Esta semana he dispuesto de muy poco tiempo libre. Además de tener que ir a trabajar y esas cosas que nos tocan a los pobres humanos, o por lo menos a los humanos pobres, aunque sea de forma relativa, he estado muy ocupado por las tardes y no he revisado mucho la red de redes para encontrar novedades fotográficas o cosas interesantes. De todas formas algo he encontrado, que os contaré de forma rápida, porque hoy domingo tampoco ando muy sobrado de tiempo.
Las fotografías acompañantes son del domingo pasado. Tras una conversación hace unos días sobre objetivos fotográficos, le he estado dando vueltas al objetivo que más me gusta para fotografiar el paisaje. Y curiosamente es una focal, en torno a los 20 mm de focal para 24 x 36 mm, los 92º de visión en diagonal, los 82º en horizontal, que no tengo muy presente en mis equipos. Apenas un 21 mm f/3,5 de Olympus de hace cuarenta años con montura adaptada a Canon EF que uso de vez en cuando con la Canon EOS 5D Mark II. Pero aunque es un objetivo muy simpático, muy compacto y ligero, y de razonable buena calidad, no deja de acusar su edad y que no está previsto para los captores digitales modernos de "formato completo". Nunca me ha gustado esto de que al 24 x 36 mm le llamen "formato completo". Pero si antaño se le denominaba "formato pequeño" o aun "formato miniatura"...
Bueno... Las fotos de hoy están hechas con ese objetivo, en el primer domingo de la primavera zaragozana.
Catherine Leroy, fotógrafa francesa que con sólo 21 años se plantó en 1966, sin credenciales de prensa y con una Leica M2, para fotografiar el conflicto de Vietnam Y fue la primera fotógrafa en saltar en paracaídas en un salto de combate. Nos la han recordado en The Online Photographer, y también podría ser un modelo para la protagonista de Kong: The Skull Island.
Ferdinando Scianna es un fotógrafo italiano que conocí hace un tiempo visitando una exposición suya en Florencia, si no recuerdo mal. Entre el mundo de la moda y el del reportaje, es un fotógrafo muy elegante, con una blanco y negro muy expresivo. Me gusta mucho, y han hablado de él en L'Oeil de la Photographie.
Mitch Epstein, quien nos es presentado en una galería con biografía por Oscar Colorado. Como dice Colorado, Epstein, a través de sus fotografías, "reflexiona sobre el sueño americano y sus promesas incumplidas". No lo conocía y me ha gustado. Sobre el sueño americano... es una de las falacias más enormes de la historia y sin embargo amarga la vida de millones de personas con falsas ilusiones. Causa de enormes injusticias e insolidaridades.
Y seguimos con los Estados Unidos, que ha pesar de todo a muchos fascina. Por ejemplo, al fotógrafo francés Emmanuel Georges, a quien fascinan los edificios típicos que representan ese sueño americano, y que retrata con maestría con su cámara de gran formato. Lo hemos visto en L'Oeil de la Photographie.
Ayer me estuve peleando un buen rato con la Hasselblad 503CX y mis tres objetivos Carl Zeiss para la misma, y con unos anillos de aproximación para fotografiar unas orquídeas que había encontrado por la mañana en un centro comercial a la venta por 3,99 euros. Pero cuando pienso en lo que me ha podido salir y lo comparo con las flores del holandes Leendert Blok, que nos llegan a nosotros desde los años 20 del siglo XX, me entra una profunda depresión. Lo he visto en AnOther Magazine.
La fotografía con película tradicional está en alza. No alcanzará los niveles de aceptación y consumo de antaño ni de lejos, pero ahí esta. Son muchos los medios que están surgiendo para hablar de ella, aunque con frecuencia muestran fotografías majas pero que no son excepcionales, más bien propias del entusiasmo de los practicantes. Pero en esta ocasión, en Analog Magazine, he estado viendo el trabajo de Sarah Mei Herman sobre los adolescentes chinos y me parece que está a otro nivel. Porque lo cierto es que son bastantes los fotógrafos de nivel que se mantienen fieles a la película tradicional en sus trabajos más personales.
Me suscribí hace unos días al canal de Youtube de School of Visual Arts de Nueva York. Son vídeos que con frecuencia pasan de la hora de duración, así que no sé si podré ver muchos. Demasiado largos. Pero hace unos días subieron una conferencia de la fotógrafa Gillian Laub que me pareció interesantísima, tanto desde el punto de vista fotográfico como humano. Os la dejo aquí puesta por si os interesa.
Jeremie Dru es un fotógrafo francés que trabaja las dobles exposiciones. Algo que hace mucha gente, pero pocas veces con resultados que me resulten trascendentes. Simpáticos, tal vez; estéticamente interesantes, no faltan. Pero que comuniquen algo más, es más raro. La visión de la ciudad de este fotógrafo, como nos la muestran en Cross Connect Magazine, no deja de entrar en ese grupo.
Finalmente, me ha parecido muy interesante la recomendación que nos llega desde Lomography. Es la recopilación de los muchos números de la única fotografía existente en la Unión Soviética para fotógrafos y aficionados a la fotografía. Se trata de Советское фото (fotografía soviética), y podéis encontrar 437 ejemplares preservados por The Internet Archive. Yo he ojeado algunos y, dejando aparte la cantidad de propaganda del sistema que incluye, no faltan las fotografías interesantes. Y estaban mucho más a las modas de lo que pensábamos. Con logros propios, sobretodo en los años 20 y 30 del siglo XX muy interesantes. Los tiempos del constructivismo. Y si lo pensamos bien, las revistas occidentales también han estado siempre llenas de propaganda, aunque fuera comercial, que no dejaba de ser ideológica. Recientemente se ha llorado la desaparición de la emblemática y longeva Popular Photography de los EE.UU. y yo que la he comprado en tiempos con regularidad, os aseguro que más de la mitad de las páginas eran publicidad.
Fotográficamente, en lo personal, esta semana ha estado más animada por la llegada de resultados fotográficos que por las fotos que he hecho realmente. Recuerdo a todos que desde hace unas semanas, mi cuenta en Instagram, que estaba dormida, no tenía más sentido que poder acceder al trabajo de alguna gente, se ha convertido en mi repositorio de fotos realizadas con película instantánea. Básicamente, película Impossible Project expuesta con un par de veteranas cámaras Polaroid, una muy simple de la serie 600, y otra de mejor calidad de la serie Image System, o Spectra en los Estados Unidos.
Y en cuanto a las fotografías que acompañan las recomendaciones de esta semana, proceden de un carrete en color que he expuesto a lo largo de unas semanas con la Olympus μ(mju:)-1 que rescaté hace unos meses. No he quedado muy contento, ya veis. A pesar de que un carrete de Kodak Portra 400 tiene sensibilidad para dar y vender en las condiciones en que he fotografiado, tengo la sensación de que tiende a usar las aperturas más abiertas, con demasiado viñeteo y con una calidad en las esquinas flojita. Pues no. Estaba totalmente equivocado. Los defectos son ciertos, pero porque están hechas las fotografías con la Vivitar Ultra Wide & Slim, cámara que entra prácticamente dentro de la categoría de las cámaras de juguete.
Empecemos como es habitual por los fotógrafos más históricos. Me han parecido muy interesantes las fotografías del suizo Jules Jacot Guillarmord, nacido en los años 60 del siglo XIX (diecinueve, sí), y que fu un pionero del himalayismo en la primera década del siglo XX, llevando consigo una cámara con lentes estereoscópicas, que en cualquier caso nos permiten tener unos fotogramas cuadrados en blanco y negro de las montañas y las nieves del Himalaya muy interesantes, así como documentos gráficos de aquellas expediciones pioneras. Lo vimos en L'Oeil de la Photographie.
En Cultura Fotográfica han dedicado un artículo a un fotógrafo al que hay que recordar periódicamente. Se trata del alemán Karl Blossfeldt. Este escultor y profesor de arte enseñaba a sus alumnos a familiarizarse con las formas a través de las plantas y otros objetos naturales. Primero dibujando, luego pasó a fotografiar estas plantas, con una técnica sencilla pero tremendamente eficaz. Una ventana orientada al norte como iluminación, una cartulina de tonos neutros, blanca, negra o gris, como fondo y su cámara de placas ortocromáticas de 9 x 12 cm enfocando la planta. También trabajo la macrofotografía con objetivos de su invención.
Hace unos días comentaba en mi Cuaderno de ruta la última película dedicada al gorila cinematográfico por excelencia. La protagonista femenina es una fotógrafa, reportera gráfica en los años finales de la guerra del Vietnam. En la película aparece con una Leica M3, un objetivo Leitz Summicron 35/2 con "gafas" y un fotómetro Leicameter. En 1973, ese equipo fotográfico estaba obsoleto entre los fotógrafos de guerra, que solían depender más de las réflex Nikon, aunque alguno siguiese llevando alguna Leica. Pero me llamó la atención lo similar que es dicho equipo al que luce una reportera gráfica de guerra real, Dickey Chapelle, en una fotografía publicada en Camerafilia. Publican en dicho blog algunas otras entradas con fotografías realizadas por esta fotógrafa en Vietnam; como no etiquetan las entradas con el nombre de la fotógrafa, no puedo poner un enlace colectivo a todas ellas. Cierto es que hay varias diferencias entre Chapelle y la fotógrafa de ficción de la película. La ficticia sale con vida de Vietnam, mientras que Chapelle murió en 1965, época en el que el equipo descrito era más probable. La fotógrafa de la película es antibelicista y Chapelle era anticomunista y apoyaba la intervención americana en Indochina. Los militares odian a la fotógrafa de ficción, y los soldados querían a Chapelle que siempre los retrataba favorablemente. Era veterana de los conflictos bélicos ya que en la Segunda Guerra Mundial ya estuvo en Iwo Jima y Okinawa, como corresponsal de National Geographic. Fue la primera fotógrafa de guerra americana en morir en acción bélica.
En más de una ocasión he traído aquí recomendaciones realizadas por el mejicano profesor de fotografía universitario Óscar Colorado. Esta semana, por ejemplo, había seleccionado el artículo con los retratos y las naturalezas muertas realizadas por la fotógrafa norteamericana Marie Cosindas, que trabajaba con película Polaroid de 4 x 5 pulgadas, generalmente con una Linhoff con un respaldo para película instantánea. No el tipo de composiciones que más me gustan, quizá demasiado recargadas y pictorialistas para mi gusto, aunque un dominio de los colores absolutamente magistral. Pero es que además Colorado ha comenzado una nueva serie de vídeos sobre historias de la fotografía en su canal de Youtube que prometen mucho. El primero me ha parecido interesante y divertido. Os lo dejo aquí, y habla del fotógrafo Yousuf Karsh y el premier británico Winston Churchill.
Y seguimos hablando en español, porque en Clavoardiendo nos han hablado de los retratos de Eduardo Momeñe, que ha publicado un librito de la colección Photobolsillo de La Fábrica. Y no está mal conocerlo. Bueno,... es que además hay un retrato de Emma Suárez, y eso ya me predispone. Cómo quiere la cámara a esta mujer. Entonces y ahora.
Un par de recomendaciones relacionadas con la fotografía y el cuerpo. Aunque con temas y estilo muy distintos.
En primer lugar, en L'Oeil de la Photographie nos hablan de la fotografía y el particular estilo del finés Arno Rafael Minkkinen, cuya obra se basa en el autorretrato desnudo, y siempre integrado, camuflado incluso, en el paisaje, o aportando un particular grafismo a sus elegantes imágenes en blanco y negro. Aunque también hay alguna cosa en color.
En DSLR Magazine (o Albedo Media, sigo sin tener claro cómo se llaman ahora), nos hablan del trabajo de Kathy Shorr, que se ha preocupado del problema de las secuelas de las armas de fuego. Esta fotógrafa americana ha ido buscando y contactando con personas que han recibido los disparos de este tipo de armas en una variedad de situaciones, y las ha retratado, en unas ocasiones mostrando las secuelas de las heridas, en otras no, respetando siempre a las personas que deciden posar para ella. Merece la pena entrar en Shot, la web del proyecto.
Son muchas las referencias que existen a casos de niños ferales o salvajes. Son personas que han pasado buena parte de su infancia aislados del contacto humano, abandonados o enclaustrados por diverso motivos por sus propios padres u otros adultos, de forma más o menos mítica, en ocasiones criados por animales. Como nos cuentan en Creative Boom, la fotógrafa Julia Fullerton-Batten, recrea en sus fotografía una serie de casos intentando interpretar y comprender los sentimientos de estos niños. La idea me parece interesante, aunque las fotografías quedan un poco como escenarios de una película más o menos mítica, triste... o de terror.
Siguiendo con los chavales, vamos a un proyecto más esperanzador. En L'Oeil de la Photographie nos hablan del proyecto Entre les tours, en el que en un barrio de una población cercana a Lion han dado a uno grupo de adolescentes durante dos semanas unas sencillas cámaras para película tradicional, unas Holga, y les han permitido expresarse. Unos han reflejado el paisaje, otros han retratado a sus amigos y compañeros,... a cada uno se le ha propuesto trabajar sobre un tema en concreto que surgía de ellos mismos. Los resultados con chicos de esta edad siempre son especialmente sorprendentes y ricos.
Terminaremos con un trabajo que nos presentan en Lens Culture sobre uno de los más fenomenales fiascos ambientales de las últimas décadas. Cuando yo era niño nos hablaban en el colegio del mar de Aral, una superficie de agua en el Asia Central, en territorio de la antigua Unión Soviética, hoy Kazajistán y Uzbekistán, que hoy en día está casi desaparecida como consecuencia de los trasvases de aguas entre los ríos Amu-Daria y Sir-Daria. Lo cual ha llevado a la ruina de las gentes que vivían del lago, pescadores en su mayoría, y que ha dejado una llanura salina y estéril. Se están haciendo esfuerzos de recuperación, mediante la construcción de una presa. El reportaje es del fotógrafo Didier Bizet.
Aunque formalmente no estamos en primavera todavía, no hemos llegado al equinoccio astronómico que será mañana día 20 de marzo a las 10 horas y 29 minutos de la mañana, el tiempo ya es primaveral en Zaragoza. Por ello, cuando este sábado por la mañana decidí dar un paseo relajante que me llevó por el Parque de Grande de Zaragoza, opté por coger un equipo para macrofotografía. Para empezar a acercarme fotográficamente a las pequeñas plantas y flores que aparecen ya en estas fechas.
Además del habitual Pentax SMC-A Macro 100/4 que suelo llevar con la Pentax X-S1, y que me ha dado ya varias satisfacciones, llevé otro objeto y objetivo. Hace unos días hice reordenación de equipos fotográficos, especialmente del más antiguo y del dedicado a la película tradicional, como ya os mostré. Y me apareció por ahí un anillo inversor para montura Pentax K. Esto es, un anillo que por una cara tiene la montura de bayoneta de Pentax y por el otro una rosca de filtro, en este caso de 49 mm. Esto sirve para montar un objetivo del diámetro de filtro adecuado de forma invertida, y de ese modo alcanzar notables ratios de aumento en fotografía macro. Para usarlo me llevé el Pentax SMC-A 35/2,8. No tenía muy claro cómo me saldrían las fotografías con este último montaje, y además la cámara me hacía cosas raras a la hora de medir la luz. Pero creo que al final me hice con ella. Os iré poniendo fotos mientras os hablo de las recomendaciones de hoy.
Porque os hagáis una idea de la ampliación, el sensor APS-C de las Pentax digitales tiene unas dimensiones de 23,5 x 15,7 mm. Pues bien, en eso 23,5 mm podemos encajar un objeto de unos 19 mm. Es decir, la escala de reproducción es aproximadamente de x 1,24. Con el 100/4 macro y la lente de aproximación de Cosina que uso con el mismo llego a x 1. Eso sí, el 35 mm con el anillo inversor tiene una distancia mínima de enfoque minúscula. Estás a unos cuantos centímetros del objeto. Mucho más favorable la del 100/4.
Vamos ya con las recomendaciones. En Iconic Photos nos han mostrado algunas de las fotografías de la llamada masacre de Pančevo en la antigua Yugoslavia, tomadas por Gerhard Gronefeld (traducción en Google Translate de la página de la Wikipedia en alemán sobre el fotógrafo), que tomaba fotografías para un periódico del ejército alemán, y que ocultó durante más de 20 años. Los alemanes siempre han defendido que los criminales fueron los nazis y no todo el pueblo alemán. Y que el ejército alemán, la Wehrmacht, no cometía crímenes de guerra, que eso era cosa de las SS. Pero estas fotografías mostraron al mundo que eso no fue así. Aun hoy en día, estas fotografías levantan ampollas entre los veteranos del ejército alemán, sus familias, y los actuales militares alemanes. Pero ahí está el documento. 18 hombres, civiles, fusilados, y otros 17 hombres y una mujer ahorcados. Fue una represalia contra la población civil por la muerte el día anterior de un soldado alemán en combate contra los partisanos.
Más amable es la noticia de L'Oeil de la Photographie que nos permite conocer la colección de Marcel Thomas. Este fue un fotógrafo aficionado, cuyo principal interés era ir a la caza de famosos. Y se hizo con una notable colección de retratos de gentes del mundo del cine sobre todo, que luego ampliaba en las modestas copias de 6 x 9 cm en blanco y negro. Las delicias de los fotógrafos aficionados y a veces desconocidos.
Hace ya unos años compré un libro del holandes Ed van der Elsken, Love on the Left Bank, sobre la bohemia de la orilla izquierda del Sena a su paso por París. Pero lo tenía relativamente olvidado. Hace unos días, en Lomography Magazine publicaron un artículo que recordaba su obra, y quedé especialmente prendado de la fotografía de la muchacha en el metro de Tokio. Ya la conocía, pero últimamente no se me va de la cabeza.
Organizada la actividad por la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ) de la que soy formalmente socio desde hace un mes, aunque mantenía relación con algunos de sus integrantes desde hacía un tiempo, asistimos unos cuantos a la exposición en la galería Spectrum Sotos del fotógrafo Eduard Olivella, bajo el título Imatges Cosides (Imágenes cosidas). Grandes transparencias realizadas con imágenes apareadas, los retales de los carretes de diapositivas que quedan en los extremos cuando se revelan, y que se montan para que el espectador imagine una historia a partir de las mismas. Guiada y comentada por Julio Álvarez, dueño de la galería. Un placer.
Hace unos días os hablaba del documental Refugee que había podido ver unos días antes en Netflix. Uno de los fotógrafos participantes en la iniciativa es el senegalés Omar Victor Diop. Pues bien, casualmente esta semana hemos tenido oportunidad de ver en L'Oeil de la Photographie algunas de sus fotografía de su Project Diaspora. En ella critica los tópicos con los que se ve en occidente a las personas originarias de África, a través de unos retratos coloridos, vestidos con indumentarias imposibles.
A principios de enero, comentando una serie de libros, mencionaba de pasada que un tiempo atrás adquirí un pequeño librito de una editorial independiente y muy modesta. Se trataba de Føroyar del belga Kevin Faingnaert, un fotógrafo que ha aparecido ya varias veces por estas páginas sin ser muy conocido. Pues bien, este trabajo en el que Faingnaert nos mostraba el paisaje y las condiciones de vida en las remotas islas Faroe ha merecido el premio de fotografía Zeiss 2017. Lo cual me parece muy bien, porque la verdad es que me parece un trabajo que me gusta mucho. Con una forma de entender el paisaje, el retrato y el reportaje documental que se aleja de las modas actuales que se difunden por internet, pero con virtudes estéticas y éticas notables.
En un tono de fotografía también contemporánea, me han interesado los retratos de Alexandra Polina en nos han mostrado en Creative Boom, y que también intentan luchar contras los prejuicios existentes en una sociedad occidental como la de Alemania sobre la imagen y las forma de ser de las minorías, de las personas que se han instalado en el país procedente de otras culturas. Retratos conceptuales, muy dignos, en un elegante formato cuadrado.
También muy curiosas e interesantes las fotografías de la taiwanesa Cielo Yu (es su página en Flickr, donde también hay mucho relleno sin interés, como en su Instagram; también podéis seguirla en Facebook). Nos las han mostrado en Artnau, y son retratos nada convencionales en lugares por otro lado sumamente convencionales. Modelos siempre o casi siempre femeninos, siempre parcialmente ocultos.
No me acordé, o no me dio tiempo, ya no me acuerdo, de comentar la semana pasada el número 96 de marzo de 2017 de Fraction Magazine. Pues vamos hoy, destacando tres de los cuatro porfolios habituales.
El trabajo Hamara Ghar (Our Home) del nortemericano de origen indio musulman Saleem Ahmed, reflexionando sobre el concepto de hogar, el desarraigo y la aculturación.
Con un estilo distinto, pero con reflexiones no muy distantes está el trabajo A Form of View de Yoav Friedlander, que se define como israelí americanizado.
Y por último el trabajo An Aesthetic del japonés Junya Suzuki, que reflexiona sobre el sentido estético conocido como wabi-sabi, en el que se prefiere en general las cosas mundanas e imperfectas frente a lo espectacular, el silencio frente a la elocuencia y el gritería, y la quietud frente al movimiento. Él lo considera como un sentido estético más profundo que el entorno eternamente cambiante en el que vivimos.
Terminaré con algo que no es fotografía,... aunque maneja un concepto relacionado. No recuerdo la fuente, pero llegué hace unos días a un cortometraje de animación en Vimeo que se titula Astigmatismo. El astigmatismo es una de las aberraciones ópticas primarias, monocromática, que afecta a los sistemas ópticos, entre ellos nuestro ojo y los objetivos de nuestras cámaras fotográficas. Supone una pérdida de la nitidez en el objeto enfocado, por una deformación de los puntos que se enfocan, que se reproducen como pequeños segmentos lineales. En este corto de animación juegan con la idea de un niño con astigmatismo que pierde sus gafas y tiene que explorar un mundo borroso que se le hace desconocido y poblado de caracteres extraños. Os lo dejo puesto.
Aunque haré pública esta entrada de recomendaciones fotográficas el domingo 12 de marzo, el lector más observador y avispado observará en el título de la misma que estas recomendaciones sólo abarcan el período de tiempo hasta el sábado 11. Bien... digamos que estoy publicando esta entrada "en diferido". Que sé que este domingo no voy a tener tiempo para redactarla y que me he adelantado un poquito.
Ha sido una semana entretenida. Normalmente, entre semana publico de promedio una entrada fotográfica. Y en estos días atrás han sido tres. Y en el mismo período de tiempo he mandado a revelar varios rollos de película a Carmencita Film Lab... Entre ellos varios dedicados a los paisajes de las choperas de cultivo en la Ribera Alta del Ebro, cerca de Alagón. También hice algún rollo en blanco y negro con el respaldo A16S de la Hasselblad. Es decir, ese que en lugar de 12 exposiciones de 56 x 56 mm ofrece 16 exposiciones de 42 x 42 mm. Y aquí os dejo algunas de esas fotografías.
Hoy empezaré por el siglo XIX, en concreto por las interesantes fotografías coloreadas a mano de Suzuki Shin'ichi, uno de los dos fotógrafos de ese nombre que hubo, y que mantuvo un estudio de fotografía que nos ha dejado importantes testimonios etnológicos de cómo eran las gentes, la vida y los paisajes en el Japón de la época. Y a mí me parecen unas fotografía bellísimas en ocasiones e interesantes siempre. Me priva la del gran buda de Kamakura. Nos lo contaron en Timeline.
Si hace unas semanas repasábamos cómo había quedado reflejada en las fotografías la vida y el estilo de la pintora Georgia O'Keefe, hoy, por gentileza de L'Oeil de la Photographie, haremos lo mismo con la de Frida Kahlo, también pintora, pero del vecino del sur, de Méjico. Un personaje muy atractivo por el que el interés ha ido en aumento conforme ha pasado el tiempo, especialmente como icono feminista en el mundo de la cultura. Encontramos fotografías de la suiza Lucienne Bloch y, quizá las más interesantes, de Nickolas Muray, que fue amante de la artista.
La holandesa Rineke Dijkstra ha sido la merecedora en este 2017 del Premio Internacional de Fotografía Hasselblad. Es uno de los premios más importantes del mundo de la fotografía. Dotado con un buen pellizco económico. Su especialidad es el retrato, especialmente observando a niños y adolescentes, reflejando la especial vulnerabilidad de estas edades, la inseguridad ante los cambios corporales. También ha seguido a algunos de sus sujetos durante años, observando sus cambios vitales. A mí me resulta un poco fría su fotografía, técnicamente irreprochable y con el dominio habitual de la luz y el color que les viene a los artistas de los Países Bajos desde el renacimiento, pero un poco fría. Me pasa con cierta frecuencia con fotógrafos de esta nacionalidad. Y no digamos con algunos alemanes de la escuela de Duseldorf. Nos lo contaron en muchos sitios, pero me quedo con el artículo que le dedicaron en Clavoardiendo Magazine.
Y seguiré con un fotógrafo holandés que tiene un estilo distinto, pero un tema emparentado con los de la anterior. Se trata de Hendrik Kerstens, un fotógrafo que lleva fotografiando a su hija desde 1995, buscando también reflexionar sobre los cambios asociados con la transición a la adolescencia. Pero luego siguió con ella imitando los retratos de la pintura holandesa del siglo XVIII. Lo que pasa es que cuando nos fijamos bien, las ropas y complementos de Paula, la chica, no son los propios de esa época, sino objetos cotidianos, como bolsas de plástico, servilletas, manteles de papel, papeleras... Lo cual da una extraña sensación a tan elegantes retratos. Nos lo contó Rafael Roa, y podemos ver un vídeo del artista y su hija Paula en Youtube.
Supongo que padre e hija se llevan estupendamente y se lo pasan mejor todavía. Aunque las fotos tienen aspecto de gravedad y seriedad.
Hablemos ahora de una fotógrafa de 24 años en la que se han fijado en el MoMA. Por algo será, digo yo. Se trata de la canadiense Petra Collins, de ascendencia magiar, actualmente viviendo en la gran manzana. En el blog Creative New York del famoso museo de arte moderno en el que se fijan en la vida cultural de la ciudad entrevista a la joven fotógrafa, que se plantea extender su ámbito creativo, pero que de momento realiza todo su trabajo con película tradicional fundamentalmente en color. Sus sujetos de preferencia, sus raíces familiares, la gente de su generación que la rodea, retratos en general. Muy intimista, pero no rechaza los encargos comerciales y editoriales. Menos intimistas. Ya ha trabajado para marcas de moda muy importantes.
Y si mezclamos fotografía y performance, nos encontramos a la artista Ana Esmith, un chica que representa para sus fotografías el papel de Miss Beige, un color anodino propio de atuendos anodinos, y que usa para denunciar la hipersexualización de la mujer o los excesos de la sociedad de consumo. En Yorokubo nos muestran algunas de sus fotografías y le han entrevistado.
Cine y fotografía siempre están relacionados... Y no es frecuente que ambos artes se influyan mutuamente. La directora española Isabel Coixet también se ha apuntado a llevarse la cámara de fotos a los rodajes, y a retratar a la gente con la que rueda. Lo cual me parece muy bien, aunque últimamente sus películas me digan poco. Ha salido la noticia en varios sitios, pero donde más completa en imágenes en L'Oeil de la Photographie.
Y hay otra cuestión... una película, sea corto o largometraje, no deja de ser una sucesión de fotografías que se proyectan sucesivamente a una velocidad de 24 por segundo. Y si extraemos algunos de esos fotogramas, son verdaderas maravillas de fotografías. Así lo han entendido en Cultura Fotográfica, que le han dedicado un artículo a Raoul Coutard, que aunque empezó de fotoperiodista, acabó de director de fotografía para gente tan significativa como Demy, Godard o Truffaut. Algunas imágenes significativas no sólo cinematográficamente hablando sino también como iconos fotográfico vienen de películas como Bande à part (Banda aparte), Jules et Jim (Jules y Jim), À bout de souffle (Al final de la escapada), Alphaville,... por decir algunas.
Hace unos días dedicaron una entrada en L'Oeil de la Photographie dedicada a tres maestros de la fotografía erótica, siendo estos Sam Haskins, Francis Giacobetti (¿culpable del uso de las persianas venecianas en el desnudo hasta la saciedad?) y Kishin Shinoyama. Interesantes los tres, pero a mí dejadme que prefiera la obra del japonés. Que por cierto, en alguno de sus más interesantes fotografías manda a freir churros la moda actual de las mínimas profundidades de campo, consiguiendo resultados mucho más interesantes con su nitidez extendida desde el primer plano hasta el horizonte.
Ha habido mucha presencia femenina en esta semana. Y además fue el día internacional de la mujer, parece que ya sin "trabajadora" como originalmente. Por ello en Lens Culture nos proponen treinta nombres de mujeres fotógrafas para descubrir este año. Vamos... que hay para un rato.
La primera de las recomendaciones de esta semana es la que ha decidido cómo voy a acompañar fotográficamente esta entrada dominical. En Yorokubu nos hablaban hace unos días del proyecto de la fotógrafa norteamericana Jade Doskow, Lost Utopias, en el que recorre con su cámara los restos abandonados de antiguas exposiciones universales o internacionales. Algunos de esos "restos" se han ganado su permanencia y su admiración permanente, como la torre Eiffel en París o el Atomium en Bruselas, pero no es infrecuente que queden como olvidados restos oxidados y abandonados de algo que pudo ser y no fue. En mi ciudad, en Zaragoza, tuvimos en 2008 una exposición internacional que también nos dejó una serie de infraestructuras características. Con la crisis económica y financiera que surgía al mismo tiempo que se celebraba la exposición, algunas de esas infraestructuras han tenido utilidad, algún puente, parques, algunos edificios, un acuario fluvial,... pero otras son cáscaras vacías por muy emblemáticas que se consideraran o se consideren.
Recogidas con cámaras de pelicula tradicional en el último año, aparecerán en esta entrada algunos de esos paisajes.
Hace unos días dedicaron una serie de artículos en L'Oeil de la Photographie a Erwin Blumenfeld. Llegado a Estados Unidos en 1941 huyendo de los nazis que imperaba en su país natal, Alemania, y que estaban llevando la guerra y la destrucción por toda Europa, pronto se consolidó como uno de los fotógrafos más imaginativos y elegantes del mundo de la moda, con un maravilloso uso del color. No me suele atraer mucho la fotografía de moda, pero Blumenfeld me gusta mucho, especialmente desde que tuve la ocasión de ver una exposición dedicada a él en París hace unos años.
El fin de semana pasado se celebró la entrega de los Óscar. Dejando de lado el excesivo impacto, desmesurado podríamos decir, que tuvo el error en la entrega de premios, lo cierto es que el evento ha dado lugar a unos cuantos artículos en los que la fotografía se une al cine.
Una de las candidatas a mejor actriz, y que en mi opinión hizo un trabajo tan merecedor del primer premio como la ganadora, fue la británica Ruth Negga. En AnOther Magazine nos muestran una serie de fotografías de la actriz realizadas por Collier Schorr, de stilo clásico, en un bello blanco y negro que sacan partido de la belleza natural de esta bella actriz de origen etíope e irlandés.
En American Photo nos muestran el trabajo de Mark Seliger para Vanity Fair con los retratos de los intérpretes ganadores de los Óscar con sus estatuillas y a otros protagonistas de la gala posando en una de las fiestas posteriores a la ceremonia de entrega de los premios. Color muy elegante y sobrio, con ciertos toques de decorado art deco, para destacar a estos protagonistas de la noche.
Algo más de profundidad tiene el artículo que dedicaron en Lens Culture a la cinematografía de Moonlight, película ganadora del premio gordo. Aun que no del premio a la mejor dirección de fotografía, que se fue a la colorida La La Land. En cualquier caso, además de mostrarnos algunos ejemplos de la excelente cinematografía de la película, nos muestran algunas de sus influencias fotográficas, como los trabajos de Viviane Sassen o los de Earlie Hudnall Jr.
Si ya hemos comentado la relación entre fotografía y cine en los párrafos anteriores, no hay que negar tampoco las que mantiene con otras artes. A distintos niveles.
Por ejemplo, en otro artículo de AnOther Magazine tratan de descodificar el estilo personal de la pintora norteamericana Georgia O'Keeffe, todo un carácter y un personaje, una de las artistas más importantes del siglo XX. Y lo hacen a través de los retratos que sus amigos fotógrafos le hicieron a través de su vida, más posados o más espontáneos, eso hasta punto da igual. Alfred Stieglitz, Ansel Adams, Todd Webb o Bruce Weber son algunos de los ejemplos de estos excelentes fotógrafos.
En otro extremo, es el propio artista plástico el que utiliza la fotografía para usarla en su obra o para documentar su obra. En L'Oeil de la Photographie nos mostraban hace unos días las polaroid de Duane Hanson en las que recoge sus esculturas hiperrealistas de gente corriente, pero también se sirve de ellas para adquirir ideas para el desarrollo de estas obras. Forman parte, de alguna forma, del proceso creativo del escultor.
Lo digo y lo repito con frecuencia en estas páginas. La fotografía en color me gusta tanto como la fotografía en blanco y negro, y me parece tan capaz como esta de conseguir grandes resultados. Sin embargo, eso no fue una verdad admitida durante mucho tiempo, y por ello admiro y me gusta contemplar la obra de los precursores coloristas.
La tribu de los Nuba en el sur de Sudán, fue objeto del interés de distintos fotógrafos en la segunda mitad del siglo XX. Es relativamente conocido el trabajo de Leni Riefensthal, cuando tras abandonar el cine como consecuencia de su caída en desgracia por su colaboración descarada con el régimen nazi, intentó rehabilitarse mediante la fotografía y un interés etnográfico. Pero antes que ella, fue George Rodger, como nos informa en Magnum Photos, uno de los pioneros en acercarse a la región de Kordofán para fotografiar a esta interesante etnia, hoy en día en peligro por los conflictos violentos que asuelan esta parte del mundo. Y utilizar el color a finales de los años 40 lo convierte en uno de los pioneros de estas técnicas a tener en cuenta.
Conocía ya el trabajo de Gordon Parks, uno de los fotógrafos afroamericanos más comprometidos con los temas relacionados con el movimiento de los derechos civiles, aunque principalmente lo he asociado siempre al reportaje en blanco y negro. Pero como podemos ver en L'Oeil de la Photographie, Parks, que también hacía la fotografía de moda y se movía en el mundo de las artes, dominó también con maestría el color, y es realmente interesante conocer esa parte de su obra.
Y vamos con un poco de miscelánea.
En verano de 2012 hice un viaje breve a Ginebra, desde donde conocí algunas de las localidades y de los paisajes de la llamada Riviera Suiza, a orillas del lago Lemán. Un lugar absolutamente privilegiado desde muchos puntos de vista. Pero en FotoRoom podemos ver el interesante trabajo de Elsa Guillet, una joven fotógrafa natural de esa región, que no puede evitar reflexionar entre los distintos mundos que representan esos paisajes. El de los ricos y ociosos que disfrutan de las belleza y encantos del lugar, y la de los trabajadores que se ufanan para salir adelante y para servir a los anteriores. Y reflexiona con fotografías, que es lo suyo.
Sonia Sieff, la hija del desaparecido y celebrado Jeanloup Sieff, está siguiendo los pasos de su padre y se ha hecho fotógrafa. Hace un par de años ya lo comprobé en una pequeña exposición en París donde se mezclaban los trabajos de padre e hija. En L'Oeil de la Photographie han publicado un artículo a propósito del primer libro de Sonia Sieff. Y se confirma lo que ya percibí. Aunque sigue con los temas del padre, fotografiar a la mujer de forma sensual y de la forma más natural posible, sus fotografías son correctas pero no llegan a la intensidad de las de su progenitor.
Finalizaremos con otro reportaje que nos llega desde L'Oeil de la Photographie, esta vez dedicado al trabajo de Marco Scozzaro, italiano radicado en Nueva York, que mezca la fotografía con la inclusión de elementos digitales en sus fotografías. Pero sin estridencias, y aportando elementos estéticos y conceptuales a las imágenes. Y al mismo tiempo planteándonos dónde empieza o termina la fotografía, y dónde y cuándo hablamos de otras técnicas artísticas. O incluso, si eso es importante.