo de color verde que llevan las películas con base de poliéster de Forma, pero como revelo a baño perdido, con para y lavar bien antes del fijador, tampoco pasa nada. Hay quien prefiere hace un baño previo con sólo agua con estas película, para atemperar la película y eliminar a priori este tinte verde. Pero nadie ha demostrado concluyentemente que eso sea mejor, y lo que si que hace es consumir más tiempo.
Los resultados son muy correctos, con unos negativos nítidos, en los que apenas se aprecia el grano, gracias al buen tamaño de los mismos, con detalle abundante tanto en sombras como en luces. El filtro rojo le viene bien a unos cielos que de lo contrario aparecería probablemente lavados y con pocas texturas. Como me ha pasado en otras ocasiones con esta película, la primera impresión es que están subexpuestos. Pero luego, cuando los digitalizas, son muy cómodos y agradecidos, y hay detalles e información por todas partes. Así que sin problemas. No es mala película para tener para un por si acaso.
Sigo con mi serie de rollos de Ilford FP4 Plus 125 expuesto a un índice de exposición IE 400, y con la modificación correspondiente del revelado para acomodar los tonos de la imagen a los casi dos pasos de subexposición a los que sometemos a la película. En esta serie, ya probé esta solución con una Hasselblad 500CM, formato medio, y con una Pentax MX, formato pequeño, con buenos resultados en ambos casos. Hoy volveré al formato medio, utilizando una Fujifilm GS645S Wide60, utilizando su fotómetro integrado en lugar de un fotómetro de mano, como hice con la Hasselblad.
Recordamos el motivo de esta serie de rollos. Las películas fotográficas en blanco y negro más fácilmente accesibles en mi ciudad, en comercios locales, sin necesidad de tirar de pedidos por internet, son las Ilford. FP4 Plus 125, HP5 Plus 400, entre las tradicionales. XP2 Super 400, en tecnología cromogénica y revelado C41. Todas ellas, cada una con su carácter, muy distinto entre ellas, da buenos resultados. Pero frente a lo que muchos me cuentan, la HP5 Plus 400 no la encuentro muy polivalente. En situaciones de bajo contraste, me quedan unos negativos demasiado planos para mi gusto. Por ello, y viendo las experiencias de otra gente, estoy probando la FP4 Plus a IE 400, lo cual garantiza un resultado más contrastado, en una película que de por sí, a su sensibilidad nominal, es más contrastada que la HP5 Plus. La cuestión es no perder, al menos en exceso, los detalles en los tonos más oscuros de la imagen.
Vamos a los resultados con formato medio. La experiencia con la Hasselblad me dijo que el aumento del grano en estos tamaños de negativo no es especialmente llamativo y con ampliaciones de la imagen pasa casi desapercibido. Pero el día que hice la prueba, había un sol radiante, y en algunas zonas de la ciudad las sombras eran muy profundas. En algunos negativos, no en todos, perdí detalle en las sombras. Medí la luz con un fotómetro de mano, un Gossen Digisix. El pasado domingo amaneció con niebla. Pero no siendo un día frío, esta tendió a disiparse, no del todo y no de forma uniforme, a partir del mediodía. El contraste de las escenas a fotografiar fue durante toda la mañana mucho más contenido que el día de la escena, incluso cuando salió el sol, matizado por la bruma residual. Al principio de la mañana, con la niebla, el contraste era muy bajo.
Utilicé para medir la luz el fotómetro integrado de la cámara, que siempre he encontrado fiable y fácil de usar. Familiarizado con él, una vez analizada la escena, no me cuesta mucho saber qué correcciones he de introducir a la medición propuesta. Revelé con Kodak HC-110, con una dilución C, 1+19. Habiéndome preguntado alguien qué significan las cifras, diré que se trata de cantidades en volumen. Por cada 10 mililitros del jarabe concentrado del revelador, añado 190 mililitros de agua. Como revelé más de un rollo, ya os contaré, usé 800 mililitros de solución final. Así que fueron 40 ml de HC-110 y el resto hasta completar, agua. La propuesta de tiempo y temperatura de revelado era de 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Como así, de entrada, me encontré con una temperatura de 22 ºC, tiré de tabla correctora/calculadora de tiempos, y usé un tiempo de revelado de 7 minutos y 30 segundos a esa temperatura. Puede que aumentara algo el grano, y quizá el contraste, pero no de forma extraordinariamente llamativa. Y andaba con el tiempo algo justo.
Los resultados fueron bastante buenos. Ningún negativo sobreexpuesto ni subexpuesto, ninguna sombra bloqueada. Y desde luego, ninguna luz empastada, claro. Difícil subexponiendo la película casi dos pasos. Los negativos fueron digitalizados con la pequeña Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS con una resolución de 20 megapíxeles. En el procesado de las imágenes me limité a ajustar el punto blanco y el negro en todas las fotografías, y en alguna de las que estaban menos contrastadas por la niebla, ajustar un poquito el punto medio. Sin más manipulación. El tono cálido viene de que, al invertir el archivo RAW que tenía originalmente una tonalidad algo fría, quedó así. Me gustó, y no lo toqué. Como digo, mínima manipulación.
Las fotografías que más "miedo" me daban por el contraste de la escena fueron la de la fila de árboles a contraluz y la del paso subterráneo bajo la autopista. A simple vista, ambas pintaban muy contrastadas, y no sabía como respondería la película. Pero como se puede observar, quedaron bien. La de los árboles, hay una zona en la niebla iluminada por el sol, a la izquierda de los árboles, que estaría potencialmente empastada. Pero como de todas formas carecía de textura en esos momentos, no tiene mayor importancia. Sigo valorando positivamente esta combinación de película, índice de exposición y revelado.
A lo largo del verano he expuesto varios rollos de película en blanco y negro con sensibilidad extendida al infrarrojo cercano, tanto Rollei Superpan 200 como Ilford SFX 200, en una "nueva" modalidad. Cuando una película de sensibilidad ISO 200 la expones a través de un filtro que bloquea el espectro de luz visible, pero deja pasar el infrarrojo hasta determinada longitud de onda, pierdes como es lógico mucha luz y necesitas aumentar los parámetros de exposición. O abres mucho el diafragma o enlenteces mucho la velocidad de obturación. En el primer caso, pierdes profundidad de campo, lo cual, en fotografía de paisaje puede ser un problema. En el segundo caso, has de utilizar un buen trípode.
Yo utilizo el filtro Hoya IR72. Esto quiere decir que bloquea la luz visible hasta una longitud de onda de 720 nm (nanometros). La luz visible corresponde a las longitudes de onda entre los 380 nm (violeta) y los 740 nm (rojo profundo). Aunque hay variaciones entre distintas personas, más o menos sensibles a los extremos de este intervalo de longitudes de onda. La película Ilford SFX 200 parece que tiene una sensibilidad extendida hasta los 780 nm, en el infrarrojo cercano. Este valor no viene explícitamente mencionado en la documentación, pero lo deduces de las gráficas de sensibilidad espectral de la película que publican. Por lo tanto, con el filtro IR72 colocado en el objetivo, la película sólo recibe la luz correspondiente al rojo profundo (720 - 740 nm) y al infrarrojo cercano (740 - 780 nm). No todo el mundo tiene una visión sensible al rojo profundo que hemos mencionado. Y de hecho, en algunos sitios hablan de que la radiación infrarroja abarca el espectro electromagnético entre 700 nm y 1 mm (milímetro) de longitud de onda
[1 mm es igual a 1 000 000 nm, así que el intervalo va de 700 nm a 1 000 000 nm; así podemos hacernos una idea de porqué denominamos al intervalo 740 -780 nm como "infrarrojo cercano"]
A efectos prácticos en fotografía, eso quiere decir que cuando colocamos el filtro IR72 hemos bajado la sensibilidad de la película 5 valores de exposición o EV, de exposure values en inglés. Quienes usen cámaras Hasselblad tradicionales, estarán habituados a los EV. Es decir, para que quede correctamente expuesta tenemos que abril el diafragma 5 pasos, o multiplicar la velocidad de obturación por 32. Si usamos diafragmas que nos permitan una buena profundidad de campo, como f/8 o f/11, para un ISO 200, tenemos que usar una velocidad de obturación de 1/8 o 1/15 de segundo, con cierta variabilidad en estos valores según las circunstancias. Por supuesto, una combinación f/4 y 1/60 de segundo es aceptable. Esa velocidad de obturación nos permite disparar a mano alzada con focales normales o angulares. Pero la profundidad de campo será un poco justa, especialmente con formato medio. Yo suelo hace la fotografía en el infrarrojo con una Fujifilm GS645S Wide 60, con película tipo 120 y un negativo de 42 x 55 mm. El hecho de que sea telemétrica la hace muy cómoda a la hora de encuadrar, porque el filtro no bloquea el visor de la cámara, como sucede con las cámaras réflex.
A mí me gusta la estética que proporciona la fotografía en el espectro del infrarrojo. Y en los meses de verano, de luces duras, abundancia de insolación y vegetación muy verde, que refleja mucho la radiación infrarroja, es muy adecuada. Pero muchas veces me gusta practicarla cuando voy simplemente dando un paseo, o aprovecho mis fines de semana para hacer kilómetros caminando cuidado mi salud y mi corazón. Y no me apetece cargar con el trípode. Se entenderá mi interés por conseguir una fotografía a mano alzada, la Fujifilm GS645S Wide60 no es muy pesada, pero con una mayor profundidad de campo en los paisajes, naturales o urbanos. Por ello, he decidido probar a forzar dos pasos la película Ilford SFX 200. Entendemos por forzar dos pasos exponerla como con un índice de exposición de 800 y aumentar el tiempo de revelado para resituar los tonos de la imagen final, a costa de aumentar el contraste global de la misma. Y con el riesgo de bloquear los tonos más oscuros, que puede perder detalle por la subexposición.
Aprovechando una mañana de domingo con sol radiante, salí con la cámara, el filtro y un rollo de película, fotografiando escenas bien iluminadas por el sol a f/8 y 1/60 de segundo. Opté por el entorno urbano, por ser más crítico. Las sombras suelen ser más profundas que en los paisajes naturales iluminados frontalmente por el sol. El revelado lo realicé con mi habitual Kodak HC-110. Las tablas consultadas me daban una combinación de 19 minutos a 20 ºC con la dilución B (1 + 31). Pero Ilford ofrece para el revelador Ilfotec HC, la misma fórmula química que el HC-110, la posibilidad de usar la dilución A (1 + 15) durante 10:30 minutos a 20 ºC. Opté por la dilución A. Como tras preparar la solución, comprobé que me había despistado y la temperatura era de 21 ºC, usando las tablas habituales de corrección del tiempo de revelado según la temperatura, revelé el rollo durante 9:30 minutos con la agitación habitual; continua durante los 30 primeros segundos y cuatro inversiones tranquilas del tambor de revelado cada minuto hasta el final del tiempo previsto.
Los resultados. Como estaba previsto, aumenta el contraste. Lo cual no le sienta mal a la estética de este tipo de fotografía; por ese lado bien. Y de todos modos, digitalizada con la Panasonic Lumix G9, en modo alta resolución, no tiene problemas para encajar de sobras el contraste de los negativos y ofrecer unos archivos finales de 32 megapíxeles aprovechables. Podría obtener más megapíxeles, pero no merece la pena. El grano... aumenta... pero no creas que tanto. Cuando digitalizas con cámara digital, el contraste de la imagen digital del negativo es muy plano. Por lo tanto, cuando inviertes los tonos y ajustas los tonos negros y blancos a unos tonos habituales, aumentas el contraste y eso provoca que el grano se hace mucho más aparente. Al revelar durante más tiempo que cuando expones a la sensibilidad nominal, obtienes un grano más marcado. Pero como el ajuste en el procesado digital es menos agresivo por ser negativos más contrastados... en cierta medida se compensa. El grano está marcado, pero no es desagradable y no me resulta excesivo.
Finalmente, el problema. Efectivamente, en la dura luz de un día de cielo despejado y limpio por el viento que soplaba, con fuerte contraste entre luces y sombras en las calles de la ciudad, algunas sombras han quedado bloqueadas. Como seleccioné con cierto cuidado las escenas a fotografiar, no son grandes áreas de sombras bloqueadas, y el resultado final es asumible. Pero hay que tener cuidado al exponer, en dar el tiempo suficiente de exposición a esas sombras para que no se bloqueen. Dependerá de cada escena. Y es posible que en lugar la exposición adecuada general como hice yo, y aplicarla sistemáticamente, haya que tirar de algún fotómetro que nos permita determinar qué exposición necesitan las sombras para no quedar bloqueadas. Negras del todo. Como mi conciencia.
Sigo utilizando las películas sensibles al espectro de la radiación infrarroja cercana al espectro visible para los días de verano. Con días muy largos, con horas de buena luz en momentos del día inconvenientes, la posibilidad de utilizar películas en blanco y negro que tienen su sensibilidad espectral extendida al infrarrojo cercano con un filtro especial que elimine de la ecuación la luz visible, nos permite hacer fotografías interesantes, especialmente paisajes, en buena parte de las horas del día veraniego. El espectro de luz visible, por su extremo con longitudes de onda más largas, comienza en los 750 nanometros (nm). Aunque no todas las personas alcanza a percibir estas longitudes de onda cercanas a los 750 nm, que sería el color rojo profundo. Hay una cierta variabilidad individual. Si tomamos una película pancromática con sensibilidad espectral extendida más allá de los 750 nm, llegando a cerca de los 800 nm, y le ponemos delante un filtro que no deje pasar la mayor parte del espectro visible, aprovecharemos sólo estas longitudes de onda en el rojo profundo, que no todo el mundo percibe, y en el infrarrojo cercano.
Suelo utilizar un filtro Hoya IR72 de 49 mm de diámetro con mi Fujifilm GS645S Wide 60. Al ser telemétrica, la colocación del filtro no interfiere con el visor de encuadre ni con el mecanismo de enfoque. El filtro IR72 (o IR 720 nm) deja pasar longitudes de onda de 720 nm o más largas. Por lo tanto, nos permite aprovechar exactamente las longitudes de onda que nos interesan para este tipo de fotografía. Si miramos a través de un filtro IR 720 nm nos parece opaco, salvo que lo dirijamos a un punto emisor de luz. En ese caso, podemos ver el punto de emisión de luz con tonos rojizos, y muy débil. En el fotograma revelado y positivado, veremos oscuros los tonos de los objetos que emiten o reflejan poca radiación infrarroja, como el agua o el cielo, y veremos blanco o muy claros los objetos que emiten o reflejan mucha radiación infrarroja, como determinadas construcciones, que de por sí tienen colores de tonos cálidos, y la vegetación verde con abundancia de clorofila, que da a la imagen un aspecto sorprendente o distinto. Para quienes se manejen algo con el sistema de zonas, la vegetación de los árboles es fácil que caiga en zona IV, un paso por debajo del gris medio, mientras que con el infrarrojo nos cae en zona VII u VIII, dos o tres pasos por encima del gris medio.
Recientemente, en un par de sábados consecutivos, he recorrido todo el trayecto del Canal Imperial de Aragón a su paso por la ciudad de Zaragoza. Entre el Parque Lineal de Plaza y las esclusas de Valdegurriana. Más allá de estas esclusas, el canal queda desdibujado en una serie de cursos de agua con un caudal más propio de acequias de riego, más o menos potentes, que otra cosa. Son unos quince kilómetros. Aunque el camino recorrido total fue de cerca de 19 kilómetros el primer sábado y 12 kilómetros el segundo. Porque se añaden kilómetros por diversos motivos. Conviene hacerlo antes de que apriete el calor. Pero con las extensas horas de luz intensa del verano, no supone ningún problema para el tipo de fotografía que pretendemos. Como hay abundancia de vegetación cerca del curso de agua del canal, también es una situación idónea.
He usado en esta ocasión dos rollos de Ilford SFX 200, tipo 120, que ofrecen quince negativos de unos 55 x 42 mm con esta cámara de Fufifilm. Para evitar cargar con peso, y dado que ambas jornadas fueron de sol radiante, utilicé un exposición fija de f/4 y 1/60 segundos, que permite fotografiar a mano alzada. Aunque hay que gestionar con cuidado la limitada profundidad de campo del formato medio. También hay que usar la marca correctora para el infrarrojo que ofrecen los objetivos antiguos, entre ellos el Fujinon 60 mm f/4 de esta cámara, porque no todas las longitudes de onda enfocan en el mismo plano focal para un objetivo dado. Salvo con objetivos apocromáticos muy caros que, en cualquier caso, están corregidos para el espectro visible, permitiendo que las longitudes de onda del azul al rojo enfoque en el mismo plano focal.
El revelado lo he realizado con mi revelador habitual que da buenos resultados, quizá con un grano un poquito más marcado de lo que me gustaría. Pero eso va en preferencias personales. Es Kodak HC-110, dilución B (1 + 31), 8' 8" a 21 ºC. Agitación tranquila pero continua durante los primeros 30 segundos; luego, cuatro inversiones del tambor de revelado cada 60 segundos hasta el final del proceso. Se han digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo alta resolución, que ofrece unos archivos finales de entre 70 y 80 megapíxeles de resolución. Aunque recomiendo usar como archivo final a imprimir resoluciones más modestas. Aun así, da para imprimir a unos 60 x 40 cm sin mucho problema.
Con el segundo de los rollos, inauguré el soporte con máscaras para la digitalización de Pixl-latr, producidas por Hamish Gill (35mmc), mediante un proyecto de financiación colectiva en el que participé. Se ha retrasado bastante sobre la fecha prevista... como 22 meses. Pero ha cumplido, y al final ha enviado el producto. Que es de bastante sencillez conceptual, pero eficaz. La principal ventaja sobre los soportes que utilizaba hasta ahora es que mejora mucho la planeidad de la película en el soporte, lo cual es decisivo a la hora de alcanzar una buena nitidez en la imagen digitalizada final.
Finalmente, hagamos balance. Estoy bastante contento con unas cuantas de las fotografías realizadas, lo cual está muy bien. Ilusos los que pretendan obtener un 100 % de fotos significativas. Con un 25 % de fotos decentes es para dar palmas con las orejas. En cualquier caso, la experiencia ha sido satisfactoria a diversos niveles. Y además, los kilómetros andados influirán seguramente en mi salud cardiovascular. Y puesto que es algo que puedes hacer solo o acompañado por uno o dos amigos, en estos tiempos de epidemias, permite estar activo manteniendo las distancias sociales. Qué más quieres pedir.