Dos semanas hace que no actualizo este sitio, fundamentalmente debido a mi breve viaje por Suiza, escapada de un fin de semana extendido, cuatro noches en Lucerna, con excursiones por los alrededores y a Zúrich. A dicho viaje me llevé dos cámaras. Desde luego mi fiel compacta digital, la Leica D-Lux, con la que estoy encantando por su calidad y discreción, y por el excelente objetivo que calza, que permite resolver perfectamente muchas situaciones, a pesar de su discreto intervalo de focales, equivalentes a un 24 - 75 mm en el formato tradicional de 35 mm. Fotografías realizadas con esa cámara las podréis encontrar en el cuaderno de viaje que ya he terminado. Pero también me llevé una cámara clásica para película tradicional, la Leica M2. Que si no hubiera llovido tanto hubiera usado más. Porque es un gusto hacer fotos con estas cámaras. Durante la excursión al monte Pilatus la use con el Zeiss Biogon-C 35/2,8 ZM, un pequeño objetivo angular que ofrece una calidad notable con un diseño muy clásico. De hay la C del nombre Biogon-C. Las fotografías que acompañan esta entrada, realizadas con este equipo y película negativa en blanco y negro Kodak Tri-X 400 revelada con Tetenal Ultrafin Plus (7 minutos a 1+4), son una muestra de lo que se puede hacer. También me llevé otro objetivo prestado, del que os hablaré dentro de pocos días, porque lo tenía en pruebas para ver si me convencía adquirirlo o no. Pero ya llegará ese tema, que es curioso y potencialmente interesante para los amantes de las cámaras y objetivos clásicos. Ahora vamos con las recomendaciones acumuladas en las dos últimas semanas.
Marc Riboud es un fotógrafo sumamente interesante. Y como suelo comenzar las recomendaciones con algún fotógrafo clásico o consagrado, que mejor que este fotógrafo francés que se pegó 50 años o más documentando lo que pasaba en este mundo. Nos lo propusieron en las siempre interesantes páginas de Siéntate y observa...
Otro fotógrafo realmente interesante, reportero gráfico también que ha venido documentando el mundo, especialmente sus peores conflictos en las últimas décadas es James Nachtwey. También merece la pena hacer una revisión de su obra. Y la propuesta nos llego desde American Suburb X (ASX) de la mano del director de cine y también fotógrafo Wim Wenders.
Pero en ocasiones, las fotografías interesantes, aquellas que nos muestran el mundo, vienen del mero aficionado. Probablemente de quien lo último que se considera es fotógrafo. En American Photo nos hablan de la colección de fotografías de Susumo Ito, un norteamericano de origen japonés, que se libró del internamiento en los vergonzosos campos de concentración que estableció el gobiernos de Estados Unidos para estos ciudadanos suyos atropellando sus derechos legales y constitucionales, alistándose en el ejército y combatiendo en Europa contra Alemania. Estaban prohibidas las fotografías para ellos durante esa Segunda Guerra Mundial, pero el llevó consigo una modesta cámara Agfa, bajo la marca Ansco, con un modesto objetivo que apenas abría a f/6,3, con película Kodak Plus-X. Y reunió un archivo de más de 1000 fotografías de indudable valor documental e histórico. Después... no se interesó más por la fotografía.
La guerra moderna se ceba especialmente en las poblaciones civiles, en las que produce muchas víctimas y sufrimiento. Mucho más que en la antigüedad en la que las víctimas quedaban más restringidas a las unidades combatientes. Pero las guerras de hoy en día no son de ejércitos contra ejércitos, sino contra las poblaciones enteras. En aCurator nos ofrecen un artículo sobre el retrato final de un largo proyecto de la fotógrafa Marissa Roth, One Person Crying: Women and War, porque entre los civiles, son las mujeres las que en muchas ocasiones tienen que cargar con las peores consecuencias del conflicto. Ese retrato final es de Monica Smith, prima segunda de la famosa Anne Frank, que se salvo del triste destino de esta.
De la guerra, pasamos a la posguerra. Hoy en día percibimos la Europa Occidental como un continente rico, con poblaciones hartas, consumidoras en exceso, con alto nivel de vida... bien es cierto que amenazado por las tendencias políticas actuales que atacan con frecuencia el sostenimiento de los estados de bienestar. Pero para llegar a aquí, durante algunas décadas hubo una posguerra en la que no todo los europeos occidentales ataban los perros con longaniza. En Feature Shoot nos ofrecen la visión, tanto en blanco y negro como en color, que la fotorreportera Shirley Baker hizo de las calles de Manchester, que nos muestran un entorno urbano degradado y niños y jóvenes, y también adultos, vagando ociosos y sin muchos alicientes.
He estado en Suiza durante unos días. Pues traigamos algún fotógrafo suizo. Hay varios conocidos, aunque muchas veces la gente cree que son franceses o italianos o alemanes... Es a lo que suenan sus nombres y apellidos. El de hoy es una propuesta de Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red. Su nombre es Steeve Iunker. Creo que tiene un estilo visual muy interesante, con un gran dominio de la composición y una excelente utilización del color, que le permite manejarse tanto en el campo de la fotografía documental, como en trabajos más conceptuales. O series a caballo entre los dos tipos de fotografía.
Vamos ahora con la sección de sugerencias que nos vienen de mi panel en Tumblr. Las propuestas de esta semana nos llegan desde Vuu, MPD, Happy Accident y La beauté de Pandore. Como de costumbre son imágenes únicas que te impulsan a conocer más de la obra del fotógrafo que las realizó, dando un cierto margen a la sorpresa.
Y ahora vamos con tres recomendaciones que no proceden de mi surfear por internet. Sino que han surgido en los últimos días como consecuencia de otras interacciones:
En nuestra visita del sábado 15 de agosto a la Kunsthaus Zürich, una de las exposiciones temporales que visitamos, un poco a salto de mata porque se acercaba la hora de cierre, fue Sense Uncertainty: A Private Collection. Según la información de la propia exposición, su objetivo es mostrar las interrelaciones entre el cuerpo humano desnudo y las actividades de su "espíritu", "alma", o como lo queráis llamar. Lo cierto es que es una exposición en la que de alguna forma muestra las incursiones del mundo del arte moderno y contemporáneo en los difíciles caminos del erotismo, la sexualidad e incluso la pornografía, más o menos explícita. Pero no del todo. Y me llamaron la atención las fotografías de Hellen van Meene explorando la identidad sexual de los adolescentes y las relaciones con sus cuerpos. Y quise saber más de esta fotógrafa holandesa. Me gusta el acercamiento que hace al mundo de la adolescencia y la preadolescencia.
La mayor parte de la música que escucho en casa mientras trabajo con el ordenador en mis fotografías o en estas entradas procede de los podcasts de programas musicales de RTVE - A la carta. Recientemente, en el programa veraniego Clásicos del jazz y del swing, de Radio Clásica, hicieron un programa en el que hicieron constantes referencias al fotógrafo William Claxton, que en los años sesenta realizó un trabajo para documentar el mundo del jazz, y que podemos encontrar publicado en el libro Jazz Life de Taschen, que hace un tiempo ya que ocupa un lugar en mi biblioteca (no la versión carísima, sino una más modesta y asequible). Jazz y fotografía siempre se han llevado muy bien, y esta es una referencia ineludible para los aficionados a cualquiera de los dos.
Mientras descansábamos un momento tomando un café en el trabajo, surgió a conversación con una compañera, Virginia, la fotografía como propuesta artística. Y me habló de una fotógrafa francesa que yo no conocía, Caroline Halley Des Fontaines. Fotógrafa documental que trabaja fundamentalmente en blanco y negro, y especialmente se siente atraída por los continentes asiático y africano, y especialmente por sus gentes y culturas. Merece la pena conocer un poco su obra.
Como veis, había mucho que comentar este domingo. Pero es han pasado dos semanas desde las anteriores recomendaciones,... claro.
Cuando esta mañana he abierto mi Pocket y he visto que tenía más de 30 artículos etiquetados como "recomendación", me ha dado un susto de muerte. Demasiados. No sé que plan he llevado esta semana a la hora de reservar posibles recomendaciones para este domingo. En fin. Intentaré expurgar y dejar algo coherente. Y a ser posible refrescante. Como el tiempo que nos ha llegado este fin de semana, que nos ha aliviado del caluroso verano que estamos sufriendo este año. ¿El mes de julio más caluroso de los que se tienen registrados en Zaragoza, han dicho? En fin. La llegada de nubes y luz más suave también ha permitido usar más la cámara a la caída de la tarde, frente a las duras luces que hemos sufrido estas semanas atrás. Os dejaré algún ejemplo de ello.
Bueno, mientras iba escribiendo el párrafo anterior iba pensando en algunos criterios para seleccionar entre tanto artículo guardado, y al final me he quedado con un número más razonable, que podréis encontrar interesante, creo yo.
Siempre empiezo con uno o varios clásicos, para recordarlo, para revisar su obra. Y esta semana ha sido el turno para el excelente Bruce Davidson. La excusa ha sido el artículo en Siéntate y observa... donde nos cuentan la historia de una de las fotografías más notables de Davidson, la de una adolescente londinense de extraña y misteriosa belleza, con una mirada y un rostro muy interesantes. Reflejo de un mundo en evolución, de la grisura de posguerra a lo que sería la colorida época del "Swinging London", probablemente.
El retrato es una disciplina curiosa. He llegado a una conclusión. No es difícil hacer un retrato resultón, agradable. Lo realmente difícil es hacer un retrato trascendente, que diga algo más, que muestre el interior de las personas a partir de la imagen que recoge el fotógrafo. Eso sí que es difícil. Esta semana leí un artículo en Lenscratch sobre sobre la serie Longing in Black de la fotógrafa Lydia Panas, y me pareció un ejemplo. Una iluminación no muy compleja. Una disposición sencilla y común a todos los sujetos, ropa negra y fondo oscuro, y partir de aquí, intentar sacar petróleo de estas constricciones, sobre la base de la mirada sobre el sujeto, sobre la persona. También es una colección de miradas. Incluso cuando el retratado cierra los ojos o vuelve la espalda a la cámara.
Me cuesta mucho traer a estas páginas recomendaciones sobre fotógrafos de moda. Tengo algunas reservas de carácter ético y estético sobre el trabajo de muchos de estos fotógrafos. Pero esta semana, en Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red nos han hablado de un fotógrafo coreano, Kim Kyung Soo, que está tratando de actualizar y proponer alternativas basadas den el traje tradicional de su país. Y me he encontrado con su serie The Full Moon Story, que me parece de una impresionante calidad técnica y elegancia estética.
He comentado en más de una ocasión que fotografía y arquitectura son dos disciplinas que se llevan muy bien, aunque luego resulte que hacer buenas fotografías de arquitectura no es tan fácil como parece. En Urbanáutica he encontrado una entrevista con fotos a Laurent Kronental sobre su serie Souvenir d'un Futur, fotografías de una extraña belleza realizadas con cámara de gran formato de las feas colmenas de cemento y hormigón que surgen en las megalópolis modernas, especialmente aquellas que atraen al dinero y a las gentes sin futuro en otros lugares.
El paisaje es una disciplina que también me atrae mucho. No esos paisajes chillones y exagerados, sobreprocesados en los programas de edición digital de la imagen, sino los que nos ofrecen lo mejor de la luz natural, las formas, las texturas y los contrastes entre los elementos de la naturaleza. En Lensculture me he encontrado con la serie Hover de Mauro Pesce, con paisajes andinos chilenos en su caída hacia el oceano Pacífico, en la luz de la tarde, crepuscular e incluso en la noche, con algún destello o reflejo de las inevitables luces humanas. Conviene verlos en grande para admirar su intensidad.
Juguemos ahora con la realidad y la ficción. Cómo la fotografía puede ayudar a difuminarlas. Tomemos por ejemplo la historia que nos cuenta la fotógrafa Kim Hubbard en Proff de National Geographic. Sobre el proyecto que ella y Robb Kendrick han llevado a cabo para "devolver a la vida" a extintas especies de dinosaurios utilizando cámaras, objetivos y procedimientos del siglo XIX. Y unos dinosaurios que quizá no sean tan gigantescos y terribles como se supone que deberían ser. Y de paso nos cuenta sobre la excavaciones paleontológicas que nos descubren los secretos escondidos en la tierra sobre estos fenomenales seres.
Comenté hace un tiempo en mi Cuaderno de ruta mis impresiones sobre una de las mejores y más divertidas historietas que se pueden leer hoy en día, Saga. Una de las "razas" que aparecen en esta peculiar epopeya galáctica son unos androides o robots autoconscientes con el cuerpo humano y la cabeza con forma de monitor, televisor o cualquier otro tipo de pantalla electrónica de visualización que se nos pueda ocurrir. Por ello, cuando en L'Oeil de la Photographie vi la serie Very Fast Trip de Michaël Massart, no pude menos que preguntarme si habrá algún tipo de mutuo conocimiento o reconocimiento entre ambos. Y desde luego, sobre las ironías y connotaciones de esta visión de nosotros mismos.
No es fotografía. Es pintura. Óleos sobre lienzo. Pero tienen un aspecto fotorrealista. Salvo porque la mascota, un perrillo que acompaña a su joven dueña, tiene un tamaño desproporcionado. Lo vi en Cross Connect Magazine, y el autor es Jeong Woojae.
Un aspecto también de irrealidad, y de serenidad tienen las fotografías en blanco y negro de la serie Pen 2002 de Shinya Ichikawa, y que podemos ver en Lensculture. Las fotografías están realizadas con una cámara Olympus Pen, cámaras de medio formato, es decir, que sobre película perforada de 35 mm obtiene negativos de 18 x 24 mm en lugar del estándar de 24 x 36 mm. La definición es menor como consecuencia del menor tamaño de la imagen, pero la cámara y sus ópticas son de buena calidad, invitan al formato vertical, y su relación de aspecto 4:3 es más armonioso que el excesivamente estirado 3:2 que nos impuso Oskar Barnack cuando ideó las primeras leicas. Y luego está el sabio uso del blanco y negro y de la selección de temas, en muchos casos en el ámbito de la naturaleza muerta y los objetos contidianos.
De mi panel de Tumblr, esta semana he extraído tres imágenes que han aparecido en La beauté de Pandora. Las tres en blanco y negro, muy distintas, pero muy sugerentes sobre las posibles historias que pueden tener detrás.
Siguiendo un poco con Tumblr, decir que esta semana me he suscrito a los blogs en esta plataforma de tres museos de arte moderno y contemporáneo que espero me aporten cosas interesantes:
LACMA (Los Angeles County Museum of Art): a este me he suscrito esta mañana mismo y aun tengo pendiente de explorar, pero me interesa su etiqueta #LACMAPlusYou, en el que integra al museo con sus visitantes.
Esta semana también viene interesante en lo que se refiere a las recomendaciones fotográficas, con algunos enlaces muy interesantes recopilados en los últimos siete días. No parece que el verano esté afectando negativamente a las noticias sobre fotógrafos y fotografías. O a lo mejor es que el verano favorece la celebración de festivales y exposiciones y hay más movimiento. No sé. Las fotografías acompañantes están tomadas cerca de Pozuelo de Aragón e intentan reflexionar sobre el deterioro paisajístico en el mundo actual. Unas instalaciones ganaderas, cuyo uso ya no se ajusta a las necesidades del mundo actual, pero que aportan valor estético al paisaje de la comarca, pero que poco a poco se van deteriorando, degradándose por lo tanto la estética del paisaje. Cuestiones que se valoran poco en este país. Podría poner más ejemplos...
Las fotografías, a lo largo del siglo XX, se han convertido con frecuencia en iconos de determinados momentos históricos, valores o movimientos. Pero a veces son como las armas de fuego, que las carga el diablo, y acaban volviéndose contra quien las pretenden utilizar. En The New Yorker nos hablan de una fotografía que se convirtió en un icono de las libertades haitianas. Estando la isla ocupada por ese "garante de las libertades" del mundo actual que son los Estados Unidos de América a principios del siglo XX, hubo movimientos de rebelión contra esta ocupación, que fueron duramente reprimidos por los norteamericanos. En 1919, asesinaron a uno de los cabecillas rebeldes, Charlemagne Péralte, y un fotógrafo de la infantería de marina yanqui tomó una imagen del cadáver que se difundió con el fin de que sirviese de lección a otros rebeldes. Pues bien, se convirtió en un icono de la libertad haitiana. Los militares yanquis crearon un mártir que espoleó a la lucha a otros haitianos. Y no aprenden, y siguen sorprendiéndose de la resistencia que muestran otros pueblos, y cómo sus acciones militares y las imágenes que de ellas se desprenden no sirven más que para espolear nuevos combatientes. Desgraciadamente, en muchos casos fanáticos religiosos que tampoco le hacen ningún bien al mundo.
Creo que en alguna ocasión he hablado por aquí de The Polaroid Kidd, sobrenombre que durante un tiempo recibió el fotógrafo que ya no se dedica a ello Mike Brodie, que se subía a los trenes de mercancías que atraviesan los Estados Unidos con su cámara y recogía sus vivencias y las de quienes se encontraba o le acompañaban. Pues en Lenscratch nos hablan de otro ejemplo similar. En esta ocasión con cierto misterio, puesto que Swampy, apodo del fotógrafo, permanece en el anonimato, aunque no deja de tener una galería que lo representa. También este fotógrafo recorre Norteamérica en la montaña rusa de los trenes que la atraviesan de norte a sur y de este a oeste, con incursiones en Méjico.
Existen estereotipos sobre cómo debemos ser. Y esto afecta más a las mujeres, que constantemente reciben un bombardeo sobre cómo debe ser su imagen, cuánto deben pesar, qué deben vestir, cómo deben actuar. Para contrarrestar este acúmulo de imágenes estandarizadas, la fotógrafa brasileña Luisa Dorr, en su trabajo Topography of Women que nos presentan en LensCulture, recoge retratos de mujeres que ha encontrado a lo largo de sus viajes por todo el mundo, mostrando la diversidad en formas, sentimientos e ideas que reina entre ellas. Sin renegar de conservar una cuidada estética y presentación en sus apacibles fotografías en color. No es la primera vez que Dorr aparece por estas páginas, siempre con interesantes reflexiones.
Hablemos un poco de las polaroids. Ya sabemos que basta que desaparecieran porque nadie las usaba para que de repente se hayan vuelto imprescindibles y todo el mundo las eche de menos. Y no dejan de recordárnoslo de diversas formas. En American Suburb X (ASX), por ejemplo, nos recuerdan la afición del japonés Nobuyoshi Araki por este medio. Como de costumbre con este autor, abstenerse timoratos y gentes sensibles a la desnudez o a la sexualidad.
Y en Mental Floss, via el boletín semanal de The Inspired Eye, nos cuentan la historia de una persona, un hombre, que durante más de 18 años, entre el 31 de marzo de 1979 y el 25 de octubre de 1997 tomó una polaroid cada día con una SX-70. El fotógrafo inicialmente misterioso fue Jamie Livingston, que murió prematuramente de cáncer a los 41 años. Dos amigos suyos, deseando homenajear la vida de Livingston crearon una página web con estas polaroids, que convierten este sitio en un lugar de notable interés documental.
El tema de los selfis da para mucho. Que si son peligrosos porque exponen a la gente a accidentes, especialmente si se ayudan del maldito paloselfi, que si son escandalosos, que si son superficiales, que si son algo distinto a la fotografía propiamente dicha, que si... No sé... En esta semana, en All Tech Considered, blog tecnológico de la NPR (radio pública estadounidense) le han dedicado dos entradas al fenómeno.
En el primero, reflexionan que yendo más allá de la imagen narcisística que pueden transmitir, puede haber algo más. Y hablan del "arte del selfi" desde dos puntos de vista. Por un lado, las numerosas aplicaciones móviles que permite mejorar la calidad estética y técnica de los selfis, ayudándonos a presentarnos de una forma menos cutre ante el mundo. Y también nos hablan de la artista digital Molly Soda que utiliza la estética del selfi para reflexionar sobre algunos valores contemporáneos, viendo el selfi como una reafirmación positiva de la persona que lo realiza.
En el segundo, consecuencia en parte del anterior, se reflexiona sobre lo que los selfis muestran sobre cada uno de nosotros, sobre la vanidad tras ellos, pero también su potencial valor artístico o de reafirmación personal, insistiendo en alguna de las opiniones del artículo anterior.
Están de moda los hallazgos casuales, fotografías estupendas de fotógrafos anónimos, independientemente de que se lleguen a conocer a posteriori o no, que son descubiertas y puestas a disposición del público. Ya he hablado antes de las polaroids de Jamie Livingston. En PetaPixel nos cuentan cómo la fotógrafa Meagan Abell encontro unas diapositivas de medio formato guardadas en fundas de plástico que mostraban una serie de paisajes con figuras femeninas, probablemente de los años 40 o 50, probablemente de alguna playa californiana, y que efectivamente están muy conseguidas estéticamente, aparte del valor del color de las emulsiones antiguas. Abell se ha lanzado a través de su página en Facebook a una campaña para saber dónde fueron tomadas las fotografías (eso parece que ya se sabe, en Dockweiler Beach, en el condado de Los Ángeles), quién fue el fotógrafo y quiénes fueron las elegantes modelos, dos mujeres que no dudaron en remojarse en las aguas del Pacífico durante la puesta de sol.
Variedad de recomendaciones esta semana, en la que destacarán algunos paisajes y también algunas tendencias actuales a la hora de analizar las relaciones humanas o las sociedades actuales. Con cierto tono crítico sobre todo. También veremos algunos fotógrafos españoles y las recomendaciones que llegan desde mi panel en Tumblr. Las fotografías que acompañan la entrada de hoy proceden de lo que yo llamo los "carretes perdidos". En concreto este es un Ilford Delta 100 que cargué en la Leica CL con el Carl Zeiss Planar 50 mm 1:2 ZM en uno de los talleres de retrato de esta primavera, y que he ido exponiendo desde entonces, sin mucho propósito la verdad. Pero por ejemplo ayer me encontré un carrete de Kodak Portra 160 en la Leica M2, que no tengo ni idea de qué hay. Sospecho que nada, pero no me acuerdo... En fin. A las recomendaciones.
Como siempre, empiezo por los clásicos o los antiguos. En general, seguir los blogs y similares de la Lomographic Society tiene mucho de pérdida de tiempo. El empeño que muestran en defender una cantidad inconmensurable de fotografías de colores chillones, falsos, desenfocadas y sin mucho contenido real es notable. Pero de vez en cuando tiran de clásicos y antiguos, pretendiendo ser herederos de aquellos. Nos olvidamos que aquellos intentaban obtener lo mejor de sus limitados equipos, mientras que los "lomógrafos" se apuntan a la cutredad, al descontrol y al azar,... menos algunos que curiosamente obtienen resultado interesantes. En cualquier caso, en esta semanas nos han mostrado unos autocromos realizados en la segunda década del siglo XX por el fotógrafo Hugo Viewegar en Edmonton, Canadá. Como me gustan estos precursores de la fotografía en color. Los podemos encontrar en el Flickr de los Archivos Provinciales de Alberta, en el álbum denominado Autochromes. Mientras sigan, de vez en cuando, enseñándonos algunos ejemplos de estos, seguiremos siguiendo los blogs y similares lomográficos.
Se ha comentado la enésima potencia de veces la influencia mutua entre la fotografía y la pintura, y no digamos si el pintor en cuestión es Edward Hopper. Yo tengo un estupendo libro que nos habla de la influencia de Hopper en la fotografía. Esta semana, en The Luminous Landscape, hemos podido ver y leer una artículo de Rodger Kingston en el que nos muestra y comenta cómo a lo largo de los años ha ido acumulando un cuerpo de obra que de forma no sistemática pero indudable muestra el carácter y la influencia del pintor en sus fotografías. A mí me parece que las fotografías están muy bien, y las reflexiones me parecen muy interesantes.
En American Suburb X reproducen una conferencia que el alemán Wolfgang Tillmans impartió hace unos años. Tillmans es uno de esos fotógrafos alemanes que tanto se valoran hoy en día, especialmente en las subastas de arte, pero que a mí me convencen sólo a medias. En cualquier caso, nos muestra una forma distinta de observar y fotografiar el mundo que merece la pena conocer. Aunque luego como yo decidas que hay otras que te interesan más.
No es infrecuente que haya medios que se sorprendan y comenten cómo emergen cada vez más fotógrafos chinos. A ver... si la población de la República Popular China es el 20% de la mundial, lo raro es que no aparezcan más... El caso es que es cierto que cada vez reciben más atención de los medios. Aunque en ocasiones hay una sensación de monotonía en los temas y las estéticas. Esta semana, sin embargo, en el blog Bokeh de los siempre divertidos DigitalRev se fijaban en el irreverente y joven fotógrafo Wang Wei, pequinés que nos ofrece una visión de su entorno entre lo extraña, lo irreverente y la búsqueda de la empatía con sus conciudadanos. En cualquier caso, alegre, desenfadada, pero en absoluto banal. Confía básicamente en sus cámaras de película tradicional para realizar sus fotografías.
En Cada día un fotógrafo/Fotógrafos en la red, de entre las propuestas que nos han traido esta semana, me han interesado dos de nacionalidad española. Por un lado, los fotogramas de Tomy Ceballos. Dejando aparte el hecho de que es un ejemplo de cómo hay técnicas alternativas para dar y tomar en fotografía, y que merecería la pena a lo mejor dedicarles algún tiempo, sus obras tienen contenido propio con interés suficiente para conocerlo independientemente de cómo esté hecho. Aunque su peculiar técnica marca mucho los resultados que obtiene Ceballos. Por otro lado, la fotógrafa y escultora Naia del Castillo, con una obra muy conceptual, reflexionando sobre el papel de la mujer en el mundo actual. Técnicas las suyas que me parecen menos accesibles al común de los mortales (a mí la escultura siempre me ha parecido un mundo difícil, para mí totalmente inaccesible salvo como espectador), pero que también merecen la pena ser conocidas.
Paisajes. Es un género que me gusta mucho. Y me da la impresión de que últimamente lo traigo poco. Veamos algunos ejemplos interesantes que han aparecido esta semana.
En el Tumblr de Photojojo nos hablan del trabajo de Valerio Vicenzo, recorriendo las abiertas fronteras de la Europa común, y fotografiando aquellos puntos en los que un mismo paisaje pertenece a dos países, sin que necesariamente se perciba la diferencia entre ambos. Algo que debe sorprender mucho en los Estados Unidos, ya que ha aparecido en varias fuentes de ese país, con comentarios que muestran cierto grado de sorpresa ante estas fronteras sin vigilancia, sin controles, con libertad de circulación de los ciudadanos... Siempre han estado allí muy recelosos y poniendo trabas a la Europa común... y se nota, que así vamos...
Algunas fotografías interesantes que he encontrado entre mis suscripciones en mi panel de Tumblr y que me han empujado a saber algo más de sus autores.
Finalmente, siguiendo con las técnicas con pelicula tradicional, las fotografías que nos muestran en Photoshelter Blog, realizadas por Greg Miller con una cámara de gran formato de 8 x 10" (aproximadamente 20 x 25 cm de negativo o diapositiva) me parecen absolutamente lujosas. La calidad estética del gran formato, sus posibilidades de control complejas pero casi ilimitadas, unidas a una composición y control del color envidiables.
Vuelvo como cada domingo con una selección de las cosas que me han interesado en el mundo de la fotografía durante toda la semana, y que han ido apareciendo por la red de redes. Sigo acompañando con fotografías que tomo mientras pruebo las posibilidades de la Pentax K-S1, en este caso con una gran angular relativamente moderno, el SMC-DA 21/3,2 Limited, un objetivo que podría ser algo mejor pero que no está mal, que es muy compacto, podríamos incluirlo en el concepto de "pancake" a cambio de su muy modesta apertura máxima, con un enfoque un poquito ruidos pero que permite el retoque manual, y con una distancia de enfoque mínima de 20 cm, que lo hace interesante para la fotografía de aproximación. Le he añadido en alguna fotografía una lente de aproximación de 2 dioptrías, marca B+W, pero que a pesar de ser de potencia muy moderada y de su prestigiada marca, no deja de producir alguna degradación de la imagen. El caso es que lo que más se nota es cierto difuminado en algunas áreas de la imagen, supongo que debido a la aberración esférica, que a veces no quedan mal. Dan un aire interesante a la fotografía. Dentro de unos días insistiré un poquito en el tema este de la aberración esférica.
Siempre suelo empezar por fotógrafos clásicos. Bueno... en esta ocasión no es exactamente un fotógrafo, sino el pintor y diseñador de carteles francés Henri de Toulouse-Lautrec. Y es que en DSLR Magazine nos hablan un poquito de este curioso personaje de la Belle Époque, que además de por su arte fue conocido por sus juergas y excentricidades. Toulouse-Lautrec utilizó la fotografía también. Pero más como modo de expresión de diversión, burla o crítica hacia los convencionalismos, no carente en ocasiones de contenido francamente escatológico.
Más reciente, pero también de un periodo que ya podríamos encuadrar dentro de lo clásico, los años 60 del siglo XX, en el LightBox de Time nos descubren a otro pionero de la fotografía en color. Recordamos que cuando la fotografía en color se comienza a popularizar, hubo un tiempo en que se consideró que era una cosa para aficionados o publicidad, pero que la verdadera fotografía artística y el documental más puro estaban en el blanco y negro. Hasta que poco a poco algunos pionero fueron mostrando las posibilidades artísticas del color. Y el pionero del que nos hablan es Fred Herzog, que empezó a usar la Kodachrome en 1953, con sensibilidades de tan solo 10 ISO. Bueno, en aquellos momentos, 10 ASA. A mi me chiflan estos pioneros del color en fotografía de forma seria. Porque eran realmente buenos sacándole jugo al medio.
Pasemos a la época contemporánea. En el tumblr de The New Yorker nos hablan del último trabajo de las fotógrafa canadiense Annie Ling, su serie "Independent Mothers. En el artículo original, muestran cómo puede causar sorpresa en la mentalidad más tradicional norteamericana la estructura social islandesa, en la que las dos terceras partes de los niños nacen de mujeres solteras, independientemente de que convivan con el padre de los bebés o no, y que muchas de ellas crían en solitario a sus hijos gozando del un apoyo social, tanto estatal como social, que sorprende a los individualistas y poco solidarios norteamericano. A parte del contenido social, las fotografías son estupendas.
A través de un artículo también en Aesthetica Magazine descubro las fotografías de Yang Fudong, cinematografista y fotógrafo chino. Me atrae mucho la estética de sus imágenes, bien sea en movimiento o fijas, bien sea en blanco y negro o, sobretodo, en color. Estas me encantan.
Algunas sugerencias o sugestiones que han ido apareciendo en mi panel de Tumblr...
El mundo de la moda me interesa menos, pero a partir de esta foto, he comprobado que aquí y allá la fotógrafa Oona Hart tiene un dominio del color envidiable.
Y me ha parecido curioso la distinta forma en que dos fotógrafos reflexionan sobre un mismo hecho. La moda de los selfis o de grabarse a sí mismo, foto fija o vídeo. Luisa Dorr (Tumblr), como nos muestran en Lens Culture, opta por la inocencia del selfi que los turistas en la avenida de las estrellas de Hong Kong. Una "inocencia" que no deja de reflejar un abuso del medio, detras del cual hay una ansiedad, narcisista en ocasiones, o la necesidad de contar al mundo "yo estuve aquí", "yo tengo una vida".
Menos "inocente" es la reflexión de la serie Technically Intimate que nos cuentan en Feature Shoot, del fotógrafo norteamericano Evan Baden. Hace años que conocí ya esta interesante serie en la que se reflexiona sobre el acto de jóvenes mujeres, adolescentes en muchos casos que se fotografía o se filman desnudas, en actitudes muy sexualizadas, cuando no en actos de carácter sexual. Baden recrea esos momentos con una pefección técnica y una escenificación cuidada que contrasta con la deficiente calidad de esas imágenes que se pueden encontrar con facilidad por internet. Parece que ha seguido con la serie, puesto que hay nuevas imágenes, algunas de hombres, que cuando conocí este trabajo sólo aparecían como "complemento" a los actos de las chicas. Las chicas y chicos fotografiados, desnudos en muchas ocasiones, son modelos mayores de edad. Pero aun así, esta serie, en los medios más puritanos no se ha entendido y se ha criticado.