Segunda entrada dedicada a la edición de 2021 de la #fp4party, "fiesta" de la fotografía con película negativa en blanco y negro, cuya naturaleza ya os expliqué hace unos días. Lo que se refiere al revelado de la película, lo resumiré con rapidez. Todos los rollos de la "fiesta" los revelé al mismo tiempo, en el mismo tambor JOBO, que admite 4 rollos de 35 mm, o 4 rollos tipo 120, o dos de cada. Esto último fue; dos de cada. Con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. Luego, digitalizados los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8.
Este segundo rollo fue expuesto durante el sábado de esa primera semana de la fiesta, por la mañana. Y utilicé como cámara la Leica M6 que tengo en depósito desde hace unas semanas, y que cada vez me gusta más. Acabaré quedándomela en propiedad... si encuentro una forma razonable de financiación para un precio de la cámara también razonable. Pero las Leica de telémetro, de la serie M, tienen un problema. Bueno... aunque son muy divertidas y eficaces para según que usos, para otros no van también. Y uno de esos usos para los que no van bien es la fotografía de aproximación. El uso del telémetro, la precisión en el enfoque, el error de paralaje, son algunos de los conceptos que entran en conflicto en este tipo de fotografía.
En modernas cámaras digitales del sistema, con el uso de la pantalla electrónica, la cosa ha mejorado. Pero con las antiguas cámaras de película... Hay que tener en cuenta que la distancia mínima de enfoque en las ópticas para montura Leica M oscila entre los 70 cm en las más modernas y los 90 y los 100 cm para las más antiguas. Lo cual es muy desfavorable, especialmente para focales como la de 35 mm, que en sistemas réflex tiene distancias mínimas de enfoque como máximo de 30 cm, las hay con menos, y las de 50 mm, que en sistemas réflex rondan como distancia mínima de enfoque los 45 cm, a veces menos.
Pero con los teleobjetivos cortos, como sucede con mi Elmar-C 90/4, estas distancias mínimas de enfoque de 90 a 100 cm ya no son una desventaja con respecto a los sistemas réflex. Están más o menos a la par. Sólo están en desventaja con objetivos macro y otros de uso especial. Esto permite una mejor aproximación al objeto. Y aunque el visor de las Leica M está más adaptado al uso con focales cortas, 90 mm es una focal que he utilizado de vez en cuando sin mucho problema.
Por ello, ese sábado por la mañana, eché a la mochila la M6, un 35 mm, un 50 mm y el mencionado 90 mm. De camino al Parque Grande de Zaragoza hice alguna foto con las focales cortas. Pero una vez que cambié al 90 mm, ya no lo abandoné. Bien fuese para comprimir los planos en tomas generales, como para acercarme a las flores de cerezo ornamental, a los tulipanes y a los narcisos que estas semanas atrás daban color al parque. Ya están marchitas. Pero me apeteció quitarles el color con la FP4 Plus y comprobar si podía jugar con las formas y entornos. Sin más. Espero que os gusten.
Hace unos años descubrí una iniciativa en las redes sociales, en Twitter en concreto, por la que periódicamente se celebra una "fiesta" fotográfica, en la cual se participa de una forma muy sencilla.
En la primera semana del mes de la "fiesta", los participantes cargan sus cámaras con película Ilford FP4 Plus o algunas de sus variantes antiguas, si es que les quedan rollos caducados de las mismas.
En la semana siguiente, la segunda del mes, los participantes se dedican a revelar por si mismos, o remitiéndolos a laboratorios comerciales, los rollos expuestos. Y también digitalizan las fotos para...
En la tercera semana, tercera del mes, claro, se suben a las redes una selección de las fotos realizadas con la etiqueta #fp4party.
Una vez terminado este proceso, hay una selección de fotos y una votación para ver quien/es es/son los ganadores,... que no ganan nada más que la satisfacción del reconocimiento de sus pares. O nada menos.
Yo llevo participando unos años. Es una forma de "obligarte" a mantenerte activo fotográficamente hablando, de "obligarte" a planificarte un poco, de pensar qué fotos quieres hacer, con qué cámaras, con qué estilo, con qué luz según la época del año en la que transcurra. Una serie de cuestiones que nos deberíamos plantear siempre... pero que por las peripecias de eso que llaman "la vida moderna" no siempre hacemos dejándonos llevar por la improvisación. Y ahí estaba yo pensando... cuando "la vida moderna" se me cruzó y tiró por la ventana mis planes. Para el lunes en el que empezaba la semana de salir a hacer fotos, me citaron para mi primera dosis de vacuna con la covid-19. Y el martes por la tarde tuve efectos secundarios de la vacuna. Y el miércoles por la tarde menos, pero me cansé en el trabajo por la mañana y comprando al salir del trabajo, en parte por los efectos secundarios de la vacuna, y ya llegué a casa y me encerré a descansar.
Así que nos plantamos ya en el jueves por la tarde, con media semana "perdida". Por lo que decidí romper la dinámica de una forma sencilla. Cogí la Agfa Synchro Box, la cámara de cajón para película tipo 120, que ofrece ocho negativos de aproximadamente 6 x 9 cm, y tras salir del trabajo me fui a pasear y hacer las ocho fotos. Como recordatorio sirva decir que esta cámara tiene una única velocidad de obturación, que con el tiempo se ha quedado en aproximadamente 1/25 - 1/30 segundo, por lo que hay que tener mucho cuidado en no trepidar la foto, y tres posiciones de diafragma; f/16, f/11 con filtro amarillo incorporado y f/11 sin filtro amarillo. En caso de condiciones de luz con sol radiante, me gusta usar la segunda posición, f/11 con filtro amarillo, porque ofrece algo más de contraste. Y si necesito un extra de profundidad de campo, con una lente de foco fijo, teóricamente en algún punto hiperfocal, uso f/16.
Como todos los demás rollos que hice en lo que quedaba de semana los hice a la sensibilidad nominal de la FP4 Plus, ISO 125, los revelé todos juntos en el mismo tambor, con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. El caso es que debería haber revelado este rollo por separado. Con una situación de abundante luz y con los límites en los valores de exposición que tiene la cámara, el índice de exposición efectivo fue IE 32 - 64 según las tomas. Debería haber disminuido el tiempo de revelado. O aumentado la dilución del revelador. Para matizar el contraste y evitar una excesiva densidad de los negativos. Como no los voy a ampliar en el cuarto oscuro, no me supone un excesivo problema. Las bondades de la película permiten extraer sin problema la imagen al digitalizarla, aun con una sobrexposición de dos pasos, y sin que las altas luces se vean afectadas (en exceso). Pero bueno... lo que debería haber hecho es lo que he dicho. En fin. Os dejo las fotos, y ya os hablaré del resto de los rollos de película que hice para este #FP4Party.
Finalmente, el coronavirus ha alterado de forma notable mis rutinas diarias. No es que esté mal, ni nada por el estilo. Sigo yendo a trabajar, tengo mi salvoconducto que me permite circular por la calle para cumplir mis obligaciones en el Departamento de Sanidad de mi comunidad autónoma. Pero esta semana mis horarios y rutinas habituales se han puesto del revés, y estoy tratando de adaptarme. Porque mis rutinas anteriores eran muy cómodas. En fin... intentaré no abandonar mis frecuentes entradas blogueras, mientras tenga cosas de las que hablar.
La primera semana completa del mes, de lunes a domingo, se hacen las fotos, del 2 al 8 de marzo de 2020 en esta última edición.
La segunda semana se procede al revelado y procesado de los negativos, del 9 al 15 de marzo.
La tercera semana se dan a conocer en las redes sociales. En ello estamos actualmente, entre el 16 y el 22 de marzo.
Hoy voy a hablaros de otro de los rollos de película Ilford FP4 Plus 125 que expuse durante la primera semana de la fiesta fotográfica. El último día de la semana de toma de imágenes, cogí una de mis camaras estenopeica, la bonita Ondu Pinhole 6x12 Multiformat, le puse un rollo de medio formato que es lo que toca, y me dispuse a realizar seis fotografías, no da más de sí con un negativo de aproximadamente 6 x 12 cm, en el casco histórico de Zaragoza.
Expuse las fotografía midiendo la luz con el pequeño Gossen Digilux, corrigiendo los valores otorgados teniendo en cuenta que la apertura relativa del estenopo de la Ondu es de f/135 y teniendo en cuenta el fallo de la reciprocidad de la exposición en la FP4 Plus 125 para exposiciones de un segundo o más de duración. La fórmula que uso para calcular el tiempo de exposición es t1 = t0^1,35. Todas las Ilford tienen fórmulas parecidas y con exponentes de corrección similares. Así que me he aprendido el más pesimista y es el que utilizo para todas las Ilford, aunque en realidad, según la película ese exponente vaya desde 1,28 hasta 1,35. Por si alguien no se cosca con la fórmula, lo que es utilizar la calculadora del teléfono móvil en su modo científico y elevo a una potencia de 1,35 el tiempo de exposición calculado por el fotómetro. En la práctica, con las condiciones de luz que había esa mañana, supuso doblar aproximadamente el tiempo de exposición teórico. Por ejemplo, si la medición me da 8 segundos, 8^1,35 = 16,6 segundos. Pero lo del doblar no vale siempre. Si la medición da 30 segundos, 30^1,35 = 98,7 segundos; como ves más que se triplica el tiempo de exposición.
El procesado de la película lo hice de forma normal, en Kodak HC-110 dilución C (1+19), durante 5 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Agitación continua suave durante los primeros 30 segundos y luego cuatro inversiones suaves cada minuto. La densidad y el contraste de los negativos fue bastante adecuado, y los digitalicé con el EPSON Perfection V600 Photo, que incluso a las modestas resoluciones espaciales que permite obtiene con semejante tamaño de negativos ficheros de casi 60 megapíxeles, lo cual es más que de sobra, teniendo en cuenta que las fotografías estenopeicas no son precisamente las más nítidas que se pueden hacer.
Salvo una doble exposición por error, que no me quedó afortunada, el resto quedó técnicamente correctas, aunque algunas de ellas me apetece hacerlas de nuevo, pero con otros planteamientos que creo que enriquecerán la escena estéticamente hablando. Pero eso... tendrá que esperar de momento. Quizá con uno de los nuevos negativos Fujifilm Neopan 100 Acros II, que tan apenas tienen fallo en la reciprocidad de la exposición. Aunque da un poco de pena usar negativos que ofrecen tanta calidad de imagen para fotografía estenopeica que, como ya he dicho, no es precisamente la más nítida posible.
En estas semanas atrás se ha celebrado a través de las redes sociales la tercera y última de las @FP4Party de este año. En la que he participado activamente, como hice en enero y en febrero. En febrero, por mi parte con cierto éxito. Una de mis fotos fue seleccionada como una de las fotos del día en la que la publiqué, pasando a la ronda final, en la que se votaron las que según los participantes se consideraban las mejores fotos. Cada uno eligió emitimos un voto a una de las fotografías. El caso es que la mía quedó en tercera posición. Hubo más de 200 entradas para la fiesta, es decir más de 200 fotografías, de las que se seleccionaron para la ronda final ventiuna, tres por cada día de la semana, y de ellas, tras la votación, la que ahora os muestro quedó tercera. Realizada con la Minox GT-E, con la película expuesta a un índice de exposición de 200 en lugar de su sensibilidad nominal, ISO 125, y revelada en Kodak HC-110, dilución C (1+19), durante 7 minutos a 21 ºC. Pues bien...
En marzo he participado, como en las ediciones de enero y febrero, con dos cámaras distintas. Una de formato pequeño, para película de 35 mm, con la que expuse un carrete, y otra de formato medio, con la que expuse dos rollos de formato 120. Los tres rollos de película fueron expuestos a un índice de exposición 250, un paso por encima de la sensibilidad nominal de la película. El revelado se ajustó consecuentemente, nuevamente con Kodak HC-110, dilución C (1+19), 7 minutos 30 segundos a 21 ºC. Es la receta que proponen en Emulsive, uno de los impulsores de la inciativa de la FP4Party. Lo cierto es que las recetas propuestas por esta gente funcionan bastante bien.
El carrete de 35 mm lo expuse con la Zenit 3M, versión 50 aniversario de la Revolución de Octubre, con el objetivo Mir-1 37/2,8 Grand Prix Brussels. Lo cierto es que no estuvo exenta la experiencia de problemas. Recibí un golpe de un "paseante" a toda velocidad, que me "hundió" el parasol de metal, y me descentró el objetivo. Esto me produjo cierta pérdida de nitidez en alguna zona de los negativos, muy discreta pero que yo sé apreciar, y un viñeteado mecánico del parasol. Para colmo, cuando ya estaba llegando al final del carrete, la cámara rompió la película, que tuve que sacar a oscuras de la misma, para cargarla en el tambor de revelado, varios días antes de estar en condiciones de revelarla. Como la cámara no tiene fotómetro incorporado, me apoyé en el Sekonic L-408 Multimaster, que es una garantía de medición correcta de la luz, tanto con la medición de luz incidente como reflejada. Fue una gran adquisición la que hice con este aparato.
En cualquier caso, pude aprovechar bastantes de los negativos. Como podéis ver en los ejemplos que os he mostrado, he generado unos dípticos de pares de fotografías, con alguna relación entre ellas, concebidos como unidades indivisibles. La tarde en la que hice la mayor parte de las fotografías hubo una luz muy agradable, no muy intensa, que favoreció una cómoda toma de imágenes e inspiró mi visión de lugares de apariencia banal y mil veces recorridos, el entorno del Tercer Cinturón de Zaragoza y la carretera de Castellón.
Veamos que pasó con la otra cámara.
Aquí fui sobre seguro. Utilicé la telemétrica de medio formato Fujifilm GS645S Wide 60 Professional, con su buen objetivo incorporado Fujinon 60 mm f/4, y un filtro rojo que me vino bien para mejorar el contraste en unos cielos un tanto deslavazados por una tenues cirros en altura, que venían bien para matizar la luz, pero que amenazaban con un cielo muy soso. Hice un paseo por la ribera del Ebro en horas centrales del día, y otro por la huerta de las Fuentes y el soto de Cantalobos en horas vespertinas. Como digo, los resultados que puedo esperar de esta cámara los tengo muy claros, me he familiarizado mucho con ella, y el un valor seguro. Ganas tengo de que broten las hojas en los árboles esta primavera, cosa que ya está sucediendo, para empezar a hacer con ella fotografía en el infrarrojo. De momento, os dejo con las fotos que hice en esta última FP4Party.
Tercera party consecutiva en Twitter celebrando las virtudes de la Ilford FP4 Plus, o sus ancestros, si es que a alguien le queda por ahí algún rollo. No voy a entretenerme aquí con las características de la película, que ya comenté en ocasiones anteriores. Al fin y al cabo, recientemente comenté las fiestas de diciembre y enero.
En esta ocasión, el elemento común a los dos rollos de formato 120 que hice fue la utilización de un filtro rojo, Heliopan #25, con el fin de mejorar el contraste de las imágenes, especialmente para dar un poquito más de fuerza a los cielos, que en un momento dado podían estar un poco modorros. Aunque considerada pancromática, no deja de ser una película mucho más sensible a los colores azules que a los rojos. En estos, en sensible a los naranjas y el rojo no excesivamente profundo.. Oficialmente, sensible entre los 360 nm y los 670 nm, o sea, que prácticamente comienza su sensibilidad en el ultravioleta.
El primer rollo lo expuse con la cámara de cajón Agfa Synchro Box. Calculé, con tino, que para un día despejado como el que estábamos, en un paseo fotográfico con algunos compañeros de Fotógraf@s en Zaragoza, con una velocidad de obturación que ronda el 1/25-1/30 segundo, si le aplicaba a la película un índice de exposición de 200 en lugar del ISO 125 nominal, los tres pasos que se pierden con el filtro permitirían una exposición a f/16.
Para evitar las fotografías trepidadas me llevé un trípode ligero pero competente, y usé un cable disparador. A pesar de todo, alguna de las fotos, véase la anterior, quedó un poquito trepidada, aunque pudo ser por el viento, ya que el efecto de movimiento no se aprecia en todos la longitud de los troncos. Sólo en la parte superior. Hay que decir que esa foto, y alguna otra, recibieron una doble exposición, porque la velocidad exigida era el doble. Así que abrí dos veces seguidas el obturador.
En general, quedé satisfecho con los resultados, aunque el encuadre con la Agfa Synchro Box es muy aproximativo, por el fuerte error de paralaje entre el visor y el objetivo.
El segundo rollo, al día siguiente del anterior, un domingo por la mañana, lo expuse con la Fujifilm GS645S Wide 60 Professional. También con el filtro rojo. Y también con un índice de exposición de 200, que para compensar el efecto del filtro implica reglar el fotómetro a IE 25.
Aunque llevaba a mano el fotómetro Sekonic L-408 Multimaster que me agencié de segunda mano en navidades, la verdad es que el fotómetro incorporado de la Fujifilm es bastante competente, y sistemáticamente estimaba con él exposiciones similares o idénticas a lo que me sugería el fotómetro de mano. Ambos, pues, herramientas fiables si sabes leer la escena.
Como ya habréis leído en un par de ocasiones, en lugar de usar la sensibilidad nominal de ISO 125, decidí exponer la película para un índice de exposición de 200, lo cual implicaba aumentar algo el tiempo de revelado. Así pues, en lugar de los 8 minutos recomendados para esta película con el revelador TMax a una dilución de 1+4 y 20 ºC, revelé con el procedimiento habitual durante 9 minutos.
Estos contengo con el resultado. Con una medición cuidada no se bloquearon las sombras en ninguna foto, o por lo menos no de forma apreciable, el contraste general es bastante agradable, y con el tamaño de los negativos de formato medio el grano no sufrió un aumento preocupante tampoco. Todo muy contenido. Si las circunstancias lo recomiendan, algo a repetir cuando convenga.
En fin, creo que durante al menos un mes van a descansar estas fiestas en Twitter, por lo menos a las que se asocian con un determinado tipo de película. Tal vez en abril vuelvan. Creo que el año pasado dedicaron alguna a las Ilford Delta y a las Kodak TMax. Si tengo película de la correspondiente, o me entero con suficiente antelación para pedir existencias, participaré. Porque es divertido y te da un excusa para salir a hacer fotos.